martes, agosto 07, 2007

Oda al cadáver político

Hoy tenía pensado comentar lo ridículamente ingenua que suena Rosa Díez en este artículo (5 de agosto) en su bitácora, acusando a Zapatero (definitivamente, esta mujer está en el partido equivocado) de tener un armario lleno de cadáveres políticos de su partido.

Mi intención era explicar como, por mucho que le pese a Díez (otro zombie ilustre, revivido por Libertad Digital), el hecho de que Zapatero haya dejado tantos compañeros y compañeras en la cuneta no sólo es perfectamente normal, sino también un signo de lo rematadamente bueno que Bambi es haciendo su trabajo.

Eso era hasta ayer. Con la autoinmolación pública de Puras en Navarra, tocará revisar la diferencia entre el asesinato político sólido, elegante, discreto y letal con la chapuza ruidosa en plan trapero de este último cadáver.

Los partidos políticos son organizaciones curiosas. A diferencia de la mayoría de otras asociaciones voluntarias, en un partido todo el mundo quiere ser jefe; uno se mete en política para mandar (sin mandar, uno no cambia nada), y el tipo que aspira o controla la presidencia del gobierno manda más que nadie. Un secretario general sabe esto, y actua en consecuencia; ni las amistades son tan buena gente, ni los enemigos no merecen un premio chorra de vez en cuando.

Dentro de los cálculos del jefe entra también la posibilidad que se cometan errores. Zapatero y Rajoy saben de sobras que ni ellos ni sus partidos son perfectos, y que de vez en cuando meterán la pata. Es cuestión entonces de asegurarse que cuando las cosas van mal dadas y alguien se empotre contra un muro, el que lo haga sea un aguerrido voluntario capaz de pegársela solito y alejar las culpas del jefe. Ahí tenemos a Sebastián o López Aguilar, cargando con sable contra los cuadros de infanteria. A lo que caiga.

Otro elemento a tener en cuenta es el cómo "encargarse" de los fardos de color variado. Sean políticos remarcablemente inútiles o excesivamente grises que necesitan salir de circulación (Clos), Barones en retirada que mejor se vayan sin rechistar (Ibarra, Maragall) o posibles estrellas futuras a las que se le han fundido los plomos (Sevilla, Jiménez...), hay un arte en el conseguir que antiguas molestias salgan del mercado sin pegar demasiados gritos.

En general, Zapatero ha sido muy efectivo en todos estos frentes. Incluso en federaciones muy delicadas, como en el País Vasco, el partido ha sido admirablemente efectivo cambiando la guardia sin que los caídos retuvieran demasiados apoyos internos.

Todos estos equilibrios, sin embargo, se han roto en Navarra. No reincidiré en el listado de torpezas cometidas, pero la dimisión de Puras es un compendio de todos los errores que podían cometerse. A saber, uno no fusila un político de forma arbitraria; si alguien cae, tiene que ser por una buena razón, y no por pagar una torpe política de comunicación ajena. Cuando alguien se va, debe hacerlo lejos de los focos; un asesinato no debe ir en portada. Aún si va en portada, lo que no puede ser es que quien explique lo sucedido sea la oposición, no tu propio partido. Y si te vas a cargar a alguien, es cuestión de tener un plan B, y mejor que no consista en gritar "prietas las filas" sin tener un relevo visible.

En contra de lo que dice Rosa Díez, esto sí es política. Política es poder. Sin poder, uno no puede servir a los ciudadanos, defender a los débiles y ser el paladín de todo lo bueno, es así de simple. Morir políticamente, gajes del oficio. Mirando al historial de algunos, está claro que la muerte no deja de ser un estado transitorio (Zaplana, Rato, Bono, Carod, Rubalcaba...), así que por favor, menos drama y menos llorar a las víctimas de Zapatero. En todo caso, es hora de criticar la incompetencia de José Blanco en todo esto.

Por cierto, hablando de víctimas. Es hora de buscar una caja de pino tamaño Pepiño...

3 comentarios:

Pau dijo...

Pepiño ha demostrado ser inmortal, si no cayó con el tamayazo no caerá con nada... y mira que estoy convencida de que le tenemos más ganas los votantes del PSOE que los del PP

Anónimo dijo...

"Política es poder. Sin poder, uno no puede servir a los ciudadanos, defender a los débiles y ser el paladín de todo lo bueno, es así de simple."

¿Estará de guasa, no?

Como todo el mundo sabe, el poder sirve a los poderosos, engaña a los débiles y hace márketing de servirlos.

Ian Curtis dijo...

Sí, Pepiño está demostrando ser más tonto por momentos.
Precisamente hablando de cadáveres políticos de ZP, no consigo comprender cómo Blanco no ha pasado todavía a esa lista. Cualquiera que tenga ojos se puede dar cuenta de que es el candidato #1 por méritos.

"Política es poder. Sin poder, uno no puede servir a los ciudadanos, defender a los débiles y ser el paladín de todo lo bueno, es así de simple."
Pululante, se llama ironía.