martes, julio 08, 2008

La racionalidad de la lengua hablada

Es una tontería cíclica. Cada año tenemos el grupo de intelectuales preocupados, y cada año tenemos los corifeos mediáticos de siempre dándoles coba. Cada año el PP sale diciendo que tienen razón, y apoyándoles con más o menos entusiasmo en sus críticas. Y la verdad, cada año es la misma estupidez.

Sí, estoy hablando del dichoso manifiesto por la lengua común, y el presunto "peligro" que corre el castellano allí donde gobiernan los malvados nacionalistas periféricos.

Aunque parezca mentira, las cuestiones de idioma no son un problema cultural; también son una decisión económica. Estamos hablando de individuos racionales tomando decisiones económicas; qué idioma uno va a aprender tiene efectos sobre los trabajos a los que tiene acceso, los salarios a los que puede aspirar, e incluso al nivel social que uno puede tener acceso. Vale la pena echar un vistazo a los costes y beneficios que tiene hablar catalán en Cataluña.

Un par de detalles importantes para empezar. Primero, hay amplias zonas de Cataluña que son esencialmente monolingües, con el catalán como lengua hegemónica. No es cuestión de odio a lo español o provincianismo montañés, es una simple cuestión de geografía económica. Si en Camprodon todos mis amigos sólo hablan catalán, todos mis clientes hablan catalán, y todos mis familiares hablan catalán, es bastante obvio que voy a estar utilizando ese idioma el 95% del tiempo. Por muchas horas de castellano que haga en el colegio, a la que salga del sistema de enseñanza voy a utilizarlo un 5% del tiempo. Esto es, lo hablo y entiendo, pero es básicamente imposible que lo hable bien. Es cuestión de simple uso; un madrileño no hablará un inglés fluido si no lo utiliza nunca, por muchas clases que tome.

Segundo, un número significativo (y probablemente mayoritario) de la población catalana prefiere ser atendida en catalán a ser atendida en castellano. A fin de cuentas, para muchísima gente es su lengua materna. Yo soy completamente incapaz de hablar en otro idioma con mis padres, vamos. El hecho que muchos catalanes prefieran utilizar el catalán no es signo de ser bordes, arrogantes o pueblerinos; es simplemente cosas de haber nacido y crecido con ese idioma.

Estos dos factores hacen que ser bilingüe tenga unos cuantos beneficios obvios. En cualquier trabajo en que se atienda al público hablar catalán es un beneficio neto. Este hecho es más importante cuanto más lejos uno esté del área metropolitana de Barcelona: en el Hospitalet uno no tendrá problemas con nadie siendo monolingüe, en Olot uno será como esos futbolistas que viven en Madrid seis años y siguen sin cambiar de idioma. Para una persona que esté buscando trabajo en Cataluña, hablan catalán bien es algo bueno; es simple cuestión de economía. No es necesario ni siquiera entrar en cuestiones de respeto o arraigo; la cosa va directa al bolsillo.

En el sistema educativo, por tanto, parece obvio que es perfectamente racional enseñar a hablar catalán bien. Es estúpido que un crío no hable bien el idioma que le abrirá puertas. La cuestión es, ¿Cuánto catalán se debe enseñar? En esto, es cuestión de nuevo de economías de red y simple arimética.

Primero, es completamente absurdo decir que el catalán pueda desplazar al castellano. De igual modo que es racional aprender catalán, es también racional aprender castellano. Sin embargo, ambos idiomas no parten de puntos de partida idénticos: el catalán es una lengua regional, pequeña y con relativamente poca presencia en los medios, mientras que el español es una lengua internacional, con una abrumadora presencia en los medios y unos horizontes mucho más ámplios. Uno recibe información y tiene acceso constante a medios en español; el uso social en familias castellanohablantes es sólido, por idénticos motivos a lo que sucede con las familias que hablan catalán. Es un idioma que no corre ningún riesgo de ser desplazado, ni de ser mal aprendido; las estadísticas así lo corroboran.

Tenemos por tanto que ser bilingüe es bueno, que el castellano no puede ser dañado como idioma en las regiones en las que se habla, y que educar únicamente en catalán no tiene efectos adversos; el bilingüismo emerge de forma natural. En las regiones bilingües parece que todo el mundo entiende esto; la prueba está en los resultados electorales y la ausencia de conflicto lingüístico en cualquiera de las tres regiones. Un 5% de padres vascos escoge educación monolingüe en castellano; en Cataluña el únoco partido que se opuso frontalmente al sistema educativo (Ciutadans) saca un porcentaje de voto minúsculo. El sistema actual funciona de forma excelente, mal que le pese a algunos; el idioma es el menor de los problemas del sistema educativo español.

