jueves, noviembre 27, 2008

De cierres y éxodos

Los que sufren mis peroratas por Lorem Ipsum ya lo habéis oido, pero esta bitácora va a morir pronto. Tras años de servicio a la patria y el mundo a través de blogger, Egócrata, el hombre, el mito, cuelga el teclado y el ratón. Materias Grises echa el cierre.

La desaparición de Egócrata de la blogosfera, sin embargo, no es necesariamente mala o definitiva. A partir de mañana o pasado (según lo glorioso que sea el pavo de acción de gracias) Roger Senserrich, el listillo detrás del pseudónimo, resucitará la muy gloriosa cabecera bitacoril en un un sitio más grande, más luminoso, más ilustrado y con -espero- mucho más tráfico: Materias Grises, esta vez en Lorem Ipsum.

Me reuniré ahí con un grupo de gente que cito constantemente (Citoyen, Kantor...) en una página llena de artículos interesantísimos, análisis detallados, reflexiones profundas y glorioso liderazgo intelectual. Juan Antolín, ese faro de occidente, ese genio ilustrado, ha tenido la probablemente desastrosa idea de creerse que sé de lo que hablo, así que ha tenido a bien de invitarme al chiringuito que tienen por ahí montado.

La verdad, si me traslado es por tres motivos. El primero, Lorem Ipsum es realmente un proyecto magnífico que se echaba de menos en España. La página está llena de artículos excelentes, que son un placer de leer incluso cuando no estás de acuerdo con ellos. El último artículo de Kantor, sin ir más lejos, es de esos que me gustaría haber escrito a mí, y que debería generar infinitos debates. Si estoy por ahí, a lo mejor se me contagia eso de tener ideas.

Segundo, el pobre Juan Antolín me ha dicho que puedo escribir de lo que quiera. Esto significa que podré seguir advirtiendo al mundo de la amenaza del FLGJ, el inminente apocalipsis zombie, el ataque de los robots asesinos y el retorno del Gran Cthulu en un sitio con mayor audiencia. Y tercero, y más importante, Lorem Ipsum tiene más visitas que este rinconcito de internet. Dado que estoy en esto básicamente para hacerme famoso, no tengo más remedio que trasladarme.

En fin, amigos, actualicen sus marcadores y favoritos. Nos cambiamos de dirección. Espero que dentro de unos días incluso podamos importar los artículos que tenemos aquí a la nueva bitácora, si Wordpress de decide a colaborar.

miércoles, noviembre 26, 2008

¡El Dr. Doom habla!

Nouriel Roubini, alias Dr. Doom, es un economista y pesimista patológico que lleva años prediciendo los peores desastres y acertando una y otra vez. Todo lo ve negro, y resulta que hasta ahora ha estado en lo cierto.

Al bueno de Roubini lo entrevistan en Newsweek estos días, y sus predicciones son estupendas como de costumbre; el fin del mundo está cerca, etcétera, arrepentíos pecadores. Dejando la deprimente futurología, Roubini da su opinión sobre el equipo económico que ha elegido Obama, y cree que son elecciones excelentes. No sé si eso es demasiado relevante, pero al menos parece que no soy el único que ve los nombramientos hasta ahora con buenos ojos.

Echad un vistazo a la entrevista.

martes, noviembre 25, 2008

Esencias conservadoras

Siguiendo con partidos y discusiones, el Partido Popular parece estar sufriendo esa extraña condena que los partidos con ex-presidentes del gobierno jóvenes parecen tener que soportar. Jose María Aznar salía ayer hablando de ideas y haciendo la pelota a Esperanza Aguirre en el momento más inoportuno. El país anda en una crisis económica espantosa, y la gente del PP parece más preocupada de discutir sobre cual debe ser la verdadera esencia del partido a hablar del planeta tierra.

Eso no implica que Aznar no tenga algo de razón, de todos modos. Con la economía en recesión y el gobierno dando mensajes bien poco claros (nota para Moncloa: si se quiere aumentar el presupuesto de la ley de dependencia, llamadle "estímulo fiscal". Uno, por que los es. Dos, así parecéis competentes), el PP no debería tener problemas demasiado serios para ganar terreno claramente en las encuestas si fuera capaz de explicarse remotamente bien. La verdad, no hace falta que sea un plan demasiado "serio" en el sentido de detalle; de hecho, no hace falta ni siquiera que sea demasiado conservador. Lo único que tienen que hacer es hablar de economía con fuerza, constantemente, y con un mensaje consistente.

Y aquí es probablemente donde Aznar se equivoca; no estoy seguro que cualquier mensaje valga. Ponerse a repetir los mantras que neoconservadores clásicos (menos impuestos, más mercado, valores tradicionales) es emitir un mensaje coherente, pero no creo que sea demasiado sólido. En un mundo en que el partido republicano ha despeñado la economía del planeta repitiendo esos mantras de forma insistente, pasearse por España diciendo que tenemos que volver a eso no es exáctamente una buena idea. Es cierto que es necesario liberalizar y reformar algunos sectores cruciales de la economía española (empezando por las universidades) y simplificar otros (administración de justicia), pero no creo que los votantes estén para esos matices; el PP tienen que cambiar su retórica si quiere llegar lejos.

La derecha española tiene una oportunidad única de redefinir el discurso. Lo que es bastante discutible es que uno pueda redefinir apelando a un mensaje que todo el mundo está deslegitimando con fuerza. Harían bien de mirar a Cameron y los conservadores británicos para ver como uno puede seguir siendo conservador, pero con un lenguaje y temas adaptados a este siglo.

lunes, noviembre 24, 2008

Partidos a la francesa

Es una de esas cosas que repetimos por aquí a menudo, pero nada sale gratís. Ni en economía (que le pregunten al contribuyente americano, que lleva todo este otoño salvando bancos en crisis), ni en política. Como es costumbre en Francia, el partido socialista se ha pasado las últimas dos semanas a tortazos, disfrutando el estupendo y placentero sistema de primarias electorales.

Es tarde, tengo sueño y parece que Citigroup está a punto de estirar la pata (hablando de contribuyentes americanos gastando dinero, me toca otra vez pasar por caja), así que me remitiré a un viejo artículo sobre selección de líderes en partidos políticos como punto de partida. Básicamente, el PSF está intentando aplicar un sistema que parece justo en teoría, pero que es muy torpe en la práctica cuando se aplica en un partido europeo.

Las primarias funcionan -de hecho, son básicamente imprescindibles- en partidos muy poco estructurados como los partidos americanos. Los partidos aquí son más un paraguas ideológico que un grupo organizado al estilo europeo; simplificando un poco, son una coalición de individuos con ambiciones individuales con ideas políticas vágamente parecidas entre sí. Dependiendo de la región y la zona veremos sub-partidos más estructurados y organizados (en las ciudades, los partidos son burocracias que harían a Pepe Blanco llorar de alegría), pero a escala nacional son una confederación de ambiciones. Las primarias en Estados Unidos no están resolviendo una disputa entre grupos organizados; estos básicamente no existen.

Los partidos políticos franceses son, dentro de lo que cabe, lo más parecido al desorden individualista que vemos en Estados Unidos que podemos encontrar en Europa. Son organizaciones relativamente débiles y personalistas, con una militancia no demasiado numerosa (incluso comparados con España). Aún así, son partidos políticos relativamente ordenados que viven bajo una ley electoral espantosa; tienen una estructura, organización, militantes y facciones, y son un agregado más rico y profundo que los atomizados partidos americanos. Una tendencia o corriente en un partido francés acostumbra a ser un chiringuito de adoración al líder de esa facción, sí, pero es también un grupo de gente que le apoya en la organización, no sólo que le votan cuando toca.

¿Qué quiero decir con esto? Que un sistema de primarias directo en el que el ganador se lleva todo no es necesariamente una buena idea. Es el equivalente político a que después de unas elecciones generales todos los que han votado al partido perdedor tuvieran que dar todos sus bienes a los ganadores; la facción perdedora tiene una base de poder real (son alcaldes respetados, diputados con experiencia, presidentes y consejeros autonómicos que trabajan duro, secretarios de agrupación y concejales que conocen su distrito y ganan apoyos), y es básicamente absurdo pensar que van a callar y obedecer sin rechistar siempre.

En el PP, sin ir más lejos, Esperanza Aguirre no puede dejar de ser presidenta autonómica o dejar de aplicar el programa que la llevó a su cargo; si contradice a Rajoy a ella le trae al pairo. Sus jefes son los votantes, no la dirección del partido. Si el partido hubiera tenido primarias y Rajoy hubiera vencido a Aguirre, la presidenta n puede dejar de hacer su trabajo en la comunidad, y este puede contradecir a Rajoy. Del mismo modo si Borrell tras ganar las primarias estaba trabajando y diciendo cosas que contradecían o hacían imposible el trabajo del aparato regional (menos descentralización, cabreando al PSC; trasvases, cabreando a los aragoneses) no es esperable que los militantes y líderes del resto del partido se lobotomicen para complacerle.

¿Es el sistema de primarias un imposible en partidos organizados? No del todo, pero tiene problemas muy graves. Si no se utiliza más a menudo es básicamente porque no da una ventaja competitiva sólida al partido en las urnas; no hay demasiados partidos europeos que tomen el riesgo de divisiones que conlleva.

Por supuesto, el PSF siendo lo que es, ni se han esperado en que emerjan contradicciones y conflictos para empezar a liarse de tortas post-primarias. Royal, ya va camino de los tribunales. La clase política francesa es, como de costumbre, autista, tozuda, opaca, malcriada y encantadora.

viernes, noviembre 21, 2008

¿Crédito? ¿Dónde?

Parece que el pánico vuelve a los mercados, esta vez porque no hay ni una sola buena noticia en todo el país, Citi parece ir camino del matadero, la industria automobilística se ahoga en su propia estupidez, y en fin, que estamos jodidos y el gobierno federal está en manos de becarios precarios con fecha de caducidad.

Qué no hace falta excusas. Todo va de pena. Todo Dios está tan seguro que la economía va de cabeza hacia la madre de todas las recesiones que lo único que hacen es dar dinero al gobierno, a pesar que el tipo de interés que dan estos días es literalmente 0,02%. Estamos de nuevo como estábamos a principios de octubre, sólo que 250.000 millones de dólares más pobres "rescatando" bancos".

La verdad, no estoy demasiado seguro que el pánico actual sea del todo racional estos días. Tengo la sospecha (y esto tiene bastante de wishfull thinking) que los mercados están aterrados ante el vacio de poder que Estados Unidos tiene entre administraciones. Nadie sabe nada, nadie se atreve a hacer nada, y nadie se fía de nada de lo que hace un gobierno federal que cambiará de color en dos meses. La larga transición americana está creando muchísima incertidumbre, y parece obvio que los mercados no están llevando el ataque de cagarrinas bien.

