El sistema financiero americano sigue dando alegres sorpresas a los amantes de las emociones fuertes. Esta vez es Lehman Brothers, que tras largos meses de rumores y agonía, la entidad que parece camino de otra triste muerte financiera. Hay cierta confusión sobre qué hará el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal; de momento parece que están buscando un comprador para que entierre el antes orgullosamente conservador banco de inversión.
Dos comentarios sobre estos movimientos. Antes que Escolar hable de nuevo de la conspiración financiera internacional, es casi obligado recordar el precedente más inmediato, Bear Sterns. También se habló de rescate, cuando lo que acabamos viendo fue una venta a precio de saldo, con los inversores perdiendo hasta la camisa.
Eso no significa que la demolición controlada de Lehman y Bear sean buenas noticias. No es una "malvado banco que quiebra" y punto; los bancos, incluso cuando son ejecutados con cuidado, siempre dejan daños graves a su paso cuando cierran. De momento las autoridades americanas han sido capaces de limitar los daños más o menos bien, pero cualquiera que haya pedido una hipoteca estos días sabe que el mundillo financiero está muerto de miedo. Lehman y Bear Sterns no han salido "caros" a los contribuyentes, pero los efectos de la liquidación de estas entidades van más allá de lo que vemos en la factura.
Parece que el siguiente es Washington Mutual. No, esto no se ha acabado.
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