lunes, junio 30, 2008

De reputaciones y amistades

Es un tópico gastado decir que es necesario tener una buena reputación para llegar lejos. De hecho, a veces se dice que con tener buena fama basta (cría fama y échate a dormir) para que las cosas le vayan bien a uno; todo el mundo puede nombrar al menos un actor o futbolista que viven de ello.

Siendo la reputación tan importante, sin embargo, hay relativamente pocos estudios más o menos empíricos sobre cómo crearla y mantenerla. Existen modelos formales a patadas (dilema del prisionero repetido indefinidamente, etcétera), pero pocos ejemplos concretos sobre cómo ser hacer que la gente crea que eres maravilloso.

Este estudio que me encontré el otro día es un intento curioso y creo que bastante lógico. El diseño es bastante simple, haciendo encuestas periódicas a estudiantes en una clase de negociación sobre quién es el compañero más fiable y cooperante y quién es el más despiadado. Lo que separa a este estudio, sin embargo, es que añaden otra variable, la popularidad individual de los estudiantes.

La idea es sencilla: para que la gente crea que eres bueno, no basta con hacer el bien; es necesario que la gente lo vea. Esta visibilidad se consigue con el método más clásico de hacer propaganda, que es tener un montón de amigos y conocidos que puedan difundir tus magníficas cualidades en el mercado de reputación local. Si alguien quiere tener la reputación de justo, ecuánime y colaborador no tiene que empezar a plantar árboles, salvar niños en peligro y curar el cáncer; primero tiene que hacer un montón de amigos -preferiblemente periodistas, si le va el estrellato- y entonces, y sólo entonces, acariciar un par de gatos. Si uno tiene una red de contactos sólida, la buena nueva se distribuirá rápida y eficazmente. Si uno es un paria social, no lo hará.

Evidentemente, es sólo un estudio, y una explicación posible. Es curioso, sin embargo, ver un mecanismo lógico detrás del éxito de los "picos de oro" en muchos entornos competitivos. No estamos en un mundo para gente tímida.

Y sí, como todos los frikis que seguramente me están leyendo, alguien me tendría que haber explicado esto cuando tenía 14 años. En fin, gente, ya se sabe que las Ciencias Sociales siempre llegan tarde.

domingo, junio 29, 2008

Futboleando: Buenas noticias para ZP

Ganó España la Eurocopa (que mal que jugaron los alemanes, pardiez), con autoridad y carisma. Me parece que aparte de todos los aficionados haciendo el mandril celebrándolo esta noche (no me destrocen el país, por favor), hay alguien que estará a buen seguro contento en uno de esos cuartos oscuros de Ferraz donde vive el cinismo político. Sí, el futbol es importante. Tanto, de hecho, que algo de felicidad se le contagiará a buen seguro al actual gobierno, que no es que esté en sus mejores horas.

Y sí, hay antecedentes. No son pocos los estudiosque señalan que los votantes a veces castigan o premian a los políticos por eventos en los que estos no han tenido nada que ver. El caso más famoso es un estudio americano que demuestra que los votantes penalizaban electoralmente a sus gobiernos debido a sequías, epidemias de gripe y ataques de tiburones a bañistas, cosas que ni el más voluntarioso alcalde o diputado puede combatir a base de leyes.

Este caso no es ni de lejos único; no me extrañaría lo más mínimo que lo contrario sea cierto, y los resultados futbolísticos en mundiales y eurocopas tengan su efecto en la popularidad de los gobiernos y -en menor medida- el crecimiento económico. Alguien se hará rico con tanto petardo, camiseta y banderita vendida, vamos.

viernes, junio 27, 2008

Intrusismo profesional: los genes afectan el voto

En una muestra que en la Ciencia Política cabemos todos (más que nada porque supongo que la mayoría de politólogos no hacemos gran cosa), un estudio reciente parece demostrar que uno de los factores más importantes para predecir el nivel de participación de un individuo son sus genes. Dicho en otras palabras, la probabilidad de votar o abstenerse en unas elecciones deriva en parte de la biología y la herencia genética que tu padre y tu madre te dejaron.

Votar es, hasta cierto punto, un misterio. Es básicamente una acción irracional: pierdo el tiempo el día de las elecciones haciendo algo que tiene un efecto insignificante en el resultado de los comicios. Los politólogos tenemos un montón de explicaciones más o menos creativas para explicar por qué la gente va y vota (la mayoría con extensiones creativas de lo que significa la palabra "racionalidad"), pero los modelos tienden a ser, con pocas excepciones, cualquier cosa menos elegantes. La disciplina no es capaz de explicar por qué la gente vota, algo bastante triste.

Sin embargo, parece que alguien se le ha ocurrido tratarlo de explicar desde la biología. Usando el truco más viejo del investigador genético medio (utilizar gemelos idénticos, comparándolos con gemelos no idénticos, etcétera) y con una muestra relativamente decente, el resultado es que parece que los genes tienen un peso explicativo importante, explicando sobre el 70% de la decisión de ir a votar.

