Parece que hay vida inteligente entre los gestores del agua de nuestro país. El ministerio de medio ambiente se ha decidido a estudiar el uso de agua destinada para fines agrícolas para consumo humano, algo que de pura lógica parece mentira que se deba tratar como noticia.
Ya he protestado en varias ocasiones el despilfarro de agua que supone la agricultura, y la enorme subvención que representa el precio ridículamente bajo pagado por los regantes por el metro cúbico de agua en comparación a lo que se paga en consumo humano. Aparte del absurdo que supone tener zonas endémicamente en sequia regando por inundación (Valencia y Murcia) y tirando agua a espuertas, está claro que es necesario replantear si España se puede permitir tanto regadio, especialmente contando lo caro que nos resulta a todos tanta subvención. Ojalá los agricultores franceses, esos cazadores de subvenciones europeas, dejaran de ser tan influyentes...
En fin. Por cierto, no comenté nada sobre esa idea que se lanzó desde industria de hacer los precios de energía y agua variables por el nivel de consumo. No sólo me parece una idea excelente, si no que además es algo que entra plenamente en las leyes de mercado, y que ya se hace con otros productos. Las compañías aéreas, por ejemplo, suben el precio de los billetes según estos se hacen escasos, y nadie se exclama. Lo mismo con las compañías telefónicas y sus planes de facturación con límite de minutos ("15 por 3 euros, después a 50 centimos minuto"). Es una derivación natural de tener infraestructuras con capacidad limitada. No veo que tiene de malo que se penalice el sobreconsumo en bienes que dependen de factores que no son inagotables, y de hecho, en el caso de la energía electrica, no es ni siquiera fácilmente almacenable.
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