Los que viven en el mundillo de la "cooperación" y "ayuda" al desarrollo no se sorprenderán lo más mínimo, pero las demostraciones de cinismo por parte de los países ricos siempre deben ser señaladas. Le toca llevarse las tortas a Estados Unidos en el titular, pero descuidad, que Europa hace lo mismo más a menudo de lo que parece, y se queda tan ancha.
Anda Estados Unidos cortando programas de ayuda al desarrollo a los países de América Latina que no han aceptado dar inmunidad ante el Tribunal de la Haya a sus ciudadanos. Como de costumbre, la ayuda al desarrollo es la política exterior continuada por otros medios.
¿Escandaloso? Si, claro. Me parece algo normal que un país condicione el dar dinero a otro a que este se comporte como uno quiera; pero en vez de llamarle ayuda al desarrollo, que lo llamen sobornos, incentivos neocoloniales, o fondos para la prostitución de la soberanía, anda.
Tanto pedir el 0´7%, y lo único que estamos haciendo con este dinero es comprar aliados, subvencionar de manera encubierta empresas nacionales (ayuda condicionada a que una empresa nuestra haga el trabajo) y básicamente hacer amigos a base de dar dinero. Mientras tanto, las políticas que realmente ayudarían, como liberalizar de veras el comercio (muere, PAC, muere) y dejarlos en paz son bloqueadas por cuatro agricultores con tractor o el empresario gorrón de turno cazando subvenciones.
Lo de la "ayuda" al desarrollo es desde hace tiempo una pantomima, en la que todos juegan a hacer el bien con igual entusiasmo mientras siguen con lo mismo. Ya vale lo de ser justos aplicando las reglas según nos conviene; si el libre comercio es bueno, que lo sea para todos en todo, y si la soberanía nos gusta, mejor que paremos de dar empujones a todo aquel que rechiste. O invadirles por su propio bien. O advertirles de los peligros del izquierdismo; ya son mayorcitos para votar al incompetente que quieran.
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