jueves, febrero 23, 2006

De la fortaleza de los dictadores (I)

A veces la persistencia de regimenes autoritarios resulta difícil de explicar. Desde el jefe de estado despótico de una república bananera cualquiera a la supervivencia de grupos paramilitares, crimen organizado o bandas urbanas en muchos lugares del mundo, resulta curioso que formas de dominación opresivas subsistan durante décadas sin que los que viven en ellas se rebelen para derribarlas.

Curiosamente, los mecanismos que aseguran la subsistencia de Castro o la mafia siciliana son, hasta cierto punto, comparables. Cómo una organización, sea un estado o no, es capaz de mantenerse en el poder sin ser contestada sigue unos patrones más o menos comunes, que la Ciencia Política lleva explorando desde hace tiempo. Hoy empiezo una serie, que espero no sea demasiado aburrida, sobre qué se entiende desde las ciencias sociales como poder político y cómo se mantiene, incluso en casos en que no hay ninguna legitimidad que valga.

Empezaré hablando, como de costumbre, de un mundo ficticio e irreal para que la gente no se me exalte. Imaginemos que tenemos un poblado en medio de ninguna parte dedicado plácidamente a la agricultura. Cultivan, comen y duermen, sin que nadie les moleste. Una bonita arcadia comunista rural de esas de mundo ficticio e irreal, vamos. Un día a ese poblado llega un grupo de bandidos errantes esteparios armados hasta los dientes (BEEAD). Se acercan al lugar, matan un par de tipos que se hacen los héroes, arrasan todo y se llevan todo lo que pueden. Los lugareños, tras llorar a los muertos y reconstruir lo que pueden, pasan el invierno con el poco grano que los bandidos errantes esteparios armados hasta los dientes dejaron atras, sufren hambre, mala salud y enfermedad, y un montón de ellos mueren.

Supongamos que el año siguiente los BEEAD vuelven al poblado, y se encuentran que un tercio de los lugareños ha muerto. Eso significa que cuando se ponen a lo suyo, el pillaje y muerte, el ingreso neto de su maldad es un tercio menor que el año pasado. Mal asunto para el líder de los BEEAD, que ve que el negocio del mal está en recesión. Los pueblos que saquearon el año pasado están hechos un desastre, y ademas en vista del pingüe beneficios que sus actividades obtuvieron el año pasado, le han empezado a salir competidores. La vida del BEEAD está difícil. Sin embargo, el tipo no es tonto (uno no se hace líder de rufianes fácilmente), así que decide ofrecer al poblado una oferta que no pueden rechazar. A cambio de su "protección" de otros grupos de BEEAD y de ellos mismos, los lugareños deben pasarle un tributo anual al grupo. Costes de seguridad y tal, algo razonable. Si pagan, se libran del pillaje y el saqueo, y en invierno pasarán menos hambre que el año pasado. Si no, bueno, es su problema.

Es natural que la gente del pueblo acepte, y decida pagar. Esto coloca a los BEEAD, sin embargo, ante una nueva perspectiva. ¿Por qué matarse a pasear por la estepa de forma errante, si pueden ser bandidos urbanitas armados hasta los dientes (BUAD) cansándose menos? Basta con extender el mismo contrato de protección a unos cuantos poblados, tantos como puedan cubrir de forma efectiva, y poner un tributo que les permita sobrevivir entre lujos razonables sin ahogar a los locales en la pobreza. Siguen siendo lo malos del lugar, los que usan sus espadas y hachas para extraer recursos que no les pertenecen; sin embargo, sus incentivos son distintos.

Antes, el bienestar a medio o largo plazo de los lugareños les importaba poco. Mientras tuvieran estepa en la que cabalgar y nuevos poblados a tiro, el hecho que un tercio de la población muriera de hambre en un lugar ya visitado les traía sin cuidado. Ahora que han pasado de BEEAD a BUAD, sin embargo, tienen cierto interés en que sus "clientes" sobrevivan, no sea se queden sin su gallina de los huevos de oro.

¿Cómo se traduce esto a mafiosos y dictadores? Ambos están más cercanos a ser BUAD que BEEAD, para empezar. Esto significa que cuando se dedican a oprimir y torturar, tienen en mente que lo suyo es una empresa a largo plazo, no a corto. Si se pasan en la explotación de sus "clientes", pueden provocar su extinción o peor, un cabreo monumental e incontrolable. Su idea por tanto no será llegar al poder de Guinea Ecuatorial y llevarse absolutamente todo lo que puedan; será en todo caso llevarse tanto como sea posible sin hacer las condiciones de la población intolerables.

Un gobierno o una banda mafiosa opresiva nunca es tan opresiva como sea posible; tan sólo lo es hasta donde resulta razonable. Como su objetivo es extraer recursos para su disfrute personal, harán suyo eso de "aprieta, pero no ahoga". Sólo en casos de paranoia extrema (Korea) o locura ideológica genocida (Stalin, Hitler) se dedicarán a reprimir más allá de lo necesario.

