Para la población no-iniciada, esta semana es una semana para cualquier otra. Un poco de calor, un poco de aguantar el tostón antes de las vacaciones de agosto (para los europeos) o el largo verano de tiritar en oficinas con el aire acondicionado a nivel pingüino (los americanos), pero nada demasiado relevante.
Para los que saben sobre lo que es bueno, justo, emocionante y crucial para el futuro de la humanidad, sin embargo, esta es una semana especial. Tanto, que el viernes a medianoche estarán casi todos en librerías, gafapastas firmemente colocadas, listos para ser partícipes de la mayor revelación desde el "Luke, yo soy tu padre" hará cosa de veintipico años. Sí, este viernes sale a la venta la última, definitiva, apoteósica, ginorme novela del siglo: Harry Potter and the Deathly Hallows.
Lo curioso del asunto (aparte del hecho que un serio politólogo como yo lleve dos semanas repasando las novelas, películas, juegos y foros de internet en preparación de tan magno evento) es el hecho que un asunto tan puramente friki sea de hecho noticia. Las novelas de Harry Potter han vendido 325 millones de copias, una auténtica burrada de libros; la verdad parece que la mitad de la población de Estados Unidos son chiflados amante de la magia esta semana. Un buen puñado de mis compañeros de trabajo se pasan la hora del almuerzo especulando y lanzando teorías sobre Snape (por cierto, creo que es de los buenos), mientras que librerías por todo el país preparan fiestas de lanzamiento.
La pregunta es ¿Desde cuándo estar colgado de un libro sobre una escuela de magia ha dejado de ser algo de gente rarilla?. En los oscuros tiempos de secundaria, en esos días donde el poderoso dado de 20, el gran Cthulu y los juegos de tablero rarillos completan a la gran Super Nintendo, ser capaz de recitar listas de conjuros y clases de dragones no te hacia especialmente popular. Hoy, auténticas frikadas como "Los 300" son taquillazos, atraen público femenino y son vistas como una expresión como cualquier otra de cultura popular. Cómics anteriormente minoritarios y gafosillos como V for Vendetta, Sin City ó (cielos) Watchmen saltan al cine, y encima hacen dinero.
Joder, celebramos hasta el día del orgullo friki. Esto empieza a ser preocupante.
Lo cierto es que me resulta un cambio bastante curioso. La cultura popular "dominante" parece estar abrazando iconos de mi vieja adolescencia con un entusiasmo encomiable, y encima está creando nuevos ámbitos de alegre obsesión. Aunque algunas de las creaciones han sido bastante infectas (Uwe Boll, culpable), lo cierto es que un servidor está reviviendo sus años más friki un poco demasiado.
Como todas las cosas, los puristas estarán enfadados. Peter Jackson cometió a buen seguro crímenes imperdonables adaptando la trilogia sagrada, y George Lucas trajo al mundo Jar Jar Binks. La patrulla X en las películas no es más que una caricatura, y las tres últimas temporadas de expediente X fueron un desastre. Por no hablar del último cambio de reglas en Warhammer (malditos ejecutivos de GW) o el hecho que nadie en Hollywood tenga los redaños de hacer nada con los juegos de White Wolf tras el éxito de Buffy Cazavampiros (nota: dan demasiado miedo. Los jugadores, no los juegos). Y que no me hablen de esa cosa llamada Nintendo Wii, el final de los videojuegos puros, oscuros y complicados. Pero al resto de frikis de mente receptiva, las puertas del paraíso están abiertas.
En cierto sentido, me parece que estamos viendo la venganza de los primeros informáticos. Los chavales con granos, gafas de pasta y demasiadas horas de ordenador y vicio virtual en sus bolsillos han resultado convertirse en los iconos de la nueva economía. Quizás no sean los que hacen el dinero, pero son los que se han llevado el mérito de la revolución tecnológica. El espíritu de los tiempos está en el pensamiento abstracto y los políticos que tratan de modelar la realidad a martillazos como los nuevos malvados, así que casi parece natural que el mundo friki esté más vivo que nunca.
Una parte de mí a veces piensa en plan marxista que todo esto no es más que otra forma de opio. El fútbol no bastaba para el nuevo proletariado creativo, así que el Capital creo las cartas de Magic, Super Mario Kart y Transformers: la película para mantenerlos oprimidos.