Evidentemente, es un primer estudio, y aún tiene que leerse con cierta cautela. Parece que estudios sucesivos están confirmando estos patrones, algo que dejará a muchos científicos sociales con un vago sentimiento de inutilidad y tristeza. Por descontado, tenemos un patrón, pero no un mecanismo causal; sabemos que los genes nos hacen más participativos, que el destino nos lo marcan las estrellas y que somos esclavos de la biología, así que tenemos que explicar... no sé, cosas. Por qué votan republicano. No sé.

En fin, ligeramente deprimente. Interesante, no nos engañemos. Pero ligeramente deprimente. Menos mal que me dedico a otras cosas, y no a eso de los modelos de voto.

miércoles, junio 25, 2008

El fantasma del malvado especulador

La subida de los precios del petroleo en los últimos meses ha generado toda clase de reacciones más o menos histéricas a ambos lados del Atlántico. Por un motivo que se me escapa, parece que estos días tanto izquierda como derecha andan muy, muy enfadados con la misma gente, en uno de esos ataques de indignación colectiva que son señal de poco interés por el analisis racional. Si el petroleo es caro, dicen casi todos, la culpa es de esos hombres que viven en la sombra, los terribles, maquiavélicos, salvajes especuladores. ¡Muerte al malvado intermediario!

Pues mira, no. Por mucho que El País clame que "se ha demostrado" que los especuladores están robándonos los barriles, resulta que todas esas declaraciones en el Congreso de Estados Unidos era la verdad bastante estúpidas. No hay conspiración detrás del precio del petróleo; la explicación es muchísimo más sencilla.

Hora de volver a citar a Paul Krugman. La línea argumental habitual para los que claman especulación es que una serie de "inversores institucionales" andan comprando futuros (esto es, promesas de compra a un determinado precio) de petróleo por ahí fuera, haciendo que el precio suba. Incluso Rallo, que normalmente desconfía de explicaciones de esta clase, parece estar dándole coba. La cuestión es, esta explicación no tiene sentido.

Para empezar, para que una inversión en futuros (digamos, un contrato de compra de petroleo a $150 el barril de aquí dos meses) tenga un efecto en el precio de mercado hoy tiene que generar una disminución de la oferta ahora mismo. Si no, estaríamos diciendo que si yo apuesto $10 con alguien que el precio de la leche subirá en dos meses afecta el precio de la leche.

Una inversión en futuros es esencialmente eso, una apuesta; prometo pagar un determinado precio ahora sobre algo que compraré de aquí varios meses. El vendedor de ese producto puede "reservarme" lo que he comprado en un rincón; Venezuela puede coger los barriles que pido y dejarlos a un lado. Esto para un productor de petróleo, sin embargo, no tiene sentido; ¿Por qué tener dinero contante en un almacén? Venderán los barriles ahora, y cuando venza mi promesa de compran, me darán el crudo de lo que hayan sacado del suelo a día de hoy.

Curiosamente, eso es lo que dicen los inventarios. La cantidad de petróleo almacenado en el planeta es, ahora mismo, totalmente normal. No hay más petróleo en depositos ahora que hace diez años. Lo que sale circula por los mercados al ritmo de siempre, sin más. Si no hay acumulación de reservas, no hay disminución de la oferta en la actualidad, por lo tanto, esta charla de especulación tiene poco sentido. De hecho, mirando los datos, vemos que el precio del petróleo en el mercado de futuros es menor que el precio actual. Los mercados de hecho están descontando el factor temporal (tener dinero comprometido cuesta dinero) de forma totalmente normal, sin que haya nada raro de por medio.

Para los que no puedan vivir sin un modelo formal, Krugman tiene uno bien sencillo y fácil de seguir aquí, para su deleite, poniendo esta argumentación de forma un poco más ordenadita.

¿De dónde viene la subida del precio del petróleo? Del mismo sitio que hace dos años; hay más demanda que nunca, y el dolar anda muy depreciado. Y la verdad, desde un punto de vista ecológico, la subida del precio del petróleo no deja de ser una buena noticia.

Una nota final. Los conservadores americanos han tomado como nuevo mantra obesivo culpar a los ecologistas porque no les dejan perforar como cosacos por medio país y costa buscando petróleo alegremente. El argumento es bastante estúpido; como dice Dean Baker, la estimación más optimista señala que abrir toda esa producción bajaría el precio del barril un espectacular 3%, es decir, $4. Y eso siendo muy, muy generoso en algo que no estaría operativo en menos de 10 años.

Noticia: la energía es cara. Así seguirá.

martes, junio 24, 2008

El problema de las subvenciones a la vivienda

Paul Krugman hablaba ayer de uno de las políticas públicas que contribuyeron de forma clave a la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, la enorme cantidad de subvenciones fiscales más o menos descaradas que el gobierno americano da a quienes compran una casa. El hecho que el gobierno federal permita desgravar en el impuesto de la renta los pagos de intereses de una hipoteca hace que el comprar una casa sea más atractivo en comparación al alquiler. La retórica política americana está obsesionada que el "sueño americano" incluye ser propietario de una casita y un terruño, así que el congreso y presidente no dudan en regar a los compradores de ayudas.

