Por si el PP no estuviera diciendo bastantes estupideces, Zaplana añadía hoy otra, hablando de la "hoja de ruta del Consejo de Estado" para reformar estatutos. Su idea, supongo, es justificar su oposición a todo lo que se mueve invocando una institución de prestigio, aunque sea inventándose de mala manera lo que esta institución dice.
La "hoja" en cuestión es de hecho una disgresión de 15 páginas en un documento de 361 hojas del Consejo de Estado acerca de una posible reforma de la constitución. La propuesta inicial del gobierno, conocida desde hace tiempo y que a mi me parecía en general lógica, es analizada y se dan algunas ideas sobre cómo implementarla. Nada del otro mundo, un tocho jurídico como cualquier otro.
Donde se agarra el PP como clavo ardiendo es una pequeña sección que empieza en página 207. En él, se dice que los procedimientos de aprobación de una reforma de los estatutos son confusos, y que deberían retocarse si se cambia la constitución. Lo que no dice Zaplana, no obstante, es que lo que sugiere el Consejo de Estado es un mecanismo menos restrictivo que el actual que exija únicamente mayorías simples en congreso y senado, no absolutas. No dice por ningún lado que deba primero reformarse la constitución y después pasar a aprobar reformas, y en caso que lo dijera, eso haría pasar los nuevos estatutos más fácilmente.
Aparte de eso, el informe rebate algunas tonterías que el PP repite a menudo, como la recogida en la pregunta del referéndum. La rebaten citando, por cierto, exactamente la misma sentencia del constitucional que yo, y añaden unas cuantas más. La interpretación del principio de igualdad del artículo 14 de la constitución, señalan, no implica que una autonomía no pueda dar mejores servicios sociales y más derechos que otra, ya que eso equivaldría a forzar a todas las regiones a soportar lo que vote la más tacaña. Lo que implica es que cualquier administración no puede no tratar de forma igualitaria a los habitantes de su territorio.
De todos modos, lo interesante es ver como el PP se agarra desesperado a un informe que habla de cuatro cuestiones concretas y externas al estatuto catalán como justificante de todos sus gritos, citándolo mal aposta. Es una más de las razones vacuas del PP, como hablar del efecto jurídico perverso de "nación" en el preámbulo del estatuto sin haber explicado nunca cual será (nota al margen: ninguno), su cabreo por lo de los derechos históricos (esos que reconoce el estatuto valenciano del que tan orgullosos están) , y tantas otras.
La cuestión es decir no, gritar mucho, y si la realidad contradice mi opinión, es la realidad la que se equivoca.
9 comentarios:
Buenas noches, don Egócrata. Pásese por aquí. Creo que le va a interesar. Y ya crea que lo siento mucho.
Egócrata, me preocupas. To blog se está convirtiendo en un instrumento de contraoposición equivalente a los que estoy viendo en "Koba el temible".
Te voy a dar una pista. A los que hay que vigilar es a los que (des)gobiernan. Es lo que toca, y siempre ha sido así. Si tuvieras 50 años y fueras un enquistado diputado del PSOE lo entendería, pero creo que tienes la edad propicia para lo de "cuestionarse todo"
Los últimos golpes violentos dados en esta piel de Toro no vinieron de la manos de los desgobernantes sino de propagandistas que lanzaron a las masas españolas unas en contra de otras. Todas las sociedades se mantienen en una lucha de poderes, y el Estado sólo es uno de ellos, por ello no hay que perder tampoco de vista al gobierno del dinero, al de la construcción o a grupos legitimistas de diversas opciones, pues son Estados dentro del Estado. La ceguera de la gente sólo ayuda a los que gobiernan sus taifas en la sombra, preparando el próximo ataque.
Por otra parte Egócrata sólo defiende la línea en la que viene insistiendo tiempo atrás, sobre la arquitectura del estado, la participación política y su modelo de sociedad, y todo de forma argumentada, sin apoyarse en líderes carismáticos como otra gente hace. Y ole por él. Augie en cambio argumenta más a menudo con las vísceras.
Augie, a quien hay que vigilar es a la estupidez. Ultimamente, el PP tiene un exceso de esta.
La cuestión no es estar en contra de los que mandan, si no los que están equivocados o mienten. Hoy, era el PP.
Hoy he oído hablar de ti por primera vez y he venido a mirar. Con la venia, volveré.
Un saludo.
El PP defiende mal la igualdad, pero desde luego, no por eso, muchas personas de izquierdas dejaremos de defender la igualdad y la solidaridad entre territorios y personas.
A mi, personalmente, el PP no me marca la agenda.
Pues no se yo quien es el que se está agarrando en realidad a un clavo ardiendo a juzgar por el montón de votos que va tirando el PSOE día a día.
Parece mentira que el ideal liberal y toda su herencia de libertad, igualdad y fraternidad lo esté abanderando el PP. Porque hace falta tenerlos bien puestos para hacer lo que hace el PSOE: compadreo con los rancios ultraconservadores nacionalistas defensores del fuero y de la sociedad estamental (iguales en la diversidad ¿recuerdas?).
Sociedad estamental? mande? Cuando el PP habla en su reforma del estatuto de Valencia de 1714 y los derechos históricos?
Anda ya, por favor...
La mayor fortaleza que yo le veía al discurso político del PP era su coherencia: en todas partes decían lo mismo. Y esa coherencia, con independencia del contenido del discurso, es un valor en sí mismo.
Pero si encima empiezan a decir cosas distintas según la comunidad la gobiernen ellos no, no sé qué les va a quedar.
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