jueves, noviembre 27, 2008

De cierres y éxodos

Los que sufren mis peroratas por Lorem Ipsum ya lo habéis oido, pero esta bitácora va a morir pronto. Tras años de servicio a la patria y el mundo a través de blogger, Egócrata, el hombre, el mito, cuelga el teclado y el ratón. Materias Grises echa el cierre.

La desaparición de Egócrata de la blogosfera, sin embargo, no es necesariamente mala o definitiva. A partir de mañana o pasado (según lo glorioso que sea el pavo de acción de gracias) Roger Senserrich, el listillo detrás del pseudónimo, resucitará la muy gloriosa cabecera bitacoril en un un sitio más grande, más luminoso, más ilustrado y con -espero- mucho más tráfico: Materias Grises, esta vez en Lorem Ipsum.

Me reuniré ahí con un grupo de gente que cito constantemente (Citoyen, Kantor...) en una página llena de artículos interesantísimos, análisis detallados, reflexiones profundas y glorioso liderazgo intelectual. Juan Antolín, ese faro de occidente, ese genio ilustrado, ha tenido la probablemente desastrosa idea de creerse que sé de lo que hablo, así que ha tenido a bien de invitarme al chiringuito que tienen por ahí montado.

La verdad, si me traslado es por tres motivos. El primero, Lorem Ipsum es realmente un proyecto magnífico que se echaba de menos en España. La página está llena de artículos excelentes, que son un placer de leer incluso cuando no estás de acuerdo con ellos. El último artículo de Kantor, sin ir más lejos, es de esos que me gustaría haber escrito a mí, y que debería generar infinitos debates. Si estoy por ahí, a lo mejor se me contagia eso de tener ideas.

Segundo, el pobre Juan Antolín me ha dicho que puedo escribir de lo que quiera. Esto significa que podré seguir advirtiendo al mundo de la amenaza del FLGJ, el inminente apocalipsis zombie, el ataque de los robots asesinos y el retorno del Gran Cthulu en un sitio con mayor audiencia. Y tercero, y más importante, Lorem Ipsum tiene más visitas que este rinconcito de internet. Dado que estoy en esto básicamente para hacerme famoso, no tengo más remedio que trasladarme.

En fin, amigos, actualicen sus marcadores y favoritos. Nos cambiamos de dirección. Espero que dentro de unos días incluso podamos importar los artículos que tenemos aquí a la nueva bitácora, si Wordpress de decide a colaborar.

miércoles, noviembre 26, 2008

¡El Dr. Doom habla!

Nouriel Roubini, alias Dr. Doom, es un economista y pesimista patológico que lleva años prediciendo los peores desastres y acertando una y otra vez. Todo lo ve negro, y resulta que hasta ahora ha estado en lo cierto.

Al bueno de Roubini lo entrevistan en Newsweek estos días, y sus predicciones son estupendas como de costumbre; el fin del mundo está cerca, etcétera, arrepentíos pecadores. Dejando la deprimente futurología, Roubini da su opinión sobre el equipo económico que ha elegido Obama, y cree que son elecciones excelentes. No sé si eso es demasiado relevante, pero al menos parece que no soy el único que ve los nombramientos hasta ahora con buenos ojos.

Echad un vistazo a la entrevista.

martes, noviembre 25, 2008

Esencias conservadoras

Siguiendo con partidos y discusiones, el Partido Popular parece estar sufriendo esa extraña condena que los partidos con ex-presidentes del gobierno jóvenes parecen tener que soportar. Jose María Aznar salía ayer hablando de ideas y haciendo la pelota a Esperanza Aguirre en el momento más inoportuno. El país anda en una crisis económica espantosa, y la gente del PP parece más preocupada de discutir sobre cual debe ser la verdadera esencia del partido a hablar del planeta tierra.

Eso no implica que Aznar no tenga algo de razón, de todos modos. Con la economía en recesión y el gobierno dando mensajes bien poco claros (nota para Moncloa: si se quiere aumentar el presupuesto de la ley de dependencia, llamadle "estímulo fiscal". Uno, por que los es. Dos, así parecéis competentes), el PP no debería tener problemas demasiado serios para ganar terreno claramente en las encuestas si fuera capaz de explicarse remotamente bien. La verdad, no hace falta que sea un plan demasiado "serio" en el sentido de detalle; de hecho, no hace falta ni siquiera que sea demasiado conservador. Lo único que tienen que hacer es hablar de economía con fuerza, constantemente, y con un mensaje consistente.