Eso hace de un dictador inteligente un líder relativamente estable, ya que puede sobrevivir siempre que su ambición no sea excesiva. Mientras los costes que su opresión o bandidaje ocasionan sean menores que el coste en caos y muerte que una rebelión o delación a la policia puedan ocasionar, su sistema de extracción de rentas es fácil que perdure.

Obviamente, eso no es toda la explicación. Incluso la violencia o la represión de la libertad de expresión tienen su lógica. Mañana (o pasado, o el otro...), más.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Imagínate que en vez de "Como su objetivo es extraer recursos para su disfrute personal, harán suyo eso de "aprieta, pero no ahoga", no sólo se limiten a mantenerlos con vida, sino que por el desarrollo histórico (de otros robos anteriores) se permitan el lujo de mantenerlos con un bienestar aceptable, consiguiendo un conformismo más que interesante para los intereses de los bandidos.

Evidentemente necesitan los bandidos mantener a los "comunistas-primitivos" siempre a raya, aunque sea a "esa raya", así que emplean un sistema muy majo llamado consumismo por el cual los individuos reciben bienestar material de forma ininterrumpida (generando necesidades insaciables) y asegurando así que la maquinaria siga funcionando, cosa que también esclaviza a los bandidos en parte, que están atareados viendo como seguir manteniendo esa máquina viva.

Ala, todos libres.

R. Senserrich dijo...

Un gobierno democrático es distinto, ya que al menos trata de legitimarse por consentimiento. Además, cada cuatro años te permite votar por un bandido mejor y más justo :-).

Anónimo dijo...

Hombre ya, cada cuatro años podemos votar a quien nos va a dictar en un periodo de igual temporalidad.

Sin embargo hablo de la lógica capitalista, que trasciende las pequeñas minucias democráticas. Da igual que esté ZP, Rajoy o incluso Llamazares. Las empresas necesitarán igualmente beneficios para subsistir y reproducirse, los consumidores serán tales en función de una oferta que crece al mismo ritmo (pero por detrás) que la demanda...

La lógica económica, si preferimos llamarla así, existe tanto en las democracias como en las dictaduras. De hecho lo que diferenciaba, a grosso modo, a una empresa en la URSS de una capitalista en donde quieras, es que la dirección empresarial estaba ejercida por el Estado, mientras que hoy son manos privadas buscando los mismos objetivos, y que las primeras reprimían a los descontentos y las de ahora los despiden.

Anónimo dijo...

Con la diferencia que con la represión en una democracia liberal ni te exilan a Siberia ni te pegan dos tiros, claro.

A veces parece que la gente no se da cuenta que cagarse en la madre del sistema aquí sólo te pone de mala leche, pero no te cierra puertas.

Por no decir que si se vota por otro, la cosa se cambia. Y parece que la mayoría de la gente escoge libremente no hacerlo...

Anónimo dijo...

Hay algunos componentes que echo de menos en el analisis de Egocrata:
1) el porcentaje francamente abrumador de gente (increiblemente, en los sectores D y E) que creen que la mano dura es mejor que la democracia y que creen que la derecha es mas beneficiosa a sus intereses que la izquierda. Los pobres, al menos aqui, son autoritarios...
2) el tema de la legitimidad no tiene tanto que ver con las elecciones como con un verdadero apoyo popular al sistema en el que se vive. El caso del golpe frustrado en Venezuela demuestra que mas alla de la corrupcion y opresion del gobierno de Chavez, una parte importante de su triunfo en Venezuela es que verdaderamente a los venezolanos, les gusta...
3) se da por sentado que la democracia es el mejor sistema que existe porque defiende las libertades y permite opinar... Sin embargo, la democracia inestable que se instaura en muchos paises latinoamericanos, da mas libertad para protestar pero tambien, por ello, mayor desazon en la gente: “ahora la gente protesta porque esta peor que antes”, en vez de pensar que ahora la gente protesta mas porque antes no podia... Aqui, en Peru, se cree que economicamente se vivia mejor en el gobierno de Fujimori que en la democracia actual de Toledo, pese a que el Estado insista en que la economia esta creciendo...

Una nota aparte: el placido pueblo agricola que recibe la llegada de los BEEAD y despues de su partida se mueren de hambre me recuerda a Los siete samurais... Que buena!!!!

Cos

R. Senserrich dijo...

1.) Hay gente para todo. Si un dictador es listo, sabe que las cosas le son más fáciles si retiene apoyo social real (esto es, menos gasto en policia). Esto lo puede hacer haciendo la pelota a ricos o siendo populista con los pobres. Hay algunos (muchos) que pican.

2.)Odio la palabra legitimidad. Para mí, sólo significa "acorde a la ley". Una dictadura nunca lo es. Otra cosa es que sea popular para algunos, ver (1.). Sobre Chávez, escribí esto no hace mucho. Échale un vistazo.

3.) La democracia es un sistema feo, con tanto grito, eso es cierto. Cuesta apreciarlo...

(buena referencia a los siete samurais :-) )