Menudo circo se ha montado con el Consejo Audiovisual de Cataluña y sus informes estos días, la verdad. El CAC es uno de esos raros ejemplos donde parece que la estupidez política ha quedado uniformemente repartida entre todos los implicados, que parecen tratar de ser tan poco razonables como sea posible para dar a todo el jolgorio una textura más que absurda.
De entrada, la actitud del individuo estudiado por el CAC no tiene disculpa posible. Se esté a favor o en contra del gobierno de Zapatero y el tripartito, las manifestaciones de Federico Jiménez Losantos recogidas en el informe son totalmente inexcusables. No lo son para un periodista, y tampoco lo son para alguien que está dando su opinión. Mentir diciendo que todos los no nacionalistas de Cataluña están amenazados de muerte (yo no lo estoy, para empezar), llamar asesinos o basura a miembros de un gobierno autonómico o tildarlos de imperialistas que quieren hacer de España su protectorado no es, bajo ningún concepto, algo justificable como información u análisis de la realidad. Es simple infamia e insulto, no uso de la libertad de expresión.
Ahora bien, eso no significa que el CAC o cualquier organismo político deba hablar de sancionar la emisora. Primero porque no es su trabajo, y segundo porque los tribunales están allí fuera para algo. Si lo que emite la Cope en La Mañana o La Linterna es o no una vulneración de los límites legales del derecho a la libertad de expresión (que no es ilimitado; no se puede vulnerar el honor o difamar sin hechos a otros, y así lo recoge la constitución) hay una fiscalía y unos tribunales encantados de encargarse del tema. Aunque lo que hace la Generalitat es probablemente legal, eso no significa que sea lógico que sean ellos los que decidan si hay o no delito, o hablen como tales. En todo caso deberían enviar el informe a los tribunales, y ver si la Cope está vulnerando o no los términos de su licencia, por un lado, y si está vulnerando los límites a la libertad de expresión regulados en la ley.
Es muy probable que un tribunal dijera que sí, César Vidal, Losantos y compañía difaman e injurian. También es muy probable que dijera que lo que emite una radio, aunque sea una sarta de estupideces, no es motivo para cerrarla, ya que lo que se cede es el espectro radioeléctrico, no una concesión para poder ejercer la libertad de expresión. Parece mentira que esté de acuerdo con la asociación de prensa de Madrid (yo, de acuerdo con periodistas. El horror), pero lo que dicen es correcto. Los gobiernos admnistran el espacio radioeléctrico, pero no son sus dueños.
6 comentarios:
"todos los no nacionalistas de Cataluña están amenazados de muerte" dice FJL.
Si Jimenez Losfascios considera que el PP-C es nacionalista catalán, tu seguro que lo eres y con carnet de Maulets, el "Floquet de Neu" era etarra y el sorteo de Navidad estaba amañado por los "nens de Sant Ildefons" que cobran el 3% de la Generalitat si cae el gordo en Catalunya... Tienes razón, el CAC no es nadie para decidir quien miente o difama, para algo existen la justicia y las cárceles...
Las frecuencias no pertenecen a las autonomías y son cedidas. En el marco legal español, las frecuencias son gratuitas, sin poderse comprar y vender, y las autonomías sólo administran el espacio disponible mediante licencias para que no haya un exceso de emisoras que haga imposible recibir una señal.
No están "cediendo" nada; son sólo guardias de tráfico.
Plas, Plas.
De verdad que me parece muy acertado todo lo que has dicho.
En un estado de derecho, hay prohibiciones que me huelen a totalitarismo.Detesto la línea que lleva la cope,pero detesto más aún que se les prohíba.Si deliquen, hay mecanismos de corrección .
Una pregunta por si alguien me puede contestar:
He mandado tres veces un comentario al artículo de oscar.En vez del comentario, salen números.Sabéis si eso se debe a censura, o es un fallo técnico.Mis comentarios no eran ofensivos.
Agradecería que alguien me lo aclarara.
Ni idea. A veces Blogger se empana de mala manera...
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