Y aquí es probablemente donde Aznar se equivoca; no estoy seguro que cualquier mensaje valga. Ponerse a repetir los mantras que neoconservadores clásicos (menos impuestos, más mercado, valores tradicionales) es emitir un mensaje coherente, pero no creo que sea demasiado sólido. En un mundo en que el partido republicano ha despeñado la economía del planeta repitiendo esos mantras de forma insistente, pasearse por España diciendo que tenemos que volver a eso no es exáctamente una buena idea. Es cierto que es necesario liberalizar y reformar algunos sectores cruciales de la economía española (empezando por las universidades) y simplificar otros (administración de justicia), pero no creo que los votantes estén para esos matices; el PP tienen que cambiar su retórica si quiere llegar lejos.

La derecha española tiene una oportunidad única de redefinir el discurso. Lo que es bastante discutible es que uno pueda redefinir apelando a un mensaje que todo el mundo está deslegitimando con fuerza. Harían bien de mirar a Cameron y los conservadores británicos para ver como uno puede seguir siendo conservador, pero con un lenguaje y temas adaptados a este siglo.

lunes, noviembre 24, 2008

Partidos a la francesa

Es una de esas cosas que repetimos por aquí a menudo, pero nada sale gratís. Ni en economía (que le pregunten al contribuyente americano, que lleva todo este otoño salvando bancos en crisis), ni en política. Como es costumbre en Francia, el partido socialista se ha pasado las últimas dos semanas a tortazos, disfrutando el estupendo y placentero sistema de primarias electorales.

Es tarde, tengo sueño y parece que Citigroup está a punto de estirar la pata (hablando de contribuyentes americanos gastando dinero, me toca otra vez pasar por caja), así que me remitiré a un viejo artículo sobre selección de líderes en partidos políticos como punto de partida. Básicamente, el PSF está intentando aplicar un sistema que parece justo en teoría, pero que es muy torpe en la práctica cuando se aplica en un partido europeo.

Las primarias funcionan -de hecho, son básicamente imprescindibles- en partidos muy poco estructurados como los partidos americanos. Los partidos aquí son más un paraguas ideológico que un grupo organizado al estilo europeo; simplificando un poco, son una coalición de individuos con ambiciones individuales con ideas políticas vágamente parecidas entre sí. Dependiendo de la región y la zona veremos sub-partidos más estructurados y organizados (en las ciudades, los partidos son burocracias que harían a Pepe Blanco llorar de alegría), pero a escala nacional son una confederación de ambiciones. Las primarias en Estados Unidos no están resolviendo una disputa entre grupos organizados; estos básicamente no existen.

Los partidos políticos franceses son, dentro de lo que cabe, lo más parecido al desorden individualista que vemos en Estados Unidos que podemos encontrar en Europa. Son organizaciones relativamente débiles y personalistas, con una militancia no demasiado numerosa (incluso comparados con España). Aún así, son partidos políticos relativamente ordenados que viven bajo una ley electoral espantosa; tienen una estructura, organización, militantes y facciones, y son un agregado más rico y profundo que los atomizados partidos americanos. Una tendencia o corriente en un partido francés acostumbra a ser un chiringuito de adoración al líder de esa facción, sí, pero es también un grupo de gente que le apoya en la organización, no sólo que le votan cuando toca.

¿Qué quiero decir con esto? Que un sistema de primarias directo en el que el ganador se lleva todo no es necesariamente una buena idea. Es el equivalente político a que después de unas elecciones generales todos los que han votado al partido perdedor tuvieran que dar todos sus bienes a los ganadores; la facción perdedora tiene una base de poder real (son alcaldes respetados, diputados con experiencia, presidentes y consejeros autonómicos que trabajan duro, secretarios de agrupación y concejales que conocen su distrito y ganan apoyos), y es básicamente absurdo pensar que van a callar y obedecer sin rechistar siempre.

En el PP, sin ir más lejos, Esperanza Aguirre no puede dejar de ser presidenta autonómica o dejar de aplicar el programa que la llevó a su cargo; si contradice a Rajoy a ella le trae al pairo. Sus jefes son los votantes, no la dirección del partido. Si el partido hubiera tenido primarias y Rajoy hubiera vencido a Aguirre, la presidenta n puede dejar de hacer su trabajo en la comunidad, y este puede contradecir a Rajoy. Del mismo modo si Borrell tras ganar las primarias estaba trabajando y diciendo cosas que contradecían o hacían imposible el trabajo del aparato regional (menos descentralización, cabreando al PSC; trasvases, cabreando a los aragoneses) no es esperable que los militantes y líderes del resto del partido se lobotomicen para complacerle.

¿Es el sistema de primarias un imposible en partidos organizados? No del todo, pero tiene problemas muy graves. Si no se utiliza más a menudo es básicamente porque no da una ventaja competitiva sólida al partido en las urnas; no hay demasiados partidos europeos que tomen el riesgo de divisiones que conlleva.

