sábado, octubre 20, 2007

Primary Colors (XVII): uno menos

Ahora que las primarias quedan ya más cercanas es momento para muchos de los candidatos digamos irrelevantes de pararse un momento y preguntarse si tienen alguna oportunidad.

Hasta ahora, el trabajo para todos ha sido darse a conocer entre el electorado de los estados que votan pronto (Iowa y New Hampshire) y aún más importante, asegurarse que la prensa hable de tí de vez en cuando. Si ven en tí al menos un adjetivo, un atributo que poder usar para describirte (aunque sea "lunático libertario", como con Ron Paul), aún podrás recaudar algo de pasta, y aún tienes alguna esperanza.

Ayer Sam Brownback, candidato que yo dije en cierta ocasión que "no lo hará mal en la primarias" y que tenía alguna "remota opción" ha llegado a la conclusión que está perdiendo el tiempo. Su baja es más relevante de lo que parece. El librito de Brownback era de lejos uno de los más obviamente pelotas con la derecha conservadora religiosa del partido, el sector digamos republicano comebiblias. No es un grupo de gente al que el partido les esté haciendo demasiado caso; aunque casi todos los favoritos apoyan de boquilla su agenda (no a todo: aborto, homosexuales, separación iglesia-estado), con la obvia excepción de Giulani, todos ellos tienen algunos reparos y manchas en sus credenciales. A saber, McCain no quiere saber nada de enmiendas constitucionales, Romney era gobernador de Massachusetts (estado con matrimonio gay), Thompson trabajó en causas pro-derecho a decididir sobre abortos en el pasado, y Giulani va ya por su tercera o cuarta esposa, así que ya ni disimula.

El hecho que Brownback, de credenciales comebiblias impecables, andara en el 1% en las encuestas es por tanto bastante interesante. O bien los votantes evangélicos son menos integristas (o más crédulos) de lo que parece, o están más pendientes de escoger a alguien que pueda ganar a Hillary, o bien sus líderes eran gigantes con pies de barro y todas esas chorradas de valores morales fue una enajenación transitoria de finales de siglo, cuando la paz mundial, el superávit y las felaciones en el despacho oval parecían problemas graves. A saber. Lo cierto es que el electorado americano parece estar cambiando, pero aún es temprano para estar del todo seguro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal y como yo lo veo, los candidatos republicanos compiten para perder. Hoy por hoy, con más del 70% de la población en contra de la guerra de Irak, solo Ron Paul (posiblemente el único Republicano del GOP) tendría posibilidades frente a Hilllary.

Pero no, los neocons ya han encontrado su caballo de Troya en el partido Demócrata, y nadie mejor que Hillary para continuar el legado Bush. Por lo pronto ya tiene el apoyo de la Industria Militar: http://politicalinquirer.com/2007/10/19/hillary-clinton-receives-the-largest-number-of-military-donationsfrom-the-defense-industry/, a ver lo que tarda en invadir Irán.

R. Senserrich dijo...

Hillary no es tan idiota como para invadir Irán. En serio. Sólo hay un tipo tan burro para ello, y está ahora en la Casa Blanca...