No hace falta decir que esto además de ser patéticamente regresivo (la gente de renta baja no compra casas, así que nunca desgravará un duro por hipotecas), es de hecho una distorsión grave del mercado de vivienda, e incluso del mercado de trabajo. Como ha comentado gente más lista que yo a menudo, comprar una casa es a menudo una decisión irracional: cuesta más dinero, limita tus opciones a medio plazo de movilidad laboral, es una inversión arriesgada (¿quién dijo que los precios no bajaban nunca, por cierto?) y tiene poco sentido en muchos casos.

Cuando el estado anda subvencionando un tipo de comportamiento económico que no es el más racional en todos los casos, esto genera problemas. Por ejemplo, demasiada gente quiere ser propietaria, creando un exceso de demanda. Los precios pueden subir más, ya que el estado se está tragando una parte del coste. Más gente invierte en ladrillo, ya que el estado paga parte de mis intereses. El alquilar se encarece, ya que hay menos recursos y ayudas en ese mercado. Y, curiosamente, todo esto tiende a favorecer la aparación de burbujas inmobiliarias, especialmente en épocas con tipos de interés escandalosamente bajos.

No hace falta que diga que todo lo que dice Krugman es aplicable, con muy pocos cambios, al mercado inmobiliario español. Y no hace falta que diga que ahora es un poco demasiado tarde para eliminar todas estas ayudas, con el mercado completamente moribundo. Para evitar disgustos futuros, sin embargo, más que ayudas al alquiler lo que debería estar en la agenda del gobierno es eliminar la miriada de desgravaciones que abaratan la compra de casas. Políticamente costoso, pero económicamente necesario.

lunes, junio 23, 2008

Las aventuras de Rajoy, héroe sin rival

El PP tuvo su congreso, y hubo paz. Eso es lo que parece en el exterior, viendo las votaciones, los discursos, las ovaciones y la orgullosa muestra de unidad y adoración al líder que vimos estos días. Rajoy, tras pasarse tres meses luchando contra toda clase de dragones, llegó a la última de sus doce pruebas para encontrarse nada más que un teatro lleno, un montón de fotógrafos, y gener aplaudiendo.

Rajoy triunfante, héroe sin rival. ¿O no?

La verdad, no creo que descubra nada a nadie si revelo que lo visto en el congreso tiene bastante de teatro y mucho de ficción. La cantidad de votos en blanco es bastante reveladora. Como los viejos soldados que "avanzan hacia la retaguardia" para poder luchar en otra guerra, los disidentes del PP han preferido no meterse en una batalla que sabían que no podían ganar. En un partido político no puedes hacer nada peor que parecer un perdedor, así que en vista que Rajoy y el aparato habían hecho un buen trabajo cerrando puertas al congreso, nadie movió un pelo. Nadie se arriesga a dar un paso al frente si cree que el resto de los aguerridos rebeldes le van a dejar más sólo que la una, así que el ataque de cagarrinas de todos esos conservadores ultrajados ha sido importante.

¿Qué podemos esperar del PP ahora? Básicamente, Rajoy vuelve a depender de si mismo para sobrevivir hasta el 2012. Toda la racionalidad de su giro al centro se basa en mejorar los resultados electorales; el líder del PP pide al partido que confíe en él, cierre los ojos, y le siga a la tierra prometida de la victoria en las urnas. Si el partido saca un buen resultado en las elecciones vascas, gallegas y europeas, la estrategia de Rajoy se verá gloriosamente recompensada. Si se la pega en las urnas... bueno, no habrá falta de gente con ganas de lincharle.

Ahora es cuando viene la belleza del asunto, y el problema latente para la nueva cúpula del PP. Si quieren sobrevivir en el cargo, tienen que ganar elecciones. Eso significa que si soy un tipo no demasiado satisfecho con la dirección, de hecho casi me interesa que las pierdan. Si además de tener cierto interés morboso en derrotas electorales soy alguien con nombre y apellidos en la vida del partido (esto es, bien conocidillo) y cierto ánimo kamikaze, me puedo dedicar a convocar ruedas de prensa, decir burradas, y hacer el troll con entusiasmo, a ver si hago daño al partido. El PP anda falto de Rosa Díez, vamos.

Lo más divertido es que todo notable con ganas de gresca tiene que resolver de hecho un pequeño dilema. Si el partido va bien en las encuestas, salir a la palestra y hacer ruido quedará francamente mal; si pierden, le echarán la culpa, y si ganan, nunca más se comerá una rosca. Si la cosa está ajustadilla o el partido va por detrás, sin embargo, no habrá falta de voluntarios con ganas de salir a partirle la cara al jefe. Por su bien, Rajoy tiene que ponerse a hacer oposición rápido; si las encuestas no acompañan, estará otra vez en problemas rápido.

Un último detalle, por cierto, sobre todo lo aprobado en este congreso: las primarias. Que Dios les pille confesados si tienen que aplicarlo alguna vez con elecciones competitivas. Escribí hace tiempo sobre los pros y los contras de cada sistema para escoger al líder de un partido, y me parece que francamente los del PP se lanzan a un sistema de primarias sin saber a qué se exponen. A veces funcionan bien, a veces no funcionan en absoluto. Lo que si que es seguro es que son cualquier cosa menos un sistema ordenado, cuerdo y elegante para hacer que un partido funcione como un bloque sólido.

