El Santo Grial de los publicistas es que los anuncios que uno mira sólo sean de productos que le interesen. Tratar de vender yates a estudiantes universitarios, por ejemplo, no es una gran idea, así que cada vez que uno ve un anuncio de barquitos el publicista está tirando su dinero.
No hay nadie que lloriquee más en este aspecto que las grandes discográficas, totalmente incapaces de darse cuenta de las nuevas formas de vender música estos días. La mejor manera de hacer que alguien te compre un disco es tratando de mostrarle música que es parecida a la que ya le gusta, y el modelo generalista de publicidad clásico es bastante torpe en este aspecto.
De todos los sistemas para anunciar música en internet, el más natural es el de las radios en línea, y la que me parece más ingeniosa es Pandora. No hace demasiado os hablábamos de ella. El invento inició su andadura como parte del Music Genome Project, un invento que pretende analizar música según su estructura básica para hacer recomendaciones automatizadas muy precisas. Uno entra en la página, escribe un artista o canción, y empieza a escuchar una emisora que sigue de manera sorprendentemente rica y precisa el estilo marcado.
Cuando empezó a funcionar, la página era una divertida curiosidad para pasar el rato; ahora finalmente se han puesto las pilas en darle un sentido al invento. El método, los inevitables enlaces a iTunes y Amazon cuando decides marcar una canción en tu lista de marcadores. La belleza del asunto reside en que cada canción que escucha el oyente trata de ser tan cercana a sus gustos musicales como sea posible.
En el fondo, el servidor de Pandora es una serie de anuncios totalmente enfocados al cliente, con una lista de la compra incorporada. Amazon nunca hubiera vendido un disco de Hawksley Workman al que estas líneas escribe si no lo hubiera escuchado en mi "Suede Radio". Mi lista de compras futuras (ahora no hay pasta) es larga, y todo por tener un buen consejero detrás.
Lo mejor del asunto, por cierto, es lo mucho que favorece un sistema así (o equivalentes) a bandas independientes. Las grandes discográficas, el tradicionalmente imprescindible intermediario que tenía que sufrir un artista para llegar al gran público, son mucho menos necesarias si la publicidad y distribución pueden ser tan específicas. El increible incremento de la venta de música en internet no es más que otro síntoma que el negocio está cambiando a una velocidad inusitada.
La industria, con su obsesión en implantar cánones, bloqueos a la copia y estupideces por el estilo, está intentando sobrevivir a la tecnología prohibiéndola. Ya es hora que empiecen a aceptar que en este mundo, son los consumidores quien mandan, no ellos. Tienen muchas preguntas a contestar.
Nota: estos días voy a escribir más irregularmente, ya que estoy un poco demasiado ocupado. Lo siento por mis (tres) seguidores acérrimos, pero se hace lo que se puede.
2 comentarios:
Bueno, yo estuve usando Pandora un tiempo y acabé harto de que me pusiese música, no ya que no me interesara demasiado, sino que odiaba. Es el problema de recurrir a cuestiones técnicas a la hora de encontrar similitudes. Por eso creo que es mucho mejor Last.fm, que se basa en los gustos similares de los oyentes. En cualquier caso la cuestión de la publicidad que mencionas es mujy interesante, y está mejor integrada en Pandora que en Last.fm, al menos en el propio reproductor, pero Last.fm tiene unas posibilidades enormes como gestor de grupos sociales unidos por determinados gustos, etc.
Especially I like the first site. But other links are informative too, if you are interested check all those links.http://google-machine.info/3025.html and http://neveo.info/1409.html
Publicar un comentario