En fin, cosas de la derecha de siempre. Con lo mal que va la economía, y hay gente que quiere perder tiempo en el debate público en esto. País.

A todo esto, yo sigo sin creer demasiado en esto de las lenguas oficiales. Pero vamos, eso es para otro día.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Y dale: "Este hecho es más importante COMO más lejos uno esté del área metropolitana de Barcelona". Egócrata, por favor (jejejeje), se dice CUANTO (y van tres). Está claro que ser polilingüe tiene también sus inconvenientes.

Ahora vamos a lo serio. Como gallego residente en Madrid estoy un pelín harto de contemplar agrias polémicas al respecto e historias tremebundas y apocalípticas sobre negación de derechos lingüísticos en las comunidades con otros idiomas oficiales. Por lo menos eso es lo que se escudriña por estos lares. Sin embargo, no me consta nada de eso en Galicia. Ni negación de derechos ni marginación del castellano ni ná.
Al final todo son leyendas urbanas hábilmente instrumentalizadas por una parte del espectro político.

Por otro lado, las normas emanadas en defensa de las lenguas periféricas, si bien en muchos casos están justificadas, no dejan de ser también medios por parte de gobernantes autonómicos para azuzar sentimientos nacionalistas muy poco racionales (si es que el nacionalismo tiene algo de racional).
Al final, para el político nacionalista el idioma autonómico es una herramienta para autojustificar su presencia política, aunque a veces sólo lo usen de cara a la galería.

R. Senserrich dijo...

Gracias por la correccción :-).

Que algunos políticos han jugado la carta victimista con los idiomas es cierto, pero me parece que esto ya no sucede tanto. O para ser más específico, no sucede en la periferia, donde hay un buen consenso sobre política lingüística desde hace años; ahora los que lloriquean son los del centro.

Y la verdad, no sé si se azuza demasiado sentimiento nacionalista con el idioma ya. Casi 30 años de constitución, y la proporción de voto nacionalista no ha variado apenas desde que empezamos a votar.

Citoyen dijo...

Vale todo eso está muy bien: existe un mercado lingüistico y habrá un equilibrio como para todo.

Ahora; ¿por qué hay políticas lingüisticas para fomentar uno u otro idioma si, en principio, es racional para la gente aprender idiomas de uno u otro tipo y eso garantizará el bilingüismo?¿donde está la externalidad, el fallo de mercado, etc? ¿Por qué la administración debe funcionar de forma bilingüe y el administrado debe tener la opción de elegir una u otra? La verdad es que no lo veo

Cidi Hamete dijo...

Sin ánimo de polemizar, ¿crees que el catalán es un idioma que abre puertas?.

Yo soy andaluz, y desde el sur del sur parece más necesario saber inglés y acaso alemán. Sin olvidar el chino y quizá el árabe. Pero me parece que el catalán te circunscribe a un territorio bastante limitado, limitado simplemente por su tamaño geográfico.

Si no te vas a mover de ese territorio pues bien, pero si vas a salir deberías controlar lo mejor posible el español y el inglés.

Y no olvidamos que cuanto más NIVEL cultural tenga uno mejor persona puede llegar a ser.

Saludos desde La Línea

Anónimo dijo...

A todo esto

¿Hay algún sitio donde se puedan ver todos los datos de uso de los diversos idiomas? Por que mi impresión es que ha aumentado el conocimiento pero disminuido el uso, pese a la "feroz represión lingüística" (Vamos que las políticas de normalización mayormente han fracasado) Pero esto me viene más de observaciones personales y de algunas encuestas fragmentarias. No tengo una perspectiva completa.

R. Senserrich dijo...

Citoyen:

El "mercado lingüístico" tendiría al equilibrio natural, sí. Eso es lo que ha pasado en el País Vasco, donde el sistema unilingüe en castellano se ha extinguido solito.

Sobre la necesidad de que el estado intervenga, es la misma racionalidad que hace que haya escuela pública. El estado es quien garantiza la educación, etcétera.

