Allá por abril hablé con cierta extensión de un fenómeno bastante pertubador de los Estados Unidos en los últimos años, la disparatadamente alta compensación que muchos altos ejecutivos reciben por su trabajo. Para que no nos olvidemos del tema, estos días se habla bastante por aquí de Robert Nardelli, el dimisionario CEO de Home Depot, y la maravillosa correlación entre sus fracasos y salario.
¿Os imaginais que tras dimitir de vuestro trabajo tras haber fracasado contra la competencia, os dieran 210 millones de dólares como despedida? Eso es lo que se ha llevado Nardelli. El tema tiene que ser serio para que una revista tan rabiosamente capitalista como el Economist hable de ello como un problema, así que vaya, quizá no es que fuera demasiado desencaminado. Mientras la inseguridad en la vida del americano medio aumenta, los de arriba siguen asegurándose que los millones fluyan a su bolsillo.
3 comentarios:
¡Qué vergüenza! ¿Qué criterio usan a la hora de contratar? Quiero decir que a partir de cierta inversión en capital humano, lo lógico sería que se curasen en salud proponiendo alguna cláusula de penalización si no se alcanzan objetivos, no?
¡Vivir para ver!
Egocrata, ¿y por que va a ser asunto tuyo, mio, o de nadie que no sea accionista de la misma, lo que una empresa le pague con su dinero a sus empleados?.
Segun yo lo veo, ya sea lo que le paguen al tio ese de Home Depot por ser un inutil, o a Steve Jobbs por salvar Apple, mientras sea con dinero ganado legalmente y pagando sus impuestos, los que tiene que decidir sobre el rumbo de una empresa son sus dueños, que son los que reciben los beneficios de la misma y ellos sabran lo que quieren y lo que les conviene.
Saludos.
Por lo que decia el otro dia: los accionistas parecen no hacer nada. Los salarios los deciden los consejos de administracion, y estos estan muy atados al CEO demasiado a menudo. Los accionistas hace tiempo que perdieron el control sobre lo que cobran sus agentes.
Publicar un comentario