Por supuesto, el PSF siendo lo que es, ni se han esperado en que emerjan contradicciones y conflictos para empezar a liarse de tortas post-primarias. Royal, ya va camino de los tribunales. La clase política francesa es, como de costumbre, autista, tozuda, opaca, malcriada y encantadora.

viernes, noviembre 21, 2008

¿Crédito? ¿Dónde?

Parece que el pánico vuelve a los mercados, esta vez porque no hay ni una sola buena noticia en todo el país, Citi parece ir camino del matadero, la industria automobilística se ahoga en su propia estupidez, y en fin, que estamos jodidos y el gobierno federal está en manos de becarios precarios con fecha de caducidad.

Qué no hace falta excusas. Todo va de pena. Todo Dios está tan seguro que la economía va de cabeza hacia la madre de todas las recesiones que lo único que hacen es dar dinero al gobierno, a pesar que el tipo de interés que dan estos días es literalmente 0,02%. Estamos de nuevo como estábamos a principios de octubre, sólo que 250.000 millones de dólares más pobres "rescatando" bancos".

La verdad, no estoy demasiado seguro que el pánico actual sea del todo racional estos días. Tengo la sospecha (y esto tiene bastante de wishfull thinking) que los mercados están aterrados ante el vacio de poder que Estados Unidos tiene entre administraciones. Nadie sabe nada, nadie se atreve a hacer nada, y nadie se fía de nada de lo que hace un gobierno federal que cambiará de color en dos meses. La larga transición americana está creando muchísima incertidumbre, y parece obvio que los mercados no están llevando el ataque de cagarrinas bien.

Eso, del lado del mercado financiero. En la economía "real", Estados Unidos está despidiendo medio millón de trabajadores a la semana. La recesión será de caballo. No Zimbabwe y sus varios cuatrillones por ciento de inflación anual (sin exagerar: los precios se duplican cada 22 horas), pero durilla.

Lo más patético de toda esta historia es que si la regulación de los mercados financieros americanos no hubiera sido el desastre épico que ha resultado ser, tendríamos una recesión normalita, no una catástrofe en potencia. El resto del mundo no es que hiciera un trabajo estelar regulando bancos en todas partes (preguntad por Islandia), pero el infierno de CDS, instrumentos raros y espantosa indiferencia ante la inutilidad de las agencias de calificación son culpa de un sólo país.

Y sí, estoy de mala leche.

Actualización: Paul Krugman habla también de los efectos perniciosos de la larguísima transición entre administraciones, y su paralelismo con 1932-33. Aunque la verdad, parece que el mercado de crédito está menos mal de lo que parece; el plan Paulson parece haber hecho algo bien. 

jueves, noviembre 20, 2008

Gráficas para poneros de buen humor

Una comparativa de cuatro masacres bursátiles y su efecto en bolsa, alineando el día de inicio de la crisis para comparar su velocidad:


1929 utiliza el DOW, los otros dos el S&P500. Y sí, ya sé que es una comparación que bien puede ser espúrea. De momento, el mercado ha caído más que en 1973 y en el 2002, y ha "adelantado" la velocidad de caida de 1929. ¿No es maravilloso? Para variar, Roubini tendrá razón. El maldito.

(vía Calculated Risk)

Ahora si que toca miedo: deflación

No estamos aún en esas, pero el hecho que los precios hayan bajado este mes pasado con ciertas ganas en Estados Unidos (si, ya sé, el descenso en la inflación subyacente ha sido menor) es de esas cosas que deberían dar escalofríos a cualquier persona seria.

¿Por qué? Bueno, si eres Austríaco no (con esos discutimos luego; su linea argumental dice que esto es estupendo), pero si no lo eres esto es de las cosas que dan miedo. La deflación es una cosa muy, muy seria; una trampa de la que es difícil salir. Es relativamente sencillo "romper" un ciclo inflacionario (subes los tipos, provocas una recesión y punto), pero acabar con una espiral deflacionaria es bastante más complicado.

Cuando uno se mete en una trampa de liquidez, los agentes se dan cuenta de una cosa: la mejor inversión es no gastar. Si pongo el dinero en una hucha cerdito y los precios están bajando, soy cada vez más rico; mi moneda cada vez compra más. Los bancos no dan créditos a nadie (¿para qué? Ponerlo en una caja fuerte es una inversión de riesgo cero), los consumidores no gastan, la demanda agregada cae y la recesión empeora aún más. No importa que vengas de un exceso de crédito y que todo el mundo esté endeudado; si de repente nadie tiene incentivos para gastar, el morrazo de la economía es de impresión.

En teoría, salir de este ciclo debería ser sencillo; el banco central de turno imprime dinero, dice en voz alta que va a crear inflación, e inunda el mercado de monedas, mientras el gobierno gasta como un poseso tratando de recalentar la economía tanto como puede.

