sábado, octubre 29, 2005

Se tiene que ser burro: ERC y la moda

Lo de ERC y sus ideas sobre economía catalana es algo de camisa de fuerza. Al contrario que el PNV (que siempre ha entendido esto mejor), viven en la creencia ombliguista que para hacer que un país funcione, lo mejor que se puede hacer es garantizar que todos los nacionales tengan su oportunidad, sea como sea, y ponerle las cosas difíciles al resto.

El último ejemplo es la estupidez de eliminar la pasarela Gaudí, tal y como la conocemos, y convertirla en un evento de autobombo del producto nacional, para que los diseñadores catalanes sean más famosos y más conocidos en todo el mundo. La lógica de la que parten no es mala. Es cierto que tanto Cibeles como Gaudí son criaturas que viven de la subvención, fenómeno único en los certámenes internacionales, y que parece que como está ahora, el negocio se ha convertido en el tradicional mamoneo de diseñadores españoles habituales pagado por todos. Sin embargo, la solución no es restringir el gasto de la Generalitat a apoyar lo propio, si no focalizar el gasto en atraer lo no - español.

Para que un certamen así dé beneficios tangibles (y no, publicidad pagada por los contribuyentes no lo es) uno debe pensar en crear economías de red, no en el proteccionismo. La única manera convertir un certamen de moda en algo importante (y por lo tanto, rentable) es asegurarse que atrae lo mejor, sea de donde sea, consecuéntemente atrayendo publicidad. Hacer que los cuatro modistos locales tengan un garito dorado no hará que la prensa internacional venga a ver la jaula. Hacer que en Barcelona venga lo bueno y lo mejor sí.

El problema, claro está, que lo bueno y lo mejor ya va a París, Milán, Londres y Nueva York, no Madrid o Barcelona. Los diseñadores, por añadido, están concentrados en esas ciudades. La prensa, también. Así que competir, lo que se dice competir, llegamos tarde. O se apuesta por algo distinto de veras (el festival para emergentes es la única buena idea) o mejor cerremos el grifo, y que los modistos paren de hacer fiestas a nuestra costa. Me parece que ya han tenido bastantes.

La cuestión no es subvencionar y proteger a los que no pueden, a ver si crecen; lo que debe hacerse es asegurar que la región tiene todo lo necesario para que lo que hace realmente bien prospere. Gastemos en infraestructuras, servicios sociales que hacen la vida más fácil a la gente (guarderías, por ejemplo) y en buenas universidades, y dejémonos de bobadas protegiendo al que no puede.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vamos, la Tercera Vía...

;-)

Un saludo.