miércoles, mayo 09, 2007

Bocinismo político

El PP y medios allegados se han lanzado a otro episodio de acusación presuntamente demoledora sobre un tema presuntamente importante. El de hoy es un presunto informe escrito presúntamente por Miguel Sebastián o algún presunto colaborador suyo a sus órdenes en un presunto intento de descreditar al presidente de un banco que estaba siendo presúntamente atacado por el gobierno. Oh la corrupción.

Algunas reflexiones. Primero, si para entender de qué está hablando el partido de la oposición un friki de la política como yo debe recurrir a Google, hemeroteca y archivos conspiranoicos variados, algo me dice que el votante medio no va a entender ni jota de todo este asunto.

Segundo, todo el tinglado acusatorio parte de la idea ligeramente rebuscada que el gobierno orquestó un intento de OPA por parte de Sacyr al BBVA, y que utilizó todo el poder del estado y sus instituciones regulatorias para ello. Este enorme poder se resume en un informe que elaboró o llegó a manos de un periodista de la Ser acerca de un presunto delito que había prescrito hace años. El gobierno fue, según todas las hemerotecas medianamente razonables (y no, LD no lo es) un actor pasivo durante todo el proceso. El PP dice que alguien en Moncloa creo un plan maligno para convencer a los accionistas del segundo mayor banco del país a vender sus acciones, y lo único que se le ocurrió fue fabricar una denuncia de tercera división sobre su presidente.

Al presunto escándalo del "asalto", ya bastante raquítico de por sí, el PP debería unirle dos, no uno: lo que dicen que hizo Sebastián para aniquilar a ese Santo Varón y Mártir que es Francisco González (un amigo del PP 100%, todo sea dicho, y gran paladín del asalto al BBV por parte de una banca pública privatizada con él al volante como era Argentaria), y la patética incompetencia del gobierno en asaltar a un banco. Ui, mira, un informe. Risa malvada.

De hecho, el escándalo es lo de menos. El PP sabe perfectamente que no tiene absolutamente nada en términos legales sobre este asunto; sin embargo, es perfectamente consciente que el sistema legal y la capacidad de atención selectiva de la prensa hacen esto irrelevante. La denuncia irá a dar tumbos por algún juzgado, que tardará una eternidad en tomar una decisión preliminar. Si tienen suerte y es un juez amigo (como la del caso del ácido bórico, que se está ganando una nominación al CGPJ) la cosa dará tumbos por los tribunales hasta que alguien sensato mate el caso; si no, será echado a la papelera sin que nadie se dé cuenta y con cero cobertura mediática, saliéndole al PP gratis la pérdida de tiempo.

La esencia para el PP es el ruido. Poco importa que lo que diga sea alegremente irrelevante, la cuestión es parir titulares grandilocuentes. Machacar unas cuantas ideas sin descanso (rendición, corrupción y bobo-solemnez), poner la mierda en el ventilador, y esparcir en masa hasta que algo se quede pegado. Una campaña negativa, al más puro estilo neoconservador feroz americano, en otras palabras.

El problema de hacer política de este modo, sin embargo, es que la mierda acaba por hacer que todo apeste. Sí, la imagen de quien recibe los ataques se resiente (por algo el gobierno no acaba de cuajar en las encuestas), pero quien está lanzando todo ese histerismo al escenario acaba oliendo igual o peor que su objetivo. La valoración de la labor de oposición del PP es sencillamente patética en todos los sondeos, con Rajoy recibiendo una valoración personal más cercana a la de un dirigente del PNV o ERC que la que se le supone al líder de la oposición. Como comentaban por La Moqueta, ciertamente los votantes de centro se han desencantado con el PSOE merced del griterio del PP, pero parece que han acabado reaccionando con pánico a los alaridos de Rajoy; todo ello sin movilizar mucho más a sus bases.

Estos días se habla mucho de lo bien que debaten los franceses y lo maravilloso que es Sarkozy en algunos medios de la derecha (ignorando el yate y todo eso, claro); los que se preguntan por qué no tenemos la misma política sólo tienen que mirar a lo que hace el PP. Y por favor, no me vengan con tonterías que el PSOE crispó en la oposición; tanto la guerra de Irak, como el Prestige, como la espeluznante capacidad de Acebes de decir chorradas tras el 11-M fueron pifias bien reales de un PP que con menos soberbia hubiera ganado las elecciones de calle.

Aquí en Estados Unidos andaban igual el año pasado preguntándose por qué nadie hablaba de ideas, mientras los republicanos seguían llamando a todos abortistas totalitarios cobardes que iban a subir los impuestos. La derrota electoral de noviembre ha conseguido que por aquí se escuchen todas esas tonterías bastante menos que antes. El PP no callará hasta que no se empotre en la urnas, mucho me temo. Veremos qué sucede a finales de mayo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparada con la hábil cirugía que aplicó el Gobierno del PP con Ybarra y el BBV (unión primero y luego extirpación merced a cargos ahora improbados) la ¿tentativa? con Sacyr y FG se nos presenta en toda su aislada ingenuidad.