A la práctica, no es tan sencillo. Si el gobierno de digamos Bolivia o Burundi prometen crear inflación, los mercados se los creen. No son gente con reputación estelar de gestión equilibrada, así que todo el mundo sabe de sobra que no sólo pueden estrellar el país, sino que lo han hecho ya varias veces. Sin embargo, esto no acaba de funcionar si eres Japón o Estados Unidos; los agentes mirarán al banco central, y se dirán a si mismos "sí, imprimirán moneda, pero a la que haya inflación echaran el freno otra vez. No me lo creo". Por mucha moneda que impriman, los mercados anticipan el conservadurismo futuro y tenemos la situación de Japón en los noventa, en que la política monetaria no funciona en absoluto.

¿Qué podemos hacer si hay una trampa deflacionaria? En palabras de Krugman, el gobierno en cuestión tiene que hacer el equivalente a una promesa creíble sobre su irresponsabilidad futura. Sea un plan de gasto absolutamente gigantesco, sea una promesa de no tocar los tipos de interés en X años, pase lo que pase, las autoridades tienen que meter en el cuerpo de todos los implicados el terror a la moneda menguante. Eso, y confiar que te crean. Y si no lo hacen, ser aún más cafre.

Antes que los gobiernos del mundo que me están leyendo corran a proclamar que van a destruir su moneda gritando desde un balcón con una camisa de fuerza, una nota: no estoy seguro que la deflación sea un problema real. Puede que los precios estos días sean un artefacto estadístico. Aún así, las cosas no pintan nada bien; vamos a ver políticas que hace tres años te hubieran mandado al frenopático. Dias interesantes, sin duda.

miércoles, noviembre 19, 2008

¿Dónde ha ido el estímulo?

El gobierno español se ha tomado la política de estímulo fiscal en serio, y parece que el déficit fiscal será más de un 3% del PIB. Esto no tiene nada de malo; la deuda pública española se ha reducido mucho en los últimos años, y hay margen de sobras para sacar la tarjeta de crédito unos añitos.

Mi pregunta es, ¿dónde ha ido todo este estímulo? ¿Todo en rebajas fiscales? ¿Ayudas a las hipotecas? ¿Créditos a empresas? ¿Estabilizadores automáticos, como la ley de dependencia o subsidios de paro? El gobierno, para variar, no me lo ha explicado con demasiado talento.

La pregunta ahora no es si habrá recesión -duh- sino si durará meses o años. La OCDE da una predicción realmente catastrofista estos días; el gobierno no haría mal en prestarle atención. La lista de recomendaciones que ofrecen es la de siempre (flexibilizar el empleo, mejorar el sistema educativo, hacer el gasto público más efectivo, más competencia en muchos sectores), y la verdad, son las correctas. Algunas novedades relativas en el informe (eliminar las deducciones por compra de vivienda, parar de construir viviendas de protección oficial, una auténtica estupidez) son igualmente importantes.

No estaría mal que el gobierno se despertara y, la verdad, pasara leyes. Haced algo, por Dios. Ya sé que el PP está muy ocupado mirando la pared y buscando el alma de Navarra, pero es hora de ser hiperactivos y aprobar reformas. Es imprescindible, de hecho.

Por cierto, añadir a lo de arriba reformar las universidades. Con el desastre actual, uno no puede parir una economía moderna. Por favor.

martes, noviembre 18, 2008

ETA: seguimos siendo irrelevantes

Ya sé que es de mala educación presumir que has acertado, pero me parece que El País tiene un buen resumen de la situación de ETA estos días: de mal en peor. ETA estaba derrotada antes de la tregua, estaba derrotada durante la tregua, y está derrotada ahora. El Estado ahora mismo es un elefante esperando que una mosca se canse de tratar de destruirle con su imponentes embestidas.

Si algo de bueno tiene que la economía vaya mal es que el PP ya no le da importancia a estos idiotas. Por cierto, ¿os imagináis qué hubiera pasado si el PP hubiera dedicado todas esas horas de diatribas sobre ETA a hablar de economía? Qué credibilidad tendría Rajoy. Qué poderio. El gobierno estaría bajo presión, aplicando reformas estructurales y discutiendo de igual a igual con un partido orgulloso de su competencia económica.

Sí, ya sé. Soy un iluso.

lunes, noviembre 17, 2008

La cumbre del G-20

Uno de los mayores terrores del columnista medio es que los políticos empiecen a hacer las cosas que has defendido en el pasado. No porque me hagan caso a mí en especial (no creo que me lean en Moncloa, y la verdad, aún no he extendido mi poder hasta la Casa Blanca), sino porque ahora el mundo podrá ver claramente que no tengo idea de lo que hablo.

