Iba a comentar la suspensión cautelar de la OPA de Gas Natural sobre Endesa, pero la verdad, me parece que voy a desistir. Confieso que tanto movimiento judicial me tiene confundido; sea cual sea el resultado de la operación, yo ya desisto a entender el proceso.
Lo que si merece comentario es la habilidad que ha mostrado el PP y Endesa en liar la cosa algo serio. La OPA se ha convertido en un tema político gracias sobretodo al PP y su histerismo antitripartito persecutorio; a ese ruido los directivos de Endesa sólo han tenido que añadir abogados para hacer que aquí todo se decida en tribunales, mientras los accionistas sigan sin voz ni voto. Nada nuevo, ciertamente.
Resulta curioso que el partido que clama por el libre mercado haya acabado por hablar más de política que nadie acerca de una OPA, y que su defensa de la españolidad de Endesa acabe convirtiéndola en una compañía de propiedad alemana. Tenga o no razón el PP sobre la posible conspiración catalana para dominar el mundo (a veces uno no sabe si los quieren de amenaza interior o enemigo exterior), lo que está claro es que no han dado a los accionistas de la eléctrica la más mínima oportunidad de pronunciarse. Algo que por otro lado los mercados han percibido; las acciones de Endesa han caido hoy, sus propietarios hartos ya que no les dejen decidir nada.
Sobre el papel del gobierno, que se lo hagan mirar. Cuando alguien intenta echarte la culpa de acciones de terceros, lo mejor que puedes hacer es salir de enmedio y preguntar al contrario qué narices defiende. Una especie de neutralidad militante, vamos. Lo que hicieron, sin embargo, fue reaccionar lento, tarde y mal, y quedarse en ambigüedades. El PP les ha marcado un gol en un partido que ni siquiera deberían estar jugando; el hecho que Endesa deje de ser española (el gobierno no va a bloquear E.ON; no es tan estúpido) no servirá de mucho consuelo.
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