Eso, del lado del mercado financiero. En la economía "real", Estados Unidos está despidiendo medio millón de trabajadores a la semana. La recesión será de caballo. No Zimbabwe y sus varios cuatrillones por ciento de inflación anual (sin exagerar: los precios se duplican cada 22 horas), pero durilla.

Lo más patético de toda esta historia es que si la regulación de los mercados financieros americanos no hubiera sido el desastre épico que ha resultado ser, tendríamos una recesión normalita, no una catástrofe en potencia. El resto del mundo no es que hiciera un trabajo estelar regulando bancos en todas partes (preguntad por Islandia), pero el infierno de CDS, instrumentos raros y espantosa indiferencia ante la inutilidad de las agencias de calificación son culpa de un sólo país.

Y sí, estoy de mala leche.

Actualización: Paul Krugman habla también de los efectos perniciosos de la larguísima transición entre administraciones, y su paralelismo con 1932-33. Aunque la verdad, parece que el mercado de crédito está menos mal de lo que parece; el plan Paulson parece haber hecho algo bien. 

jueves, noviembre 20, 2008

Gráficas para poneros de buen humor

Una comparativa de cuatro masacres bursátiles y su efecto en bolsa, alineando el día de inicio de la crisis para comparar su velocidad:


1929 utiliza el DOW, los otros dos el S&P500. Y sí, ya sé que es una comparación que bien puede ser espúrea. De momento, el mercado ha caído más que en 1973 y en el 2002, y ha "adelantado" la velocidad de caida de 1929. ¿No es maravilloso? Para variar, Roubini tendrá razón. El maldito.

(vía Calculated Risk)

Ahora si que toca miedo: deflación

No estamos aún en esas, pero el hecho que los precios hayan bajado este mes pasado con ciertas ganas en Estados Unidos (si, ya sé, el descenso en la inflación subyacente ha sido menor) es de esas cosas que deberían dar escalofríos a cualquier persona seria.

¿Por qué? Bueno, si eres Austríaco no (con esos discutimos luego; su linea argumental dice que esto es estupendo), pero si no lo eres esto es de las cosas que dan miedo. La deflación es una cosa muy, muy seria; una trampa de la que es difícil salir. Es relativamente sencillo "romper" un ciclo inflacionario (subes los tipos, provocas una recesión y punto), pero acabar con una espiral deflacionaria es bastante más complicado.

Cuando uno se mete en una trampa de liquidez, los agentes se dan cuenta de una cosa: la mejor inversión es no gastar. Si pongo el dinero en una hucha cerdito y los precios están bajando, soy cada vez más rico; mi moneda cada vez compra más. Los bancos no dan créditos a nadie (¿para qué? Ponerlo en una caja fuerte es una inversión de riesgo cero), los consumidores no gastan, la demanda agregada cae y la recesión empeora aún más. No importa que vengas de un exceso de crédito y que todo el mundo esté endeudado; si de repente nadie tiene incentivos para gastar, el morrazo de la economía es de impresión.

En teoría, salir de este ciclo debería ser sencillo; el banco central de turno imprime dinero, dice en voz alta que va a crear inflación, e inunda el mercado de monedas, mientras el gobierno gasta como un poseso tratando de recalentar la economía tanto como puede.

A la práctica, no es tan sencillo. Si el gobierno de digamos Bolivia o Burundi prometen crear inflación, los mercados se los creen. No son gente con reputación estelar de gestión equilibrada, así que todo el mundo sabe de sobra que no sólo pueden estrellar el país, sino que lo han hecho ya varias veces. Sin embargo, esto no acaba de funcionar si eres Japón o Estados Unidos; los agentes mirarán al banco central, y se dirán a si mismos "sí, imprimirán moneda, pero a la que haya inflación echaran el freno otra vez. No me lo creo". Por mucha moneda que impriman, los mercados anticipan el conservadurismo futuro y tenemos la situación de Japón en los noventa, en que la política monetaria no funciona en absoluto.

¿Qué podemos hacer si hay una trampa deflacionaria? En palabras de Krugman, el gobierno en cuestión tiene que hacer el equivalente a una promesa creíble sobre su irresponsabilidad futura. Sea un plan de gasto absolutamente gigantesco, sea una promesa de no tocar los tipos de interés en X años, pase lo que pase, las autoridades tienen que meter en el cuerpo de todos los implicados el terror a la moneda menguante. Eso, y confiar que te crean. Y si no lo hacen, ser aún más cafre.

Antes que los gobiernos del mundo que me están leyendo corran a proclamar que van a destruir su moneda gritando desde un balcón con una camisa de fuerza, una nota: no estoy seguro que la deflación sea un problema real. Puede que los precios estos días sean un artefacto estadístico. Aún así, las cosas no pintan nada bien; vamos a ver políticas que hace tres años te hubieran mandado al frenopático. Dias interesantes, sin duda.

miércoles, noviembre 19, 2008

¿Dónde ha ido el estímulo?

El gobierno español se ha tomado la política de estímulo fiscal en serio, y parece que el déficit fiscal será más de un 3% del PIB. Esto no tiene nada de malo; la deuda pública española se ha reducido mucho en los últimos años, y hay margen de sobras para sacar la tarjeta de crédito unos añitos.

Mi pregunta es, ¿dónde ha ido todo este estímulo? ¿Todo en rebajas fiscales? ¿Ayudas a las hipotecas? ¿Créditos a empresas? ¿Estabilizadores automáticos, como la ley de dependencia o subsidios de paro? El gobierno, para variar, no me lo ha explicado con demasiado talento.

La pregunta ahora no es si habrá recesión -duh- sino si durará meses o años. La OCDE da una predicción realmente catastrofista estos días; el gobierno no haría mal en prestarle atención. La lista de recomendaciones que ofrecen es la de siempre (flexibilizar el empleo, mejorar el sistema educativo, hacer el gasto público más efectivo, más competencia en muchos sectores), y la verdad, son las correctas. Algunas novedades relativas en el informe (eliminar las deducciones por compra de vivienda, parar de construir viviendas de protección oficial, una auténtica estupidez) son igualmente importantes.

No estaría mal que el gobierno se despertara y, la verdad, pasara leyes. Haced algo, por Dios. Ya sé que el PP está muy ocupado mirando la pared y buscando el alma de Navarra, pero es hora de ser hiperactivos y aprobar reformas. Es imprescindible, de hecho.

Por cierto, añadir a lo de arriba reformar las universidades. Con el desastre actual, uno no puede parir una economía moderna. Por favor.

martes, noviembre 18, 2008

ETA: seguimos siendo irrelevantes

Ya sé que es de mala educación presumir que has acertado, pero me parece que El País tiene un buen resumen de la situación de ETA estos días: de mal en peor. ETA estaba derrotada antes de la tregua, estaba derrotada durante la tregua, y está derrotada ahora. El Estado ahora mismo es un elefante esperando que una mosca se canse de tratar de destruirle con su imponentes embestidas.

Si algo de bueno tiene que la economía vaya mal es que el PP ya no le da importancia a estos idiotas. Por cierto, ¿os imagináis qué hubiera pasado si el PP hubiera dedicado todas esas horas de diatribas sobre ETA a hablar de economía? Qué credibilidad tendría Rajoy. Qué poderio. El gobierno estaría bajo presión, aplicando reformas estructurales y discutiendo de igual a igual con un partido orgulloso de su competencia económica.

Sí, ya sé. Soy un iluso.

lunes, noviembre 17, 2008

La cumbre del G-20

Uno de los mayores terrores del columnista medio es que los políticos empiecen a hacer las cosas que has defendido en el pasado. No porque me hagan caso a mí en especial (no creo que me lean en Moncloa, y la verdad, aún no he extendido mi poder hasta la Casa Blanca), sino porque ahora el mundo podrá ver claramente que no tengo idea de lo que hablo.

Pedía estímulo fiscal y gasto público, los países del G-20 se han comprometido hacer eso. Más regulación, eso dicen que harán. Evitar las tentaciones proteccionistas y rebajar aranceles, ahí están también. Más transparencia, ahí están. Si el mundo se va al carajo, no tendré excusas; yo no lo hubiera hecho mejor.

Esto no implica, sin embargo, que esos principios se implementen bien. Como en todas la reformas, no es sólo cuestión de tener la idea correcta, es aplicarla como Dios manda. Si Zapatero decide aplicar el compromiso de estímulo fiscal construyendo la Gran Pirámide de Alpedrete, por ejemplo, podemos decir que sí, las constructoras están haciendo algo, pero no es que nos beneficiemos demasiado. Si por regulación hacen tonterías (prohibir vender acciones en corto o obligar a los intermediarios en bolsa a aullar como un licántropo cada cobran una comisión) el efecto de la reforma es nulo. Lo mismo referido a los aranceles; es relativamente fácil tener aranceles cero y seguir siendo un proteccionista horrendo a base de regulación creativa ("límites en el nivel de oxígeno en la composición del juguete"). La transparencia siempre puede ser ficticia, si se obliga a los bancos a revelar datos que no dicen nada relevante.

Por descontado, la cumbre ha sido corta, ha parido principios, pero nada en concreto. Bretton Woods II tiene que esperar hasta abril. Con la que ha caído en los últimos seis meses, Dios sabe qué aspecto tendrá el mundo en primavera. El mundo está dando a los gobiernos el incentivo correcto para que se den prisa en aplicar reformas; falta por saber, sin embargo, si serán reformas "amigables" (que no perjudican a tus vecinos) o no lo son (estilo devaluaciones competitivas o restricciones exóticas estilo corralito).

Difícil, difícil. Veremos.

sábado, noviembre 15, 2008

GM y la quiebra

Para los que están siguiendo la saga de General Motors, Chrysler y Ford y su imparable marcha hacia el abismo de la bancarrota, un -excelente- artículo de Jonathan Cohn sobre el tema. Mi primera idea cuando se empezó a hablar de rescatar a las tres grandes fue que era mejor dejarlas caer en bancarrota y que el mercado rescate lo que pueda.

Parece, sin embargo, que GM y compañía de hecho son en cierto sentido otra víctima de daños colaterales del desastre de Wall Street; las tres empresas se han gastado una cantidad de dinero tremenda reestructurando y reformando sus estructuras, dejándose un buen puñado de reservas en ello y necesitando financiación para hacer estos cambios. Evidentemente, ahora nadie en Wall Street está para finaciar nada (están muy ocupados gruñendo en plan zombi y/o dando vueltas lentamente mientras se acercan al fondo del retrete), así que todos esos planes se han ido a la mierda: están en los libros, están siendo implementados... y la empresa de repente no tiene un duro porque no circula nada.

La verdad, no sé hasta que punto está en lo cierto (y estoy leyendo y repasando más cosas para ver si me lo creo o no), pero es un muy buen artículo. Quizás un rescate tenga sentido, más allá del ser algo conveniente políticamente. Las reestructuraciones, por cierto, siguen siendo una pérdida de capacidad adquisitiva y protección de los trabajadores, tristemente, pero ya se sabe.