Anónimo dijo...

...Y mientras, De Juana, follando con su novia por los parques de Bilbao...

ZETAP al Tribunal de la Haya ya!

R. Senserrich dijo...

Y eso en el caso que lo de Sacyr fuera un asalto; me parece que tuvo más de conspiranoia que otra cosa.

El anónimo supongo que será el nuevo troll local. En fin, no le deis de comer.

Anónimo dijo...

Desconozco por completo si la denuncia del PP tiene alguna base legal o se ajusta a esa estrategia de bocinismo que denuncias. Pero una cosa es clara: en este país existe el mismo bocinismo pepero que antipepero.

En este caso, me parece absurdo pretender que la dimisión de Conthe, el escándalo de Arenillas y el nombramiento del nuevo mandamás de la CNMV (sin consenso de ninguna clase) es una minucia convertida en tema mayor por obra y gracia de los de la crispación, Acebes, 11MguerraIrAK hilillosdeplastilina

Creo que por primera vez en meses el PP ha adoptado una posición constructiva que se le presupone a un partido con vocación de Gobierno. Independientemente del partidismo con el que trataron ellos mismos a la CNMV, independientemente de que sigan sobreactuando y predicando el fin del mundo y lo que tú quieras... Pero la propuesta de que el presidente lo nombre una mayoría cualificada en el Parlamento es un paso adelante hacia la despolitización de este órgano. Ignorarla es alentar el juego de declaraciones cruzadas.

Del mismo que tú acusas al PP de generar ruido (y creo que en algunas partes de este caso lo hace -porque lo que Conthe dice de la SER es pura mentira), uno podría decir que quienes enfocais este asunto a través del exceso del PP generáis un ruido a la inversa que (creo) en poco nos ayudará a clarificar el asunto.

Y por último, no entiendo por qué la política se parece cada vez más a una competición en la que gana el partido que demuestre que el de enfrente es más miserable, inmoral, abyecto y peligroso.

Ya no es necesario razonar. Basta con escupir compulsivamente palabras y que el receptor las integre en su particular retrato del mal personificado:

Unos, todo el día con De Juana, zETAp, Pepiño Blanco

Otros: 11M, hilillos de plastilina, Acebes.

No digo que sea el caso, pero creo que este post no es ecuánime. Y ya.

Anónimo dijo...

Lo curioso es que el PP se pasó ocho años en el gobierno, y nunca se le pasó por la cabeza proponer lo que propone ahora. Y no es que no hubiera materias donde la CNMV no se metiera.

El presidente de la CNMV es un cargo político, y así lo es en casi todas partes. Nunca se ha escogido por consenso, ni una sola vez. El hecho que lo votara el parlamento cambiaría poco; votarlo por supermayoría es excesivo (es un regulador, no un juez) y mayoría absoluta sería lo mismo que se da ahora.

La dimisión de Conthe tiene poco de escandalosa; el tipo se estaba atribuyendo una autoridad que no tenía.

Anónimo dijo...

No dejen ustedes de leer el artículo del The Economist de esta semana sobre la economía española. Don Roger, especialmente se lo recomiendo a usted, pues numerosas veces se ha observado en este blog un desconocimiento tan profundo de la realidad fuera de los modelos de "sentido común" que usted pregona. Observe si no el panorama industrial español fuera de los dos grandes bancos, las tres constructoras, la telefónica y las dos cadenas nacionales de ropa (Inditex y la catalana Mango). El resto de la industria cae en la improductividad constante, y al señor Don Solbes habría que analizarle en profundidad, dada la ausencia de políticas que promocionen el espíritu emprendedor de los españoles, que diría don Martín Varsavsky.

Y respecto a lo que dice el anónimo anterior, si su partido, don Roger, es incapaz de presentar sus éxitos y sólo se habla de la estrategia de la oposición, será porque algo está haciendo bien el señor Rajoy.

R. Senserrich dijo...

He comentado a menudo la poca gracia que me hace que el gobierno no esté tocando dos temas cruciales y muy relacionados. Por un lado la productividad, y por otro la inflexibilidad del mercado laboral. No es que no le vea problemas a la gestión, ni de broma.

Sobre la estrategia de oposición, es precisamente porque es tan cochinamente ruidosa que no se habla de nada más :-). Estoy seguro que podríamos tener a Pericles de presidente del gobierno y seguiríamos hablando de las mismas chorradas. Dos no debaten si uno no quiere, y el PP anda con las manos en los oidos gritando "lalalalalla no te oigo" que es un primor.