Al César lo que es del César. En un gesto muy poco común en esta Casa Blanca, el presidente George W. Bush ha reconocido que, por la parte que le toca, metieron la pata pero bien. No sólo eso; ayer dimitió Mike Brown, “Brownie”, el director de la increiblemente incompetente FEMA. ¿Qué ha cambiado para que esta vez se reconozcan pifias, en vez de ponerles medallas?
Dicho en breve: los medios de comunicación han informado. Milagro.
Durante los preparativos para la gloriosa liberación de Irak (cof, cof), los medios de comunicación americanos básicamente dimitieron. Si, daban las noticias, pero sin comprometerse lo más mínimo. A cada afirmación de la Casa Blanca, cogían un demócrata, un republicano, y les preguntaban qué opinaban, y se quedaban tan anchos. Daban, según la defensa habitual, los dos puntos de vista, y dejaban que el espectador decidiera. Después de la guerra, cuando Paul Bremer metió la pata hasta el fondo y dejo que medio país se lanzara a saquear la otra mitad alegremente, siguieron con lo suyo. A un lado de la mesa, republicano hablando de marcha triunfal. Al otro, demócrata asustado de ser llamado antipatriota cautelosamente señalando que lo de los saqueos quizás no es bueno.
El resultado es que una vez todo pasó, lo que informaron los medios fue que “Irak fue una mentira, o quizás no”, “la ocupación es un éxito, o quizás no” y “la guerra estaba justificada según las razones que nos dieron, o no”. En otras palabras, una opinión y su contraria, pero bien poco interés en explicar la realidad.
Con Katrina, sin embargo, ha sido distinto. Quizás porque ese dar los dos lados cuando toda la tragedia sucede en tus morros exige demasiado cinismo, incluso para un periodista, quizás porque están un poco hartos que les tomen por el pito del sereno, pero esta vez de opinión, poca. Las tres cadenas de noticias (CNN, MSNBC e incluso Fox News) sencillamente se han centrado en tratar de explicar qué sucedía, y punto. Nada de preguntar qué opinan los políticos (que se han llevado tortas por todos los lados estos días), si no tratar de descubrir qué sucede realmente.
Y no, no ha sido bonito. Como ha reconocido el mismo Bush, él y muchos de sus subalternos se equivocaron. La diferencia es que esta vez los medios de comunicación no se han estado con tonterías de dar dos puntos de vista, si no en tratar de descubrir lo que de verdad sucedía.
Dicho de otro modo, la verdad, los hechos, es lo que importa. No las opiniones. Discursitos estilo Michael Moore divierten, pero cambian poco; lo que es demoledor de veras es decir lo que sucede realmente.
2 comentarios:
Bueno, igual el punto a considerar es que ya llevan más muertos (y civiles) en un espacio de tiempo que es veinte veces menor que el que llevan invertido en Irak.
En menos de tres semanas ya se estima en un par de miles los muertos civiles, al menos, por el Katrina.
Y eso, señores, duele....
A mi me gustaría creer que frente a los hechos, frente a la realidad, a Bush no le ha quedado otra alternativa más que aceptar sus errores. Sin embargo, creo que lo más probable sea que en realidad, esta situación no esté dominada por la conciencia de Bush sino la de los americanos que luego queda reflejada en las encuestas (Ese es el nexo entre los politicos y la sociedad: las encuestas y los asesores de imagen).
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