El patrón oro en tres lineas

[Gold] gets dug out of the ground in Africa, or someplace. Then we melt it down, dig another hole, bury it again and pay people to stand around guarding it. It has no utility. Anyone watching from Mars would be scratching their head.

viernes, noviembre 14, 2008

Temblad, malditos

Citi está con el agua al cuello

Y sí, es el banco más grande de Estados Unidos. Cielos.

La máquina del juicio final

Excelente artículo en Portfolio explicando desde dentro el desastre épico de Wall Street estos meses. No tiene desperdicio. Leedlo, anda. No es que se equivocaran. Eran idiotas.

Curiosamente, cuando empecé a seguir esto el año pasado, uno de mis primeros comentarios es que parte del problema es que nadie entendía que cojones estaban haciendo. Parece que no andaba tan mal encaminado.

jueves, noviembre 13, 2008

Pregunta económica

He leído o escuchado en alguna parte que si una empresa es demasiado grande para correr el riesgo de irse a la bancarrota, el problema no es que la empresa va a quebrar, el problema es que es demasiado grande.

¿De dónde he sacado esto? Es una generalización que me rondaba por la cabeza al hablar de GM y Ford en Barras y Estrellas, pero no recuerdo de dónde la he sacado. Y sí, no siempre se cumple. Pero eso es para otro día.

Haciendo amigos con los austríacos

Uno puede medir de forma objetiva el grado y la profundidad de una crisis económica sólo con seguir el nivel de originalidad medio en las opiniones de los economistas.

Si un profesor de universidad dice que las cosas van mal y sólo sugiere bajar tipos de interés y pasar alguna reformilla estructural, no es cuestión de preocuparse demasiado. Si habla de apretar el acelerador con ganas y crear déficit público con entusiasmo, empezad a sudar. Cuando algunos sugieren que lo mejor que se puede hacer para evitar despidos es crear inflación monetaria pura a espuertas, es hora de salir corriendo y lanzarse a las trincheras.

Y oye, la idea es menos absurda de lo que parece. No diré que es necesariamente correcta (tengo la vaga esperanza que Rallo me tomará en serio algún día), pero la lógica no es del todo estúpida. La idea es que las empresas pueden hacerse solventes despidiendo gente o reduciendo salarios; como lo segundo es inaceptable si se hace directamente, la Reserva Federal puede hacerlo haciendo que cada dólar compre menos. Una devaluación competitiva, vamos.

La idea es de hecho menos original de lo que parece, y tendría unos efectos secundarios fuera de Estados Unidos nada bonitos. Aún así, cuando empiezas a ver estas cosas en las discusiones, es que hay nervios. Muchos nervios.

Volviendo al planeta tierra, comparto algunas de las preocupaciones de Rallo respecto al rescate bancario, cosa que se me hace un tanto extraña. El plan Paulson, según se aplica ahora (el gobierno federal aporta capital a los bancos, pero sin ser accionista "de primera"; tiene dinero en el negocio, pero no voto) tiene un riesgo ciertamente severo de degenerar en una repetición del Japón de los noventa: el ataque de los bancos zombie. Los bancos tienen dinero y no van a quebrar gracias a las garantías del estado, pero no tienen la más mínima intención de correr ningún riesgo.

¿Por qué? Los bancos piensan lo siguiente: la economía es un desastre, es difícil sacar beneficios y papá estado se enfada si pierdo dinero de los contribuyentes. Por añadido, si gano dinero, será poco y mal, y si lo hago demasiado bien el estado me dejará de nuevo sólo. Con lo bien que estoy calentito sin hacer nada, oiga. Que dé los préstamos otro.

Gordon Brown y otros políticos européos igualmente entusiastas han solucionado este problema de forma sencilla: ya que os hemos nacionalizado, ahora haréis lo que decimos. El estado no es un banquero demasiado bueno, pero es infinitamente mejor banquero que un banco zombie; los prestamos serán malos o buenos, pero al menos reparte crédito, que es lo que economía real no está viendo ahora.

Las recetas de Rallo son igualmente creativas tratando de evitar el malvado banquero zombie, pero son un poco cafres en el corto plazo. Si estoy leyendo bien, se pueden resumir en "pegarle fuego a la economía, ajustar rápido y fuerte, y empezar de cero pasado mañana"; para después volver al patrón oro.

No discutiré otra vez por qué el patrón oro es mala idea (lo es), pero lo de reducir el gasto público ahora mismo es lo peor que se puede hacer. Y no, no me creo que la reducción de impuestos paralela evite que la demanda agregada disminuya. El problema ahora mismo no es una falta de ahorro, es una falta de consumo. Los bancos puede que estén en problemas porque están cortos de capital, pero ese capital lo puede aportar el estado (es lo que está haciendo); pero la economía real ahora mismo está entrando en barrena porque no hay nadie comprando nada. Esto viene en parte por el derrumbe del mercado de crédito (que de nuevo, el estado está intentando resucitar nacionalizando bancos), pero la recesión en la economía real se hace dolorosa cuando esta falta de dinero circulando empieza a reforzarse a si misma.

A saber: yo no me compro un coche porque no puedo conseguir un crédito, GM no pide más piezas porque no vende coches, los bancos no dan un crédito a GM para producir coches más eficientes porque no están vendiendo, GM despide trabajadores, que compran menos muebles porque ya no tienen ni crédito ni trabajo, etcétera, etcétera. Los bancos no volverán de entre los muertos, aún con entusiastas patadas de sus propietarios los ministros de economía, si no pueden ganar dinero; y si la economía real se mete en una recesión espantosa, no pueden ganar dinero.

Rallo está más o menos en lo cierto que no se puede salir de este agujero a base de política monetaria; los bancos centrales están regalando dinero a los bancos y estos siguen sin hacer nada (¿Para qué? ¡nadie quiere invertir en esta economía!). Uno siempre puede ser cafre y hacer lo que sugería el tipo de arriba (si los bancos no quieren prestar ese dinero, ¡le pegamos fuego! ¡inflación!), pero una solución menos absurdista y arriesgada es básicamente hacer que el "consumidor de último recurso" de la economía entre en acción: el estado.

Déficit público, gasto público, y aprovechar que los bancos no saben qué hacer con el dinero y sólo se fían de los gobiernos estos días. El sobregasto no tiene por qué generar inflación (a fin de cuentas, no hay nadie más gastando), y si el estado ha hecho los deberes y tiene un nivel de deuda pública controlable (algo que Estados Unidos y ¡España! tienen) no tendrá un coste demasiado oneroso a medio plazo. De hecho, es lo que la administración Obama pretende hacer en enero. Será hora de cruzar los dedos, rezar para que la economía reaccione lo suficiente como para que los bancos presten dinero de nuevo, y el mecanismo empiece a funcionar.

Si no lo hace... bueno, tenemos la crisis de Japón en los noventa a escala planetaria, y entonces sí que hay que plantearse meter inflación o declarar la guerra a Marte, o alguna otra solución original. En teoría una banca parcialmente nacionalizada y no-zombie no debería quedarse sin hacer nada, pero la teoría ha estado equivocada en ocasiones anteriores.

Rallo dice que el rescate del sistema financiero es imprescindible visto desde la teoría, pero que la incompentencia del estado (y creedme, en esto el estado no es un virtuoso) lo hace poco recomendable en la práctica. Mi postura es ligeramente distinta: el plan tiene sentido en teoría, pero las consecuencias de no aplicarlo son tan nefastas que es mejor hacer algo mal que no hacer nada. Mejor un banquero borracho, estúpido y populachero que tira dinero a la basura que un zombie, creo yo. Yo prefiero una recesión suavecita y más ineficiente destruyendo malas ideas, Rallo prefiere correr el riesgo de algo más serio que se lleve por delante algunas buenas.

Y sí, sartén, fuego, etcétera. La economía es divertida.

martes, noviembre 11, 2008

Noventa años

Hoy hace noventa años del final de la Primera Guerra Mundial. A las 11 del día once del mes 11 entró en vigor el armisticio que ponía fin a la guerra. En los dos años siguientes, el peor grupo de líderes posible firme el peor tratado de paz que uno podía imaginarse, y básicamente sentaron las bases para la inmensa mayoría de conflictos de los noventa años siguientes. Cerraron en falso Oriente Medio, los Balcanes, Alemania, las relaciones con la Unión Soviética y prácticamente cualquier cosa en que pusieron las manos.

No es que tuvieran un trabajo sencillo, ciertamente (supongo que es difícil olvidar nueve millones de cadáveres), pero el alegre abandono del realismo al tomar decisiones no ayudó en absoluto.

Noventa años. Cuando un político comete un error grave, sus decisiones pueden retumbar durante años. No estaría mal que cuando intenten redifinir el sistema financiero en los próximos meses no vayan con prisas y se tomen las cosas en serio.

domingo, noviembre 09, 2008

Entendiendo la movilidad social

Naiuru comenta, citando a Norberg, que la movilidad social en Estados Unidos es enorme. Los datos que cita son básicamente convicentes, pero esencialmente estúpidos, ya que no están midiendo movilidad social en absoluto.

La idea en los datos de Norberg es que la probabilidad que alguien que está en la quintila inferior hoy esté en la misma quintila en 10 ó 20 años es muy baja, ergo, la movilidad social es enorme. El problema es que que esto no es un tributo al hecho que si trabajas duro prosperas en Estados Unidos, es de hecho la historia vital de los ciudadados de cualquier país razonable.

Cuando empiezas tu carrera profesional eres un piltrafilla patético y triste. No tienes experiencia, no sabes hacer nada, y no te quieren más que para hacer de becario precario, servir cafés y como mucho ser un triste milerurista haciendo trabajos poco repetitivos. Con los años, sin embargo, empiezas a trepar; sabes más cosas, tienes experiencia y tienes un historial que demuestra que no te ahogas en un vaso de agua, así que poco que hagas tu sueldo aumentará, a no ser que seas un idiota extraordinario. Dicho en otras palabras, en el 20% más pobre de la población hay muchísima gente que no es realmente pobre; sencillamente, o está en la universidad o acaba de empezar a trabajar, cobrando poco a pesar de ser el hijo del jefe.

El problema en Estados Unidos no es la movilidad social individual; la mayoría de población tiende a ir hacia arriba siempre. El problema es la movilidad intergeneracional, que es la que realmente cuenta: en qué medida el nivel de ingresos de tus padres determina el nivel social que tendrán lo hijos. Dicho de otro modo, la igualdad de oportunidades en términos reales; saber si la probabilidad que un niño pobre llegue a millonario es la misma (o razonablemente parecida) a la del hijo de una familia acomodada.

¿Cómo puntua Estados Unidos en este aspecto? Básicamente fatal. Veamos:


No, la movilidad social en Estados Unidos no es elevada. Es de hecho patéticamente baja; muchísimo peor que la Española. Las causas son muchas y variadas, y van desde el sistema educativo y estado de bienestar al espantoso (y creciente) nivel de desigualdad de renta en la sociedad americana. Lo que parece obvio es que eso de la "tierra de las oportunidades" es realmente un mito.

viernes, noviembre 07, 2008

Políticos en crisis

Por GS lo comentan a menudo, y tienen toda la razón del mundo: un gobierno no tiene por qué perder (demasiados) apoyos en una crisis económica si es capaz de explicarse bien.

