Siguiendo con la nacionalización de Fannie Mae y Freddie Mac (o como prefiere Krugman, de-privatización; al fin y al cabo, nacieron públicas), varias cosas hay que añadir al desastre.
Primero de todo, creo que vale la pena repetir lo obvio, una vez más: para una administración que empezó hablando de privatizar, eliminar regulaciones, brillante creatividad de los actores financieros libres de ataduras y el milagro del crédito infinito y el riesgo disperso, han acabado interviniendo en el mercado más que nadie. Lo más divertido (y preocupante) es que más que arreglar la tristemente insuficiente regulación del sistema, de momento andan más preocupados apagando fuegos y nacionalizando cosas. Como casi todo en la administración Bush, patada a seguir y que el problema lo arregle su sucesor.
Eso no quita que el rescate de Fannie y Freddie no fuera urgente, y que cómo bien comentan algunos, sea parecido a hacer salchichas. Ya se sabe, el dicho que hay dos cosas que uno no puede ver nunca como se hacen en vivo, salchichas y legislación (según Bismarck). Añadidle a esta lista las nacionalizaciones de emergencia; un mundo donde los accionistas pierden dinero, los contribuyentes se juegan sus impuestos, y los ex-directivos de las empresas en problemas se irán a casa con 15 millones de dólares por cabeza. Que no lloren los accionistas; son ellos los que deberían vigilar a los gerentes, no yo.
Lo que si me está sorprendiendo de todo este pollo, sin embargo, es la maldita obsesión de no pocos comentaristas y políticos diciendo que lo importante es que suceda lo que suceda, es importante que los herederos de Freddie y Fannie sigan proporcionando "hipotecas asequibles" a los votantes. Ya comenté no hace demasiado que las Mac nacen de la extraña obsesión americana en promocionar la compra de viviendas tanto como sea posible; de todas las funciones del estado, la verdad, me parece una de las más difíciles de justificar.
No es algo exclusivo de Estados Unidos, de hecho. En España compartimos la extraña obsesión de subvencionar la compra de casas a base de desgravaciones, junto con la especial obsesión local de construir y "regalar" vivienda protegida. Ya he comentado que esto del "derecho a la vivienda" no debe ser entendido como "derecho a hipotecarse durante 30 años para comprar una vivienda" o "derecho tener en propiedad una vivienda" a secas. Favorecer la compra de casas suena muy bien, pero en contextos con tipos de interés bajo y crédito fácil es pedir a gritos tener una burbuja y que te estalle en la cara. Y, por si alguien no se ha dado cuenta todavía, eso duele.
Los americanos habían parido básicamente un sistema parapúblico gigantesco para reducir el riesgo hipotecario, con el erario público corriendo parte del riesgo, que a su vez dejaba libre ingentes cantidades de capital libre ocioso para financiar subprimes. No era una buena idea. Lo de España era menos explícito, pero casi igual de absurdo.
Cuando el mercado de la vivienda finalmente resucite, de aquí dos o tres años, no sería mala idea, mientras todo el mundo anda perdiendo el tiempo buscando gangas de eliminar todas esas absurdas subvenciones a la compra, y reforzar el papel del alquiler en estos mercados. A ver si aprendemos.
5 comentarios:
Ay, amigo, quién te oyera. En esta España dudo que caiga esa breva. La mentalidad del españolito de a pié ya sabemos cuál es: el único ahorrao es el ladrillo (y, ¿quién les culpa con el escaso diferencial de precios entre hipotecas y alquileres?). Y los bancos, por descontado, se benefician que todos nos hipotequemos. Así que tanto la gente como los poderes fácticos estan de acuerdo en ésto. Y la prueba es que llevamos años en escalada de precios y a ningún gobernante se le ha pasado po la cabeza la obviedad de igualar el trato fiscal a ambas formas de propiedad.
Otra cosa importante es medir el coste político de medidas como esas. Aún estoy por ver a un Presidente que mande las posibilidades de su partido de gobernar a hacer gárgaras. Ni la mejor política de comunicación del mundo podría convencer a los votantes para que renueven la confianza en el partido que elimine las deducciones por hipoteca. Principalmente porque la cultura de la propiedad es casi unánime en España. El caso así, ningún político llevaría eo en un programa electoral.
Ya te digo que como político duraría 10 minutos :-). Cierto, es difícil de vender, pero macho...
Se puede vender como un toma y daca: quito la desgravación por vivienda y como necesariamente aumenta lo suyo la recaudación rebajo los impuestos.
El problema, claro, es que la gente que se beneficiaría de la bajada no es la misma que sería perjudicada por la eliminación... de hecho, la reforma de la fiscalidad tendría que ser bastante amplia para que las perjudicadas no fuesen todas las familias de España y los principalmente beneficiados por la rebaja impositiva los más pudientes.
No sería fácil, no...
En este caso, el problema no es la desregulación. Todo lo contrario. El problema se ha generado por la política seguida por los bancos centrales que dio lugar a una oferta de dinero barato y abundante que, obviamente, acaba en esto. Y esto no empezó en USA con los republicanos ni en Europa con gobiernos liberales ni en UK con los conservadores.
Cuando el dinero es barato y abundante los mercados son capaces de absorber cualquier cosa, cualquier endeudamiento, cualquier negocio. Pero la eficiencia del mercado hace que antes o después la fiesta se acabe y llega el momento de pagar. Y pagamos todos, como siempre. Pero los políticos que con sus deficientes instrumentos de regulación y sus equivocadas políticas de impulso a la demanda generaron el problema nunca pagan su responsabilidad. La culpa será del mercado, la conspiración de los poderosos (por supuesto se refieren solo a los económicamente poderosos) o de los inconscientes ciudadanos empeñados en disfrutar de bienes sin poder pagarlos. Y mira que son eficaces en lo suyo: la propaganda.
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