jueves, septiembre 29, 2005

En defensa del electoralismo

Uno de lo epítetos que se lanzan más habitualmente contra los políticos, tanto desde la derecha como desde la izquierda, es el de electoralismo. Sólo piensan en la reelección, sólo quieren mantenerse en la poltrona, y sólo se preocupan de intentar ganar las elecciones. Cuánto político interesado sólo en sí mismo, pardiez.

Bien, noticia: el electoralismo es, casi siempre, algo bueno.

La razón es muy sencilla. Un político que está pensando en qué debe hacer para ganar las elecciones está tratando de discernir qué debe hacer y decir para atraer a la gente, o dicho en otras palabras, está respondiendo a las demandas de la población. Eso no significa necesariamente gobernar siguiendo las encuestas (políticos tán adeptos en ganar elecciones como Jordi Pujol no las leían nunca), pero sí a hacer lo que la mayoría quiere... cosa que, magia potagia, está en el corazón del sistema democrático.

Uno debe desconfiar siempre de los políticos con convicciones. El tener las ideas muy claras es algo útil e interesante en un filósofo, académico o medio centro (eso que no tiene el Real Madrid), pero no tanto en un presidente, alcalde o primer ministro. Muchas ideas preciosas y una idea sagrada de una misión en el mundo pueden llevar a políticos a hacer cosas muy raras, como tratar de pasar la poll tax (Thatcher), hacer política económica oligofrénica (los dos primeros años de Mitterrand) o invadir países al bulto (Aznar) de espaldas a la ciudadanía. Es cierto que a veces hay decisiones dolorosas que un político debe tomar en contra de la opinión mayoritaria (reconversión industrial, devaluaciones), pero cuando alguien está siguiendo una misión divina, temblad.

Un político no debe ser un cínico amoral desalmado que ame el poder y diga eso de "estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros", es evidente. Pero entre un tozudo ideólogo elegido para la gloria (por muy cerca esté a mis ideas) y un pragmático con ganas de mandar, casi me quedo con el segundo. Claro, siempre hay políticos muy prácticos a los que tras unos años de mandar se les va la chaveta (sí, Aznar), pero vamos, para eso podemos darles puerta cada cuatro años.

A todo esto, el siguiente liberal defensor de la iniciativa individual que acuse a alguien de electoralista se lleva un sopapo. Si la gente sabe mejor que el estado qué hacer con su dinero, también sabe mejor que el tan irado crítico qué hacer con su voto.

12 comentarios:

EVF dijo...

Egócrata, realmente, no sé cómo puedo estar tan de acuerdo contigo!
Como el artículo reciente en defensa de la democracia representativa, con el cual tampoco puedo coincidir más. Los políticos son electoralistas porque justamente ese es su trabajo! Y se acercan, trabajando de esto, a los "gobernantes filósofos" que también citabas recientemente.
En todo caso, felicidades una vez más, leo con enorme interés todos tus artículos. Los del urbanismo en EUA también interesantísimos, y más para mí que me dedico a algo relacionado, y que he mamado manuales de capacidad de carreteras americanos y asignaturas de transporte y territorio diversas.
Por cierto, tengo la impresión que eres el único que publica en este blog...

R. Senserrich dijo...

Gracias por los comentarios.

No, no soy el único que escribo, Alex y Gerard se apuntan de vez en cuando. El problema es que el primero está de cogorza, feliz tras que le hayan dado un peazo de beca, y el otro es un ingeniero con demasiado curro. Nacho está muy liado, según él. Mardito.

Anónimo dijo...

Tambien Gil y Gil hacia electoralismo en Marbella.

Decia lo que querian escuchar los marbellies: fuera putas de las calles, pero que se queden las de alto standing; fuera navajeros y robacoches, pero que se queden todos los mafiosos rusos y traficantes de armas.

R. Senserrich dijo...

En resumen: cada pueblo tiene el alcalde que se merece.

Anónimo dijo...

No sé, nostoy dacuerdo del todo. Al fin y al cabo, un político tiene los días contados (un par de reelecciones a lo sumo, salvo si se trata de Ibarra o Pujol)y ello puede llevrale a tomar decisiones que sean malas a largo plazo pero que a él no le afecten.

Puede dejar una deuda enorme, puede pasar de mejorar la educación dado que los resultados no se verán en 20 años, o puede crear algo como el sistema de pensiones español, que ha conseguido que políticos del pasado hipotequen los ingresos de generaciones venideras.

egb dijo...

Y de esa manera ciertos grupos "sociales" influyentes por "guerreros" y numerosos podrán seguir viviendo a costa de los demás de por vida. Bravo.
Como no tienes clara la diferencia entre libertad y democracia seguirás allanando el camino a la apisonadora del positivismo jurídico que en los años 30 se lo puso en bandeja al totalitarismo socialista nazi y comunista. Como si no lo supieras.

R. Senserrich dijo...

Godwin de nuevo. Joder, ¿teneis algún otro argumento? Por cierto, ¿dónde he defendido que los derechos individuales sean pisoteados? Sólo defiendo que hay que desconfiar de los iluminados con demasiadas ideas.

egb dijo...

Por ejemplo,
"La razón es muy sencilla. Un político que está pensando en qué debe hacer para ganar las elecciones está tratando de discernir qué debe hacer y decir para atraer a la gente, o dicho en otras palabras, está respondiendo a las demandas de la población." -Egócrata.

Responde a las demandas de grupos de presión (ong, sindicatos, agricultores, ecologístas... hasta 300 grupos como en Alemania) para evitar problemas ¿Cómo? Robando al resto de ciudadanos para beneficiar a los extorsionadores. Las concesiones y las licencias son otra forma de privilegiar a unos y vejar derechos de otros. La libertad de establecimiento no existe en el comercio. Los horarios comerciales. La venta de periódicos y revistas. El transporte de pasajeros por carretera. Todo son privilegios en los que piensan los políticos para ganar elecciones pero, mira por donde, no responden a demandas de la población. Más bien se está cambiando de régimen porque discretamente, con mucho consenso y más talante, pasamos de una democracia representativa a una democracia participativa.

R. Senserrich dijo...

¿Dónde digo que me gusten los horarios comerciales o las subvenciones agrícolas? (he atacado ambas cosas a menudo en el blog). Sólo defiendo que es mejor tener políticos que respondan a lo que piden los electores que gente con demasiadas grandes ideas.

No digo que un político electoralista puro sea perfecto ("Es cierto que a veces hay decisiones dolorosas que un político debe tomar en contra de la opinión mayoritaria (reconversión industrial, devaluaciones)"), sólo digo que es preferible a un héroe cruzado, que siempre será más propenso a cometer estupideces.

Roberto Iza Valdés dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
icue dijo...

No estoy de acuerdo en algunas cosas de las que dices, y falta decir que el politico no puede ser un radical, y que todo el que piense de otra forma a la suya, está descartado para el juego democático.

Roberto Iza Valdés dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.