El gobierno de Zapatero no es que esté lleno de Pericles y Cicerón, pero al menos parece haber aprendido algo, y de momento es capaz de mantenerse a flote (más o menos) en las encuestas. Sirve que van aprobando medidas, hablan con fuerza que el trabajo del gobierno es amortiguar la caida a los perdores (y tirar al río a los listillos con inmobiliaria; los bancos no pueden quebrar, por eso) y están dispuestos a admitir que las cosas van mal y que es hora de apretar los dientes. Sí, la inoperancia de la oposición ayuda (¿escisiones internas? ¿en serio? ¿cuando el país va de culo? ¡bravo!), pero están haciendo un trabajo aceptable.

Gordon Brown en el Reino Unido está haciendo un trabajo aún mejor. El país está aún peor que España (la mayoría de países de nuestro entorno lo están, por cierto), pero el tipo ha sido capaz de actuar con autoridad y liderazgo no sólo en casa sino fuera. El plan de rescate bancario británico ha sido modélico y ampliamente imitado (ahora falta que funcione) y su gobierno ha sido capaz de hablar de la crisis con claridad y firmeza. ¿Resultado? Están ganando elecciones.

Vale, la victoria es contra los nacionalistas escoceses, no contra el resucitado partido conservador de Cameron. Pero nadie daba un duro por los laboristas hace dos meses, y mira, parece que tienen algo de vidilla aún. Quizás eviten una paliza y todo.

Nota al margen: siento no escribir demasiado estos días. Las elecciones americanas me tienen obsesionado. Muy, muy obsesionado. Sigo escribiendo en Barras y Estrellas, vamos.

jueves, noviembre 06, 2008

Las elecciones americanas: primeras impresiones

No escribiré demasiado hoy; ayer dormí poco, hoy he trabajado hasta tarde y la verdad, estoy muerto. Aún así, me parece que vale la pena hacer una primera aproximación a los resultados de las elecciones americanas de ayer. Me centraré en dos o tres temas que me parecen cruciales, y que creo deberían guíar un poco la discusión sobre lo sucedido estos días.

Pero para saber más, mejor vayamos aquí, que estaremos más cómodos. Hala, a Barras y Estrellas.

martes, noviembre 04, 2008

Elecciones hoy

Para los que quieran sufrir mis obtrusas disquisiciones, pontificaciones, diatribas y catilinarias sobre las elecciones americanas esta noche, estaré por Barras y Estrellas y Twitter dando la vara.

Y sí, estoy horriblemente nervioso. Sé que Obama lo tiene ganado (tengo fe en la estadística), pero eso no quita que no esté muerto de miedo. Iré informando desde Connecticut esta noche.

lunes, noviembre 03, 2008

Jugando con hipotecas

El gobierno socialista anuncia un par de medidas bastante interesantes para hacer la pertinaz crisis algo más llevadera para la gente con hipotecas. A pesar de la maldita manía discriminatoria que siguen gastando los políticos españoles con su fetichismo por la vivienda de propiedad (¿la gente que alquila no se va al paro nunca?), las propuestas no son del todo malas.

La primera, y más relevante, es la ayuda para el pago de las hipotecas para gente que haya perdido su trabajo. Es una idea relativamente decente; un buen número de trabajadores no tienen la culpa que su empresa vaya mal y les eche, así que es hasta cierto punto justo que el estado les eche una mano cuando las cosas no van bien.

Lo que no es demasiado razonable es el límite al precio de la hipoteca de 170.000 euros; es algo que tiene sentido en Soria o Palencia, pero no en Madrid o Barcelona, donde este límite no cubre a nadie. Entiendo que no quieran ayudar a gente con casas enormes, pero al menos podrían haber ajustado el límite según el precio medio por provincia.

La otra idea es un cambio agradable, aunque ligeramente irrelevante. Las deducciones por vivienda siguen siendo una mala idea, al fin y al cabo; hacerlas más sencillas es buena idea (el estado no tiene por qué recibir préstamos gratis de los contribuyentes, al fin y al cabo) pero no es un cambio demasiado relevante. Es un pequeño estímulo fiscal, pero nada del otro mundo.

Lo que parece claro es que España no está sóla en el barco de la recesión. En fin.

viernes, octubre 31, 2008

Revoltijo económico

Muy brevemente todo, que hay un montón de cosas que contar:

a. Recesiones para todos: Estados Unidos anunciaba ayer que su economía se había contraído un 0,3% el tercer trimestre. España informa hoy que el frenazo ha sido de 0,2%. A efectos prácticos, ambos son iguales, y tienen pinta de repetirse el cuarto trimestre; bienvenidos a la recesión. Si me preguntáis hace un año hubiera dicho que Estados Unidos iba a meterse en una; con España, la verdad, no me lo esperaba.

Lo cierto es que ha sido una tormenta perfecta: fin de la burbuja inmobiliaria, crisis crediticia, subida del petróleo y materias primas, apreciación del euro y desastre del sistema financiero mundial en general que se ha llevado por delante a los pocos países que tenían una regulación bancaria paranoica igualmente (Canadá, España...). El gobierno había hecho los deberes ahorrando y dejándose margen de maniobra presupuestario, pero cuando todo el mundo se estrella a la vez no se puede hacer demasiado.

b. Schadenfreude: Marina D´Or, esa fuente inagotable de publicidad irritante y mal gusto arquitectónico, se estrella de mala manera.

c. AIG es un agujero negro de proporciones épicas: para sorpresa de casi nadie, los directivos de AIG, esa gigantesca aseguradora nacionalizada hace un mes por el gobierno federal, estaban mintiendo como bellacos acerca de sus cuentas. El gobierno federal va camino de dar 144.000 millones de dólares a la aseguradora, y parece que el dinero simplemente se desvanece en el aire.

Si alguien se preguntaba lo mal que estaba el mercado de crédito y de dónde venía todos esos terrores, aquí tenéis un ejemplo: una compañía de seguros (¡!) tenía su contabilidad tan ofuscada que ni nacionalizándola nadie parece capaz de encontrar dónde narices está el agujero y con tantos contratos exóticos que nadie sabe realmente qué estan asegurando.

Y esto es sólo el principio... Ugh.

Especulando al viejo estilo

No sé si alguien le prestó atención a la extraña fluctuación que las acciones de Volkswagen tuvieron hace unos cuantos días. Durante unas horas, VW era la compañía más valiosa del mundo, entre noticias que Porsche estaba comprando acciones. La cosa era un poco inusual, y pasó un poco desapercibida, pero resulta que la historia detrás era muchísimo más divertida y creativa de lo que parecía a primera vista.

Parece que Porsche se dió cuenta que un grupo de listillos de fondos de inversión estaban comprando acciones y vendiendo en corto, siguiendo las compras lentas y pausadas que estaban haciendo de títulos de VW. En vista que tenían visitas, respondieron con saña y cierta elegancia malvada: compraron opciones (esto es, los contratos en corto "al otro lado") sobre cantidades ingentes de acciones, dejaron poquísimos títulos en el mercado abierto, y básicamente arrinconaron el mercado.

El resultado era una pesadilla para los que estaban apostando que las acciones de VW bajarían una vez Porsche parara de comprar; tenían una burrada de contratos en corto, y en el mercado no había nadie que tuviera acciones. Bueno, sí, había un accionista: Porsche. Los tipos se sentaron en la puerta, esperaron que los contratos empezaran a vencer, y se hincharon a vender a todos esos inversores desesperados que habían apostado que las acciones bajarían, pidiendo burradas de dinero con ello. El resultado es Porsche haciendo millones, VW comprada, y una cantidad ridícula de listillos perdiendo hasta la camisa.

No se sabe todavía quién ha sido el que se ha pillado los dedos de forma tan salvaje, y de hecho no es del todo seguro que Porsche se vaya de rositas aún. Estas cosas no son del todo legales, al fin y al cabo. La belleza matemática (y la deliciosa ironía de pasar por la trituradora a todos esos que andaban apostando que bajarían las acciones) es simplemente clásica, muy años veinte. Me encanta.

jueves, octubre 30, 2008

PP - UPN: ¿una separación natural?

No he hablado demasiado de la escisión - pelea - berrinche entre el PP y UPN en Navarra, en parte porque no he seguido en conflicto demasiado, en parte porque no estoy seguro que sea algo demasiado sorprendente.

Me explico. Navarra es relativamente parecida a Euskadi o Cataluña en muchos sentidos: rica, con una fuerte tradición regionalista y un estatuto de autonomía (errr, fuero) que los separa del resto. El PP, el partido del regionalismo uniformista, vivía aliado con la derecha regionalista moderada en una región que es cualquier cosa menos amante de la uniformidad.

UPN tiene un electorado, Navarra, y una base de poder, su propia comunidad autónoma. En los últimos años su hegemonía política se ha visto erosionada por voces más puramente regionalistas. Con la que está cayendo ahí fuera, no me extrañaría que UPN viera en las encuestas que su amistad con el PP empezaba a ser un lastre. Cuando Zapatero les vino con una millonada en inversiones y proclamó a los cuatro vientos que si querían favorecer a Navarra tenían que votar a favor de esos presupuestos, era natural que esa alianza se quebrara.

Lo extraño, de hecho, no es que UPN se convierta en CiU; lo sorprendente es que esto no haya sucedido antes. La explicación es, no hace falta decirlo, de nuevo oportunista: UPN se apuntó al carro del ganador en 1995, cuando Aznar parecía que lo tenía ganado, y siguió asociada al PP mientras el mensaje furibundamente anti-nacionalista vasco les daba votos. Ahora que Euskadi empieza a ser menos amenaza y el PP no puede darles aura regionalista, UPN ha desertado alegremente.

Mira, los políticos responden a los votantes. No hay demasiado misterio.

martes, octubre 28, 2008

Nota rápida: verbena monetaria

Por cierto, para los amantes de los problemas financieros creativos (es un decir): se ha acabado la crisis financiera "A" (es un decir. Otra vez.), la de los bancos y mercados de crédito, pero ahora entramos en la alegre tormenta financiera "B", una potencialmente apocalíptica tormenta monetaria.

Explicaré con más calma mañana si tengo tiempo (esperad sentados), pero tenéis pistas aquí. Estoy buscando más detalles (y la verdad, intentando entender mejor qué cojones está pasando y qué quiere decir todo este pollo; no es sólo buscar seguridad en dólar y yen), pero cuando el FMI tiene que rescatar a miembros de la Unión Europea, hay algo serio. Y los países en desarrollo van detrás.

