sábado, agosto 05, 2006

De cuba y tiranos varios

Ya sé que citarse a uno mismo no es precisamente elegante, pero cuando uno lee tantas estupideces concentradas sobre dictaduras y tiranuelos vale la pena recordar lo ya escrito. Entre los mitos, el decir que los cubanos están adoctrinados, que la represión es aleatoria e irracional, o que la opresión es infinita.
Más allá de eso, todos estos que se pasan el día diciendo que toda la izquierda admira a Castro se pueden ir a la mierda. Es un dictador, pura y simplemente; no hay política social que valga que le salve. El hecho que alguien sea un poco más considerado que Pol Pot o Mobutu no le hace una persona decente; es un tirano y punto.

A todo esto, un par de notas sobre una posible transición democrática en la isla. Para empezar, el principal problema al que se enfrenta una dictadura es solucionar la sucesión de su líder. Si un régimen autoritario tiene un mecanismo de selección de tiranos ordenado y aceptado por todos los actores relevantes (ejército, los cuatro chupóteros y alta burocracia) su supervivencia es muy probable, a no ser que haya un cataclismo económico o algún factor imprevisto externo. Es por eso que las monarquías tienden a ser tan estables, ya que el mecanismo de sucesión es muy claro. Cuba no parece tener el problema solucionado, así que la enfermedad de Castro es de hecho una gran oportunidad.

Lo que no debe llevarnos, sin embargo, a una vociferante y cejijunta ingerencia en los asuntos de la lista como pide el PP. El régimen cubano lleva sobreviviendo a base de represión y echar las culpas al enemigo exterior desde hace casi veinte años, una vez que los subsidios soviéticos se agotaron. Un gobierno externo tomando partido decidido por una facción u otra, no importa lo justa que sea la causa, al iniciar la transición sería un error mayúsculo. Para que una transición llegue a buen puerto, lo mejor que puede pasar es que el país llegue a un nuevo equilibrio democrático de forma endógena, no a patadas desde el exterior.

¿Puede Cuba convertirse en una democracia? Si no se entra como el proverbial elefante en una cacharrería, sí, sin duda. Siempre que se tenga en cuenta que una democracia incluye a todos (incluso a viejos comunistas), la distribución de renta en la isla es razonablemente igualitaria, y podría sostener el sistema. Debe evitarse escuchar excesivamente al exilio y no ser un integrista de "devolver lo que nos robaron", y dejar que sean la urnas las que hablen, no gente con apoyos indefinidos. Votar debe ser lo primero, siempre.

7 comentarios:

Citoyen dijo...

Clap Clap Clap.

Si yo fuera tirano te nombraría mi esbirro, en serio. Polanco tendría que pensarse seriamente lo de ficharte.

Augie March dijo...

No estoy de acuerdo con algunos argumentos, pero creo que es porque esta vez no te has currado mucho el post.

Los exiliados son tan cubanos como el que más. Teniendo en cuenta que nadie está fuera por gusto y que envían generosas sumas de capital cada mes (el dinero si que entra libremente en Cuba) se les debe escuchar exactamente igual que a los demás: derecho al voto y, por supuesto, libertad de expresión. Si te refieres a que no hay que escuchar a la mafia de Miami, me parece correcto. Pero los que van a reconstruir su país con su dinero tendrán cosas que decir, por supuesto. Y no estoy hablando de vender la isla al primero que llegue.

La sucesión no va a ser sencilla, porque Raúl Castro no va a ser el Juan Carlos de Franco (aunque de carisma vayan ahí ahí). Ningún cubano quiere una guerra después de 40 años de hambre, tortura y asesinato, así que la principal incógnita a despejar es la "velocidad de sedimentación" de la libertad en Cuba.

En cuanto al sucesor, Raúl Castro tiene los días contados. No sólo porque se pueda pensar que tiene un pie en la tumba, sino porque no tiene carisma y la gente no lo acepta. Los cubanos se "permiten el lujo" de contar chistes sobre él, te aseguro que sobre Fidel ni en la intimidad.

Así que no creo que intenten siquiera perpetuar la dictadura, alguien se dará cuenta tarde o temprano.

Eso sí, supongo que veremos llorar a Saramago, Sabina o Llamazares porque habrán perdido ese paraíso particular donde eran agasajados con carreras de Medicina, jineter@s y hoteles de lujo. De todas formas, que nadie se asuste. No hacía falta otra prueba más de adónde conduce el socialismo y el comunismo, ha habido muchas, pero nadie aprovechará la ocasión para asumir el error. Si hay algún nostálgico que piensa en que no va a poder disfrutar de la experiencia de contemplar esa isla exótica donde la gente muere de hambre, mi más absoluto desprecio.

Otra cosa que me chirría es el aspecto de denominar "integrismo" al ansia que tenga la gente de recobrar la casa que les quitó la puta revolución. Por ejemplo, mi amigo A****** sabe perfectamente cuántas casas, además de la suya, han ido a parar a manos de un antiguo dirigente de la UJC. Es un problema de, no ya difícil, sino imposible solución. Pero no creo que nadie merezca el calificativo de "integrista" por ello.