Sin embargo, estoy bastante seguro que en el fondo hay algo de bueno, justo y verdadero en todas estas viejas chorradas. Quizás sea más relevante a corto plazo el ser capaz de evaluar la política fiscal del gobierno, pero lo cierto es que estudiar a Keynes te hará sabio, pero es un crítico con el mayal a un orco lo que realmente te hará feliz.
La cultura universal, en el fondo, no es más que un agregado de cachivaches inútiles de piedra, en lienzo o en novela que nos parecen terriblemente importantes, y es más, quizás realmente lo sean. El hecho que el arte más joven, creativo e innovador ahora mismo sean los videojuegos quizás no es más que otra manifestación de esa cultura. Y la verdad, quizás hay algo salvable de todo ese alegre frikismo que nos rodea.
Y quién sabe, quizás los cuatro colgados que hablan élfico salvarán algún día el mundo. Los frikis ya ganaron la guerra en Independence Day una vez, ¿no?
Nota: si no me creen, comprueben la extensa lista de tipos listos con bitácora y un oscuro pasado frikoso. Citoyen, la tropa de Halon Disparado, Claudine y su tributo a la Gran Sepia, los tipos sórdidos de la esquina y su defensa de la religión Jedi y el siempre brillante Lüzbel, tintinólogo ocasional, todos con tendencias graves. Y eso sin mirar demasiado; hay muchos, muchos más...
8 comentarios:
"lo cierto es que estudiar a Keynes te hará sabio, pero es un crítico con el mayal a un orco lo que realmente te hará feliz."
Yo habría cambiado el mayal de orco por "conseguir el nivel cinco de obtenebración" (los orcos son muy vulgares, por favor) o por "convertir al paladín del caos de tu adversario en rata (la maldición de la gran cornuda" pero por lo demás creo que añadiré esa frase a mi cuaderno de frases célebres para repetir en ocasiones especiales.
Es curioso sin embargo ahoraque lo pienso que los frikis solamos ser izquierdosos. Este post nunca habría aparecido en libertad digital (aunque allí tienen la sección iglesia, no han entendido que la verdadera religión esta el simarillon)
"friki power" no es más que los frikis de entonces se están (nos estamos) haciendo mayores...
Ay, aquellos veranos que no volverán. :-)
La siguiente reunión de RP será una partida hardcore a Rolemaster o Cthulu, con gente jugando a un wargame napoleónico detrás.
Dios, así claro que nadie nos tiene respeto :).
Bueno, por ejemplo, hay cosas escritas sobre la relación entre literatura y cine fantásticos y federalismo, ausencia de un fuerte poder central (o si lo hay, se pinta maligno).
1) De Tintinologo nada de nada: un servidor es Marvel Zombie y activista en contra de los Tintin-macutes (y viva Cels Piñol)
2) La frase "lo cierto es que estudiar a Keynes te hará sabio, pero es un crítico con el mayal a un orco lo que realmente te hará feliz." es una puñetera maravilla...pero al igual que Citoyen prefiere obtener el nivel cinco de obtenebración, yo prefiero tener CS ultravioleta y ser el mejor amigo de El Ordenador. Eso sí te hace feliz. ¿Tú no eres feliz, ciudadano? ;)
3) Hmmm...la relación frikismo-izquierdismo da para hacer algún post interesante...¿alguien se anima?
Yo me huelo que por aquí hay mucho malvado traidor comunista (y mutante), algún miembro de los románticos y algún colgado de córpore metal.
Bah, los iluminatii están dominandoos a todos. Lo juro. Los he visto. tienen tres patas, cinco ojos, y se esconden dentro de....
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Ei, no sabía que eras un friki. Me ha gustado la entrada.
Jo, eso es es sentirse como en casa. Y, siendo politólogo como tú, creoque la combinación de Ciencia Política y frikismo es simplemente maravillosa. ¡Las mejores partidas del Paranoia son aquellas dirigidas por politológos frikis!
Je, je, je... Yo todavía recuerdo uno de mis trabajos para Teorías y Formas Políticas: "Star Trek y los valores de la Ilustración".
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