Una nota muy rápida sobre José Bono. Como comentaba ayer, la salida del gobierno del ministro de defensa responde más a su ambición personal que a otra cosa. Bono es un político ambicioso, que siempre ha tenido en mente acabar su carrera en la Moncloa, no en un Ministerio, y su salida responde a un movimiento esencialmente táctico.
Lo que me lleva a hablar un poco de la lógica que existe detrás de la selección de los líderes de los partidos. Bono era consciente que como ministro de un gobierno sin problemas graves, cualquier intento de hacer sombra a su presidente sería leido como un gesto de deslealtad al partido. Su puesto en defensa lo dejaba, esencialmente, a merced de un Zapatero al que casi todo le está saliendo rodado; no podía trabajar para postularse como alternativa sin que las bases del partido lo vieran como un traidor ambicioso, y vivía expuesto a que un error propio le diera excusa al presidente para defenestrarlo. Las bases de un partido no votan a los desleales o ministros fracasados cuando toca escoger un nuevo líder; de hecho, casi nunca el que alza la voz contra un secretario general o presidente primero es el que acaba substituyéndolo. Para desgracia de Bono, su puesto en el ministerio hacía que una eventual caída de Zapatero lo dejara fuera de la carrera sucesoria.
Es por eso que se ha "retirado". En el improbable caso que el PSOE se meta en problemas, el autoexiliado Bono, nunca manchado por problemas graves, popular hasta el final, será uno de los nombres que sonarían con fuerza como alternativa a los líderes actuales. Desde fuera del gobierno puede dedicarse a esperar sin riesgo, sólo apareciendo de vez en cuando para recordar que sigue disponible, y trabajando detrás de las cortinas para que sus amigos no le olviden. Un trabajo a largo plazo (Zapatero tiene como mínimo dos años, seis si gana en el 2008) a ver si tiene una segunda oportunidad.
El problema, que a buen seguro un político como José Bono conoce, es que en una democracia parlamentaria casi cualquier líder sólo tiene una oportunidad para la gloria. Un político puede llegar a aspirar una vez a conseguir el liderazgo de un partido; una vez se ha fallado en una ocasión, la imagen de perdedor es una lacra que no se borra fácilmente. José Bono, como tantos otros (Lafontaine, Heseltine, Healey, Clarke...), tuvo ya su oportunidad, y perdió. De no ser que ocurra un milagro, como que el partido esté tan mal que nadie más quiera el cargo (al estilo Michael Howard), el político manchego se unirá a la larga lista de perdedores ilustres que tiene toda democracia.
A todo esto, si alguien se pregunta porque gente como Gallardón, Aguirre o otros políticos ambiciosos son tan reacios a dar un paso al frente, esto forma parte de la explicación. Un asesinato político fallido es el error más costoso que un puede hacer si aspira a llegar lejos. En el PP ahora mismo hay muchos pensando en cuándo valdrá la pena intentarlo...
4 comentarios:
Efectivamente, Roma no paga a los traidores., y son demasiadas veces ya las que Bono ha intentado ganar puntos a costa de su jefe, y se me ocurren unos cuantos ejemplos...
Además, se iba como el tercer ministro mejor valorado, y en ocasiones su popularidad ha llegado a estar por encima de la del Presidente (entre el público en general, porque entre los socialistas "periféricos" y los más izquierdistas, ha ido cayendo en picado)
¿No crees que algo pueden tener que ver estos dos factores?
A todo esto: ¿Estarán esperando Espe y Gallardón el próximo descalabro electoral de Rajoy para caer sobre su cadáver cual aves de rapiña? Puede ser un bonito espectáculo...
Sencillamente, se quedó sin margen de maniobra. Zapatero fue muy listo llevándolo a rastras a un ministerio desde Toledo; si se hubiera quedado como presidente autónomico hubiera tenido más margen de maniobra. Bono se rajó cuando le ofrecieron interior y pidió defensa, acabando de cerrarse la puerta.
Sobre Espe y Rajoy, están afilando cuchillos para el 2008. Ambos "apoyarán" a Rajoy hasta las autonómicas/municipales; según como vayan las cosas entonces (y si ellos ganan sus elecciones) empezarán a hacer cuentas.
He leído que hay quien cree que Bono se presentará a las elecciones autonómicas como cabeza de cartel por Madrid...
Si se confirma el rumor, imagino que en Izquierda Unida se empezarán a frotar las manos...
Izquierda Unida no creo que pueda frotarse las manos con nada, ¿por?, Izquierda Unida nunca conseguirá nada en España, más que seguir siendo el segundón, porque la inmensa mayoría de los españoles no son izquierdistas. Es una obviedad.
Sin embargo Bono sí le puede robar muchos votos al PP, y aliándose con Izquierda Unida, ya sea mediante un pacto parlamentario o de Gobierno, puede ser el proximo Presidente de la Comunidad de Madrid.
Estoy de acuerdo en que Bono no ha entendido la época que vivimos, pero cuidado, los que una vez le apoyaron es casi la mitad del PSOE, y eso Zapatero lo sabe.
Zapatero no es tan anti-Bonista como muchos de los que le apoyan; por eso su estrategia puede ser inteligente.
El toque de atención ya ha sido dado en la Ejecutiva federal, y ahora se habla muy poco del Estatut de Cataluña, menos la apuesta pública e irrenunciable del acto inicial en Cornellá, lógico.
Publicar un comentario