Esto no se ha acabado. Ni de broma.

lunes, octubre 27, 2008

Contra la sabiduría convencional

Hay días que leer el periódico me pone de mala leche. Hoy ha sido uno de esos días. Abro Público, leo el artículo de Nacho Escolar, y me da el tembleque: ¿Cómo puede ser que el director de un periódico nacional no haga más que repetir lugares comunes trasnochados como verdades autoevidentes?

Iremos por partes.

1- La lujuria especuladora

Repite los lugares comunes del malvado especulador del petróleo, haciendo que suban los precios. Suena bien, pero es una explicación errónea, o como mínimo lo suficiente insegura como para que nadie pueda ir por el mundo con esas certeza. Se repite a menudo en medios de izquierda (El País también cae en este error), y no, no es una buena explicación. Y no lo digo sólo yo; lo dice Paul Krugman.

2- La pereza reguladora

El cambio de regulación de la SEC que menciona es una explicación ingeniosa, pero poco convincente. Para empezar, ni siquiera el gobierno americano es tan estúpido: la recesión va a enviar a los republicanos a la oposición, así que no creo que estuvieran haciendo el petróleo cara aposta. Es cuestión de demanda inelástica cercana al nivel de producción máximo (la curva de demanda era casi vertical), y la caida es la combinación de "bajar" de nuevo por la curva a marchas forzadas, en parte porque la demanda cae en picado en recesiones. Elaboro más aquí.

3- Paraisos fiscales

No conozco el problema lo suficiente, pero parece confundir correlación con causalidad. Los sueldos de los directivos no creo que tengan relación con la evasión fiscal de sus empresas.

4- La Codicia de los directivos

Es un problema complicado, que viene de antes de la crisis actual (mucho antes; empieza en los años ochenta) y que la verdad, no tiene demasiada relación directa con hipotecas basura, creación de deuda extraña e instrumentos financieros barrocos y cosas de este estilo. Asistiré encantado a las humillaciones de todos los megamillonarios incompetentes en la plaza pública (faltaría) pero no sé si todo esto tiene que ver demasiado con la crisis.

5- La gula de los inversores

En general cierto, pero decir que se premiaba a los malvados es poco convincente. En una burbuja especuladora (la que sea) siempre hay un pelotón de listillos que salen a tiempo; la mayoría, sin embargo, se pillan los dedos. Que le pregunten a los accionistas de Lehman Brothers.

Las burbujas especuladoras son cosas relativamente normales en las economías de mercado. El problema es que la burbuja ha sido en algo excepcionalmente peligroso, crédito y deuda, y esto ha generado los problemas. Una burbuja en el mercado de arte, coches de coleccionista o una materia prima hace daño, pero no se carga bancos. Y recuerdo, los bancos no pueden quebrar.

6- Salvar el planeta

Poco que comentar; los políticos tienen que crear las instituciones necesarias para que los mercados funcionen y tengan en cuenta las externalides que provocan el cambio climático.

7- Contra el PIB

El PIB es como la democracia: el menos malo de los sistemas posibles a la hora de contar riqueza. No estaría mal que hablara de PIB por cápita, para empezar. Cuando se habla de PIB estamos midiendo algo específico (riqueza en dinero) que sirve para "comprar" otras cosas. Sin PIB no hay sanidad, servicios sociales o lujos igualitarios; la economía tiene que crecer para hacer otras cosas viables.

sábado, octubre 25, 2008

De cambios de era y candidatos

Cuando Obama gane las elecciones en un par de semanas (sí, lo doy por hecho), muchos comentaristas hablarán de cambio de era. Será un símbolo del derrumbe de una ideología, el final de la hegemonía de Ronald Reagan y sus ideas en la política americana.

No lo voy a negar; he dicho cosas de este estilo en el pasado. Vale la pena recordar, sin embargo, cuándo "nace" esta hegemonía republicana que ha acabado dando un resultado tan espantoso. Reagan gana las elecciones en lo que en Estados Unidos se considera el fin de la era de "gobierno grande", cuando derrota a Jimmy Carter en 1980. Carter se enfrentó como pudo a una crisis que él no había provocado (la estanflación de la segunda mitad de los setenta), con la Reserva Federal tratando de apagar el fuego a base provocar una recesión aposta. En cierto sentido, las elecciones de 1980 eran unas elecciones que el candidato demócrata no podía ganar nunca.

El mismo año en que Reagan triunfa, Thatcher derrotaba al pobre James Callaghan, que "murió" arrollado por la misma crisis y los inefables sindicatos británicos. Otra amante del libre mercado. Otro signo del triunfo del nuevo liberalismo. Lo mismo sucedió en Alemania, con el SPD cayendo en 1982 cuando el FDP decidió retirarles su apoyo, y Kohl procedió a arrasar en las siguientes elecciones.

¿Parece obvio, no? No tan rápido. La crisis de finales de los setenta se llevó por delante a otros gobiernos. En Francia, a los Gaullistas, llevando a los socialistas bajo Mitterrand al poder por primera vez. En Italia, la democracia cristiana tuvo que ceder el control del gobierno por primera vez. En España, los socialistas aplastaron al partido que había sido arquitecto de la transición. En Austria, los gobiernos de coalición (proporz) dejan de ser viables en 1983. Y podría seguir, señalando gobiernos que caen tanto hacia la izquierda como la derecha.

Lo cierto es que los votantes son a la vez mucho menos sofisticados de lo que muchos sesudos analistas decimos, y muchísimo más expeditivos de lo que parece. Los ciudadanos, en general, no son demasiado buenos analizando quién tiene la culpa de una crisis; es relativamente obvio que la recesión de principios de los ochenta no tenía nada (o bien poco) que ver con Valéry Giscard d'Estaing, pero los franceses lo defenestraron igualmente. Si las cosas van mal, el político se va, y punto. No hay demasiado que analizar en algunas elecciones; los votantes gastan de racionalidad limitada.

Dicho en otras palabras: pobre del político que esté en el poder cuando las cosas van mal, tenga o no la culpa. Como comenta Larry Bartels en un célebre artículo, el electorado te echará la culpa de los ataques de tiburones, aunque no tengas nada que ver.

¿Existe, por tanto, el candidato perfecto? Si y no. Un buen candidato que hace una buena campaña y debate bien te puede dar un poco de apoyo adicional, pero si el votante medio está cabreado, eso no tiene puñetera importancia. Te echaran a tí, a tu partido y a todo aquel que esté remótamente cerca a un cargo político y haya cometido el pecado de militar en tu organización. No perderás sólo la Moncloa, el Eliseo, la Casa Blanca o Downing Street; tu partido se llevará un repaso en ciudades, estados, autonomías y en las asociaciones de padres de alumnos si hace falta. Todo tu clan va a recibir el tratamiento; un correctivo estilo revolución Reagan, New Deal, o lo que toque y una estancia larga y aterredora en un sitio frío y oscuro llamado oposición.

Debemos evitar, por tanto, dar un significado demasiado inflado a los resultados electorales. Más que un cambio de mentalidad, lo que vemos acostumbra a ser un jefe cabreado echándole una bronca monumental a un mal empleado. Los giros ideológicos tienen a menudo más de autojustificación que de decisión racional y lógica.

Estos días veremos muchos políticos tratando de convencer a sus votantes (con razón) que lo sucedido no es culpa suya (España siendo un caso estelar de un gobierno que había hecho los deberes y le pillará el toro si no espabila); si no se explican bien (y no es fácil) acabarán en la calle. Algo que de hecho es de hecho bastante raciona por parte de los votantes: ¿a quién van a creer, sus ojos o las justificaciones desesperadas del ministro de economía?

Buena suerte a los premiados con esta crisis económica. La culpa es de unos pocos (Blair, Bush y los republicanos, y la verdad, pocos políticos más) y se llevará por delante a bastantes más.

viernes, octubre 24, 2008

Diseñando el candidato perfecto

Tantas elecciones americanas y tanto encendido elogio de Obama estos días me han generado una pregunta: ¿Qué virtudes y características debería tener el candidato perfecto?

Sí, ya sé. El candidato perfecto no existe. No es sólo una criatura imaginaria, sino que además no es un ente único, estable e inmutable. Hay elecciones que uno no puede ganar nunca; el PSOE no habría ganado en el 2000 ni con Pericles como candidato, sin ir más lejos. Más allá de eso, hay épocas y años. Blair tenía la edad perfecta en 1997 para barrer a los conservadores; Bob Dole, a pesar de ser un tipo estupendo, era el peor candidato posible contra Clinton en 1996. Por añadido, las virtudes (y agenda) de los candidatos varían mucho en su valoración según el país; Bush nunca hubiera ganado unas elecciones en Europa, y Mitterrand nunca jamás llegaría a oler la Casa Blanca en Estados Unidos.

Dejemos de lado estas consideracionesm sin embargo. ¿Que atributos le daríamos al candidato perfecto en unas elecciones democráticas? Si tenéis que "diseñar" con un país en mente, hacedlo pensando en España. Tengo curiosidad para saber qué sale. Lanzo algunas ideas, para empezar. Mañana elaboraré más por qué hago esta pregunta, y por qué creo que es importante, aunque por no de forma totalmente obvia.
  • Edad: 42 a 46 años (España sólo ha votado a gente menor de 45 para llegar a Moncloa por primera vez)
  • Orador decente, pero no demasiado épico.
  • Cierta curiosidad intelectual, pero nada demasiado gafoso. Para ministros poetas, Francia.
  • Personalidad esencialmente sobria, no demasiado estridente.
  • Cierta tendencia a hablar demasiado; propenso a ser "cazado" siendo más honesto de la cuenta.
  • Poco patriotero; orgulloso de ser español en el sentido que es un milagro que las cosas vayan tan bien, no por nada cultural o histórico.
  • Sanchopancista; el electorado español no valora demasiado a los quijotes.

    No sé si este señor sería un buen candidato, la verdad.


miércoles, octubre 22, 2008

Sobre la maldad de los métodos

Al hablar de ciencias sociales, es casi inevitable acabar hablando de metodología. No importa la disciplina en que andemos metidos, el sujeto de estudio siempre son sistemas extraordinariamente complejos, con miles de interacciones incuantificables, personitas con ideas raras y condiciones sociales e históricas que pueden tener influencia o no en lo que estamos viendo. Es obvio que cualquier explicación será un simplificación, no importa lo detallada que sea.

Alberto Garzón el otro día recibía al pelotón neoprog como nos merecemos: con una crítica de bienvenida. Y ya que andamos en ciencias sociales, la crítica es metodológica, no sobre contenidos. Es una buena crítica, aunque me parece que equivocada. Veamos por qué.

La base de su crítica es que la aproximación metodológica preferida de Citoyen y un servidor (el individualismo metodólogico) es básicamente malvada. Thatcherita, digamos; no cree en la sociedad y tiene como base de sus estudios a los individuos, no a los grupos o ideas.

Empezaremos por la mayor, el individualismo metodológico. Es el método que utilizo más a menudo escribiendo por aquí, pero eso no quiere decir gran cosa. De hecho, es una prueba de vagancia más que de rigor intelectual estricto.

