Siguiendo con mi larga tradición de escribir artículos en los que tomo a todo el mundo por idiota, hoy toca dar un somero repaso a ese ente oscuro, misterioso y sospechosamente independiente, el banco central. Para ser una institución con tan buena prensa en círculos políticos (no en vano, casi todos los paises serios ahí fuera tienen un banco central sólidamente autónomo), estos días he leído bastantes críticas lanzadas a estas instituciones, como si fueran una especie de aberración cósmica misteriosa.
Lo cierto es que el banco central independiente es un engendro relativamente reciente. Aunque la institución de los bancos centrales es bastante antigua, historicamente eran o bien extraños arreglos publico-privados (hasta los años treinta), o bien (hasta los ochenta), instituciones directamente dependientes del ministerio de economía. Su trabajo también fue variando con el tiempo, pilotando la creación del papel moneda, el patrón oro, el sistema Breton-Woods de "patrón dólar" y finalmente el sistema de dinero "arbitrario" puro del mundo actual.
En los años setenta, tras la decisión de Nixon de cargarse de forma más o menos declarada el sistema Breton Woods, el sistema monetario mundial se ve en una situación curiosa. Las divisas del mundo, que antes cotizaban en relación a un dólar que tenía una convertibilidad estricta con el oro, pasan a ser un depósito de valor puramente basado en la confianza en la divisa misma.
Este es un arreglo bastante extraordinario: de repente el marco, franco, dólar, libra, lira y resto de monedas pasan a tener valor únicamente porque todo el mundo que tiene estas monedas espera que otros le van a dar algo a cambio cuando intenta pagar con ellas. Si yo tengo $250 en mi bolsillo, el valor de ese dinero no viene por el hecho que pueda ir a la reserva federal y cambiarlo por 7 onzas y pico de oro; su valor viene por que estoy casi seguro que si voy a Target podré convertir esos trozos de papel por una Nintendo Wii nuevecita (si la tienen, que aún cuestan de encontrar), nada más que eso.
Si los mercados empiezan a pensar que el dólar es una cosa menos creíble (no confían en que todo ese dinero que tienen los bancos o circula en deuda vaya a ser pagado sin problemas), el valor del dólar respecto a otras monedas baja. Si se creen que el dólar es un depósito de valor sólido, ya que a largo plazo con él podré comprar muchas cosas, su valor sube. Todo ello está basado en este término tan nebuloso llamado confianza, un intangible nacido de la evaluación colectiva de los mercados sobre la solidez de una economía.
A finales de los setenta, por tanto, tenemos a la mayoría de países desarrollados (no el bloque soviético; esos seguían ignorando la ley de la gravedad) confrontados con un problema curioso. Sus monedas no están ancladas a ninguna parte, al controlar el banco central, pueden mover los tipos de interés y la impresión de billetes, y al redactar los presupuestos, pueden mover el gasto público. Un ministro de economía tiene en sus manos un arsenal casi ilimitado para gestionar la economía; el único limite al que se enfrenta es que los mercados se lo crean.
Si el tipo parece saber lo que hace, no está gastando más dinero del que tiene, y no se dedica a torturar la moneda con excesiva inflación (que no es más que pérdida de confianza, derivada del hecho que es mejor tener algo sólido que algo intangible), los mercados seguirán confiando en ellos, y la moneda no se desplomará. Si empiezan a sospechar... bueno, las cosas no irán demasiado bien.
Ahora poneros en la piel de un ministro de economía de un gobierno de izquierdas en una situación de este estilo. Como progre irrendento que eres, sabes que tu gobierno cree en el gasto público, no está asustado de los déficit fiscales, prefiere crecimiento sólido con inflación a crecimiento moderado sin subidas de precios, y ama los tipos de interés bajos. También sabes que todo esto es una receta para crear inflación, y generar miedo en el mercado que sus inversiones en tu divisa no conserven su valor, no importa cuales sean los fundamentos de la economía. La política económica del gobierno genera incertidumbre, y eso te deja a un paso que alguien la pifie y te la echen a patadas barranco abajo.
