domingo, febrero 03, 2008

De política, sotanas e impuestos

Escuchando a la Iglesia Católica española estos días, andaba yo pensando sobre alguna de las normas y mecanismos que regulan la separación Iglesia-estado en los muy religiosos Estados Unidos.

En este extraño país dónde los candidatos a presidente hablan de religión, lo menudo que van a misa y lo mucho que creen en Dios, las organizaciones sin ánimo de lucro (la inmensa mayoría de Iglesias lo son) muchas veces hablan de política, pero nunca, nunca, nunca reaccionan como lo ha hecho la Iglesia española cuando alguien les responde.

Si uno se mete en la charca con los cerdos a opinar sobre la calidad del chapucear de los gorrinos, lo menos que puede hacer es no extrañarse cuando la mierda va y le salpica. La actitud de algunos obispos ha sido exactamente esta; bajan a la arena política a repartir leña como un político cualquiera, y se quedan todo sorprendidos cuando se llevan un par de sopapos cuando la gente les devuelve sus atenciones.

Es la vieja vara de medir de la Cope respecto a libertad de expresión: si insultamos, criticamos o nos burlamos nosotros, lo nuestro es libertad de expresión; si nos insultan, critican o burlan de nosotros, es opresión, totalitarismo e intento de imponer el pensamiento único. Lo de siempre.

Los americanos tienen, desde hace tiempo, un mecanismo bastante claro que regula a las organizaciones sin ánimo de lucro. Si son apolíticas, no pagan impuestos. Si piden el voto por alguien, si los pagan. En cierto sentido, es la vieja relación entre pagar impuestos y tener representación; si pretendes influir en el voto, te toca pasar por caja.

La verdad, hay veces que creo que en España nos iría bien copiar esta clase de legislación. En una democracia todos pueden hablar y todos pueden participar; lo que debería estar muy claro es que quien lo hace no lo está haciendo desde el privilegio de las subvenciones o concordatos, si no desde una actitud clara y honesta de ser miembro de igual a igual de la sociedad. Los obispos y católicos pueden (y deben) hablar, eso es evidente; lo que no deberían poder hacer es que la Iglesia Católica, como institución, participe en el debate mientras mantiene sus exenciones y privilegios.

¿Hazte Oir, asociaciones católicas, club de gente con sotana? Encantado, bienvenidos. El monolito que es la Iglesia Católica, como institución, no.

3 comentarios:

Ramon dijo...

Estoy de acuerdo con lo que has comentado. No conozco el caso estadounidense pero en la temporada que he pasado en Francia si he notado notables diferencias entre las maneras de los obispos de ambos lados de la frontera.

Solo hay que salir fuera para darse cuenta de lo metida que tenemos la religion catolica aun.

Por cierto te sobra una "h" en "a veces"

Un saludo

Osoario dijo...

Yo creo que le falta una 'y'.

Anónimo dijo...

Parece mentira que 218 años después de la revolución francesa el clero siga sin pagar impuestos.

Si es que en estepaísquenosediceestepaísquesediceSpaña lo que mejor nos hubiera venido hubiera sido quedarnos con Pepe I en lugar de tanto 2 de Mayo y tanta tontería. Ahora los catalanes serían franceses (peor para ellos, y dejo a la imaginación de los lectores determinar quiénes son "ellos") y nos habríamos ahorrado muchísimos problemas.