Estados Unidos es el país pionero en esta bonita tradición del arbitraje que parece que algunos pretenden importar a España. Pues bien, parece que este mecanismo utilizada de forma compulsiva en los Estados Unidos (casi cualquier contrato laboral o de teléfono lo incluye) está empezando a levantar serios recelos. ¿Un tribunal fuera de la protección legal completa del sistema judicial, en el que el consumidor/empleado pierde en un 94% de las ocasiones?
No me extraña que estén mirando de regularlo.
2 comentarios:
[mode überliberal on]
Ya estamos, como siempre, con las tendencias liberticidas e intervencionistas.
Si ambas partes, el contratante y el contratador, aceptan libremente unas condiciones adoptadas libremente y sin coerción, bueno debe ser y si se acepta es por algo y porque hay demanda de ese tipo de prácticas.
Esto no es sino un ejemplo de cómo, sin intervencionismos absurdos, se podría agilizar la justicia y los conflictos que pueden surgir del ejercicio de la libertad económica, solucionados por un conjunto sencillo de leyes fáciles de aplicar y sin tediosos sistemas de apelación.
Que los consumidores y los trabajadores pierdan en un 94% de los casos en todo caso demuestra el juego limpio de las empresas en su actividad económica y que los trabajadores, cegados por el sueño colectivista, denuncian al buen tuntún y sin saber lo que están haciendo.
[mode überliberal off]
Todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero yo creo que si funciona bien y está medianamente bien regulado puede ser útil en ámbitos como el de consumo.
En España las cosas son muy distintas a lo que pasa en EE.UU. y los consumidores ven estimadas sus pretensiones en muchas ocasiones porque, a pesar de que los arbitrajes son de equidad, se suelen seguir las leyes de consumo que en muchos aspectos protegen al consumidor.
Eso sí, lo cierto es que los consumidores "pierden" porque a veces presentan su solicitud "muy alegremente", es decir, rellenan la papeleta con cuatro datos y luego, en muchas ocasiones, ni se presentan. Otras veces porque tienen el problema de no probrar la responsabilidad del comerciante. Por ej., si un móvil tiene un desperfecto es muy difícil determinar si esa rotura viene de fábrica o por el uso... Para eso se necesita un informe pericial y casi nunca se aporta o no se solicita, mientras que el comerciante va a la vista con un informe de su técnico.
Aquí no sé exactamente el porcentaje pero me atrevería a decir, por mi experiencia, que es favorable a los consumidores. Creo que en este ámbito, al menos, puede ser útil.
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