jueves, septiembre 15, 2005

Cuando el PP funcionaba bien...

Un detalle, para los que se pregunten qué debería ser el PP en comparación al desbarajuste que es ahora.

Trillo escribe en su libro de recuerdos de ministro varias cosas que son autobombo puro, algunas tonterías y supongo que un montón de frases estilo "al alba con viento de levante", pero también algunas perlas. La que más me ha llamado la atención, que Rato se opuso con vehemencia a la decisión de Aznar de ir a la guerra en Irak, haciendo una defensa apasionada de su punto de vista, incluso, en el gabinete de crisis. Lo significativo es que primero, Aznar lo escuchó, le dio las gracias por su sinceridad, y después tomó la decisión que creyó oportuna (vamos, lo que se espera de un presidente), pero sobre todo, que Rato se mantuvo callado. Nada de salir y decir que no apoyaba la decisión. Nada de dimitir. Rato calló, aceptó lo que decidió su jefe, y tiró para adelante.

¿Debería haber dimitido? Si es en términos de consciencia, quizás sí. Pero un ministro en un gobierno no está actuando sólo para él mismo, está allí también para cubrir a su partido. Rato fue leal y no rompió la disciplina de partido, evitando que el PP se dividiera de mala manera cuando estaba pasando su peor momento. Evidentemente, Rodrigo Rato no es tonto, y sabía que también se jugaba la sucesión de Aznar como líder del PP y candidato a la Moncloa. Salirse de la linea de partido podía ponerle inmediatamente como el líder del PP más valorado por un electorado radicalmente en contra de la guerra, y también como el hombre más odiado, por traidor, dentro del partido.

Sin embargo, estoy seguro que Rato no fue el único miembro del PP relevante que se echaba las manos a la cabeza por la decisión de Aznar, y había más de uno que no se jugaba la sucesión. Sin embargo, en contra de lo que sucedió en otras partes el PP cerró filas y no mostró ni una sola grieta. En parte el temor a los socialistas, en parte la misma ética de partido marca Aznar de cerrar filas para ganar elecciones, pragmática al máximo, salvó al partido.

Lástima que ahora parece que el pragmatismo de buscar el centro es considerado herético en ese mismo sitio....

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