Desde hace unas semanas estamos leyendo en los periódicos una inacabable serie de informaciones sobre escándalos urbanísticos. Más allá del daño político y la enorme jeta de alguno de los implicados, es interesante explorar por qué han llegado a los medios ahora.
Para empezar, dudo que sea una maniobra anti-Esperanza Aguirre orquestrada por el Polanquismo; hay demasiadas cabezas de alcaldes socialistas cayendo como para que sea sólo una cacería política. La verdad, conociendo los antecendentes de la gloriosa FSM no me extraña que varios (bastantes) de sus integrantes estén de mierda hasta el cuello; lo que me parece curioso es que de golpe tengamos tanta gente dispuesta a denunciar los abusos.
Hablando de Marbella no hace demasiado, señalaba que una red de corrupción tiende a ser estable durante mucho tiempo, si no se producen cambio externos. Todo el mundo que está participando en la red y sabe lo suficiente como para poder denunciarlo no tiene incentivos para hacerlo, ya que está obteniendo beneficios directos. En el caso de los escándalos recientes, parece que alguna parte de la red se ha roto, dejando algunos actores que saben demasiado sin ingresos, y con ganas de hablar.
Por lo que leemos hoy, en política hay hasta corruptos incompetentes. Tenemos a un concejal, Antonio Reino Cortés, que sabe lo que está sucediendo, lo graba, se queja amargamente a sus jefes que hay corrupción y que él no ve un duro... y no le dan un céntimo para que no hable. Evidentemente, unos años después cualquier grabación acaba apareciendo (dulce, dulce venganza), y hala, aquí tenemos otra exibición de trapos sucios.
En fin, otra de corrupción clásica. Hasta que no se solucione la fuente del problema, la extrema dependencia de los ayuntamientos en las licencias de obra para financiarse, no va a haber Dios que se saque estas tentaciones de encima. Si a eso le sumamos la afición de los partidos a nivel autonómico a hacer la vista gorda desde las consejerías de urbanismo (mejor ocultar un escándalo, que "así no sale"), aún peor; las lealtades cruzadas entre alcaldes y secretarios de organización acaban rompiendo el sistema.
En fin, algún día aprenderan. El problema no son los escándalos; el electorado entiende que puede haber malas personas en política de vez en cuando. El problema es cuando el resto de partidos trata de ocultarlos, sólo para que les explote en la cara. "It is not the crime, it is the cover up", que dicen por aquí. Lo que te condena la palabra dicha.
4 comentarios:
Si el dinero no llega por un lado, tendra que venir por otro; si es un riesgo que los Ayuntamiento se financien tanto por el suelo, tendrán que hacerlo por las tasas y por los impuestos cedidos.
Pues que arreglen la financiación de una vez. Porque no sólo es que los aytos se financien de las licencias. Es que la hipoteca es para toda la vida. Esa es el verdadero problema: el hipotecar (valga la redundancia) el futuro de esta generación y las que vienen.
Claro, que automasturbándose de felicidad en la SER como ha hecho hoy la ministra trujillo, dándose felicitaciones porque la vivienda "sólo" sube el triple que los salarios (algunos salarios) o sea un 9 %, es de sarcasmo.
Lo que más me sorprende es que todavía haya políticos que digan sentirse ofendidos cuando escuchan que alguien los llama ladrones, mafiosos y sinvergüenzas.
Jose, a mi además de sorprenderme me cabrea. Todos tienen mierda, todos la tapan lo que pueden. Dejar en manos de concejales de urbanismo el lapiz con el cual se decide si un metro cuadrado vale 1 o vale 10.000 es muy peligroso. Y el problema además de la financiación es el uso. Porque lo que deberían dejar de hacer las administraciones es despilfarrar la pasta en Forums de las Culturas, Cidades da Cultura, Olimpiadas Madrid 2012 y chorradas parecidas.
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