El PP tiene una considerable tradición de tener sistemas de gobierno relativamente cerrados y opacos. No es que sean estricamente justos, pero los utilizan históricamente por una buena razón: la derecha española no acaba de entrar de forma natural bajo unas solas siglas, y tiene que ser metida a presión dentro del edificio de Génova para que no se desparrame horriblemente. En un sistema parlamentario no es una buena idea tener un partido tan diverso escogiendo el líder con votaciones 55-45; la tentación de dar un portazo y salir del cortijo (o hacer la vida imposible al ganador) es demasiado fuerte.

Que le pregunten a José Borrell.

viernes, junio 20, 2008

Pesados, oye

Hay algunos que no se cansan de tocar las narices: han reabierto el juicio a Rubianes por "ultraje a España". Mi opinión sobre esto no ha cambiado un ápice: es un delito estúpido, que nunca debería estar en el código penal. De hecho, comparto la opinión de Rubianes plenamente; uno debería tener el derecho a enviar a la mierda a su país con entusiasmo. Son cosas de la libertad de expresión.

En fin, es lo que tiene España. Algunos parece que se quedaron en 1951, y no han salido de esa mentalidad en su vida. Lo que es más triste, esta clase de tonterías dicen más del complejo de inferioridad de los acusadores que de otra cosa. Si la "nación española" es tan maravillosa, brillante, estupenda y gloriosa, estoy bastante seguro que las terribles, terribles palabras de un humorista lanzando astracanadas en un canal de televisión regional no provocará su derrumbamiento. Y si alguien siente que su pequeño orgullo nacional es tan frágil que un cómico lo traumatiza, o que se compre un sentido del humor nuevo, o que se encierre en una urna y vaya al psiquiatra, que es un jodido hipersensible.

Nota al margen: a todo esto, ahora se puede acceder a esta brillante, gloriosa bitácora vía www.materiasgrises.es. Somos así de modernos. Gracias a Gerard por obrar el milagro.

jueves, junio 19, 2008

Historia de un banano

El New York Times tiene de vez en cuando artículos que son capaces de explicar problemas muy grandes a partir de anécdotas realmente extrañas. Dan Koeppel escribe hoy sobre la fascinante historia de la banana en América, o cómo un fruto extraño, difícil de transportar e imposible de producir en Estados Unidos se convirtió en la fruta más barata y de mayor consumo en el país. Complementadlo con este de Krugman sobré por qué el mundo está haciéndose cada vez más grande, y haced cuentas.

Echadle un vistazo.

miércoles, junio 18, 2008

Maravillas de la coordinación natural

Cualquiera que siga un deporte profesional con algo de interés sabe que existen dos verdades inmutables y siempre ciertas: los arbitros aman al Real Madrid y dan el beneficio de la duda a todo jugador que cobre más de cinco millones de euros netos al año. De hecho, dejadme ser algo más preciso y un poco menos ofensivo; los arbitros favorecen a los equipos grandes y hacen la vista gorda ante muchos jugadores de renombre.

¿Sucede esto realmente? La verdad, es relativamente difícil de demostrar. En teoría alguien con más tiempo libre que yo (si tengo tiempo, lo hago esta sábado, mira) podría hacer un regresión con número de tarjetas amarillas como variable dependiente, y presupuesto como variable explicativa, controlando por tiempo de posesión, número de defensas, faltas concedidas, etcétera. Eso nos daría un aproximación burda pero razonable para ver si existe un cierto sesgo a favor de los "grandes" de la liga.

La pregunta, sin embargo, no es si existe o no sesgo. La cuestión que nos debería interesar es si este sesgo es intencional, primero, y más importante, si ese sesgo es pactado de forma conspiratoria en salones llenos de humo. ¿Deciden los gnomos de Zurich el resultado de la liga?.

Mi teoría, siguiendo lo que dice Tyler Cowen en Marginal Revolution, es que es posible que una de las preguntas de arriba tengan una respuesta afirmativa. Es probable que los árbitros favorezcan a los jugadores estrella y a los equipos grandes de forma más o menos consciente, pero sin nunca haber recibido órdenes de nadie. No están recibiendo pagos o "sugerencias" sobre qué equipo debe ganar; lo que hace es, sin embargo, decidir siguiendo el criterio que ellos creen que hará más felices a sus amos. Un árbitro no favorecerá un poco al Real Madrid y al Barcelona porque alguien le ha pedido; lo hará porque tiene la sensación que eso es lo que hará felices a la Liga, anunciantes y televisiones, le hayan dicho a él o no.

Tenemos de hecho un sistema más o menos clásico de colusión entre agentes en un mercado, lo único que aplicado al deporte. No es que los árbitros y anunciantes se reunan y decidan que un final de liga ajustado entre los dos grandes es lo que más les conviene a todos (más audiencia para unos, más ingresos a medio plazo para otros); sencillamente los que tienen poder de decisión sobre el terreno intuyen que eso es lo que todo el mundo quiere, y actuan en consecuencia. Algo parecido a cuando dos empresas "compiten" en un mercado pero "deciden" no meterse en una guerra de precios, pero aplicado a otro negocio; un modelo de cooperación natural.

