Para los que dicen que los políticos españoles se eternizan en el cargo y nunca saben cuando retirarse, hoy en Estados Unidos se celebra un ejemplo superlativo de gerentocracia. Robert Byrd, senador demócrata por West Virginia, ha batido el récord de permanencia en el Congreso: 47 años, 5 meses y 9 días.
El tipo ha visto pasar once presidentes (fue elegido en tiempos de Einsenhower), ya que lleva en la poltrona desde 1959. Ha ganado ocho elecciones, y se dispone, a sus 88 años de edad, a tratar de ganar un noveno mandato para el cargo. Es probable que vuelva a ganar; en su última reelección obtuvo un 78%, siguiendo la preocupante tradición inmovilista en el sistema electoral americano. Si sobrevive, estará en el Senado hasta los 94 años, algo que ni el Politburó en sus mejores tiempos fue habitual. Byrd ha sido legislador durante casi una cuarta parte de la historia del país, algo realmente remarcable.
Por fortuna para Estados Unidos, el destino del país no depende demasiado de los talentos de un tipo casi nonagenario. Como buena democracia, el papel de Byrd, aún contando el poder que tiene dentro del Senado, es bastante limitado. Aún así, tirarse cincuenta años en un cargo político, por muy bueno que uno sea, no tiene pinta de ser demasiado sano.
Nota al margen: en Estados Unidos, el legislativo recibe el nombre de Congreso. Tiene dos cámaras, el Senado y la Cámara de Representantes. En España muchos medios se refieren a la cámara baja como "congreso", algo que es horriblemente incorrecto. El hecho que a los representates se les llame "congresistas" da pie a cierta confusión; el nombre correcto es "representative".
9 comentarios:
En España la renovación en el Congreso y en el Senado es bastante alta. Otra cosa son casos como el de Chaves o Ibarra (antes, Fraga o Pujol).
Yo creo que no es buena ni una cosa ni la otra, ni la renovación demasiado alta (ya que la experiencia como en todo puesto de trabajo es positiva) ni este inmovilismo del que hablas.
El problema de EEUU quizás es que no tienen parlamento europeo para jubilar políticos jejeje.
La limitación de mandato es una cosa recomendable para la deocracia. Pero otra cosa son los diputados y senadores, éstos se aprenden la mecánica de funcionamiento de su Cámara y de ahí no se mueven en años.
Limitar mandatos es en general algo bastante estúpido.
1. Nadie detiene un político en su último mandato de sus tentaciones de hacer el animal o llevarse dinero; el electorado no puede castigarle ya.
2. Es un desperdicio de talento. Si Aznar es un buen presidente, ¿por qué echarlo a los ocho años?
El mejor limitador de mandatos son las urnas; el problema es que la ley electoral y la financiación de partidos en EUA las hace poco efectivas en muchos casos.
Sin embargo yo creo que si ya pasas de sesenta y cinco o setenta ya deberías estar pensando en la jubilación... (y que me perdone mi madre, jejeje)
Es decir, que llegada determinada edad, las neuronas ya no funcionan lo mismo.
También estoy de acuerdo en que el inmovilismo no es sano, pero de ahí a la no reelección (que es lo que se lleva en América Latina...)
Pero tusitala, el problema es como medir la capacidad de cada persona. Yo veo a señores y señoras de 90 años mucho más cabales que otros de 50 o 40... (Algunas veces la voz más cuerda del PP la pone Fraga..)
Lo que está y estará siempre de moda allí es la limitación temporal de los cargos judiciales federales; son vitalicios y, como dice el adagio, un magistrado del Tribunal Supremo nunca dimite y rara vez se muere. :-)
Una corrección, Robert Byrd es senador por Virginia Occidental, no Virginia a pelo. Los dos senadores de Virginia (o tres, según las malas lenguas) son republicanos.
Por cierto, se te ha colado por ahí un Stevens, que supongo que será el de Alaska, ¿no? Queda algo confuso...
Sí, queda confuso. Yo lo primero que he pensado es en John Paul, otro octogenario con más de treinta años de servicio.
Corregido. Gracias.
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