Pedía estímulo fiscal y gasto público, los países del G-20 se han comprometido hacer eso. Más regulación, eso dicen que harán. Evitar las tentaciones proteccionistas y rebajar aranceles, ahí están también. Más transparencia, ahí están. Si el mundo se va al carajo, no tendré excusas; yo no lo hubiera hecho mejor.

Esto no implica, sin embargo, que esos principios se implementen bien. Como en todas la reformas, no es sólo cuestión de tener la idea correcta, es aplicarla como Dios manda. Si Zapatero decide aplicar el compromiso de estímulo fiscal construyendo la Gran Pirámide de Alpedrete, por ejemplo, podemos decir que sí, las constructoras están haciendo algo, pero no es que nos beneficiemos demasiado. Si por regulación hacen tonterías (prohibir vender acciones en corto o obligar a los intermediarios en bolsa a aullar como un licántropo cada cobran una comisión) el efecto de la reforma es nulo. Lo mismo referido a los aranceles; es relativamente fácil tener aranceles cero y seguir siendo un proteccionista horrendo a base de regulación creativa ("límites en el nivel de oxígeno en la composición del juguete"). La transparencia siempre puede ser ficticia, si se obliga a los bancos a revelar datos que no dicen nada relevante.

Por descontado, la cumbre ha sido corta, ha parido principios, pero nada en concreto. Bretton Woods II tiene que esperar hasta abril. Con la que ha caído en los últimos seis meses, Dios sabe qué aspecto tendrá el mundo en primavera. El mundo está dando a los gobiernos el incentivo correcto para que se den prisa en aplicar reformas; falta por saber, sin embargo, si serán reformas "amigables" (que no perjudican a tus vecinos) o no lo son (estilo devaluaciones competitivas o restricciones exóticas estilo corralito).

Difícil, difícil. Veremos.

sábado, noviembre 15, 2008

GM y la quiebra

Para los que están siguiendo la saga de General Motors, Chrysler y Ford y su imparable marcha hacia el abismo de la bancarrota, un -excelente- artículo de Jonathan Cohn sobre el tema. Mi primera idea cuando se empezó a hablar de rescatar a las tres grandes fue que era mejor dejarlas caer en bancarrota y que el mercado rescate lo que pueda.

Parece, sin embargo, que GM y compañía de hecho son en cierto sentido otra víctima de daños colaterales del desastre de Wall Street; las tres empresas se han gastado una cantidad de dinero tremenda reestructurando y reformando sus estructuras, dejándose un buen puñado de reservas en ello y necesitando financiación para hacer estos cambios. Evidentemente, ahora nadie en Wall Street está para finaciar nada (están muy ocupados gruñendo en plan zombi y/o dando vueltas lentamente mientras se acercan al fondo del retrete), así que todos esos planes se han ido a la mierda: están en los libros, están siendo implementados... y la empresa de repente no tiene un duro porque no circula nada.

La verdad, no sé hasta que punto está en lo cierto (y estoy leyendo y repasando más cosas para ver si me lo creo o no), pero es un muy buen artículo. Quizás un rescate tenga sentido, más allá del ser algo conveniente políticamente. Las reestructuraciones, por cierto, siguen siendo una pérdida de capacidad adquisitiva y protección de los trabajadores, tristemente, pero ya se sabe.

El patrón oro en tres lineas

[Gold] gets dug out of the ground in Africa, or someplace. Then we melt it down, dig another hole, bury it again and pay people to stand around guarding it. It has no utility. Anyone watching from Mars would be scratching their head.

viernes, noviembre 14, 2008

Temblad, malditos

Citi está con el agua al cuello

Y sí, es el banco más grande de Estados Unidos. Cielos.

La máquina del juicio final

Excelente artículo en Portfolio explicando desde dentro el desastre épico de Wall Street estos meses. No tiene desperdicio. Leedlo, anda. No es que se equivocaran. Eran idiotas.

Curiosamente, cuando empecé a seguir esto el año pasado, uno de mis primeros comentarios es que parte del problema es que nadie entendía que cojones estaban haciendo. Parece que no andaba tan mal encaminado.

jueves, noviembre 13, 2008

Pregunta económica

He leído o escuchado en alguna parte que si una empresa es demasiado grande para correr el riesgo de irse a la bancarrota, el problema no es que la empresa va a quebrar, el problema es que es demasiado grande.

¿De dónde he sacado esto? Es una generalización que me rondaba por la cabeza al hablar de GM y Ford en Barras y Estrellas, pero no recuerdo de dónde la he sacado. Y sí, no siempre se cumple. Pero eso es para otro día.

Haciendo amigos con los austríacos

Uno puede medir de forma objetiva el grado y la profundidad de una crisis económica sólo con seguir el nivel de originalidad medio en las opiniones de los economistas.