¿Hay alguna forma de evitar este sesgo? En cierto sentido los mecanismos están ya funcionando. Por un lado el sistema sólo funciona si la competición parece razonablemente justa; los arbitros sólo en eso tienen cierto incentivo para no pasarse. Segundo, los árbitros pueden estar institucionalmente separados de los anunciantes y televisiones, algo que sucede en España (de mala manera) pero no tanto en EUA. Tercero, los medios hacen que los trencillas no se puedan escapar con nada excesicamente escandaloso; todos recordamos algún árbitro cuyo nombre es sinónimo de infamia por ahí fuera.

En fin, la economía también afecta el deporte. Como comenta Justin Wolfers, hay bastantes economistas que estudian (y derivan teoría) de estudiar el deporte y sus mecanismos de mercado; ya os digo que no soy original. Así que cuando la parienta os esté echando a parir por tragaros demasiados partidos de la Eurocopa, ya sabéis que decir: cariño, estoy pariendo modelos económicos.

Nota: Italia se nos va a merendar de mala manera. Tienen tanta potra como siempre, los malditos. ¿El penalti de Rumania y el suicidio francés de ayer? Joder, macho. Así no hay quien gane...

lunes, junio 16, 2008

La racionalidad de los notables

Los notables de un partido político acostumbran a ser gente pragmática. Uno se pega de leñazos con cincuenta mil militantes, sufre miles de reuniones aburridas y se somete a la tortura refinada que es una campaña electoral para ir por el mundo proclamando la buena nueva de la verdad ideológica revelada. Con lo que te ha costado llegar a la poltrona, lo último que uno desea es ir por el mundo llamando a todo el mundo antiespañol y teniendo posturas ideológicas "curiosas" que hacen que el electorado se quede con cara de espanto.

La decisión de los barones territoriales del PP de apoyar a Rajoy es básicamente racional, y sigue un principio muy básico: a los políticos les gusta ganar elecciones. Los barones tenían la opción de escoger entre la linea Aguirre/FJL de un partido, un discurso, un martillo de herejes, todos siguiendo la voz infalible y todopoderosa de Madrid, o un liderazgo más flexible, descentralizado y propenso a que cada comunidad tenga una voz ligeramente distinta de Rajoy. El cálculo de los candidatos autonómicos ha sido relativamente sencillo: leen los resultados de Galicia, Cataluña, Canarias, Baleares, Andalucia, Aragón y País Vasco, toman nota de la tendencia general, y deciden que lo del discurso único no les va, si no eres de Madrid o una comunidad del área del trasvase del Ebro.

La gente de Aguirre parece que no ha entendido que en el PP hay gente que tiene otros objetivos en la vida aparte de llegar a la Moncloa. No han sido capaces de provocar ningún movimiento significativo entre los notables del partido, más allá de alguna estrella mediática con un patético historial en las urnas (San Gil y el PP de Euskadi), en parte sospecho por su tozuda cerrazón a hacer que el PP actúe siguiendo la racionalidad del sistema autonómico. Si encima el partido empieza ir mejor en las encuestas, incluso con el presuntamente muerto Rajoy, aún menos motivo para cambiar de acera.

En un mundo normal, con un grupo disidente bien organizado, y contando con el enorme, gigantesco apoyo mediático que tenían, la esperanza de vida política de Rajoy hubiera sido muy, muy escasa. Aguirre y los suyos, sin embargo, han hecho un discurso bronco, inflexible, catastrofista y poco dado a ser incluyente, a la vez que han demostrado una cobardía considerable a la hora de salir al escenario y dar la cara. Lo tenían todo a favor: un Rajoy agotado y con pocas ganas de seguir, una derrota electoral clara, una situación económica poco favorable, todos los medios a su favor... y sólo han conseguido debilitar el partido, hacer ruido, y quedarse exactamente donde estaban.

Cuando Aguirre la pifió dando un ultimátum a Rajoy por el tema de las listas ya deberíamos haber intuido que la lideresa era cualquier cosa menos un genio político brillante. En su patética campaña para derribar al jefe lo ha confirmado.

viernes, junio 13, 2008

La histeria de las 65 horas

A riesgo de caer en el onanismo bitacoril más desaforado, remito al respetable al excelente artículo de Citoyen en La Ley de la Gravedad sobre el infame proyecto de directiva europea de las 65 horas. La reacción de la blogosfera hispánica ha sido de un histerismo preocupante, con topicazos infundados volando por los teclados de forma frenética. Ni la cosa es tan grave (de hecho, creo que de hecho es incluso una mejora en muchos aspectos), ni el mundo se acaba, ni Europa oh cielos nos ha abandonado.

A todo esto, lo de onanismo bitacoril viene porque el bueno de Citoyen me cita tanto en ese artículo que casi me da vergüenza enlazarlo. Pero qué queréis que os diga, su explicación sobre todo el pollo este es muy, muy buena.