¿Qué alternativa tienes? El gobierno puede prometer que hará las cosas bien, que la inflación será vigilada con fuerza, y que el gasto público no creará un déficit que presione los tipos al alza. El problema es que el hecho de tener a un político diciendo esto es bastante irrelevante; hablar es gratis, los políticos no son creibles, y quién garantiza a un inversor que antes de las elecciones no tengan tentaciones de gastar como posesos para mantenerse en el poder a base gasto público. Para el pobre ministro de economía, es cuestión de ingeniársela para hacer una promesa que los mercados vean como sólida. Y esa promesa es, en esencia, crear un banco central independiente.
Básicamente, un banco central separado del control directo del gobierno es una promesa formal de no hacer el tonto con la economía; es el ministro diciendo que somos tan serios con esto que haremos que otro tipo sin tentaciones electorales lleve las cuentas en el lado monetario del asunto. Nos atamos las manos en lo monetario, y eso nos obliga a ser responsables en lo fiscal, así que podeis confiar en nosotros; confiad en nuestra divisa y dejadnos hacer.
Lo curioso es que la promesa funciona. A pesar que el gobierno puede cargarse el banco central tan fácilmente como cuando lo creó, el hecho que la rotura de la disciplina monetaria exige ahora un paso previo dramático reduce de hecho la desconfianza en la economía. Como la moneda ahora mismo es sólo confianza, cualquier arreglo en esta dirección vale su peso en oro.
¿Son los bancos centrales malvados, entonces, al ser un límite al control de los políticos sobre la economía? En mi opinión, no. Es un arreglo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes, siendo las ventajas más relevantes en este caso. El banco central no es, desde luego, una solución mágica (escribiré más sobre ello en otro artículo), pero es un arreglo bastante aceptable, y mucho más flexible que esa camisa de fuerza llamada patrón oro.
13 comentarios:
Nota: esto es evidentemente un post introductorio de divulgación, etcétera. No es 100% estrictamente preciso en todos los detalles, por problemas de espacio y el hecho que no estoy escribiendo mi tesis en el blog.
A esto los sociólogos y antropólogos lo llaman "la construcción social de la realidad". Lo malo es que es más fácil de lo que parece que el castillo de naipes entero se desmorone a la mínima. Torres más altas han caído.
Como se suele decir puede costar años crear una relación de "confianza", y apenas unos segundos para destruirla.
Pues parece que algunos economistas deberían revisar este tipo de "introducciones", porque Alan Greenspan no supo explicar a Jon Stewart el porqué de la existencia de los bancos centrales:
http://gregmankiw.blogspot.com/2007/09/excellent-question.html
Santi, totalmente de acuerdo; la confianza es una cosa con riesgo. El problema es que los sistemas basados en "lo sólido" (el patrón oro) son igual o más vulnerables a pánico, ya que uno puede tener tanto crisis de confianza como crisis de liquidez y deflación de verdad, sistémicas.
Sobre lo de Greenspan... es lo que tiene Jon Stewart. La gente va al programa pensando que le van a hacer 10 minutos de coñas, y resulta que el tipo de hecho se ha leído el libro que estás promocionando y te va a tratar como un tipo con cerebro.
Además, Greenspan creo que ya chochea un poco. Pero vamos :-P.
Tengo una pregunta para el politólogo que eres : Si la ventaja de tener un banco central es que existe la posibilidad de seguir teniendo política monetaria ¿Qué maximiza un banquero central? ¿Cuáles son los incentivos que evitan que un banco central sea capturado por grupos de presión? ¿Existen?
Por otro lado, echo de menos que no te centres más en los distintos sistemas que serían posibles haciendo una comparativa con ventajas e inconvenientes (patrón oro, tipo de cambio fijo, flotación sucia, a lo bruto...).
Buena pregunta. ¿Qué garantiza la independencia del Banco Central? Bueno, hay trucos para mantener las instituciones de eso modo .