Cidi:

Sí, abre puertas. No puedes ser presidente del Barça sin hablarlo. No puedes ser relaciones públicas. No puedes trabajar en el mundo de la publicidad. No puedes trabajar de teleoperador. Es la lengua de trabajo en infinidad de empresas en el día a día, internamente, con el catalán como lengua dominante en todas las reuniones.

Sí, no te abre puertas internacionalmente, pero en Barcelona y Baleares es una lengua muy, muy útil. Y como aprenderla es fácil -es una lengua romance, a fin de cuentas- y el cerebro tiene una capacidad ilimitada de almacenar idiomas, es racional añadirla a la lista.

Oye, y si hablas catalán es mucho más fácil aprender italiano o francés. :-)

Dijo:

La Generalitat lo publica; mira en la web del departamento de política lingüística. Los números son más o menos estables, si mal no recuerdo, menos en Barcelona, pero el descenso de uso va paralelo al aumento de la inmigración.

zarevitz dijo...

Citoyen: " ¿Por qué la administración debe funcionar de forma bilingüe y el administrado debe tener la opción de elegir una u otra? La verdad es que no lo veo
"

La razón, diría yo, es que ambas lenguas son oficiales. Desde mi punto de vista, que ambas sean oficiales exige que el ciudadano pueda elegir la que quiera en sus relaciones con la Administración, y que la Administración tenga que atender al ciudadano en ella.

Es el problema que veo en el ámbito educativo: que los padres no pueden escolarizar a su hijo en el idioma oficial que quieren. Ha sido el Parlamento catalán quien, en una ley, ha decidido por ellos.

Otra cosa es que una de las dos lenguas oficiales tenga una demanda tan, tan minoritaria (sea en el ámbito educativo o en cualquier otro) que poca gente la quiera utilizar. Pero claro, precisamente para eso inventamos las constituciones, para que la minoría mantenga ciertos derechos esenciales pese a la voluntad contraria de la mayoría.

Anónimo dijo...

Es tan aburrido. En Cataluña el catalán abre puertas, estoy de acuerdo. Eso creo que zanja el debate en esa zona. El asunto se pone interesante en lugares donde prácticamente no las abre, como la Comunidad Valenciana. Yo soy valenciano y catalanoparlante (es mi lengua materna). Con mi familia y buena parte de amistades hablo catalán. Pero eso no me impide ver que en la Comunidad Valenciana el catalán ha quedado relegado a: pueblos, ciudades pequeñas (sólo parcialmente),
administración (sólo si lo pide el usuario), educación no universitaria(parcialmente, aunque con bastante peso) y educación universitaria (mínimamente en ramas científico-tecnológicas y con bastante presencia en áreas relacionadas con las humanidades).

En definitiva, que salvo en lugares muy puntuales, el catalán es irrelevante por estos lares. Y allí donde se usa (salvo en algunos pueblos), el castellano suele ser la lengua predominante. El valenciano, sin apoyo institucional, moriría en poco tiempo (un par de generaciones). Con apoyo institucional, morirá en poco tiempo (un par de generaciones) y por el camino habrá bronca.

Aquí, el tema del catalán se ha convertido en un espantajo que agita la derecha en cada cita electoral. Su rollo se puede resumir en "el valenciano me importa una mierda (de hecho, no lo hablo), pero esos jodidos catalanes se quieren apropiar de él y... eso sí que no, que el valenciano y la paella y las fallas y los petardos los siento a muerte". Esa sandez anima a una parte no despreciable del electorado a participar en las elecciones. No votan al PP, votan contra los catalanes. La izquierda nacionalista se comporta de modo surrealista; no puede ser de otro modo cuando "izquierda nacionalista" es un oximorón del tipo "Zaplana honesto". Y la izquierda no nacionalista tiene un conflicto con el tema: apoya el catalán por cuestión afectiva e identitaria, pero sabe que cualquier asunto relacionado con la lengua debiera desactivarse de una vez por todas, ya que resta votos (nunca suma). Pero el afecto puede más y acaba entrando al trapo una y otra vez. No sé si visteis un 59 segundos de debate electoral con González Pons. Como sabe qué carta jugar, la juega. Sacó una y otra vez la cuestión del valenciano vs catalán. Para Pons es un tema prioritario, porque es un tema que divide. Le entraban al trapo Agustí Cerdà (valenciano de ERC) y el de CIU. Pons disfrutaba como un loco.

Así pues, el valenciano, que es una lengua zombie (lengua muerta-viviente) es una lengua más que útil: útilísima para movilizar el voto de la derecha.

