domingo, octubre 22, 2006

De indecisos y nueva política

Estos días leo constantemente por la blogosfera proclamas sobre el advenimiento triunfal de la nueva política. Ya sea hablando de cyberdemocracia, política 2.0, e-gobierno, FLGJ o matriz cósmica universal de dirección del destino del mundo, parece que la cosa electrónica va a cambiar todo para siempre jamás.

Pues mira, no. Es hora que la blogosfera se quite de encima estos aires de grandeza y deje de proclamar su importancia suprema, como antes mejor. Y por varios motivos.

El primero, y más importante, hay algunos que empiezan a sonar como Pedrojota o Carnicero, hablando de su poder de influencia. Una de las virtudes de las bitácoras es en un principio la falta de pretensiones de la mayoría de sus participantes; la cuestión central es soltar ideas, debatirlas, y tratar de aprender algo a base de liarse a guantazos con los vecinos de al lado. Algunos, sin embargo, parecen ver la blogosfera como una extensión de la estrategia mediática de los partidos; una especie de cuarto pilar acompañando prensa, radio y televisión, con las bitácoras complementando las páginas de los candidatos.

Por añadido, como comentaba hace varios meses, el peso de la blogosfera en los mecanismos de creación de la agenda política no es, ni será, necesariamente sustantivo, al menos a corto y medio plazo. Y eso es así por varios motivos.

Primero, porque como herramienta de comunicación política va en el sentido contrario de lo que requieren los partidos. La base en la transmisión de un mensaje, como el PP parece haberse dado cuenta de forma dolorosa estos días, es saber que uno tiene un tiempo muy limitado para explicarse. Los informativos en televisión tienen 15 minutos, como mucho, para dedicarse a hablar de política. Más allá de eso, el ciudadano medio (no el friki político, que es escaso) no va a escuchar o leer sobre oscuros temas económicos más de media hora al día, siendo muy generoso.

Si un partido quiere transmitir ideas de forma que alguien les escuche y entienda, debe priorizar y concentrarse en una serie de puntos, no irse por las ramas. En otras palabras, que todas sus voces hablen de lo que toca para que un mensaje claro llegue a tantos votantes como sea posible, y no tener una cacofonía de sonidos y caer en el riesgo que sea la prensa la que escoge lo que dices, y no tú.

La blogosfera, por su mismo caracter descentralizado (aunque jerárquico), va en dirección opuesta. Es un lugar estupendo para que los politico-obsesivos lean y troten alegremente en verdes campos de debate perpetuo, pero que aburrirá de manera soberana al ciudadano medio. Es necesario repetirlo, una y otra vez, pero la participación en un sistema de debate asambleario como es la blogosfera no es necesariamente representativo de lo que es la sociedad, más bien lo contrario.

La prueba más evidente, me temo, es el nombre que se usa a menudo como ejemplo entre los defensores de la "nueva política", Howard Dean. Sí, Dean tuvo una espectacular campaña electoral en las primarias del 2004, apareciendo de aparentemente ninguna parte y cobrándose montones de titulares. El problema, claro está, es que no era un desconocido (era gobernador de Vermont, al fin y al cabo) y que acabó perdiendo igualmente. La campaña funcionó hasta cierto punto en las primarias, donde tratar de movilizar a los frikis obsesivos dentro de un partido tiene sentido, pero no fue capaz de salir del grupo de militantes con dedicación intensiva, señal que usar los mismos trucos con el electorado en general no es necesariamente una mala idea.

Por mucho que les reviente a algunos, la democracia no es patrimonio de la pequeña horda de ciudadanos activos, sino de mayorías, y la blogosfera no deja de ser un lugar para la minoría. Los políticos continuarán prestando atención al centro, no a los idealistas en las esquinas. A fin de cuentas, nosotros no les ganamos elecciones. Y eso es, mal que nos pese, la base del sistema.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Egócrata... por eso algunos hacemos blog Y también activismo político en el off-line, y muuuucho, que por algo me he encargado de las mesas de propaganda en esta campaña en mi agrupación, he pisado calle y me encargo en el distrito de las papeleras, la limpieza, las señales de tránsito, los aparcamientos, los autobuses y demás cosejas de las que se quejan los ciudadanos de a pié.

Digamos Egócrata que la política 2.0 está bien, es un frente más, ayuda a condicionar a "opinadores" en una dirección u otra. Pero tampoco es la repanocha, pero si sirve para generar nuevas élites o condicionarlas, también influyen en la dirección de la política.

Óbviamente, queda fuera del juego, el de siempre, el "lumpen" que por condicinantes, culturales, económicos, sociales, educativos, personales no se interesa por participar en ninguna forma. Y por tanto esto no deja de ser un juego (enjeux en terminología Bourdiana) de poder de ciertas clases activistas que en cierta manera somos privilegiados sociálmente: tenemos la habilidad, el tiempo y el capital cultural como para jugar (enjeux) en esta ciberpolítica y aspirar a influir en las direcciones de los partidos.

Enrique Castro dijo...

