Ignacio Urquizu, buen amigo y escribidor ocasional por esta bitácora, publica hoy un magnífico artículo en El País sobre una de las más extrañas obsesiones de la derecha española, la limitación de mandatos.
Nada que los lectores fieles de esta bitácora no sepan, vamos. Pero el artículo es excelente. No se dice a menudo, pero sí, puede que sea algo que debilita los partidos. Hay mucho listillo por ahí que se cree imprescindible y quiere que eso que "tras mi salida, el desastre" sea totalmente cierto.
8 comentarios:
Sí. Es un artículo muy interesante y revelador. Me ha convencido el argumento de que la no reelección priva a los ciudadanos de parte del control que ejercen sobre los políticos.
Por contra, también afirma que la actividad política no implica necesariamente corrupción, aunque en mi opinión esa actividad continuada en el tiempo la hace más probable. Sin embargo al principio del artículo sí se reconoce que pueden generarse "vicios" en el comportamiento: corrupción, redes clientelares...
¿Entonces en qué quedamos? Yo estoy convencido por constatación empírica, que la permanencia en el poder un individuo en un cargo, y de sus subordinados en cargos subordinados, propicia la corrupción y redes clientelares. Como ejemplos, la Xunta de Fraga o la Junta de Chaves (uno de cada cuerda política).
También creo que éste peligro pesa más que las consecuencias negativas de la no reelección, que tan razonablemente este señor ha expuesto.
Gracias por los parabienes Roger. Me alegro que te haya gustado. Y también muchas gracias por comentario de Lole.
La corrupción, como dice Urquizu, no es inevitable. Escribo un poco sobre ello mañana, pero si el control ciudadano de los políticos es efectivo (si eres corrupto, te echan) los votantes pueden mantener un gobierno honesto.
Si un partido es hegemónico y no pierde elecciones ni que mate un bebé en una plaza, entonces es cuando la corrupción aparece.
"Las democracias, para su correcto funcionamiento, necesitan partidos fuertes y cohesionados."
Luego se da el ejemplo de Estados Unidos, como país en el que los partidos no son fuertes o no están cohesionados. ¿Esto significa que en Estados Unidos la democracia no funciona correctamente, o hay otros elementos que compensan este problema?
Lo pregunto porque suele no gustarme el poder omnímodo que tienen los partidos entre nosotros, que diseñan listas a su gusto, sin hacer primarias como en Estados Unidos.
Ui, discutir si la democracia en EUA funciona de forma correcta. Pues la verdad, lo hace como en todas partes... de aquella manera. La división de poderes hiperestricta compensa el escaso peso de los partidos en cierta medida, pero con el nivel de accountability frente al electorado no siempre es demasiado bueno...
Para mí el punto esencial es que la limitación de mandatos es un recorte de libertades:
- Es un recorte de la libertad del individuo, al que se prohibe presentarse (en la mayoría de los casos para siempre, como ocurre en Estados Unidos)
- Y un recorte de la libertad de los ciudadanos, al limitar su capacidad de elección: aunque crean que X es el mejor hombre para el cargo, se les prohibe elegirlo.
Por otra parte, los argumentos de quienes están por esa limitación delatan una profunda desconfianza en el pueblo: en el fondo piensan que los ciudadanos son un hatajo de idiotas que seguirían votando a X aunque fuese un ladrón corrupto o se instalase en el clientelismo, o... lo que sea. Creen que de un modo u otro no son suficientemente inteligentes para escoger bien.
Y de remate está el problema señalado: con un límite de dos mandatos, el más frecuente con mucho, durante la mitad de su periodo de poder el gobernante está de hecho fuera de control; el pueblo no puede controlarle con su voto, y su partido no puede controlarle mediante la amenaza de escoger otro candidato. Ese peligro me parece mucho más real y más serio que el de encumbrar a un Cayo Mario (y por otra parte cuando la crisis era seria los romanos se pasaban sus propias normas por el forro de la toga y reelegían a Mario las veces que hiciera falta).
alatriste: es también por desconfianza a la mayoría que se separaron los poderes.
¿Y si los ministros fuesen los mejores candidatos al Consejo General del Poder Judicial o al Tribunal Constitucional? ¿Por qué no dejar que el pueblo acumule en un solo grupo —por qué no, en un solo hombre— todo el poder, toda la responsabilidad?
Yo soy favorable a limitar el poder, separándolo en distintos órganos, en distintos periodos y modos de elección, en distintos niveles territoriales.
La limitación de mandatos no me parece aberrante: separas también a las personas.
Otra cosa es que sea una mala idea porque ahoga también la ambición del mandatario que está en su último mandato y, de este modo, su conexión con el puebo y la consiguiente responsabilidad.
Y quizá la balanza se incline más hacia el otro lado por estas razones prácticas. Pero por razones de principio, de libertad de los ciudadanos y de los candidatos, no creo precisamente que debamos optar por los mandatos ilimitados.
Desde la Fundacion Alternativas se allana el camino para que Rodríguez Zapatero pueda estar más de dos legislaturas como Presidente, además de las que ha estado como diputado. ¿Que mejor altavoz que El País para semejante propósito? En Público sería demasiado descarado y además no lo lee nadie.
Rodríguez Zapatero es, precisamente, uno de los ejemplos más claros de cómo la búsqueda del poder por el poder corrompe a los políticos. ¿Alguien le conoce un posicionamiento politico que no esté dispuesto a cambiar en función de sus intereses particulares?
Si la alternativa es Rajoy... al menos que no duren mucho.
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