Citoyen dijo...

Vamos a ver;

La política lingüistica no afecta solo a la educación: afecta a la regulación comercial, a la administración y a todo ese tipo de cosas. Cuando se discutió el estatut la idea que se esgrimía para defender el modelo lingüistico era que el catalán había estado en una situación proscrita durante mucho y tiempo y que ahora habría que compensarlo.

En cuanto a la educación; la racionalidad para que el Estado deba garantizar la educación es grande, pero podemos ponernos a hablar de cuál debe ser el contenido. ¿Por qué es obligatorio hablar catalán? De acuerdo, abre puertas, pero entiendo que el tiempo (y los recursos) invertidos en aprender catalán no es un tiempo "gratuito"; es un tiempo que podría invertirse en otras cosas (otros idiomas, otras materias, u otras actividades).

¿Por qué los profesores pueden elegir dar clase en catalán cuando no es la lengua más hablada por los estudiantes?

La verdad es que no comparto tu punto de vista. Las lenguas tienen economías de red y por lo tanto tienen rendimientos crecientes. El razonamiento es, en mi opinión, parecido al del curso de la moneda que es de curso forzoso. Dado que el Estado funciona con una moneda (un idioma) eso crea una demanda considerable para esa moneda (idioma) y no otra.

Me vas a decir que por qué no se extinguió durante el franquismo; probablemente por varias razones: era un símbolo de reivindicación política, la sociedad no estaba suficientemente urbanizada a interconectada, etc...

En general, me parece que es defendible que la lengua sea un "merit good" que debe ser organizado por el Estado (ese era el argumento de Donaire: la lengua es un patrimonio cultural). Esto me parece poco defendible desde un punto de vista ideológico político, pero al fin y al cabo todos los estados tienen (obscenas) políticas de nation building.

Anónimo dijo...

Varias cosas:

- A ver si entendemos que no son los padres los que tienen derecho a educar a los hijos como quieran, sino los hijos los que tienen derecho a una educación, aún en contra de la opinión de dichos padres. Es el niño el que tiene los derechos a recibir una educación de acorde a la sociedad en la que va a vivir. Y el modo y temario de dicha educación lo escogemos todos los ciudadanos de dicha sociedad a través de nuestros políticos. En España y Cataluña se ha escogido un modelo educativo determinado, con una serie de materias y con el catalán como lengua vehicular, y así lo hemos decidido la inmensa mayoría de los catalanes (más del 90% del parlament). Sólo hay 23 padres, de más de 200.000 alumnos que hay en la enseñanza pública catalana que se hayan quejado por el sistema que tenemos. El consenso es más que amplio, y Ciutadans, como dice el titular de este blog, no se come un colín por estos lares. Además, ha sido refrendado por el Tribunal Constitucional, por lo que tampoco se le puede acusar de inconstitucional. ¿Qué más se necesita para que gentes que ni viven aquí ni les va ni les viene el asunto dejen de tocarnos las narices con el tema de marras?

- Los resultados de selectividad de este año en Cataluña dan un 6'5 en lengua castellana y un 5'5 (aproximadamente) en lengua catalana. La nota media de lengua castellana es similar a la nota media de dicha asignatura en comunidades autónomas monolingues. ¿dónde está el problema con la inmersión linguística, si obtiene unos resultados envidiables, comparables en castellano al resto de España y además con conocimiento de la lengua catalana de gratis?

-Ahora resulta que si uno es de izquierdas no puede querer su cultura o su lengua, porque no se puede ser nacionalista y de izquierdas. Eso es una soberana estupidez. Ser de izquierdas, incluso en el sentido más internacionalista del término, hace referencia a intereses económicos y de calidad de vida, no a cuestiones culturales. Los obreros franceses y los alemanes tenían claro que había unos intereses de clase por encima de las fronteras, pero también tenían bien clarito que unos eran franceses y los otros alemanes, que hablaban lenguas diferentes y que ninguno de ellos iba a prescindir de su lengua y tradiciones por tener intereses comunes. Hasta Marx reconocía, por ejemplo, la injusticia de Polonia o Irlanda al no ser naciones independientes en su momento. No hay que mezclar las curras con las merinas, porque luego la cosa sale como sale. Uno puede ser muy de izquierdas y sentirse parte de una comunidad cultural y linguística diferente a la de sus vecionos, faltaría más. Además, y para acabar, ¿qué hacen llenos de banderitas francesas los mítines del PSF si son de izquierdas? ¿Alguna propuesta en el mundo, por parte de algún partido de izquierdas, que haya decidio prescindir de la cultura y lengua de su gente por otra más "mayoritaria" y "común", como el inglés o el cantonés? ¿El PSOE, que se circunscribe, como bien dice su nombre, a España, no es nacionalista, restringiendo su ámbito de acción y asociación a este territorio? ¿Algún partido de izquierdas que promueva la redistribución de los impuestos entre todos los habitantes del mundo en vez de sólo los de su país? Por favor... menos falacias...

