sábado, octubre 06, 2007

La paradoja del votante invisible: hispanos en EUA

Cada dos años, la prensa en Estados Unidos descubre a los hispanos. En todos los años pares, allá principios de octubre, todos los medios se lanzan a hacer la versión periodística del análisis sesudo de la realidad, utilizando una poderosa herramienta llamada en sitios con más sentido común "signo de interrogación".

Es decir, haciendo "análisis": ¿Es el 2008 el año del votante latino?.

Ostras, pedazo de concepto. Ahora es cuestión de tener dos tipos diciendo "alomejó¨ a cámara durante siete minutos, ir a publicidad, y creer que ya hemos descubierto la Mar Oceana. Curiosamente, esta forma de análisis y descubrimiento del votante hispano se repite cada dos años sin excepción, siempre llegando a la misma conclusión cuando los mismos periodistas leen los resultados electorales: no, el votante hispano se ha quedado en casa.

Lo cierto es que hasta cierto punto tienen razón: los votantes latinos en general votan relativamente poco. La media de participación en Estados Unidos es sobre un 50-53% en presidenciales y 40-42% en las legislativas, y los latinos votan 10 puntos por debajo en las primeras y entre 15 y 20 en las segundas. Eso debería llevarnos a la conclusión que los latinos con derecho a voto pasan de todo; sin embargo, mirando bien los datos vemos que esa conclusión es una soberana estupidez.

Sabemos muchas cosas de participación electoral. Sabemos que casados votan más que solteros, que como más alto es tu nivel de renta más probable es que votes, que se vota más conforme uno es más viejo, más como mayor es tu nivel de educación, y más como más integrado está uno en las redes sociales de su comunidad. Los latinos en Estados Unidos son de media más jovenes, más propensos a estar solteros, tienen menor nivel de renta y educación y están menos integrados en sus comunidades. Si uno tiene en cuenta estos factores, resulta que los latinos de hecho votan siguiendo patrones parecidos a los no-latinos, así que si uno es medio mejicano, con pasta, universitario y tiene 50 años es muy probable que esté votando.

Lo curioso, sin embargo, es como los periodistas (y por extensión, muchos políticos) parecen no darse cuenta. El tópico dice que el hispano no vota, así que esto de buscar votos en ese grupo es probablemente una pérdida de tiempo. Como resultado, los políticos tienden no hacer campaña dirigida a los hispanos, no envían a nadie a pedirles su voto y básicamente diseñan sus mensajes ignorando ese grupo, consiguiendo que efectivamente, los latinos hagan el mismo caso a los políticos de forma recíproca: entre poco y nada.

Poco importa que haya estudios que indican que el retorno de hacer campaña puerta a puerta a hispanos o su inclusión en redes políticas (-cof- clientelares -cof-, que la política urbana en EUA es marbellí en grado supremo) tiene de hecho un retorno muy superior que hacer lo mismo destinado a blancos o afro-americanos. La idea que no votan es firme, y poco importa que eso sucede precisamente porque se les hace bien poco caso.

En cierto sentido, me parece que esta es una de las causas que explican el entusiasmo mostrado por el partido republicano en su cruzada antiinmigración. Sí, saben que con ello pierden votos en ese grupo; pero oye, votan poco. ¿De qué les sirvió tener al candidato Bush en el 2000 hablando castellano? Casi pierden igual - y los latinos que importan, los cubanos en Florida, son republicanos cosa seria. El resultado de este giro, sin embargo, puede ser casi suicida si los demócratas no se duermen: una minoría enorme, en crecimiento sostenido, aún poco mobilizada, y totalmente abierta a ser conquistada a poco que se les haga caso.

¿Se han dado cuenta de ello? De momento, los candidatos en las primarias demócratas ya han hecho un debate en Univisión, en inglés con traducción simultánea al español. Dos de sus candidatos (Dodd y Richardson, que es latino) hablan español fluido. De momento no se ha visto nada fuera de esto, pero aún es temprano. Si movilizan el voto latino (pasar del 40 al 45% de participación, por ejemplo) eso es un 2-3% de votos en el bolsillo... y eso en Estados Unidos te da elecciones. Veremos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pregunto que politicas le puede llegar a vender un candidato (cualquiera) a los latinos.

O, al reves, que politicas compran los latinos.

Se me ocurre que no mucho. Usando el ojimetro y la experiencia propia, los latinos no son generalmente activos politicamente a menos que les metan el dedo en el traste en serio (re:inmigracion y no mucho mas. No hay otro tema o politica que los movilize demasiado).

Si, estan los anti-castro de Florida, y los anti-todo del otro lado en California, pero para de contar. No hay mucho mas. En el medio esta la mayoria a los que mas o menos les da lo mismo votar a uno u otro lado, o no votar. Todas las etnias tienen votantes en el medio, por supuesto, pero esos votantes en el medio quieren algo siempre. O sea, se busca que venderles porque se sabe que compran.

Los latinos en el medio, que compran? No mucho mas que inmigracion. Y venderles una inmigracion linda a los latinos del medio, como estan las cosas hoy por hoy, nadie lo hace porque cuando el candidato vuelve a casa tiene que dar muchas explicaciones al resto de la aficion, que de inmigracion no quiere saber nada.

Arriesgan perder 15-20% por dorarle la pildora al 2-5% ese Latino? No. Lo harias vos?

Cuando los Latinos empiecen a querer comprar algo mas que inmigracion, veremos que sucede entonces. Pero se me ocurre que va a pasar un largo rato hasta que lleguemos a ese punto.

--J.

R. Senserrich dijo...

Curiosamente, en las encuestas de potenciales votantes latinos el tema número 1, de lejos, es educación; inmigración está tercera o cuarta. Sanidad era el segundo.

Recuerda, si votas el tema migratorio ya lo has pasado, y la verdad, te importa un comino. Haces como los políticos, que no se han mirado las encuestas :-).

Anónimo dijo...

Seran los de por aqui, que no les importa nada entonces. ;)

geógrafo subjetivo dijo...

Por raro que pueda sonar al inmigrante nacionalizado el asunto de que haya más como él no le gusta demasiado, ya que le come parte del mercado labora.