La página donde la bitácora de Citoyen habita, por cierto, está llena, llenísima de bitácoras estupendas. De hecho, hay una realmente excepcional, magnífica, sublime que recomiendo a todos mis fans ir a visitar de inmediato: Barras y Estrellas. Sí, la escribo yo. Qué pasa. Os recuerdo a todos que hay un montón de artículos nuevos escritos por mí, el único, el inigualable, que merecen atención y lectura.

Hala, ahora sí hay autobombo para justificar la etiqueta de onanismo bitacoral. Id a leer Barras y Estrellas, marditos.

jueves, junio 12, 2008

¿Y si no nos quieren?

La ocupación americana de Irak está ahora mismo en una encrucijada. Como siempre que hay elecciones, el país debate sobre qué hacer a partir de enero del año que viene. El problema es que situación parece ser cada vez más ambigua: el aumento de tropas sobre el terreno ha funcionado razonablemente bien (aunque la verdad, el país sigue siendo un infierno), pero los políticos iraquíes siguen sin estar por la labor de ponerse de acuerdo.

Irak sigue sin aprobar leyes importantes. No hay acuerdo sobre reparto del petroleo, gobiernos provinciales, y una larga lista de conflictos políticos que siguen dividiendo el país. Estados Unidos parece haber decidido que Maliki quizás sea un hijo de puta, pero es "nuestro" hijo de puta, apostando por que su bando en la guerra civil sea el ganador. Es una aplicación más o menos encubierta de la solución pragmática que comentaba hace unos meses: no importa cómo sea el gobernante o las leyes, más vale una dictadura estable que un guerra civil permanente.

El problema para Estados Unidos es que Maliki es un hijo de puta útil, pero parece que no acaba de ser el tonto útil que realmente ellos desearían. Los americanos andaban seguramente pensando que si le daban el gobierno a Maliki, este les devolvería el favor dándoles un acuerdo estupendo para mantener tropas en Irak y un acceso preferencial a su economía. El problema es los iraquíes serán brutos, pero no tontos, y no están tragando con las 60 bases que quieren los americanos en el país.

Ahora mismo parece posible que llegue el verano, termine la autorización de las Naciones Unidas a la presencia americana, y el gobierno iraquí, puesto en el cargo y mantenido por los Estados Unidos, les pida que se larguen de inmediato. O dicho en otras palabras, es perfectamente posible que el exito del aumento de tropas en reducir la violencia sólo sea un anticipo de una represión alegremente brutal una vez los americanos se vayan, un retorno a la guerra civil que azotaba el país, y aumento de la influencia de Irán en el país y la región.

Estados Unidos está en una situación en la que ya no quedan salidas que suenen a buenas noticias. Uno de los candidatos a la presidencia (Obama) parece haber aceptado la evidencia; otro sigue pensando que esto será una democracia estilo alemán algún día. En fin.

martes, junio 10, 2008

Gobiernos respondiendo a huelgas

Para un gobierno, una huelga como la de los transportistas es lo más cercano a una pesadilla. Tienen una minoría que está dedicándose a hacer la vida imposible a todo el mundo y generando unos costes brutales a la economía en general. La tentación de ceder y sacarse del problema de encima es considerable; crear un paquete generoso de medidas bien ofuscadas es relativamente sencillo, y uno puede poner cara de estadista conciliador mientras te bajas los pantalones sin que se note.

Por otro lado, sin embargo, los transportistas están básicamente usando el chantaje como método de protesta; básicamente es un secuestro con rehenes. A ningún político le gusta que le obliguen a hacer cosas, y lo cierto es que lo último que un ministro quiere dar es la sensación que ceden ante estas situaciones. Si encima el origen del problema es completamente externo y la protesta es ligeramente absurda.

El gobierno puede ponerse inflexible, empezando una guerra de desgaste con los huelguistas. El conflicto entonces se convierte en un a ver quien se baja del burro primero: los transportistas, que empiezan a quedarse sin dinero en el banco y tienen deserciones en sus filas, o el gobierno que se queda sin el apoyo de la opinión pública.

Si uno mira quién está participando en la huelga, quién la apoya y qué fuerza tienen en el sector, parece relativamente obvio que el gobierno puede optar por ser inflexible. Una minoría de los transportistas están haciendo ruido; el equipo de comunicación del ejecutivo en bloque debería estar en todas partes de forma incesante explicando cláramente que un grupo de lunáticos malcriados está jodiendo al personal alegremente. La reacción de Zapatero, sin embargo, ha sido ese extraño acto reflejo del talante; se puede negociar, se debe negociar, y se pueden adoptar medidas.

La verdad, no lo acabo de entender. Es posible que el sector del transporte necesite ser regulado de forma distinta (el monopsomio que comentaba ayer), pero un gobierno no debería sentarse en la mesa a hablar de estas cosas con una huelga en las calles. Con un sector del transporte tan dividido, me parece (puede que algo se me escape, no estoy seguro) que el gobierno podría ser un poco más agresivo. Si la huelga sigue durante un par de días más, estoy bastante seguro que las imágenes de policías enfrentándose a huelguistas favorecerán más al gobierno que a los camioneros. Siempre que se vaya con cierto cuidado para evitar que todo el sector se ponga en huelga, no es un conflicto que el gobierno pueda perder.