Si un profesor de universidad dice que las cosas van mal y sólo sugiere bajar tipos de interés y pasar alguna reformilla estructural, no es cuestión de preocuparse demasiado. Si habla de apretar el acelerador con ganas y crear déficit público con entusiasmo, empezad a sudar. Cuando algunos sugieren que lo mejor que se puede hacer para evitar despidos es crear inflación monetaria pura a espuertas, es hora de salir corriendo y lanzarse a las trincheras.

Y oye, la idea es menos absurda de lo que parece. No diré que es necesariamente correcta (tengo la vaga esperanza que Rallo me tomará en serio algún día), pero la lógica no es del todo estúpida. La idea es que las empresas pueden hacerse solventes despidiendo gente o reduciendo salarios; como lo segundo es inaceptable si se hace directamente, la Reserva Federal puede hacerlo haciendo que cada dólar compre menos. Una devaluación competitiva, vamos.

La idea es de hecho menos original de lo que parece, y tendría unos efectos secundarios fuera de Estados Unidos nada bonitos. Aún así, cuando empiezas a ver estas cosas en las discusiones, es que hay nervios. Muchos nervios.

Volviendo al planeta tierra, comparto algunas de las preocupaciones de Rallo respecto al rescate bancario, cosa que se me hace un tanto extraña. El plan Paulson, según se aplica ahora (el gobierno federal aporta capital a los bancos, pero sin ser accionista "de primera"; tiene dinero en el negocio, pero no voto) tiene un riesgo ciertamente severo de degenerar en una repetición del Japón de los noventa: el ataque de los bancos zombie. Los bancos tienen dinero y no van a quebrar gracias a las garantías del estado, pero no tienen la más mínima intención de correr ningún riesgo.

¿Por qué? Los bancos piensan lo siguiente: la economía es un desastre, es difícil sacar beneficios y papá estado se enfada si pierdo dinero de los contribuyentes. Por añadido, si gano dinero, será poco y mal, y si lo hago demasiado bien el estado me dejará de nuevo sólo. Con lo bien que estoy calentito sin hacer nada, oiga. Que dé los préstamos otro.

Gordon Brown y otros políticos européos igualmente entusiastas han solucionado este problema de forma sencilla: ya que os hemos nacionalizado, ahora haréis lo que decimos. El estado no es un banquero demasiado bueno, pero es infinitamente mejor banquero que un banco zombie; los prestamos serán malos o buenos, pero al menos reparte crédito, que es lo que economía real no está viendo ahora.

Las recetas de Rallo son igualmente creativas tratando de evitar el malvado banquero zombie, pero son un poco cafres en el corto plazo. Si estoy leyendo bien, se pueden resumir en "pegarle fuego a la economía, ajustar rápido y fuerte, y empezar de cero pasado mañana"; para después volver al patrón oro.

No discutiré otra vez por qué el patrón oro es mala idea (lo es), pero lo de reducir el gasto público ahora mismo es lo peor que se puede hacer. Y no, no me creo que la reducción de impuestos paralela evite que la demanda agregada disminuya. El problema ahora mismo no es una falta de ahorro, es una falta de consumo. Los bancos puede que estén en problemas porque están cortos de capital, pero ese capital lo puede aportar el estado (es lo que está haciendo); pero la economía real ahora mismo está entrando en barrena porque no hay nadie comprando nada. Esto viene en parte por el derrumbe del mercado de crédito (que de nuevo, el estado está intentando resucitar nacionalizando bancos), pero la recesión en la economía real se hace dolorosa cuando esta falta de dinero circulando empieza a reforzarse a si misma.

A saber: yo no me compro un coche porque no puedo conseguir un crédito, GM no pide más piezas porque no vende coches, los bancos no dan un crédito a GM para producir coches más eficientes porque no están vendiendo, GM despide trabajadores, que compran menos muebles porque ya no tienen ni crédito ni trabajo, etcétera, etcétera. Los bancos no volverán de entre los muertos, aún con entusiastas patadas de sus propietarios los ministros de economía, si no pueden ganar dinero; y si la economía real se mete en una recesión espantosa, no pueden ganar dinero.

Rallo está más o menos en lo cierto que no se puede salir de este agujero a base de política monetaria; los bancos centrales están regalando dinero a los bancos y estos siguen sin hacer nada (¿Para qué? ¡nadie quiere invertir en esta economía!). Uno siempre puede ser cafre y hacer lo que sugería el tipo de arriba (si los bancos no quieren prestar ese dinero, ¡le pegamos fuego! ¡inflación!), pero una solución menos absurdista y arriesgada es básicamente hacer que el "consumidor de último recurso" de la economía entre en acción: el estado.