Hay un añadido a eso bastante simple: el prestigio. El Banco Central vive de ello; un banquero sabe que si lo pierde, su poder se esfuma, por la pura naturaleza de su trabajo. Siendo la mayoría de gente en ese negocio académicos y auténticos yonkis del prestigio, eso basta para mantenerlos quietecitos.
Sobre tipos de arreglos monetarios... mamá, miedo. Miraré de hacer algo, pero es complicado de explicar. A ver...
Un post interesante. Me gustaría amtizar que el hecho de que una moneda "arbitraria" tenga valor no tiene tanto que ver en la confianza ciega como en la obligación que tienen todos los habitantes del estado de aceptar esa moneda, obligación defendida coactivamente por el gobierno. Así, la gente acepta ese dinero confiando en que el resto (panadero, profesor, etc.) van a aceptarlo a cambio de sus servicios.
Si no existiera esa obligación, imagino que ya haría tiempo que los empleados y las empresas exigirían sus pagos en oro o especias.
¿Obligado? Si los comerciantes de golpe sólo aceptarán que les pagaran en drácmas porque el euro es considerado espantoso, no hay ley en España que yo recuerde que te penalice. Del mismo modo que si quieres recurrir a la economía de trueque (como pedir oro); no es ilegal.
Es jodidamente incómodo, por eso.
Por algo hay estados que sin tener el dólar o el euro como moneda oficial están dolarizadas o eurizados. Es convención.
No; se les llama monedas de curso legal por que son de obligada aceptación en el pago de deudas. Tu puedes pagar como quieras, pero si pagas en euros estan obligados a aceptarlos, aunque ellos prefirieran oro. A su vez, si tu puedes pagar en oro o en euros, que preferirías quedarte, el oro que se revaloriza año a año o el euro que pierde valor año a año?
Al ser obligatoria la aceptación de euros (por ser moneda de curso legal), la gente se deshace del dinero de "mala calidad", es decir, de los euros. Es lo único que mantiene a la moneda en curso, la seguridad de que los demás la van a aceptar, en este caso obligados.
Esto sacado de la propia página del Banco de España:
"El apartado dos del artículo 3 de la Ley 46/1998, de 17 de diciembre sobre la introducción del euro, establece que los billetes y monedas denominados en euro serán los únicos de curso legal en el territorio nacional. Dotar a una moneda de curso legal implica que el pago de cualquier deuda no puede ser rechazado cuando se realiza con la expresión física de la misma, esto es, con billetes y monedas."
Muy cierto. Tito, leete la ley, anda.
Eso no quita, de todos modos, que pagar en oro sea una mala idea. Para empezar, porque la economía crece, pero la cantidad de oro disponible no. La falta de liquidez de un sistema basado en doblones de oro sería espantosa al cabo de poco.
Y eso que el precio del oro sube siempre... si ajustas por inflación, a largo plazo el oro es una materia prima bastante normal. El cobre, si mal no recuerdo, ha subido más de precio. Por cierto, claro que el oro se hace más caro; hay más demanda al haber más y más sociedades con dinero para comprar joyas, más usos industriales y más necesidad de utilizar sus excelente capacidad para llevar electricidad.
Pero decir que el patrón oro sería mejor que el patrón petroleo, patrón titanio o patrón aluminio o la moneda "ficticia" actual es faltar a la realidad.
(nota: piensa en el incremento de los costes de transacción que la no-obligatoriedad de la moneda conllevaría. Por no decir la deflación estricta y constante de usar una forma de pago que sube de valor. ¿Para que comprar hoy, si mi moneda comprará más mañana?)
Lo de las instituciones que se asientan sobre el prestigio... No sé, llamame miope pero ¿de verdad funciona? Si, ya sé que en la edad media pero, leñe, un banco central mueve mucho dinero, afecta a muchos intereses y hay mucha gente con mucho dinero interesada en poder afectar sus decisiones que, además, suele tener mano en la organización (en america el fed creo recordar que estaba compuesto también de gobernadores de bancos no?). ¿Como se mantiene el tenderete?
Yo creo que simplemente es magia.
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