En ciencias sociales, como en política, soy un firme creyente en la idea que el problema determina nuestras herramientas, y no lo contrario. Según nuestro objeto de estudio y nuestra pregunta de investigación, utilizaremos un método o utilizaremos otro, sin tener demasiados reparos de usar un martillo en vez de un destornillador si esa es la solución más adecuada.

Un ejemplo claro es cuando he hablado de voto (estos días, más por Barras y Estrellas que por aquí fuera). En unas elecciones generales uno puede explicar algunas cosas a golpe de elección racional y teoría de juegos, como la estrategia de los partidos bajo ciertas condiciones muy limitadas (¡carritos de helado!) o algunos aspectos de cómo los partidos deciden su programa, pero no ir demasiado más allá.

Sin embargo, cuando uno intenta predecir resultados o explicar por qué alguien ha ganado o ha perdido, hablar de teoría estratégica individualmente es casi siempre totalmente absurdo. Tenemos 125 millones de tipos decidiendo según sus preferencias, siguiendo una variedad de métodos, criterios y esquemas mentales y sociales totalmente imposible de delimitar. Con muy pocas excepciones (poquísimas; el voto estratégico es básicamente un mito) es mejor ir al bulto, hacer estudios estadísticos macro y pelearse con modelos menos basados en mecanismos y más basados en tipos de votantes, grupos, preferencias, condiciones sociales, etcétera, etcétera.

La explicación es distinta, y no da mecanismos causales demasiado elegantes ("si la economía va mal y la mayoría de votantes piensan que el país va a peor, el partido en el gobierno pierde"), pero uno puede dar buenas explicaciones, y de hecho predecir resultados electorales de forma bastante efectiva. Uno puede hablar de arreglos institucionales a largo plazo (como la existencia de estados de bienestar en algunos sitios) hablando de estrategias políticas, pero explicar con elección racional el voto individual (o agregado) es absurdo.

Hay otros problemas que exigen una aproximación estrictamente empírica. No estamos hablando de formación de preferencias o de extrañas disquisiciones tácticas entre políticos; estamos centrados en cosas más simples como averiguar si es cierto que bajar impuestos aumenta la recaudación fiscal a medio-largo plazo. Uno coge los datos, mira unos cuantos casos en que alguien haya bajado los impuestos, y descubre que no; la teoría de Laffer es una tontería. Tenemos una teoría (que parte del individualismo metodológico) y probamos si se cumple en la realidad. No lo hace. Caso cerrado. Es todo cuestión de datos, ordenador, tirar regresiones o variaciones más o menos sofisticadas, y pumba, tenemos una respuesta.

¿Por qué me paso la vida hablando de teoría de juegos? Bueno, dos motivos. Primero, intelectualmente mi cerebro parece funcionar de esa manera. Todas esas tardes jugando al Diplomacia y juegos de estrategia sesudos variados tienen que notarse en algún sitio; me gusta poner actores, darles un fin y unas reglas, y pensar quién gana y quien pierde. No creo, sinceramente, que eso sirva para todo, pero estoy convencido que no hay forma más divertida de buscar respuestas. Y si uno tiene un poco de imaginación, de hecho, requiere bien poco esfuerzo.

Claro, los mecanismos causales que uno se saca de la chistera son eso, historietas; racionalizaciones simplificadas de problemas complejos. Uno tiene que sentarse y confirmarlas, sea a base de estudios de caso detallados, estadística pura o experimentos de laboratorio ominosos; aquí es donde entra la ciencia. Pero eso es para otro día.

Si nos centramos en la teoría de la elección racional, creo firmemente que la gente actúa, en general, de forma racional, tomando decisiones que creen que le harán felices según la información que tienen a mano. Eso no los hace egoistas o asociales; si alguien es feliz haciendo amigos, plantando árboles o salvando a los gnomos de jardín que viven oprimidos, estupendo. Si alguien cree que es racional organizar al proletariado y cantar la internacional, y el resto de obreros le siguen, mi punto de partida es que lo están haciendo es por que son listos y les conviene.

La elección racional no niega nada; básicamente establece como punto de partida que la gente no es tonta. Si alguien está haciendo algo que parece que le perjudica, está metido en algo del estilo de un dilema del prisionero, básicamente están mal informados, los costes de coordinación o transacción son demasiado altos o realmente quieren hacer eso porque mira, les gusta (probablemente porque están mal informados). Qué se le va a hacer. La teoría de juegos no es precisamente rígida.

Cuando hablo de problemas en términos de teoría de juegos o individualismo metodológico no lo hago porque no creo en superestructuras, lucha de clases, la sociedad en general o porque amo el status quo. Es bastante más simple: estoy respondiendo a una pregunta con la herramienta que creo que es la más adecuada. La teoría de la elección racional es un instrumento básicamente atroz para explicar algunas cosas, desde los mecanismos de formación de preferencias (no los de aprendizaje; hay algunas cosas estupendas sobre el tema) a la decisión de voto o los grandes cambios culturales.

El método no conduce a ninguna posición ideológica en especial. Es una herramienta, nada más que eso. Obviamente, el hecho que sea neutral no implica que no introduzca algo de sesgo (cuando uno sólo tiene un martillo, todos los problemas son clavos), pero no la hace necesariamente malvada, siempre que uno entienda sus limitaciones. Si quiero explicar ideas más generales, como si decidir si el concepto de clase social es válido a estas alturas (lo es, pero no en el sentido marxista del término), usaré otras herramientas. Uno no intenta calcular distancias usando un termómetro, al fin y al cabo.


A todo esto, y ya que saca la nacionalización de la banca y como fui incapaz de predecirla con mis maravillosos métodos, bueno, si, es cierto, pero no del todo (hace un año ya decía que era un problema muy, muy serio). No soy economista, al fin y al cabo. Pero soy perfectamente de explicar por qué es necesaria, sabiendo lo que sé ahora, y no sabía entonces. Si quiere cuestionar la ciencia económica en general, meterse conmigo es fácil; soy un piltrafilla de cuarta. Que le vaya a vacilar a Roubini o Stiglitz, si quiere, que si hablaban de ello desde hacía años.

Oh, y ya que estamos: la economía actual tiene explicaciones más que satisfactorias y muy bien fundamentadas sobre el aumento de la desigualdad (decisiones políticas; la derecha ganando elecciones. Larry Bartels lo dice), el subdesarrollo (montones de explicaciones; esta es la más extendida ahora) o la evolución de los precios en bolsa (a corto, no existe; es totalmente aleatorio. A medio, hay modelos de aprendizaje estupendos. A largo, es cuestión de tecnología). Sobre el consumismo, eso es cuestión de cultura, no economía; me parece que por aquí nos resignamos a aceptar que a la gente le gusta tener cacharros.

martes, octubre 21, 2008

Banquero listo al mundo: "¡a la mierda!"

Vía Ezra Klein, la carta de despedida de Andrew Ladhe, presidente de un fondo de inversión que ha hecho una burrada de millones estos últimos años vendiendo en corto acciones de todos los idiotas que apostaron por las hipotecas basura. Apostó que todo era un castillo de naipes, y acertó. Ahora rico, convencido de su superioridad moral e intelectual y forrado de pasta, el tipo se despide del negocio con una carta en el Financial Times.

¿El resultado? El equivalente en letra impresa de un tipo borracho en un ataque de euforia y schadenfreude meando sobre tu tumba. Espectacular:

Recently, on the front page of Section C of the Wall Street Journal, a hedge fund manager who was also closing up shop (a $300 million fund), was quoted as saying, “What I have learned about the hedge fund business is that I hate it.” I could not agree more with that statement. I was in this game for the money. The low hanging fruit, i.e. idiots whose parents paid for prep school, Yale, and then the Harvard MBA, was there for the taking. These people who were (often) truly not worthy of the education they received (or supposedly received) rose to the top of companies such as AIG, Bear Stearns and Lehman Brothers and all levels of our government. All of this behavior supporting the Aristocracy only ended up making it easier for me to find people stupid enough to take the other side of my trades. God bless America.

There are far too many people for me to sincerely thank for my success. However, I do not want to sound like a Hollywood actor accepting an award. The money was reward enough. Furthermore, the endless list of those deserving thanks know who they are.

lunes, octubre 20, 2008

Por qué uno debe nacionalizar en serio

El otro día comentaba el hecho que Estados Unidos no ha nacionalizado los bancos demasiado serio: sí, compran acciones, pero el gobierno federal renunciaba a tener voz y voto en las entidades intervenidas.

Alemania no tiene estas manías, y se nota. Si eres el dirigente de un banco que ha sido lo suficiente incompetente para que te nacionalicen, tu salario será limitado por el nuevo accionista de referencia a 500.000 euros al año (¡corregido!).

Políticamente, es una medida encantadora; los contribuyentes tienen la capacidad de castigar a los directivos que les han obligado a gastar dinero a espuertas. Lo que se tiene que ver, sin embargo, es si esto tiene esto sentido desde un punto de vista económico.

Algunos críticos han comentado que estas limitaciones crearán un problema añadido a los bancos, que tendrán problemas graves para retener a sus dirigentes más cualificados. En vista del "éxito" de los gerifaltes de la banca hasta ahora, sin embargo, casi mejor que se vayan; si uno no puede vivir con medio millón de euros al año después de cagarla de esa manera, el estado de hecho los tendría que embardunar con brea, cubrirlos de plumas y pasearlos en la plaza pública para mofa y escarnio de la población en general.

Por añadido los dirigentes que se queden (o substituyan a los muchos presidentes y gerentes generales que el gobierno alemán ha defenestrado) tienen un poderoso incentivo ahora para hacer las cosas bien. Un sueldo de medio millón de euros es bueno, pero por debajo de lo que un banquero espera; en cuanto el gobierno alemán venda sus acciones cuando el banco esté sano, sin embargo, ese límite desaparece. Como antes resuciten el banco, antes volverán a tener sus viejos sueldos monstruosos que están todos anhelando.

Sí, quizás algún potencial banquero quizás no acepte un curro que le obligue a ser "pobre" un par de años. Casi mejor: queremos a gente con paciencia en el sector financiero, no esta especie de histéricos bipolares que hemos sufrido estos años. Que sea el estado el que tenga que salvar al capitalismo de su cultura del pelotazo es, como mínimo, curioso, pero esa es otra historia.

A todo esto, estos días se han oído bastantes halagos a España y su situación en esta crisis. Cuando el Santander anunció que compraba el Sovereign Bank, algunos comentaristas han señalado (con razón) la muy conservadora regulación bancaria española era de hecho una buena idea; los bancos tienen una salud envidiable.

viernes, octubre 17, 2008

Aventuras en la banca mundial: ¡ Zombies!

Los gobiernos del todo el mundo han descubierto su nueva pasión: la exploración de misteriosas bóvedas bancarias. Con cientos de funcionarios entrando y explorando los cavernosos libros de contabilidad de las entidades financieras vía nacionalización, es hora de empezar a repasar qué podemos esperar después de todo este ruido y furia.

