miércoles, julio 02, 2008

Se hace lo que se puede

Lo cierto es que el gobierno de Zapatero tiene un trabajo bien poco agradecido: explicar a los votantes que las cosas van mal, y que no es culpa suya. Ambas afirmaciones son ciertas, hasta cierto punto. En ambos elementos de esa frase, sin embargo, los socialistas se han quedado con poca capacidad de maniobra debido a su alegre torpeza retórica y -más importante- un poco oportuno calendario electoral.

Los gobiernos se enfrentan a recesiones a menudo; en países medianos, como España, muchas veces el origen de los problemas es básicamente exterior. Zapatero y Solbes no podían hacer nada para controlar el descontrol financiero en Estados Unidos, limitar la demanda de petróleo en China o mantener los tipos de interés más altos en el BCE para evitar la burbuja inmobiliaria. Cualquier acción o política económica en sus manos era o bien totalmente fantasiosa o tremendamente impopular (penalizar fiscalmente la compra de vivienda), así que dentro de lo que cabe, el gobierno hizo lo que pudo: contuvo el gasto, llenó la hucha cerdito para gastar cuando frenara la economía, y fue liberalizando y retocando detalles en los márgenes de la economía, caso de la -tímida- reforma laboral.

Una vez las cosas se tuercen, un gobierno democrático puede y debe explicarse bien. Debe contar al electorado que las cosas van a peor, que el gobierno tiene un control limitado sobre el asunto, y que tocará hacer cambios y apretarse el cinturón. También debe señalar que entiende las penurias de muchos, y que las medidas van a estar ahí sobre la mesa para cubrir las espaldas a aquellos que no lo están pasando bien con medidas concretas que ayuden a soportar las duras reformas que nos vemos obligados a aplicar para salir de la crisis.

Esto lo han dicho, con variaciones, otros gobiernos socialistas; la reconversión industrial o la crisis del 93 se superaron con crujir de dientes y sudores fríos, pero con un lenguaje claro de "confiad en mí, hay luz al final del túnel". En este caso, sin embargo... pues más bien no. El gobierno ha entrado en esto tarde, mal y a rastras.

Predecir el pasado es muy sencillo, eso está claro, pero me temo que el gobierno se equivocó al no convocar elecciones en octubre. Las cosas iban bien, y el cambio se hubiera percibido como un alegre órdago electoralista barato, pero parece relativamente claro que hubieran ganado igual. Eso se hubiera traducido que en vez de estar con un lenguaje triunfalista hasta marzo de este año, el gobierno podría haber estado advirtiendo de la crisis que venía con más tiempo, y no tener que hacer la danza del eufemismo en tres meses, como lo ha hecho ahora.

¿Está siendo el gobierno "pasivo"? La verdad, creo que no. Está haciendo lo que puede. La crisis está creando problemas complicados en todas partes; no se puede estimular la economía demasiado debido a la inflación, y el aumento del coste de las materias primas está totalmente fuera del control de todos los gobiernos del mundo. El gobierno, dentro de lo que cabe, hizo los deberes y se preparó relativamente bien. El problema es que el cambio de discurso desde marzo -cuando ya se veía que la cosa no pintaba bien ni de broma- hasta ahora ha sido tremendo, y eso hace que la credibilidad de cualquier equipo económico caiga en picado.

La verdad que aunque esperaba un ajuste considerable de la construcción en España, no me imaginé que las restricciones de crédito la hicieran tan inmediata, y que el petróleo se disparara al mismo tiempo, cuando la mayor parte de las economías avanzadas se estancaban. La cosa será dolorosa; a un problema cierto (la burbuja inmobiliaria) se la han añadido dos imprevistos, haciendo que el ajuste sea mucho más rápido en la construcción, y la recuperación mucho más lenta debido al ajuste de los precios.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

"o mantener los tipos de interés más altos en el BCE para evitar la burbuja inmobiliaria"

Pues a mí me extraña que el PP no haya atacado por este flanco. Lo de la mala imagen exterior y el aislamiento de ZP...

R. Senserrich dijo...

Es un argumento un poco demasiado rebuscado, incluso para el PP: decir que ZP no es capaz de dictar la política monetaria a todo el continente. :-).

Anónimo dijo...

"Como resultado de la mencionada diligencia probatoria, resulta que,
aproximadamente, un 95% de los 1.427 centros no alcanzan el mínimo de horas
de enseñanza del castellano o en lengua castellana que fija el Anexo III del Real
Decreto 1513/2006, calculados como a continuación se expondrá".
Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (disponible en elpais.com)

Rodriguez Zapatero miente (ya se que no es el unico politico que lo hace, pero eso no le exculpa) tambien sobre esto. Y llama fachas de manera sutil a los firmantes de un Manifiesto por la Lengua Común (que han caido en las garras de "El Mundo").

Tenemos un Presidente experto en "política líquida": formas, gestos,... sin fondo (sin otro fondo que la busqueda del poder).

Su ultima sutileza, quitar un poquito de peso a sus barones territoriales, no le vaya a ocurrir como a Rajoy y a alguno le entren ganas de sucederle.

"Se hace lo que se puede" para mantenerse en la poltrona.

Un saludo excéptico.

Citoyen dijo...

Aunque estoy mayoritariamente de acuerdo contigo hay que tener en cuenta que las reformas han sido en efecto timidas. Las isntituciones del mercado laboral, la liberalización del mercado de productos y de servicios, etc... han sido bastante tímidas. Lo cierto es que podrían haber aprovechado cuando la gente se dedicaba a hablar del estatut y de la rotura de españa

Anónimo dijo...

Estoy con Citoyen, aunque dada la mayoría relativa que tenía el PSOE en ese momento era difícil dejar de lado los estatutos.

A pesar de las tímidas o no tímidas reformas, creo que hay algunas que no se mencionan en ningún lado y que a mi juicio son cruciales, aunque más largoplacistas.

Una es el invertir más recursos en la administración de justicia. Creo que no exagero si digo que parte de los mecanismos de mercado libre (entre otros) no funcionan como debieran debido a la lentitud de la justicia, debido a su falta de recursos. Por ejemplo, ello podría haber frenado la obsesión por la propiedad inmobiliaria al haber facilitado el deshaucio de morosos.

La otras es que hace muchos años que se sabe que el ladrillo no puede tirar de la economía enternamente. Algo se podría haber hecho en ese sentido, que aunque corresponde a la iniciativa privada en buena manera, creo que lo público puede ser el que de el primer paso para convertir una economía de ladrillo y calimocho en una economía del primer mundo.