Ya tenemos a los políticos catalanes tratando de decidir cómo se las arreglan para tener una mayoría estable. La arimética es bien conocida; CiU puede pactar con ERC o el PSC, el PSC puede pactar con CiU o formar un segundo tripartito. Una receta que garantiza que alguien se irá a casa muy cabreado y sin las llaves del palacio de la Generalitat. La cuestión es, ¿qué pacto conviene a a cada partido?
El gran problema para todos los implicados, me temo, es CiU. La sospecha tanto de Carod como de Montilla es que dar la presidencia a los convergentes es tirarse piedras sobre su propio tejado.
Para el PSC, la "sociovergencia" recuerda peligrosamente a ese error primigenio de dejar que ese fulano Pujol gobernara. Con la Generalitat en manos de CiU, los socialistas catalanes volverían a esos odiados días en los que recibían órdenes de Madrid. Durante muchos años, en Ferraz estuvieron bien felices de tener su federación potencialmente más ruidosa en la oposición a cambio de cierta paz, a sabiendas que en las elecciones generales el principado seguiría dándoles su voto. El PSC se resignaba a vivir a la sombra de Pujol, gobernar Barcelona, y aceptar que la Moncloa era premio suficiente. Evidentemente, cuando el PP llegó al gobierno y el PSOE perdió el rumbo, estas consideraciones desaparecieron súbitamente, y Maragall y compañía le cogieron el gustillo a competir por la Generalitat, sin importar los efectos que esto podía tener en el resto de España.
El problema para ellos es que con Zapatero en la Moncloa, el PP haciendo ruido, y la Generalitat otra vez a tiro, los socialistas catalanes son perfectamente conscientes de lo que significaría ceder el paso otra vez a Convergencia. Por mucho que pidan, no tienen demasiadas ganas de quemarse a lo bonzo, y prefieren volver, de nuevo, a la penitencia relativa del tripartito.
Para ERC, el dilema es parecido. Con CiU en la Generalitat, su papel de llorones oficiales del reyno se desvanece. Un gobierno nacionalista haría su papel de defensores de la fe mucho más complicado, al tener que estar viviendo constantemente equilibrando rebeldía y sensatez, algo en lo que si atendemos a su experiencia anterior de gobierno claramente no son demasiado hábiles. Para Carod es mejor ser la consciencia nacional de un gobierno de izquierdas que la voz radical de un gobierno nacionalista, así que es probable que prefiera otro tripartito.
El problema de Artur Mas, paradójicamente, es que está demasiado cerca del éxito para ser deseable, pero demasiado lejos para ser imprescindible. Todo el mundo sabe que tiene las mejores cartas, así que nadie se fía de sus promesas demasiado: una vez presidente, podrá capitalizar los problemas de los otros demasiado fácilmente.
Sin embargo, eso aún no le descarta de la carrera por la presidencia. Si CiU es capaz de hacer una oferta que limite de forma convincente su capacidad real, atándose las manos de forma creíble, aún puede atraer al PSC o a ERC. Eso puede significar dar la presidencia a Montilla en un gobierno predominantemente convergente, o hacer un gobierno casi en pie de igualdad con ERC, incluso; algo que limite el futuro político de Artur Mas de un modo u otro. ¿Sucederá? No lo sé. Los Convergentes quieren la Generalitat, pero no sé si serán capaces de quitarse las ínfulas de realeza que da ganar elecciones.
Lo que está claro es que a nivel español, una reedición del tripartito es una buena noticia relativa para el PP, pero no creo que sea un movimiento demasiado significativo. Salga el gobierno que salga, el PSOE seguirá viviendo del apoyo de unos nacionalistas, así que Acebes y Zaplana podrán seguir llorando igual.
¿Quién dijo que habría grandes cambios?.
3 comentarios:
Buen análisis. Creo que ni el PSC ni Erc tienen el más mínimo interés en Artur Mas llegue a la presidencia de la Generalitat. CiU ha demostrado que mantiene una gran capacidad de arrastre de su electorado más fiel. Además, CiU es muy hábil entonando la cantarella que tanto gusta a los oídos del votane medio catalán, esto es, "vamos avanzando pero con moderación" (tanto en el tema nacional como en el de progreso económico). El problema ahora mismo es que el PSC y ERC se entiendan y encuentren la fórmula para "vender" la reedción del tripartit a sus respectivas parroquías. Sobre todo en lo relativo a la posición de Carod-Rovira en el gobierno.
Enhorabuena. De los previos que he leído, es el que ha acertado más de pleno.
Los posteriores, como siempre, lo tenían clarísimo.
A decir verdad, Girauta en LD también acertó, aunque su argumento no era tan chulo como el mío :).
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