Hay días que leer el periódico me pone de mala leche. Hoy ha sido uno de esos días. Abro Público, leo el artículo de Nacho Escolar, y me da el tembleque: ¿Cómo puede ser que el director de un periódico nacional no haga más que repetir lugares comunes trasnochados como verdades autoevidentes?
Iremos por partes.
1- La lujuria especuladora
Repite los lugares comunes del malvado especulador del petróleo, haciendo que suban los precios. Suena bien, pero es una explicación errónea, o como mínimo lo suficiente insegura como para que nadie pueda ir por el mundo con esas certeza. Se repite a menudo en medios de izquierda (El País también cae en este error), y no, no es una buena explicación. Y no lo digo sólo yo; lo dice Paul Krugman.
2- La pereza reguladora
El cambio de regulación de la SEC que menciona es una explicación ingeniosa, pero poco convincente. Para empezar, ni siquiera el gobierno americano es tan estúpido: la recesión va a enviar a los republicanos a la oposición, así que no creo que estuvieran haciendo el petróleo cara aposta. Es cuestión de demanda inelástica cercana al nivel de producción máximo (la curva de demanda era casi vertical), y la caida es la combinación de "bajar" de nuevo por la curva a marchas forzadas, en parte porque la demanda cae en picado en recesiones. Elaboro más aquí.
3- Paraisos fiscales
No conozco el problema lo suficiente, pero parece confundir correlación con causalidad. Los sueldos de los directivos no creo que tengan relación con la evasión fiscal de sus empresas.
4- La Codicia de los directivos
Es un problema complicado, que viene de antes de la crisis actual (mucho antes; empieza en los años ochenta) y que la verdad, no tiene demasiada relación directa con hipotecas basura, creación de deuda extraña e instrumentos financieros barrocos y cosas de este estilo. Asistiré encantado a las humillaciones de todos los megamillonarios incompetentes en la plaza pública (faltaría) pero no sé si todo esto tiene que ver demasiado con la crisis.
5- La gula de los inversores
En general cierto, pero decir que se premiaba a los malvados es poco convincente. En una burbuja especuladora (la que sea) siempre hay un pelotón de listillos que salen a tiempo; la mayoría, sin embargo, se pillan los dedos. Que le pregunten a los accionistas de Lehman Brothers.
Las burbujas especuladoras son cosas relativamente normales en las economías de mercado. El problema es que la burbuja ha sido en algo excepcionalmente peligroso, crédito y deuda, y esto ha generado los problemas. Una burbuja en el mercado de arte, coches de coleccionista o una materia prima hace daño, pero no se carga bancos. Y recuerdo, los bancos no pueden quebrar.
6- Salvar el planeta
Poco que comentar; los políticos tienen que crear las instituciones necesarias para que los mercados funcionen y tengan en cuenta las externalides que provocan el cambio climático.
7- Contra el PIB
El PIB es como la democracia: el menos malo de los sistemas posibles a la hora de contar riqueza. No estaría mal que hablara de PIB por cápita, para empezar. Cuando se habla de PIB estamos midiendo algo específico (riqueza en dinero) que sirve para "comprar" otras cosas. Sin PIB no hay sanidad, servicios sociales o lujos igualitarios; la economía tiene que crecer para hacer otras cosas viables.
5 comentarios:
Decir "menos malo" no es ninguna mejora respecto a decir "es el índice perfecto, así que acéptenlo sin críticas y punto". En todo caso es un índice básico y necesario en el análisis económico, pero nunca el único para juzgar el desempeño económico del gobierno. Sin PIB no habrá lujos, pero el crecimiento de PIB no garantiza en nada la igualdad. Un aumento de PIB puede ser completamente neutralizado por un aumento de desigualdad o un aumento de población. Si el gobierno presume aumento próspero de PIB y la gente percibe crisis, seguramente la gente no está equivocada.
Egocrata, te noto muy intolerante respecto a tu anterior post.
Escolar usa el método aprendido en la facultad de periodismo llamado "tertulianismo metodológico" (una evolución del pirronismo metodológico en combinación con la unidad de la teoría y la praxis) que supera los arcaicos métodos individualistas y holistas. Este método revolucionario que le lleva evidentemente a sus agudas conclusiones.
Paul Krugman es un economista, y sus graves problemas de simplificación de la realidad le impiden demostrar nada vagamente convincente.
El PIB es un dato, sin interpretación o contexto de poco sirve. Y como suelen explicarle a uno desde el principio, hay que tomarlo con pinzas, como casi todo, porque cada vez que hay una epidemia de gripe o pasa un huracán, termina subiendo.
Además ya lo dice la palabra: Bruto. Es como las latas de alcachofas: lo que interesa es el peso escurrido.
El PIB es una condición necesaria, pero no suficiente, para tener un país decente. Uno puede vivir en un sitio patético con datos de PIB boyantes (decídmelo a mí, que vivo en EUA y disfruto de su sistema de salud), pero no puede vivir en un sitio estupendo con datos de PIB patéticos.
Citoyen: totalmente cierto. Mi mente no alcanza a descifrar la verdadera sabiduría todológica de la clase pirronico-contertuliense.
No soy digno. ¡No soy digno!
Por mear fuera del tiesto: ¿Quién de los contribuyentes (4) no es un tarado (3)?
porque yo no distingo un dotado de un tarado.
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