El gobierno español se ha tomado la política de estímulo fiscal en serio, y parece que el déficit fiscal será más de un 3% del PIB. Esto no tiene nada de malo; la deuda pública española se ha reducido mucho en los últimos años, y hay margen de sobras para sacar la tarjeta de crédito unos añitos.
Mi pregunta es, ¿dónde ha ido todo este estímulo? ¿Todo en rebajas fiscales? ¿Ayudas a las hipotecas? ¿Créditos a empresas? ¿Estabilizadores automáticos, como la ley de dependencia o subsidios de paro? El gobierno, para variar, no me lo ha explicado con demasiado talento.
La pregunta ahora no es si habrá recesión -duh- sino si durará meses o años. La OCDE da una predicción realmente catastrofista estos días; el gobierno no haría mal en prestarle atención. La lista de recomendaciones que ofrecen es la de siempre (flexibilizar el empleo, mejorar el sistema educativo, hacer el gasto público más efectivo, más competencia en muchos sectores), y la verdad, son las correctas. Algunas novedades relativas en el informe (eliminar las deducciones por compra de vivienda, parar de construir viviendas de protección oficial, una auténtica estupidez) son igualmente importantes.
No estaría mal que el gobierno se despertara y, la verdad, pasara leyes. Haced algo, por Dios. Ya sé que el PP está muy ocupado mirando la pared y buscando el alma de Navarra, pero es hora de ser hiperactivos y aprobar reformas. Es imprescindible, de hecho.
Por cierto, añadir a lo de arriba reformar las universidades. Con el desastre actual, uno no puede parir una economía moderna. Por favor.
3 comentarios:
Es hora de aplicar la flexiseguridad que salió del último Congreso Federal del PSOE. Eso sí, hay que subir impuestos y contribuciones sociales. Flexibilidad sí, seguridad también.
Bueno, y de paso rescatar los cursos de formación de las garras de sindicatos y patronal.
He escrito un complemento a este post ;) que empezó siendo un comentario pero me di cuenta de que era mejor hacer un post http://www.lorem-ipsum.es/blogs/laleydelagravedad/?p=109
El tema de las universidades merecería un estudio aparte. Algo pasa, algo general, cuando en un país comparado con sus vecinos ocurren estas cosas:
- La Universidad es de las peores, si no la peor
- Un curso universitario es de los más baratos
- Los beneficios salariales de un título son de los más bajos
- Se da titulitis aguda tanto en la administración como en las empresas (no, no es incompatible con lo anterior)
Este cuadro describe una universidad masificada que produce ingentes cantidades de titulados poco cualificados a bajo precio y una sociedad que considera los títulos más como un certificado de acceso (cuando no de clase) para ocupar muchos puestos que como una garantía de los conocimientos del titulado.
Un sistema así puede haber sido adecuado para un país en desarrollo, pero no para uno desarrollado que quiere ocupar un lugar entre los líderes en I+D... y ninguna reforma de la formación profesional va a cambiar las cosas si no se ataca la titulitis al mismo tiempo: ningún padre quiere una posición de segunda clase para su hijo, y hoy en día la formación profesional no es segunda sino tercera clase.
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