miércoles, enero 24, 2007

Discurso sobre el estado de la Unión

Hoy es uno de esos días en que se pueden explicar bastantes cosas sobre el funcionamiento de la democracia americana, ya que se escenifica uno de los más antiguos rituales de su sistema de gobierno: el discurso sobre el Estado de la Unión. Escribo esto sentado en casa delante del televisor, viendo al presidente en directo, así que mientras escucho el discurso (no demasiado relevante, ya que Bush pinta relativamente poco ahora mismo) será cuestion de ir comentando algunas cosas, según va soltando sus propuestas.

Sanidad:

Está sugeriendo mejorar el acceso a la sanidad (ese desastre de proporciones cósmicas que sufrimos por aquí) a base de deducciones fiscales para quien contrate un seguro privado. Dos razones que hacen de esto una estupidez: primero, porque no deja de ser un subsidio (otro más) a las aseguradoras privadas, que ya se chupan un 16% del PIB y siguen dejando fuera millones de americanos, y segundo, porque como no me harto de repetir, el sistema fiscal es extremadamente torpe como mecanismo de redistribución.

Ha añadido otras medidas (corregir el sistema de pleitos contra médicos, ayudas a los estados), pero eso son parches, al igual que esa quimera de decir que los pacientes son mejores tomando decisiones que nadie. No, la gente sacrifica la salud para ahorrar en medicina, y eso dicen todos los estudios. En un país en que hay anuncios en la televisión diciendo que la farmacia "te ayudará a que puedas pagar las medicinas, pobre viejecito enfermo", el cambio debe ser más radical.

Educación:

No es mi tema, la verdad; no lo he seguido bastante. Conozco los problemas estructurales del sistema educativo del país, pero no las reformas que Bush quiere extender en detalle, así que abstendré. Sólo mencionar que no me parecen mal los cheques escolares, en un principio, aunque es perfectamente posible pifiar su implementación.

Inmigración:

Sigue con sus ideas de hace dos o tres años, que ya dije que me gustaban (y que por cierto, no son distintas a las políticas de PP y PSOE). A aplaudir. Lo divertido es que los demócratas (ahora con mayorías) están más de acuerdo con él que su propio partido; habrá reforma.

Energía:

Se ha puesto verde, y de forma ciertamente sorprendente. Me ha encantado que mencionara a la energía nuclear (estoy a favor, y de manera entusiasta), pero sobre todo, que hablara de calentamiento global. Señores, si hasta Bush habla de ello, me parece que es hora que la tropa de negacionistas se calle.

Política exterior:

Tened miedo, mucho miedo. El 11-S lo cambió todo. Estamos ganando porque no nos han atacado ni a nosotros ni a nadie. Siempre se olvida de Londres y Madrid, el tío (a todo de esto, los cámaras han pillado un general en el público bostezando. Clásico); en fin, vuelta a hablar del miedo y todo lo malos que son.

Me temo que cuando se habla de terrorismo islámico, tengo una sensación parecida a cuando se habla de ETA: es mucho menos relevante de lo que la derecha dice. Bin Laden, por mucho que se emperre, no llegará nunca a imponer la Sharia en Europa; hará sus atentados y proclamas, pero no tiene capacidad de cargarse occidente ni de broma. Como guerra civil dentro del mundo islámico, el integrismo si es un problema (a veces recuerdan a la Iglesia Católica española en los años treinta, la verdad), pero Estados Unidos y la UE harían mejor dejando que esas sociedades ganaran la guerra solitas en vez de invadir países al tuntún.

Irak:

A todo esto, habla ahora de Irak; de momento ya ha admitido que la guerra que luchan ahora no es la que fueron a luchar en la invasión. Sigue usando lo de violencia sectaria como eufemismo para decir guerra civil, todo sea dicho. Y sigue culpando a los iraquíes del desastre, aunque al menos ha tenido los cojones de tratar de arreglar lo que ha roto enviando más tropas. No creo que sirva de nada (ya he dicho que no envían bastantes tropas, y el país ni tiene ni quiere enviar más), pero debo reconocerle cierta decencia en querer arreglar lo que ha roto. O salvar los muebles para que el siguiente presidente pueda aún tenga la posibilidad de hacerlo, aunque sea con una solución "pragmática".