De hecho, esta huelga no es tanto camioneros contra el gobierno sino un cierto subgrupo de camioneros (autónomos) contra otra grupo dentro del sector (ciertas empresas de transporte). El gobierno está siendo forzado a ejercer de mediador entre dos partes, con una de las dos partes echando la culpa al ejecutivo de males que no tienen nada que ver con el conflicto real. No voy a proponer reformas específicas de un sector del que no tengo números exactos, pero me parece que más que hablar de precios de gasoil, deberían andar todos hablando de contratos y niveles de concentración en el sector. A largo plazo, el petroleo seguirá subiendo; las reformas tienen que ser estructurales, no fiscales.

Aún así, debemos recordar que los camiones son el peor de los transportes posibles (dejando de lado aviones) para mercancias desde un punto de vista de eficiencia energética. No tiene demasiado sentido premiarlos con un mejor tratamiento impositivo, la verdad.

Nota al margen: ¿por qué tan poca gente en RP está hablando sobre esto?

lunes, junio 09, 2008

Ya de vuelta: notas rápidas

Después de un -estupendo- fin de semana en que nos hemos tragado 1.600 Km conduciendo a través de tres estados (y sólo tres estados; este país es ridículamente grande) unas notas rápidas sobre algunas cosas que merecen comentario:

1. Huelga de transportistas: ya les vale. El precio del petroleo está subiendo para todo el mundo, no sólo para los camioneros. Sí, es su principal coste, y sí, el mercado está tan atomizado que eso complica mucho subir precios. Precisamente por eso el sector de transporte por carretera es tan competitivo comparado con otros medios de transporte; es un mercado que funciona bien.

¿Significa que no debe ser regulado, y que el gobierno debe chuparse la huelga y listos? Sí y no. No creo que el gobierno deba dar concesiones bajo presión, pero puede que valga la pena revisar algunas cosas, ya que este mercado me parece que tiene un cierto problema de monopolio de la demanda, no de la oferta. El equivalente más cercano sería el mercado laboral; expliqué por qué era un monopsomio y cierta regulación tiene sentido. No digo que en el caso de los camioneros esto se produzca, pero valdría la pena estudiarlo. En caso que así sea, la asimetria de poder de negociación merecería cierta regulación, y cosas como precios mínimos (una especie de convenio colectivo o salario mínimo) quizás tuvieran sentido. Sólo quizás.

2. Costa es un cagado: parece que Costa no tiene ganas de ejercer de kamikaze contra Rajoy; no quiere salir a perder por otros. La bola de nieve no ha creado una avalancha, al menos de momento. No me extrañaría que ahora que dice que no reciba más apoyos y gente animándole en privado de críticos aún en el armario, y el ciclo no muera del todo. Si Esperanza Aguirre quiere guerra, que sacrifique uno de los suyos.

3. La química os hará justos: manipular la química del cerebro hace a a la gente más altruista... o menos. Hay una circuitería compartida que nos hace generosos, pero parece se la puede inducir al cortocircuito con brebajes raros. Curioso.

4. Cumpliendo con el ritual, declaro que este año España puede ganar la Eurocopa. En un par de semanas, cumpliendo con el ritual, declararé lo patéticos que somos.

viernes, junio 06, 2008

Mini-vacaciones

Estaréis unos dos o tres días sin saber de mi augusta persona, tropa; me voy a pasar el fin de semana a los Adirondacks, en (el estado de) Nueva York. Es una zona rural de veras, y esto en EUA significa que está muy, muy, muy, muy vacio. Es una zona protegida tres cuartas partes el tamaño de Cataluña, pero con 130.000 habitantes. Vamos, que no hay ni Dios.

Si no me come un oso (que haberlos haylos) o algo peor (Big Foot, un republicano cabreado), estoy de vuelta el lunes. Hasta ahora mismito.

jueves, junio 05, 2008

Ahora sí, hablando de las generales

Ahora que Clinton lo deja en serio (parece que el viernes), finalmente podemos hablar ya de John McCain y las presidenciales por Barras y Estrellas:

John McCain es tipo curioso. Más allá de su -impresionante- biografía, es un político que tiene una reputación ciertamente extraña. La etiqueta que se asocia más a menudo con McCain es la de “maverick“; un tipo que va a su aire dentro de su propio partido, siempre prefiriendo defender sus ideas a seguir las líneas marcadas por otros o lo que aconsejarían las encuestas.

Si se mira la carrera de McCain con un poco de detalle, sobretodo estos últimos años, uno ve esta reputación de honestidad y audacia ideológica es de hecho un poco ficticia.


Más sobre McCain aquí.
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Rebajando costes

Esta es una medida estupenda. Es una reforma simple, sencilla, concreta pero que realmente aporta cosas; algo tan sencillo como hacer que sea más fácil abrir una empresa en España. Forma parte de una medida para reducir los costes de transacción agregados de la economía española, algo que es relativamente sencillo de hacer, y que parece que ningún gobierno hasta ahora se había parado a a resolver.

