domingo, junio 03, 2007

De mentiras y política económica

El vocinglerismo de la derecha tiene una curiosa tendencia a mover la portería sobre la marcha. Evidentemente, si uno no sigue lo que ellos dicen es un determinado principio económico, usted está equivocado, no importa lo mucho que respete lo que defendían anteriormente.

El editorial de hoy de los melones de siempre es un ejemplo clásico. Uno de los mantras más repetidos por los comentarista de la derecha es la noción que el gobierno de Zapatero utiliza políticas económicas estatalistas de extrema izquierda; en el editorial se habla del "espantoso" crecimiento del gasto público (en términos nominales, por supuesto) y de otros presuntos horrores como el hecho que el gobierno no haya bajado impuestos.

El pequeño problema es que una mirada a los números deja bastante claro que el gobierno Zapatero es cualquier cosa menos estatalista. Estamos hablando de un ejecutivo de izquierdas que cerró el año pasado con un superávit en las cuentas públicas del 1,8% del PIB; en otras palabras, que dejó sin gastar casi un 2% de toda la producción del país que el estado tenía en su bolsillo, y lo dedicó a reducir la deuda pública. No sólo eso, si no que además no hay planes de dejar de tener superávit en los próximos años, y de hecho el porcentaje de gasto público en comparación con el PIB ha bajado un punto en los últimos tres años, del 39,5 al 38,5%. No hay país en nuestro entorno con estas cifras, pero el hacer caricaturas en editoriales parece hacer innecesario tener el más mínimo contacto con la realidad.

Lo cierto es que si uno mira sólo los datos agregados, son cifras de un teórico gobierno de derechas, no uno de izquierdas. En distribución del gasto público el gobierno socialista sí que ha hecho política de izquierdas (como la ley de dependencia o la -más bien torpe- ley de igualdad), pero la política fiscal ha sido un neokeynesianismo alérgico a la inflación de manual. Y cuando se quejan del fantasma de cambio climático, algo que incluso Bush ya acepta como un problema, lo cierto es que las quejas de estatalismo están aún menos justificadas.

Por cierto, el otro día leyendo sobre el nuevo libro de Al Gore me encontré en una de las páginas de la derecha bocinista americana un artículo más que curioso. He aquí un fragmento:

"It’s a common liberal conceit: liberalism is the very definition of sweet reason, so an attack on liberalism is an “assault on reason.” Democracy is only truly democratic when the Democrats are in charge. Debates aren’t truly informative unless the liberals win the argument. The same holds true for elections."


Anda, dónde habré oido esta clase de acusaciones antes. Como de costumbre, una clásica diatriba contra la conspiración mundial progresista que controla los medios y se creen que tienen el imperio de la razón.

3 comentarios:

Jorge dijo...

Joder, me encanta lo de "sweet reason". Ay...

Respecto al resto de la entrada. Bueno, yo es que ya no sé qué esperar del periodismo en general y de "eso" en particular, que dejé de visitar porque me molestaba pensar que me estaban contando como lector. Pero es que ni siquiera hacía falta ir a los datos, esta vez: los alegres muchachotes de LD podrían haber seguido su mala constumbre de pasar de ellos olímpicamente, mirar honradamente a la cara de D. Pedro Solbes, y decirle: "Señor, es usted un pedazo de estatalista, de extrema izquierda. Un marxista-leninista como quedan pocos, vamos". Es lo que vienen haciendo y de nuevo han hecho, y sin reírse. Es que da tanta pena que no es siquiera una cuestión de que se crean o no lo que dicen, que se lo creerán, de que sepan o no manejar datos, o dediquen siquiera unos segundos a ello. Es que hay que tener muy, muy poca ética para afirmar eso como quien habla de que 2 y 2 son 4 en un Gobierno en el que quien lleva las riendas de los presupuestos es Solbes. Y cuando no hará un mes, si no recuerdo mal, que Zapatero volvía a insistir en lo del superávit, en lo genial y maravillosísimo que es, y en que así vamos a seguir por los siglos de los siglos.

Tumbaíto dijo...

¿El neokeynesianismo no es intervencionista? El viejo keynesianismo lo era.

R. Senserrich dijo...

El Neokeynesianismo lo es, pero más en el sentido de "tercera vía" que otra cosa. Como el Keynesianismo clásico en sentido estricto, que era sólo anticíclico, no estrictamente redistributivo.