- ¿Por qué será que los que están a favor de la practicidad de una lengua "común" y de que lo importante es la comunicación siempre hablan de su propia lengua?

- Si los derechos son de las personas y no de los territorios, ¿por qué un padre rumano no tiene derecho a que eduquen a su hijo en rumano en España y un castellano sí? Si se acepta que los territorios no son relevantes, no hay motivo, y si se acepta la oficialidad territorializada de diversas lenguas ya se está acotando ese derecho a un territorio. ¿Y por qué los ciudadanos catalanoparlantes, en su propio país, sólo pueden hacer uso de sus derechos si está en un territorio catalanohablante?

- Caso típico: si un alumno pide en la universidad al profesor que dé las clases en castellano, ¿tiene él más derecho a cambiar la lengua de la clase que las decenas de alumnos que están más cómodos con la clase en catalán? ¿Es la comodidad de uno, si es en castellano, valor mayor que la de todos los demás asistentes a la clase?

- Otro caso polémico: un padre de Burgos se muda provisionalmente a Cataluña y quiere que a su hijo le den las clases en castellano. ¿Para quíen se hacen las leyes, para el caso puntual del que está de paso o para la sociedad que legisla sobre la materia? ¿por qué hay gente que considera su situación provisional por encima de la situación habitual de la sociedad en la que ha ido a vivir voluntariamente? ¿no es eso mismo lo que hacían los franceses o los ingleses en sus colonias?

- Un último apunte, entre los muchos que podría dar: desde que arrecia la crisis se han disparado el número de solicitantes de cursos de catalán. ¿alguien se atreve a aventurar por qué pasa eso?

Anónimo dijo...

Ser de izquierdas y nacionalista es un poco absurdo si ser de izquierdas aún significa ser racionalista y progresista y si ser nacionalista aún significa ser romántico y tradicionalista. A menos que lo arregle Humpty Dumpty, un nacionalista de izquierdas es una contradicción andante.

El nacionalismo fija una serie de obsesiones en el imaginario del personal (o aprovecha las que ya hay) y apela al sentimiento, que es algo puramente subjetivo, como único apoyo. Todos estamos de acuerdo en preservar las culturas locales, pero supongo que lo haremos considerando algún modelo de costes. Preservar algunos bienes culturales sólo cuesta dinero (y muchas veces, poco), pero preservar otros requiere implicar activamente a toda la población y exige un enorme gasto de energía y recursos personales y colectivos. Ocurre así con las lenguas. Si ahora quisiésemos mantener vivo el castellano o el catalán del siglo XVI, tarea más que encomiable (supongo), tendríamos que invertir muchos recursos para enseñarlo y usar medidas coercitivas para imponer su uso, ya que la población sería remisa a la adopción de esa lengua (salvo, claro está, las elites que hubiera tras esa empresa). Es posible que, con el tiempo, el uso del castellano o catalán del XVI supusiera una ventaja para quienes lo hablaran, no sé; pero, en cualquier caso, ¿qué falta hace? ¿No hay acciones más urgentes, como asegurar las prestaciones sociales del sistema?

Es difícil sentar cátedra y ofrecer soluciones que satisfagan a todos en estos temas. Es cierto que el estado o cualquiera de las organizaciones políticas de diferente nivel, han de tener al menos una lengua con la que dirigirse a los ciudadanos. La administración, pues, tiene la obligación de usar un determinado repertorio de lenguas para dirigirse a los ciudadanos. ¿Qué lenguas? Las propias de los ciudadanos de ese estado/territorio. Que la administración tenga garantizada la capacidad de dirigirse a los ciudadanos en las lenguas de uso común es normal (en la CV, catalán incluido), pero cosa distinta es obligar a la gente a estudiar, por ejemplo, en catalán o castellano por mor de la pervivencia de esa lengua. Si ambas lenguas están firmemente asentadas, que el ciudadano elija. Y como el ciudadano toma decisiones racionales, invertirá su energía y recursos en lo que le proporcione un retorno real, no en las fantasías castellanizadoras o catalanizadores de alguna elite. Por eso es absurda la imposición de lengua alguno y por eso también el manifiesto de la derecha rampante es una estupidez, aunque sus "argumentos" no tienen nada que envidiar a los que usan los nacionalistas no españoles: son igual de insulsos.

