viernes, septiembre 09, 2005

La falacia de los efectos retardados

Alberto Recarte sabe de economía, pero a veces intenta meter cosas en su paradigma ideológico con calzador. Alabando la reforma fiscal de Bush, bajando impuestos a los ricos, dice que está claro que esa política ha ido de miedo, aún con cierto retraso.

Bien, un retraso de cuatro años sobre la primera rebaja y dos sobre la segunda es la verdad un poco desconcertante. ¿Cómo sabemos que es por eso, y no por las bajadas de tipos de la reserva federal, la subida de impuestos de Clinton o la muerte de Manolete? Atribuir efectos a políticas sólo visibles cuatro años después, y darlas como único motivo del crecimiento de un país es falaz, especialmente considerando que hay como mínimo dos factores que pueden haber contribuido en igual medida.

El primero, el déficit fiscal, alto, sin visos de reducirse, y que cualquier manual de economía dirá que es un motor de crecimiento a corto plazo. Una bajada de impuestos, si viene acompañada por una bajada similar del gasto, no tiene efectos sobre el crecimiento (la liquidez y capacidad de gasto de la economía es la misma), pero una con déficit sí. Y Bush ha creado un montón de déficit, que aún con el crecimiento no se ha reducido apreciablemente (la última reducción viene por el final de unas exenciones fiscales, no por otra cosa). Más allá de eso, el estímulo fiscal a la demanda de Bush fue rematadamente ineficiente, ya que dio el dinero a gente con menos propensión a gastarlo. Pero ese es otro tema.

El segundo factor es la bajada en picado de los tipos de interés, fuera del control del presidente, y que le han permitido endeudarse con tanta alegría. Dinero fácil, política monetaria expansiva, fiscal expansiva, y anda, crecimiento. Directo del librillo de Keynes, oiga.

Lo divertido es que pone como ejemplo de la influencia de Bush a la CDU alemana, que va paseando un posible ministro de economía con Merkel que defiende el típo único. Como dice el Economist, el tipo es universalmente atacado y muy poco apreciado, y su reforma fiscal no pretende ser una bajada de impuestos, sino una reorganización.

Es cuestionable que la economía de Estados Unidos sea un éxito, ya que sus bases de crecimiento (tirar de déficit y burbuja inmobiliaria) no son sólidas. Pero atribuir el crecimiento a una bajada de impuestos, sin tener en cuenta que las explicaciones clásicas son mucho más sólidas, es falaz. Mal que les pese a algunos, Bush no es liberal; el gasto del estado federal ha aumentado una barbaridad. Pero claro, todo personaje que irrite a la izquierda vale pare ponerse una medalla, por cuestionable que sea.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Pero atribuir el crecimiento a una bajada de impuestos, sin tener en cuenta que las explicaciones clásicas son mucho más sólidas, es falaz"

Hombre, la bajada de impuestos si que ha tenido su efecto a través del mecanismo clásico keynesiano que apuntas(déficit público). Lo que sí sería de chalados sería afirmar que la recuperación económica se debe a un mecanismo de "economía de la oferta".

Anónimo dijo...

Krugman hace el chiste de que los americanos se ganan la vida vendiéndose casas unos a otros con dinero prestado de los chinos. Pero uno deja de reirse del chiste cuando se da cuenta de que las bases del crecimiento español son igual de "sólidas" que las americanas: déficit por cuenta corriente y burbuja inmobiliaria.

R. Senserrich dijo...

Totalmente de acuerdo. Sim embargo, la economía española tiene déficit exterior con la zona euro, así que no corremos el riesgo de una depreciación inflacionaria de la moneda, y el estado tiene superávit, así que hay margen de maniobra de sobra para solventar problemas.

EUA, ni uno ni otro.