Puede que reducir trámites para facturar cosas, pagar impuestos, abrir una tienda o firmar un contrato parezca poca cosa, pero en agregado es un ahorro considerable. Todo lo que sea quitar retrasos absurdos a gente que tiene ganas de hacer cosas es bueno; si podemos hacer las cosas más rápidamente, la economía es más flexible, es más fácil ser creativo, y es más fácil crear empleo.

Por descontado, esto no quiere decir que sea recomendable quitar cualquier control o procedimiento para cualquier actividad económica; hay algunos procedimientos inevitables. Las empresas tienen que pagar empresas, no ensuciar demasiado, tratar a los empleados de forma razonable y respetar una urbanismo ordenadito, entre otras cosas. Aún así, cuanto menos visible sea el estado para los agentes económicos, mejor.

miércoles, junio 04, 2008

Es oficial: el candidato es Obama

Es oficial, o al menos tan oficial como uno puede decir en voz alta (Clinton aún tiene que hablar): Barack Hussein Obama, 46 años, Senador por Ilinois, será el próximo candidado demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Seguiremos informando con lo dice Clinton en su discurso, y algunas reacciones de los medios.

Hoy es un día histórico.

El discurso de Hillary:

Histórico, sí, pero parece que nadie le ha dicho nada a Hillary Clinton sobre el tema. Hoy no estamos hablando ya de probabilidad remota; Barack Obama tiene ya la mayoría. Hillary, sin embargo, no ha aceptado la derrota, ha atacado a Obama de nuevo indirectamente, y ha dicho que se va a tomar unos días para decidir qué hace. Lo de esta mujer es básicamente una especie de egocentrismo maníaco destructivo. Parece que una vez perdidas las elecciones, su primera reacción ha sido apretar los dientes y tratar de lanzar un chantaje para que le den la vicepresidencia.

Hablaré largo y tendido de los efectos de la tozudez de esta cría en Barras y Estrellas, pero lo suyo es algo patológico. Y no, no creo que merezca ya siquiera el beneficio de la duda; con la que ha caido, con toda la mierda que ha lanzado, con la gigantesca irresponsabilidad y el daño que ha hecho el partido, lo único que sería aceptable viniendo de Hillary es comportarse con clase y lealtad de partido. No lo está haciendo.

El discurso de Obama:

En este espacio un servidor babea profusamente sobre lo maravilloso que es Obama. Con todas las gilipolleces que ha soltado Hillary, y el tipo ha tenido la clase y el estilo de dedicar diez minutos a alabar a su rival derrotada. Encima ha lanzado un discurso espectacular.

El problema, claro está, es que los medios hablarán tanto de la consagración de Obama con la insoportable, tozuda, irritante política de chantaje de Clinton. La estupidez, hasta el final.

martes, junio 03, 2008

lunes, junio 02, 2008

A los "críticos" les da el tembleque

Como decía el otro día, uno de los efectos secundarios graves de la naturaleza opaca de la organización del PP es que nadie sabe la fortaleza de los apoyos del jefe. Esto es un problema para el líder del partido, que tiene pocos argumentos para contestar a los potenciales rebeldes en su partido, pero también puede una fuente de debilidad para los insurrectos, especialmente si no se organizan bien.

¿Qué incentivos tiene un notable de un partido político en una situación como a la que se enfrenta Rajoy? Un líder provincial del PP tiene básicamente tres opciones: apoyar a Mariano, hacer ruido en su contra o callarse y decir que todo el conflicto no va con él. Las tres opciones tienen un coste y beneficio potencial, que dependerá de quién gane el liderazgo. Para acabar de complicar las cosas, la elección de un notable individualmente no sólo afecta el resultado final de la votación en un congreso, sino también lo que hacen los otros delegados: si todo el mundo está apoyando a Mariano, ser la voz disidente tu solito no queda demasiado bien. En cambio si todo el mundo está tratando de apuñalar al líder, ser el último matado defendiéndolo es una receta para ser defenestrado junto con tu jefe. El quedarse callado también tiene sus riesgos. Gane quien gane, un notable puede ser víctima del resentimiento del ganador, decepcionado por su neutralidad cobarde e interesada.

La tropa aguirrista se enfrenta ahora al problema que necesita hacer el ruido suficiente para provocar una reacción en cadena de notables apostando a caballo ganador, con el problema que la única señal sobre la fortaleza de su candidatura alternativa es el número de notables que le apoyan. Un notable neutral indeciso tiene un determinado "umbral de protesta", dependiendo de lo cabreado que esté; si no ve un número específico de gente uniéndose a la revuelta, no se moverá. Aguirre puede que tenga un número suficiente de apoyos; el problema para ella es que esos apoyos sólo saldrán del armario si hay muchos otros que han salido antes. Los insurrectos ya hacen lo imposible por crear un ruido ensordecedor, pero parece que todo el estruendo mediático no está siendo suficiente.

Es por eso que enviar a Costa en misión suicida estaba sobre la mesa, por cierto. Provocar un voto secreto es un método estupendo de bajar el umbral de muchos notables llenos de dudas. El problema, claro está, es que Costa puede que no tenga vocación de comando político suicida. Veremos lo que sucede, pero podemos esperar más estruendo y furia hasta el congreso. Rajoy puede que sobreviva, al menos por ahora.