Déficit público, gasto público, y aprovechar que los bancos no saben qué hacer con el dinero y sólo se fían de los gobiernos estos días. El sobregasto no tiene por qué generar inflación (a fin de cuentas, no hay nadie más gastando), y si el estado ha hecho los deberes y tiene un nivel de deuda pública controlable (algo que Estados Unidos y ¡España! tienen) no tendrá un coste demasiado oneroso a medio plazo. De hecho, es lo que la administración Obama pretende hacer en enero. Será hora de cruzar los dedos, rezar para que la economía reaccione lo suficiente como para que los bancos presten dinero de nuevo, y el mecanismo empiece a funcionar.

Si no lo hace... bueno, tenemos la crisis de Japón en los noventa a escala planetaria, y entonces sí que hay que plantearse meter inflación o declarar la guerra a Marte, o alguna otra solución original. En teoría una banca parcialmente nacionalizada y no-zombie no debería quedarse sin hacer nada, pero la teoría ha estado equivocada en ocasiones anteriores.

Rallo dice que el rescate del sistema financiero es imprescindible visto desde la teoría, pero que la incompentencia del estado (y creedme, en esto el estado no es un virtuoso) lo hace poco recomendable en la práctica. Mi postura es ligeramente distinta: el plan tiene sentido en teoría, pero las consecuencias de no aplicarlo son tan nefastas que es mejor hacer algo mal que no hacer nada. Mejor un banquero borracho, estúpido y populachero que tira dinero a la basura que un zombie, creo yo. Yo prefiero una recesión suavecita y más ineficiente destruyendo malas ideas, Rallo prefiere correr el riesgo de algo más serio que se lleve por delante algunas buenas.

Y sí, sartén, fuego, etcétera. La economía es divertida.

martes, noviembre 11, 2008

Noventa años

Hoy hace noventa años del final de la Primera Guerra Mundial. A las 11 del día once del mes 11 entró en vigor el armisticio que ponía fin a la guerra. En los dos años siguientes, el peor grupo de líderes posible firme el peor tratado de paz que uno podía imaginarse, y básicamente sentaron las bases para la inmensa mayoría de conflictos de los noventa años siguientes. Cerraron en falso Oriente Medio, los Balcanes, Alemania, las relaciones con la Unión Soviética y prácticamente cualquier cosa en que pusieron las manos.

No es que tuvieran un trabajo sencillo, ciertamente (supongo que es difícil olvidar nueve millones de cadáveres), pero el alegre abandono del realismo al tomar decisiones no ayudó en absoluto.

Noventa años. Cuando un político comete un error grave, sus decisiones pueden retumbar durante años. No estaría mal que cuando intenten redifinir el sistema financiero en los próximos meses no vayan con prisas y se tomen las cosas en serio.

domingo, noviembre 09, 2008

Entendiendo la movilidad social

Naiuru comenta, citando a Norberg, que la movilidad social en Estados Unidos es enorme. Los datos que cita son básicamente convicentes, pero esencialmente estúpidos, ya que no están midiendo movilidad social en absoluto.

La idea en los datos de Norberg es que la probabilidad que alguien que está en la quintila inferior hoy esté en la misma quintila en 10 ó 20 años es muy baja, ergo, la movilidad social es enorme. El problema es que que esto no es un tributo al hecho que si trabajas duro prosperas en Estados Unidos, es de hecho la historia vital de los ciudadados de cualquier país razonable.

Cuando empiezas tu carrera profesional eres un piltrafilla patético y triste. No tienes experiencia, no sabes hacer nada, y no te quieren más que para hacer de becario precario, servir cafés y como mucho ser un triste milerurista haciendo trabajos poco repetitivos. Con los años, sin embargo, empiezas a trepar; sabes más cosas, tienes experiencia y tienes un historial que demuestra que no te ahogas en un vaso de agua, así que poco que hagas tu sueldo aumentará, a no ser que seas un idiota extraordinario. Dicho en otras palabras, en el 20% más pobre de la población hay muchísima gente que no es realmente pobre; sencillamente, o está en la universidad o acaba de empezar a trabajar, cobrando poco a pesar de ser el hijo del jefe.

El problema en Estados Unidos no es la movilidad social individual; la mayoría de población tiende a ir hacia arriba siempre. El problema es la movilidad intergeneracional, que es la que realmente cuenta: en qué medida el nivel de ingresos de tus padres determina el nivel social que tendrán lo hijos. Dicho de otro modo, la igualdad de oportunidades en términos reales; saber si la probabilidad que un niño pobre llegue a millonario es la misma (o razonablemente parecida) a la del hijo de una familia acomodada.