Anónimo dijo...

En la raiz del problema lingüístico está el dichoso artículo 3 de la constitución en concreto en lo de:

"Todos los españoles tienen la obligación de conocerla y el derecho a usarla"

Si en vez de eso pusiera: "tienen el derecho a ser atendidos en la administración en ella" o "será usada en la administración del estado". Es decir, en este caso habría sido mejor liberalizar (que no libeggalizag) y que la gente usase el idioma que le diese la gana (como si hablan rumano) En España se pierde demasiado tiempo discutiendo las esencias patrias y muy poco hablando de problemas reales.

Anónimo dijo...

Por cierto, lo de que aumente la demanda de cursos de catalán tiene fácil explicación: En tiempos de crisis la gente busca curro en la función pública y, aunque no busques curro en la Generalitat, los idiomas dan puntos extra en otras comunidades (Conozco un caso de uno que se sacó plaza de profesor en Madrid gracias a sus puntos en Euskera)

De hecho, cuando me pongo cínico me da por sospechar que más que la protección del idioma (que muchas veces parece que se la suda) de lo que se trata esto es del reparto de empleo público.

Anónimo dijo...

Hombre, valensiano, así cualquiera. Si yo digo que ser de izquierdas supone defender un totalitarismo social que reparte por igual la pobreza a costa de los laboriosos, los emprendedores y los que buscan una vida mejor, enterrándoles en la mediocridad más absoluta, falta de dignidad y de libertad; si yo digo eso, y luego afirmo como colofón que ser de izquierdas es un horror, pues es evidente que todo el mundo me dará la razón.

La cuestión es que la izquierda NO ES ESO, como el nacionalismo TAMPOCO es lo que tú dices.

No voy a entrar en el uso político que se pueda hacer de ésto, puesto que ello invalidaría todas las ideologías, que siempre han sido usadas y prostituidas por los poderosos y los aprovechados, pero el nacionalismo no fija nada, simplemente es una manifestación de un sentir individual que se refleja en el conjuto de individuos que lo comparte y en ese sentimiento común se basa su sentido de comunidad (que viene de común). Tener una identidad social, con una cultura y una lengua compartida con otra gente, no es una obsesión (curioso que sólo se aplique el término a las minorías, nunca a la mayoría), sino una realidad.

Es también paradójico cómo la izquierda, en su faceta progresista, apoya la identidad sexual de las minorías homosexuales y en cambio no hace lo propio con las minorías culturales, o mejor dicho lo hace selectivamente. Hasta hace bien poco, ser homosexual también era una enfermedad y una obsesión. Todos hemos aprendido a respetar las diferentes tendencias sexuales y a no juzgar a las personas por éstas. En cambio, a un catalán se le juzga día sí dia también, de forma conjunta, por sentirse y ser catalán, con una lengua y una forma de vivir diferente al de la mayoría. Que si lo suyo son obsesiones, que por qué se empeñarán en que su lengua no se vaya al carajo habiendo otra tan fantástica como el castellano, que la hablan 300 millones de personas y cada día más; que qué plastan son estos catalanes siempre queriendo ser diferentes...

Muchos olvidáis que uno no sólo tiene una identidad individual, sino también una identidad colectiva. Las personas que no se han socializado de pequeñas tienen taras sociales de por vida. El sentimiento de pertenecer a una sociedad no es cuestión de gustos, sino una necesidad psicológica de las personas, y cuando día sí día también hay gente que en teoría ni le va ni le viene pero que parece no tiene nada más que hacer que cagarse en lo tuyo y en los tuyos, entonces surge un fenómeno de reacción y protección de lo propio, que es lo que algunos llamarían nacionalismo radical.