Irán, Israel:

Sin novedades, ni mucho que comentar. Creo que Bush ha caído victima del mito este que el mundo árabe se preocupa por los palestinos, sin embargo; ha hablado de dos estados otra vez. No es que haya muchas soluciones más para los palestinos, pero el integrismo islámico ya se buscará otra excusa.

Ayudando a derecha a izquierda:

Tras un poco de hablar de vacunas y enviar comida, ha repetido eso que el comercio es lo que produce el desarrollo. De nuevo, estoy de acuerdo; me temo que el partido demócrata no. En fin, todos la pifiamos de vez en cuando. A todo esto, si interviene en Darfur, pongo una foto de un servidor vestido de tortuga ninja en la bitácora. Si, es una tragedia, pero pobrecitos son así de irrelevantes.

Ronda de historias de interés personal:

Parte coñazo del discurso, y tradición muy americana. Bush señala y habla sobre unos cuantos ciudadanos modelos que están en la tribuna de invitados, todos aplauden. Desde el inmigrante estupendo al soldado heroico cosido a tiros, pasando por un tipo que salvo a otro de ser atropellado en el metro. "Mira como molan los ciudadanos de mi país", vamos. Curiosamente, nada de hablar de cultura, tradición y nación, y mucho de los valores con lo que los países se identifican: el valor, la dignidad del hombre común, y el orgullo de ser una democracia.

Patriotismo constitucional, en otras palabras.


Y con esto, como de costumbre, acaba el discurso. Lo cierto es que a Bush lo he visto bastante apagado; no parece haber dado el discurso con demasiadas ganas. Con dos años por delante, poco poder político real a mano, y su popularidad rondando el 30%, no me extraña. El discurso ha tenido relativamente pocas ideas radicales; la mayoría de propuestas de política interior han sido bastante moderadas, y ciertamente aceptables para algunos demócratas. Se ha quedado patéticamente corto en política sanitaria, y en política exterior se ha equivocado tanto que debería pedir perdón y llorar patéticamente, pero por una vez no he acabado un discurso de este tipo dudando sobre si es idiota, o sencillamente me está tratando como si yo lo fuera.

Aún así , ha dejado de lado ese cambio que me parecía intuir en el electorado; el cabreo de la clase media. De eso está hablando Jim Webb, el senador demócrata que da la respuesta al presidente (otro discurso televisado, aunque con mucha menos pompa); parece que están empezando a abrazar este mensaje. Como comentaba Webb, hace 30 años un CEO cobraba de media 20 veces más que el trabajador medio; hoy cobra 400 veces más. Muy buen discurso de este tipo, por cierto; realmente bien construido.

Mañana, si puedo, vuelvo a hablar primarias. Por si no se nota, estoy hasta las narices de hablar de ETA; cuando el partido de la oposición acusa el gobierno de colaboración con banda armada, ya no sé que cara poner. Lealtad, ¿dónde?.

3 comentarios:

R. Senserrich dijo...

Sobre sanidad, Paul Krugman añade aún más factores para señalar que el plan de Bush es una auténtica estupidez: enlace.

Alex Guerrero dijo...

Como siempre, la wikipedia es fabulosa.

Anónimo dijo...

Ante todo saludos y felicitaciones por el post. Leyéndolo siento una insana envidia por el sistema político norteamericano. Quizá desde la distancia se vea demasiado idílico pero parece que el hoooliganismo de partido tan de moda en España no se practica tanto por ahí.

Puede que la distición de los poderes ejecutivo y legislativo sea la clave para que la oposición se comporte con responsabilidad y que el Gobierno no vaya siempre por libre.

Sobre libre comercio, me gustaría saber si ha dicho algo de Latinoamérica y la renovación del TLC con Colombia, porque ahí seguro que se les rebotan muchos demócratas y algún que otro republicano.

De la política inmigratoria de Bush, al menos lo que he leido, me parece bastante lógica, como apuntas, lástima que se les haya ocurrido ese disparate de muro fronterizo con Mexico.