Así que sólo hay que esperar a que muera el gran cerdo para abrir una botellita de Champagne y ver lo que pasa. Yo sé de alguno por Venezuela que debe estar pasando unos días bastante chungos y con la pistola bajo la almohada más cerca que nunca, escuchando una y otra vez el mágico ruido de cuchillos afilándose.

Echo de menos algún progre que me venga con lo de que están mucho mejor de lo que estarán cuando la mafia de Miami venga con los dólares. Sí, los hay muy obtusos y que ni siquiera se han parado a pensar que son otra cara de la misma moneda, producto de Castro, el yin y el yang.

Señor Llamazares, las dictaduras son abominables, todas. Pero las comunistas, además, se han mostrado especialmente dotadas para desolar un país, mucho más que un terremoto o una pandemia. Castro es la muerte, la tortura (continua, que no sale en las noticias) y el miedo. Castro es también la mafia cubana de Miami. Y Castro es también el dolor, el desarraigo, la ausencia de millones de exiliados. Como decía Martin Amis al respecto de Stalin, también es culpable de los que no pudieron nacer a causa de las campañas de hambre y tortura. Sí, esas que alternaba con las campañas de reparto de vitaminas, electrodomésticos de otra era y discursitos de 8 horas para amenizar las tomas. Desgraciadamente, todo apunta a que será más parecido a la URSS que a la España o Chile post-dictadura.

Por último, no puedo dejar de comentar la ida de pelota con la que has cerrado el post:

la distribución de renta en la isla es razonablemente igualitaria, y podría sostener el sistema

Sí, más o menos como en Etiopía, ¿no? No sé si era humor negro o lo pensabas de verdad, pero deberías haber usado el término "distribución de hambre y miedo", que esa si que es igualitaria en Cuba.

Citoyen dijo...

Off Topic:

Roger, leyendo este post me he acordado de ti. http://sirajoyfueraliberal.blogcindario.com/2006/08/00316-propuestas-para-una-oposicion-mas-activa-acabar-con-la-partitocracia.htm

Échale un vistazo y si te motiva, échame una mano.

R. Senserrich dijo...

Augie, me refería más a esto:

http://ego-marx.blogspot.com/2005/01/democratizando-iraq-posible-repeticin.html

La democracia tiene más posibilidad de arraigo en países con una distribución de la renta bastante igualitaria. En Cuba eso equivale a pobreza relativa general, cierto. No voy a ser yo quien cante loas a Castro...

Por cierto, no hace falta que te pongas histérico con la izquierda pro-Castrista, aquí no habita.

Sobre los exiliados integristas, me refiero al nutrido grupo de ricachones que quieren volver a Cuba y reimplantar su visión de la isla para gobernarla como un cortijo. Hay muchos exiliados que se comportan así, la verdad. No se debe dar derechos especiales a los que alegan haber perdido todo; como bien dices tú, voz y voto, pero nada que no ganen en las urnas.

A ver si hay suerte y el barbas la casca, la verdad.

Eclecta dijo...

¿Porqué teneis que meter a toda la izquierda en el mismo saco? En el saco del progresismo trasnochado inventado por el PP-FAES-Murdoch. La crítica de la izquierda es sana pero no con muletillas de la derecha menos democrática de Europa (salvo la de Polonia).
Sobre el tema de los cubanos, pues los de dentro son los que deben ordenar una transición que les lleve donde quieran. Si quieren acoger a la mafia cubana de Miami para que le reconstruya la isla a cambio de quedarse con ella, pues es una opción. Si la eligen allá ellos. Leyendo algunos comentarios, parece que todos los de Miami son buenos y los de dentro malos. Es una postura un poco "yingyangnesca" de ver la cosas.
Y sobre pedir la devolución de las propiedades, sólo hay que fijarse en la devolución de las propiedades y de las dignidades que se ha hecho en España tras la dictadura. Y eso que aquí fue un cambio de democracia a dictadura. En Cuba sólo fue un movimiento pendular.
A algunos de los escritores y cantantes tan denostados por apoyar a Cuba, realmente los admiro (no por su apoyo al dictador), pero a otros que cobran del Gran Hermano, evidentemente no.

Un abrazo

Augie March dijo...

Sobre los exiliados integristas, me refiero al nutrido grupo de ricachones que quieren volver a Cuba y reimplantar su visión de la isla para gobernarla como un cortijo.

Sí, estoy de acuerdo, pero no sé hasta qué punto es un peligro real. La ONU, por ejemplo, debería servir para algo alguna vez.

Simplemente quería señalar que cierta parte de la izquierda, aunque sea un pequeño grupúsculo castrista, ha distorsionado el discurso hasta reducir el pueblo de Cuba a dos únicos sectores enfrentados: los residentes en la isla y los exiliados de Miami. Y existe toda una diáspora de cubanos por el mundo, y todos querrán volver a casa.

R. Senserrich dijo...

No sé, conozco algunos cubanos por aquí. Dicen que no vuelven ni jartos de vino; aquí viven bien, y saben que ni de broma vivirán en una joven democracia cubana mejor que aquí.

Estados Unidos es muy bueno asimilando inmigrantes, la verdad.