Por último a este respecto, decir que el nacionalismo apela a un sentimiento y en cambio los valores de la izuqierda sean fruto de la racionalidad es un absurdo. Para empezar los valores de la izquierda son antiracionales, parten de unos principios éticos y morales que no coinciden ni siquiera con la psicología de las personas y los elevan a la categoría de universales, por encima de cualquier otra cosa. Los derechos del hombre no son fruto de la razón, sino de la moral humanista, una moral que da categoría de ciudadano a todos, y que establece unos límites a la libertad individual para favorecer la dignidad y la vida de todos. Eso no tiene nada de racional. Lo racional es el libeggalismo, el campi qui pugui, el sacar el máximo provecho de lo propio, el que si eres más fuerte es lícito aprovechar esa fortaleza para sacar ventaja. Todo eso es racional, y en esa "racionalidad" se ha basado el colonialismo de antaño y de hoy con los países del tercer mundo. A eso hoy en día se le llama "real politik", porque es lo racional desde el punto de vista de los que sacan ventaja de ello, y la izquierda se rebela contra ese planteamiento "real" e impone la dignidad y el derecho a la vida por encima de lo pragmático.

La izquierda es utópica y moral, no racional. Y eso no sólo es malo, sino que si deseamos aspirar a ser mejores.

Y espero que alguno me responda a las preguntas que formulé sobre los partidos de izquierdas y su no-nacionalismo. Las repito: ¿qué hacen llenos de banderitas francesas los mítines del PSF si son de izquierdas? ¿Alguna propuesta en el mundo, por parte de algún partido de izquierdas, que haya decidio prescindir de la cultura y lengua de su gente por otra más "mayoritaria" y "común", como el inglés o el cantonés? ¿El PSOE, que se circunscribe, como bien dice su nombre, a España, no es nacionalista, restringiendo su ámbito de acción y asociación a este territorio? ¿Algún partido de izquierdas que promueva la redistribución de los impuestos entre todos los habitantes del mundo en vez de sólo los de su país?

Con respecto a la visión liberal de las lenguas y las culturas, todavía estoy esperando que alguno de los grandes adalides de la libertad y del libre devenir de las lenguas y las culturas critique el gasto multimillonario, un dineral absoluto, que paga el gobierno de este país para fomentar la cultura en castellano dentro y fuera de nuestras fronteras. Y también de las más de 100 leyes españolas que obligan al uso del castellano en diferentes contextos.

Por último, el aumento de las solicitudes de cursos de catalán no es de los autóctonos, sino de los inmigrantes, principalmente latinoamericanos, que ni siquiera son ciudadanos nacionales y no pueden acceder a la función pública. Los que hacen estos cursos los hacen porque en época de crisis los trabajos sin grandes requisitos ya no son tan fáciles de encontrar y ahora los que van quedano son aquellos con mayor cualificación y que requieren del conocimiento de ambas lenguas oficiales. Lo comenta de otra manera egócrata y lo muestran los datos.

Anónimo dijo...

Muy breve:
- sugiero la lectura del articulo de Savater hoy en El Pais: http://www.elpais.com/articulo/opinion/Ciudadania/lengua/comun/elpepuopi/20080711elpepiopi_4/Tes
- utilizar un enlace a Libertad Digital para catalogar algo como de derechas es un poco feo. Mucha gente de izquierdas apoya el Manifiesto por la lengua comun.
- la politica lingüísta es uno de los pilares de la "construccion nacional". Carece de cualquier logica economica que se le pretenda dar. Por eso, si el catalan no se promoviera desde las instituciones tenderia a desaparecer (lo que no es mi deseo).
- los niños tiene derecho a la educacion, y los padres son responsables de darsela y tienen derecho a decidir (je, je) sobre determinados aspectos de la misma.
- puede que el Gobierno Vasco haya tenido cierta capacidad de influencia sobre la opcion lingüística que eligen los padres.
- la gente tambien saca mejores notas en religion y en deportes que en matematicas. La nota media en Selectividad no se correlaciona con el conocimiento sobre dicha materia.
Un saludo.

alfombril dijo...

No me acaba de parecer de recibo que se obligue a nadie aprender una lengua perteneciente únicamente a una comunidad autónoma. Creo que detrás de eso solo hay intereses económicos egoistas propios de los nacionalismos, que siempre ponen barreras entre pueblos por intereses capitalistas, unos más radicales y otros más moderados, pero siempre conservadores y no abren ninguna puerta, las implantan entre ciudadanos.

Savater y muchos de los que encabezan ese manifiesto no son de derechas. Otra cosa es que la derecha mediática utilice ese manifiesto como hace con tantas cosas y lo manipule.