Si nos ceñimos a los estudios en vigor, los usos de Internet en España son estos ( de mayor a menor) ( Fuente: Fundación France Telecom. Eespaña2006)
1. Buscador
2. Correo Electrónico
3. Consulta de Noticias
4. Chat
5. Descarga de otros archivos.
6. Mensajería Instantánea
7. Ayuda para el estudio
8. Visitar site de la Admón.. Pública
9. Descarga de música
10. Foros
11. Descarga de software/películas/música
12. Búsqueda de información salud
13. Consulta de Cuentas bancarias
14. Visitar site ayuntamiento
15. Juegos en Red
16. Comprar billetes avión, hoteles, vacaciones
17. Operaciones bancarias y financieras
18. Transmisión de ficheros vía FTP
19. Comprar entradas para espectáculos
20. Otras compras
21. Comprar libros, revistas, música, películas
22. Videoconferencia.

En el momento de hacer el análisis, el concepto blogosfera política, no estaba catalogado en la encuesta.

Yo creo que lo que expones es cierto, pero con matices. La comunicación en la Red, a diferencia de los medios tradicionales, donde los nichos de comunicación son restringidos, en la Red son completamente abiertos, por lo tanto, es cierto aquello que dices que si establecemos un uso cotidiano de un usuario/a de la Red, la blogosfera política será o es uno de los destinos menos demandados.

Ahora bien, en momentos clave, de especial relevancia o importancia, la blogosfera política se ha demostrado importante o influyente ( como dice Jose Rodríguez.)

Lo que noto en falta en tu post es una propuesta concreta por tu parte, cuando criticas una falta de humildad por parte de la blogosfera política...bien...¿tu qué harías?

zarevitz dijo...

Bueno, pero es parte del encanto que tiene. Cuando llegué a Internet, me apasionó ir visitando microestados virtuales, con su constitución, su príncipe (temporal, naturalmente, así se proclamaba) y su himno incluso!! Me gusta recordarlo a veces y ver en ocasiones las redes de blogs como imaginarias ligas y federaciones de aquellos microestados virtuales.

R. Senserrich dijo...

Ui, Enrique, le has ido a preguntar cómo debería ser la blogosfera al único escribidor que dice abiertamente que está aquí a ver si le contratan de El País / El Mundo / La Voz de Calasparra, aunque sea como mascota :-).

Primero en pedir humildad, sí, pero primero también en pedir trabajo :-).

Aparte de eso, yo la verdad es que soy tan friki que me divierte. Creo que no puedo ir más allá...

Enrique Castro dijo...

:-)

Está bien...¿entonces deduzco que una cierta ( insisto) cierta profesionalización no estaría mal?

Otra cosa, por otra parte impensable en las ( insisto) las izquierdas, establecer ese marco de profesionalización es una quimera ( que no utopía)

El otro día con Marcos Taracido de Libro de Notas lo confesó en público, ( ver en eblogtv.es) publicar un blog, cuando tienes un determinado nivel de audiencia, tiene unos costes materiales importantes. Tiempo, dedicación, pensar, informarse...son valores inmateriales, si. Pero una vez que decides mejorar el formato, pasar a introducir una serie de mejoras, estas tienen unos costes de tipo económico importantes. Diseño, hosting...etc.

En cuanto a tu declaración en público de tus deseos, es algo que ( personalmente) estoy persuadido de que tienes muchas opciones. Sin duda.

Y por ello te deseo mucha suerte. Un abrazo.

Enrique Castro dijo...

( off tópic)

Con tanta insistencia...repito insistencia, me recordaba al gallo de la Warner Bros.

Telémaco dijo...

Egócrata tienes bastante razón en lo que dices, aunque quizás es demasiado pesimista. Es obvio que tener como hobby leer blogs de contenido político es poco usual, e incluso algo friki. Pero también es cierto que los cambios políticos en esta sociedad siempre los han abanderado los sectores más informados. Por eso los vaivenes políticos tradicionalmente han empezado en las grandes ciudades, pasando después al ámbito rural. Del mismo modo puede pasar con el mundo del foro en internet, respecto al resto de votantes. No de todos por supuesto. Los cambios políticos los acometen no mucho más de un millón de votantes, que deciden votar esta vez a un partido distinto. Y ahí sí la influencia puede notarse.

Pero donde le veo más utilidad a este mundo no es en resolver las diarias batalla políticas. Es en los temas vetados en esta partitocracia, donde pueden ser muy útiles: listas abiertas, cambiar el modo de gestión del suelo, justicia independiente por los políticos, acabar con la intervención política en los medios de comunicación, o con el matrimonio de intereses entre la oligarquía económica y la política, monarquía ¿ hasta cuando?...¡y tantos otros que hacen esta democracia imperfecta!.

Y una utilidad añadida, esta para los que llamas del otro lado: en internet puedes decir en letras grandes y claras que no eres de izquierdas sin miedo a miradas de desprecio o, depende donde vivas, una diana en la puerta de tu casa. Es una válvula de escape magnífica. En realidad Internet, como el reino de la libertad individual que es, supone paradójicamente un progreso esencialmente liberal.