Para empezar, parece que el mercado de crédito está volviendo lentamente (demasiado lentamente) al mundo de los vivos. Los tipos de interés en el sistema interbancario están bajando lentamente, las bolsas están recuperando el pulso (siguen nerviosas y aún nadie les ha hablado que estamos en una recesión... silencio) y parece que las cosas se han calmado un poco.

¿El peligro ya ha pasado, entonces? La verdad, no. Ni por asomo. Empecemos por echarle un vistazo a lo que hacen los bancos con el dinero que han recibido en Estados Unidos. La nacionalización parcial americana es de hecho sólo una aportación de capital; las acciones que el Tesoro ha comprado no tienen derecho a voto. Eso significa que los bancos están relativamente seguros, pero no tienen ningún incentivo real para echar a andar. El patio no está para riesgos, y el gobierno les mantiene a flote.

El resultado es predecible; los bancos se han ido a su rincón con su manta de seguridad preferida y se han quedado ahí, sin hacer nada. Tienen capital, pero no tienen a ningún accionista que puede empujarles a utilizarlo. La economía está camino de la recesión, de todos modos. El riesgo en el sistema financiero es que los bancos en Estados Unidos se comporten como lo hicieron los bancos japonenes en los noventa; utilizando la precisa terminología de Brad Delong, el ataque de los bancos Zombie. Entidades seguras, gracias a un cheque en blanco de inyecciones públicas de capital, pero totalmente apáticas y sin el más mínimo ánimo de poner dinero en ningún sitio, ya que la economía anda en recesión, y no creen que les dará ningún beneficio.

En (casi toda) Europa, los gobiernos han entrado en los bancos con voz y voto; en teoría, eso debería evitar que esto suceda, a costa de tener a políticos empujando a los bancos a hacer banca populachera. En Estados Unidos, veremos poco.

Por cierto, la economía está en recesión por aquí, eso no lo duda casi nadie. Producción industrial en descenso, menos ventas al por menor... La crisis financiera ha sido el prólogo. Veremos qué sucede ahora.

jueves, octubre 16, 2008

Una imagen

¿Tengo que decir más? Y no, no está retocada. Es sólo una captura de pantalla malvada de Reuters.  Más sobre el debate aquí

miércoles, octubre 15, 2008

Neoprogs : la nueva vieja izquierda

Estos días un servidor y un nutrido pelotón de gafosos progresistas con demasiado tiempo libre lanzamos un nuevo proyecto: neoprogs.

Dios mío, pensaréis. Lo que internet necesita ahora mismo, otro agregador. Porque no hay suficientes sitios donde la gente se reúne para enviar al resto del mundo a parir. Bueno, cierta razón tienen, pero la cuestión es, neoprogs pretende ser un agregador un poco distinto.

Para empezar, somos progresistas. Nuestra agenda, en general, es redistributiva; defendemos la igualdad de oportunidades y la intervención estatal bien entendida, pero no sólo somos eso.

No creemos que los mercados son un ente esencialmente malvado, o que el capitalismo es un sistema pútrido y destructivo. Creemos en la competencia, la ley de la oferta y la demanda y la ciencia económica en general. Eso no nos hace un contubernio de progres moderados que pretenden caer bien a izquierda y derecha, una especie de equidistán de (falsa) izquierda vendidos al capital.

Nuestra idea es más sencilla: somos de izquierdas, pero nos preocupa la realidad. Somos pragmáticos radicales, no por oportunismo político o voluntad de no ofender, sino porque partimos de la firme creencia que las mejores políticas son aquellas que pueden ser implementadas, no las que suenan bien sobre papel. No descartamos ideas por prejuicios o limites teóricos absurdos; sólo nos preocupa si funcionan bien o no. Privatizar no siempre es malo, nacionalizar no siempre es bueno. Uno no puede negar la realidad a base de leyes y regulaciones. No hay nada gratis.

Somos tan pragmáticos, de hecho, que no nos hemos atrevido a parir un manifiesto: todo lo que escribimos es contingente a lo que sabemos ahora, pero no tenemos ningún problema en tirarlo a la basura si se demuestra que estamos equivocados. La idea ha partido de algunos textos, especialmente del magnífico artículo de Citoyen de donde sacamos el nombre de este invento. Citoyen afirma y me acusa de ser la inspiración de su obra mediante este viejo artículo mío. La verdad, no estoy de acuerdo conmigo mismo ya al leer de nuevo ese artículo; ni mi propio texto fundacional me vale.

En fin, añadid Neoprogs a vuestra lista de favoritos. Ahí estamos todos los buenos. ¡Izquierdistas que prestan atención a la realidad, uníos! ¡El mundo nos necesita!

(seguid temiendo a Mr. TED, por cierto. Parece que el rescate no acaba de descongelar el mercado de crédito, al menos por ahora)

martes, octubre 14, 2008

Nota sobre finanzas heroicas

A todo esto, ignorad la bolsa estos días (ayer y hoy teníamos la fase maníaca de los mercados; no es una subida demasiado racional) y fijaros en el mercado de crédito. Si hoy empieza a resucitar sí podremos decir que el rescate ha funcionado.

Mi sensación es que al menos en Europa, el plan es básicamente el modelo correcto; saldrá caro a los contribuyentes a corto plazo, pero probablemente bastará para salvar el sistema. En Estados Unidos, Paulson sigue sin atreverse del todo a hacer lo correcto. De momento comprará acciones en bancos, pero sólo los que están sanos; algo que realmente no tiene sentido.

Lo más curioso de todo esto es el hecho que ha sido el gobierno británico el que ha liderado el diseño e implementación de este plan de rescate. Gordon Brown no preside un país que tenga demasiado peso económico real en el mundo, y aunque Londres es un centro financiero importante, la libra esterlina es una divisa básicamente secundaria. El plan Brown, sin embargo, ha acabado siendo seguido por todo el mundo, algo que dice bastante de la inteligencia institucional del tesoro británico.

¿Recordáis eso de liderazgo y procedimiento? Las instituciones americanas dependen mucho del buen hacer de sus jefes para funcionar bien. Paulson es un hombre de Wall Street, y su reacción fue esencialmente dentro del sistema, no fuera de él. La burocracia británica, sin embargo, es una institución reglada, antigua, con una fuerte memoria institucional y una larga experiencia en tratar de salir de desaguidados financieros. En los viejos pasillos de Whitehall alguien andaba desempolvando memorias de crisis victorianas y del periodo de entreguerras, encontrando sabiduría en viejos libros y funcionarios.

La burocracia, ese viejo diablo, a veces es más útil de lo que parece.

Para los que se preguntan qué ha hecho Krugman....

Para aquellos que quieran un resumen comprensible, un poco detallado y bien clarito sobre las múltiples aportaciones de Krugman a la teoría económica, esas que le han dado un Nóbel, os doy un par de enlaces. En Marginal Revolution, un excelente resumen sobre sus aportaciones a teoría del comercio (Krugman es un entusiasta globalizador); este articulito en uno de los blogs del NYT añade detalles sobre su brillante modelo de geografía económica. Faltaría añadir su absolutamente maravilloso modelo sobre tormentas monetarias, tan o más influyente que los dos anteriores.

La gran virtud de Krugman ha sido su talento para expresar con modelos extraordinariamente sencillos problemas muy, muy complicados, dándonos un mecanismo causal para fenómenos que parecen no tener demasiado sentido. Es la pura esencia del buen teórico: explicaciones elegantes para problemas muy complejos. Yo de mayor quiere ser como él.

domingo, octubre 12, 2008

Notas sobre rescates

Hay dos clases de rescate financiero sobre la mesa estos días, básicamente:

1. Gordon Brown / europeo general: incluye nacionalización parcial, garantía de préstamos interbancarios, y la posibilidad que los estados que nacionalicen tomen control directo de la entidad intervenida. Por añadido, piden a la Comisión Europea que cambie las normas contables, algo que es un pérdida de tiempo; los mercados no tienen ataques de pánico porque los contables tienen reglas extrañas.

2. Paulson / Estados Unidos: es algo que uno diría es parecido a lo anterior, pero no lo es realmente. Incluye nacionalización parcial, pero no control directo sobre los bancos. El gobierno será accionista, pero sin voz ni voto, algo ligeralmente estúpido: si estás comprando una banco porque estaba gobernado por inútiles, lo mínimo que debe conseguir es la posibilidad de echar a la calle de forma patéticamente humillante a sus directivos. También deja de lado la garantía de los préstamos interbancarios, algo que si bien arriesgado hasta cierto punto, es una herramienta importante para dar confianza a los mercados.

¿Qué estamos viendo? Estados Unidos parece estar cambiando de opinión poco a poco, dejando de lado la básicamente estúpida idea de comprar malos activos. Paulson parece tener problemas graves, sin embargo, de llevar la palabra "nacionalización" a su conclusión lógica, confiando aún que las entidades que crearon el problema pueden llegar a una solución orgánica ellas sólas. Como decía Churchill, uno debe confiar en los americanos: siempre acaban haciendo lo correcto, después de haber probado el resto de opciones.

Mientras tanto, en España, el gobierno garantizará las transacciones y se ofrecerá a comprar activos de calidad, pero sigue sin pensar en nacionalizar. Tienen sus motivos; la salud de los bancos españoles no es ni de lejos tan peligrosa como la de nuestros vecinos. Los datos de Estados Unidos, por cierto, son peores de lo que parecen; el problema aquí no es el sistema bancario unicamente, sino el amplio zoológico financiero (desde fondos de inversión a aseguradoras) asociado, y el hecho que han "exportado" muchos de su problemas y deuda basura al resto del sistema financiero mundial. Si las cosas salen mal en Nueva York y la economía americana se desploma, se llevan por delante a todo el resto.

Efectos de la falta de crédito (I)

Ejemplos de lo que sucede cuando actores económicos pierden su acceso al mercado de crédito: los enterradores en el Reino Unido han avisado al gobierno que no pueden enterrar a los muertos, ya que no pueden obtener dinero a corto plazo para gastos corrientes.

(Vía Paul Krugman: a largo plazo, todos muertos)

Empujando la economía

Los políticos hablan y proponen a menudo planes para estimular la economía. Ya sabéis, eso de dar un empujoncito a la demanda agregada o la inversión, sea mediante bajar impuestos o aumentar el gasto público de un modo u otro.

Como en todo, no todos los planes de estímulo son creados iguales. Moody´s publicó no ha hace mucho un estudio detallado sobre las diferentes instrumentos y políticas públicas que un gobernante en Estados Unidos puede implementar; aquí tenéis un resumen:


Como dice en el encabezado, es el retorno en PNB por dólar gastado en rebaja fiscal o gasto público adicional; básicamente cuánto crecimiento económico adicional un político puede producir a base de aumentar el gasto público a corto plazo para amortiguar una recesión.

