Para los que están siguiendo la saga de General Motors, Chrysler y Ford y su imparable marcha hacia el abismo de la bancarrota, un -excelente- artículo de Jonathan Cohn sobre el tema. Mi primera idea cuando se empezó a hablar de rescatar a las tres grandes fue que era mejor dejarlas caer en bancarrota y que el mercado rescate lo que pueda.
Parece, sin embargo, que GM y compañía de hecho son en cierto sentido otra víctima de daños colaterales del desastre de Wall Street; las tres empresas se han gastado una cantidad de dinero tremenda reestructurando y reformando sus estructuras, dejándose un buen puñado de reservas en ello y necesitando financiación para hacer estos cambios. Evidentemente, ahora nadie en Wall Street está para finaciar nada (están muy ocupados gruñendo en plan zombi y/o dando vueltas lentamente mientras se acercan al fondo del retrete), así que todos esos planes se han ido a la mierda: están en los libros, están siendo implementados... y la empresa de repente no tiene un duro porque no circula nada.
La verdad, no sé hasta que punto está en lo cierto (y estoy leyendo y repasando más cosas para ver si me lo creo o no), pero es un muy buen artículo. Quizás un rescate tenga sentido, más allá del ser algo conveniente políticamente. Las reestructuraciones, por cierto, siguen siendo una pérdida de capacidad adquisitiva y protección de los trabajadores, tristemente, pero ya se sabe.
2 comentarios:
Si yo fuera de Flint (Michigan) diría que a GM la rescate su madre, o quizás el gobierno mejicano, el chino, y ¿por qué no? el español, es decir, el de que aquellos países que han recibido fábricas y se han creado puestos de trabajo.
esas empresas en muchos casos son simplemente grandes oficinas. Estructuras llenas de burocracia incapaces de aportar nada. Viven de parasitar a las subcontratas
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