Aún queda debate, pero parece que la financiación sanitaria va por camino de cerrarse pronto. Hoy, tras una reunión más bien larguita, gobierno y autonomías han llegado a algo parecido a un acuerdo.
El PP y la financiación de la sanidad, como de costumbre, roza el esperpento. Primero, Aguirre quejándose que el acuerdo favorece Cataluña y no a Madrid. Si favorece unos, lo hace con los otros; la estructura de ambas comunidades es muy parecida. Sí, Cataluña recibe más dinero, pero también tiene mucha más deuda atrasada ya que recibió una chapucera transferencia mucho antes.
Lo divertido es la oda del PP a la aportación del estado central. Tienen las comunidades más ricas, así que les interesaría que cada uno se pagara lo suyo, no que el estado redistribuya. Por ponerse la medalla de defensores de los españoles, los presidentes autonómicos del PP están favoreciendo a los habitantes de las regiones controladas por el PSOE. Lógica, lo que se dice lógica, poca. Por si fuera poco, esta retórica de que el estado recaude y reparta y la autonomía gaste es un poco demasiado cómoda para las autonomías, y una oda a incrementar su déficit. Si el dinero no llega para todo, no es culpa del gobierno autonómico que no recauda, es del estado central que no me da. Preciosa la apelación a la responsabilidad política.
En fin, al menos el sistema más o menos acordado desplaza parte de la capacidad de recaudación a las autonomías, que ya es algo. Estamos aún lejos de lo que para mí sería el sistema ideal (quien da un servicio es el que recauda para darlo, dejando un porcentaje para redistribuir entre regiones), pero al menos parece que nos alejamos de este estúpido "el estado cobra, yo soy el que gasto" que tan cómodo es para los gerifaltes autonómicos.
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