Algunos comentarios: rebajar impuestos a empresas o rebajar el impuesto de capitales es, como estímulo fiscal, un poco patético. A corto plazo, no añade crecimiento apenas; se está dando más dinero a un segmento de la población que no lo va a gastar de inmediato. Las empresas no tienen problemas para pagar impuestos en una recesión; cuando tienen pérdidas, no están pagando impuestos. Y si el paro es alto y no tienen beneficios, no invierten; la demanda no está ahí.

Si alguien quiere empujar la economía rápidamente, lo que uno tiene que hacer es dar dinero a quien menos tiene, o bien gasto directo en infraestructuras o ayudas a gobiernos locales y estatales.

No creo que Moody´s, por cierto, puedan ser acusados de socialistas o nada parecido. A corto plazo, un poco de Keynes bien entendido ayuda a hacer un recesión más llevadera. Veremos bastante de esto en estos próximos meses, así que cuando alguien pida bajar los impuestos a las empresas, etcétera, echadle a patadas de la conversación: los datos no les dan la razón.

viernes, octubre 10, 2008

Un "pequeño" detalle

He hablado mucho de la crisis estas últimas semanas, y la verdad, me parece que con toda la logorrea técnicista sobre causas, instrumentos financieros y rescates espectaculares no he explicado bien un detalle importante: las consecuencias potenciales de todos estos problemas.

¿La verdad? Si todos estos rescates extraños no funcionan, lo que estamos viendo ahora, la crisis actual, será visto como ese prólogo irrelevante que nadie lee. De hecho es bastante probable que incluso con todos los planes funcionando tan bien como un ministro de finanzas puede desear las cosas vayan a peor, con la recesión alargándose durante meses.

Es realmente difícil dar una sensación de urgencia, ya que los problemas del sector financiero a estas alturas no son demasiado visibles a ras de suelo. A no ser que uno esté intentando comprar un coche o conseguir una hipoteca, es difícil ver que es esto de una "restricción de crédito" y qué significa para la economía. Muchas empresas están sobreviviendo a base de inventario, equilibrios con sus reservas y apretar los dientes, pero nada que pueda durar eternamente. Los bancos y entidades financieras viven de prestar dinero a largo plazo y endeudarse a corto; sin mercado de crédito no pueden hacer nada. Y los bancos no pueden quebrar; los problemas para la economía serían aún peores.

La economía de medio mundo anda paseándose al borde del abismo. Si las cosas no salen bien, la caída será realmente tremebunda. No 1932-1933 horrible (gracias a Keynes y años de experiencia, hay más estabilizadores automáticos y menos dudas sobre qué debemos evitar), pero realmente malo. Los problemas de verdad no han llegado a la economía real; esto se tiene que tomar muy, muy en serio.

Ahora que os he puesto de buen humor, unos cuantos enlaces. Primero, un excelente librillo en PDF sobre la crisis con artículos de muchos economistas que saben lo que hablan (Eichengreen, Alesina, DeLong...); vale la pena repasarlo bien. Segundo, impagable la reacción de Krugman cuando Bush ha anunciado que dará un discurso mañana: "Please go away".

Apenas un 25% de los americanos aprueban la gestión del presidente estos días. Ver su careto botijero en televisión dando un discurso farragoso con ese tono suyo de tomar a todo el mundo por tonto hará más mal que bien. Ugh.

jueves, octubre 09, 2008

Abofeteando a los mercados (III)

De todos los programas, reformas, inventos e instrumentos exóticos que los gobiernos están pariendo para tratar de resucitar el paciente financiero, no hay ninguno más fascinante que el cacharro creado por los americanos para atacar el problema. Antes de construir esta legislación digna del Doctor Franz de Copenhagen, los legisladores ya se divirtieron estrellándose contra el barroco sistema legislativo americano, así que el engendro tuvo que ser adornado de forma extensiva para que llegara a buen puerto.

Lo más divertido del plan americano es que no es una solución al problema; son básicamente tres o cuatro. Como buen programa diseñado por comité, la ley tiene un presupuesto, un montón de ideas atadas de mala manera, y una forma simple y sencilla de decidir cómo aplicarlas: pasarle la pelota al Departamento del Tesoro, y resignarse a que ellos decidan. Eso puede ser bueno, ya que permite una respuesta flexible, o malo, si el tesoro sigue con esa alegre tradición de la administración Bush de escoger la peor herramienta posible. Veamos qué herramientas financieras tiene Paulson y su equipo a su disposición, y cuál podemos esperar ver en acción.

1a. Comprar activos tóxicos:

Los bancos americanos, igual que los británicos, están (en teoría) cargaditos de deuda mala. Digo en teoría porque nadie sabe dónde narices anda esa deuda mala; parte del problema es que los bancos no sólo la han esparcido en paquetes raros, sino que ademas han creado una auténtica orgía de instrumentos bastante incomprensibles que se apoyan en esa deuda que nadie sabe donde está. Una especie de pirámide financiera invertida que está cayéndose a pedazos.

La idea inicial de Paulson era ir a los bancos y comprar esa deuda mala. En teoría, los bancos se sacarían el peso de encima, los instrumentos raros volverían a tener valor, y la confianza en los mercados volvería. El problema, claro está, es a qué precio el gobierno compra la deuda; si la compra por cuatro duros, los bancos tienen que comerse un montón de pérdidas, y corren el riesgo de quiebra. Si la compran demasiado cara, tenemos a los contribuyentes subvencionando alegremente a los bancos comprando basura a precio de oro, sin poder recuperar el dinero gastado. Nadie sabe el valor de esos activos, ya que nadie los está comprando; no es un problema fácil.

Por añadido, esto funciona si los mercados tienen problemas de liquidez, de falta de confianza, y no de solvencia. A mediados del año pasado, cuando todo esto empezó a salirse de madre, mi teoría era que cuestión de confianza. Ahora mismo, me temo que es solvencia. Los bancos han creado tantísimos instrumentos derivados sobre deuda mala que es probable que el apalancamiento de los bancos sean insostenibles; no importa si la deuda mala es limpiada milagrosamente, es perfectamente posible que todo el mundo siga igual de aterrado y miedoso que los bancos se hundan porque bueno, de hecho están hundiéndose de verdad.

1b. El tesoro renegocia hipotecas:

Es una variación de la idea anterior, y la última ocurrencia de McCain, que lo propuso ayer en el debate como si fuera idea suya. La idea básica es que el tesoro sanea las deudas comprando todas las hipotecas en que el principal es mayor que el precio de la casa y pase a ser el prestamista, renegociandolas una por una con los morosos en cuestión.

En esencia es la idea de arriba, con dos diferencias básicas: primero, el gobierno federal estaría gastando muchísimo más dinero, ya que se comería la diferencia entre el precio nominal y el real de las deudas él solito. Segundo, el invento es una doble subvención a los dos actores que han hecho el mandril en el asunto, ya que compran mala deuda por encima de precio de mercado (precio completo de algo impagable), regalando dinero al prestamista, y rebajan el precio de la casa al comprador, que se lleva un descuento gratis a costa del presupuesto público.

Ah, y todo eso repitiendo los potenciales problemas de la opción anterior. No es que el plan sea mala idea, es básicamente una estupidez populista mal diseñada. Brad DeLong lo explica mejor que yo.

2. Plan de seguro contra deuda impagada:

Esta es la "maravillosa" idea de los republicanos en la Cámara de Representantes. La idea es que el tesoro cree una especie de seguro de depósitos para títulos de deuda, y que los bancos participen en él. Si alguna entidad se hunde, todos tranquilos, ya que sus deudas están aseguradas.

Dos problemas graves. Primero, los bancos están cortísimos de dinero. Ya me dirán quién va a dedicar parte de su presupuesto a pagar un seguro de este estilo, que será cualquier cosa menos barato. Segundo, y más grave, un seguro funciona bien si los "accidentes" son relativamente poco frecuentes; si todos los asegurados se estrellan contra un arbol a la vez, la aseguradora quiebra. Si lo que tienen los mercados es una crisis de confianza, sí, quizás funcionaría; si es liquidez, agravará el problema y enviará el gobierno federal a la bancarrota. Si es algo intermedio (crisis de confianza, pero esperamos accidentes) el gobierno federal deberá cobrar primas altas, que nadie querrá pagar. Si las primas no son altas, estamos pariendo -otra vez- una subvención directa a los que más tienen.

3. Nacionalización parcial:

Esta es la idea de Chris Dodd, el principal negociador demócrata en el Senado, y la verdad, es la más sensata. El plan parte de la idea que los bancos tienen problemas para mantenerse solventes a corto plazo, en parte porque tienen activos malos, en parte porque la desconfianza acentúa el problema, pero esencialmente son empresas rentables a largo plazo. El departamento del tesoro actuaría, esencialmente, como un inversor que ve un negocio con futuro pero sin dinero; pongo dinero, te ayudo a arreglar las cosas, y a cambio me llevo parte de los beneficios cuando las cosas vayan bien.

En teoría utilizar este sistema arreglaría las dos posibles causas de los problemas: si es sólo falta de confianza, la garantía del estado reactivará los mercados; si es insolvencia, el gobierno federal tendrá que hacer limpieza con cierto entusiasmo, pero recuperando la inversión a medio plazo.

El coste real es en ambos casos relativamente bajo; los mercados están tan aterrorizados estos días que están dispuestos a dejar dinero básicamente gratis si este les da un poco de seguridad. El gobierno federal podría entrar, refinanciar y salir a precio de ganga; las acciones son baratas, son los únicos que tienen crédito y el sistema financiero tarde o temprano tendrá algún valor. Como regalo añadido, al nacionalizar puedes literalmente apisonar accionistas sin miedo, así que castigas a los irresponsables que han creado el problema. Si las cosas salen bien, de hecho, el tesoro puede hacer un montón de dinero.

Obviamente, la nacionalización parcial no es una solución mágica. Puede que los bancos estén tan fritos que la inyección de capital necesaria sea gigantesca, y el dinero no se recupere nunca. El estado puede hacer cosas bien, pero no se distingue por ser un banquero decente; puede que la gestión de los bancos no sea demasiado eficiente durante los meses (o años) con intervención parcial federal. Y por descontado, si ninguna de las teorías es correcta, todo puede fracasar de forma creativa.

¿Qué plan se aprobará? En un principio parecía que la idea era aplicar el modelo 1a, que es caro, arriesgado y poco eficiente. Hoy, sin embargo, Paulson daba pistas que puede que veamos el modelo 3, el preferido por casi todos los economistas, y pariente cercano del plan de Gordon Brown para el Reino Unido.

Sea lo que sea (y espero que sea el modelo 3), el plan más vale que funcione. Si el rescate fracasa de veras, los gobiernos europeos pueden hacer lo que quieran; Estados Unidos probablemente se llevaría todo por delante, no importa lo responsable que haya sido cada gobierno regulando a sus bancos. Los mercados de crédito, ahora mismo, están muertos; si no se hace algo a corto plazo, la recesión será espantosa.