¿Cómo puntua Estados Unidos en este aspecto? Básicamente fatal. Veamos:


No, la movilidad social en Estados Unidos no es elevada. Es de hecho patéticamente baja; muchísimo peor que la Española. Las causas son muchas y variadas, y van desde el sistema educativo y estado de bienestar al espantoso (y creciente) nivel de desigualdad de renta en la sociedad americana. Lo que parece obvio es que eso de la "tierra de las oportunidades" es realmente un mito.

viernes, noviembre 07, 2008

Políticos en crisis

Por GS lo comentan a menudo, y tienen toda la razón del mundo: un gobierno no tiene por qué perder (demasiados) apoyos en una crisis económica si es capaz de explicarse bien.

El gobierno de Zapatero no es que esté lleno de Pericles y Cicerón, pero al menos parece haber aprendido algo, y de momento es capaz de mantenerse a flote (más o menos) en las encuestas. Sirve que van aprobando medidas, hablan con fuerza que el trabajo del gobierno es amortiguar la caida a los perdores (y tirar al río a los listillos con inmobiliaria; los bancos no pueden quebrar, por eso) y están dispuestos a admitir que las cosas van mal y que es hora de apretar los dientes. Sí, la inoperancia de la oposición ayuda (¿escisiones internas? ¿en serio? ¿cuando el país va de culo? ¡bravo!), pero están haciendo un trabajo aceptable.

Gordon Brown en el Reino Unido está haciendo un trabajo aún mejor. El país está aún peor que España (la mayoría de países de nuestro entorno lo están, por cierto), pero el tipo ha sido capaz de actuar con autoridad y liderazgo no sólo en casa sino fuera. El plan de rescate bancario británico ha sido modélico y ampliamente imitado (ahora falta que funcione) y su gobierno ha sido capaz de hablar de la crisis con claridad y firmeza. ¿Resultado? Están ganando elecciones.

Vale, la victoria es contra los nacionalistas escoceses, no contra el resucitado partido conservador de Cameron. Pero nadie daba un duro por los laboristas hace dos meses, y mira, parece que tienen algo de vidilla aún. Quizás eviten una paliza y todo.

Nota al margen: siento no escribir demasiado estos días. Las elecciones americanas me tienen obsesionado. Muy, muy obsesionado. Sigo escribiendo en Barras y Estrellas, vamos.

jueves, noviembre 06, 2008

Las elecciones americanas: primeras impresiones

No escribiré demasiado hoy; ayer dormí poco, hoy he trabajado hasta tarde y la verdad, estoy muerto. Aún así, me parece que vale la pena hacer una primera aproximación a los resultados de las elecciones americanas de ayer. Me centraré en dos o tres temas que me parecen cruciales, y que creo deberían guíar un poco la discusión sobre lo sucedido estos días.

Pero para saber más, mejor vayamos aquí, que estaremos más cómodos. Hala, a Barras y Estrellas.

martes, noviembre 04, 2008

Elecciones hoy

Para los que quieran sufrir mis obtrusas disquisiciones, pontificaciones, diatribas y catilinarias sobre las elecciones americanas esta noche, estaré por Barras y Estrellas y Twitter dando la vara.

Y sí, estoy horriblemente nervioso. Sé que Obama lo tiene ganado (tengo fe en la estadística), pero eso no quita que no esté muerto de miedo. Iré informando desde Connecticut esta noche.

lunes, noviembre 03, 2008

Jugando con hipotecas

El gobierno socialista anuncia un par de medidas bastante interesantes para hacer la pertinaz crisis algo más llevadera para la gente con hipotecas. A pesar de la maldita manía discriminatoria que siguen gastando los políticos españoles con su fetichismo por la vivienda de propiedad (¿la gente que alquila no se va al paro nunca?), las propuestas no son del todo malas.

La primera, y más relevante, es la ayuda para el pago de las hipotecas para gente que haya perdido su trabajo. Es una idea relativamente decente; un buen número de trabajadores no tienen la culpa que su empresa vaya mal y les eche, así que es hasta cierto punto justo que el estado les eche una mano cuando las cosas no van bien.

Lo que no es demasiado razonable es el límite al precio de la hipoteca de 170.000 euros; es algo que tiene sentido en Soria o Palencia, pero no en Madrid o Barcelona, donde este límite no cubre a nadie. Entiendo que no quieran ayudar a gente con casas enormes, pero al menos podrían haber ajustado el límite según el precio medio por provincia.

La otra idea es un cambio agradable, aunque ligeramente irrelevante. Las deducciones por vivienda siguen siendo una mala idea, al fin y al cabo; hacerlas más sencillas es buena idea (el estado no tiene por qué recibir préstamos gratis de los contribuyentes, al fin y al cabo) pero no es un cambio demasiado relevante. Es un pequeño estímulo fiscal, pero nada del otro mundo.

Lo que parece claro es que España no está sóla en el barco de la recesión. En fin.