miércoles, diciembre 19, 2007

Lista de la compra de la derecha

Andamos a pocos meses de las elecciones, y parece que algunos periodistas de la derecha se sienten un poco ignorados. Supongo que deben estar bajo la impresión que el PP no sabe lo que dice, así que se han decidido a redactarle un programa.

Hablo evidentemente de El Mundo, y la especie de lista de la compra programática que han titulado (modestamente) 100 propuestas para proteger y fortalecer la democracia (CPPPYFLD, para abreviar). Evidentemente, qué haríamos nosotros los pobres mortales en España y parte del extranjero sin la guía de Pedrojota para salvar el mundo. Llevan 24 propuestas ya, así es cuestión de leerlas e iluminarnos.

Ignoremos, por un momento, la tremebunda arrogancia editorial que muestra un periódico (sí, esos que se supone informan) dando como editorial un programa político de CPPPYFLD. Lo cierto es que la auténtica lista de la compra de reformas tiene ya en sus primeras 24 entradas algunas chorradas de consideración.

Primero, la alegre diatriba acerca de la unidad de España, libertad de los españoles y todas esas alegres paranoias. La lista incluye, como de costumbre, una masiva reforma constitucional tratando de cerrar el estado autonómico a cal y canto. Todos iguales, todo bajo el mismo sistema, y el estado en medio, invulnerable y sin poder hacer ningún cambio. Antes que nada, buena suerte convenciendo a vascos y navarros que rebajen sus competencias (algo que el estado no puede hacer de forma unilateral, por cierto; incluso con una reforma constitucional); una igualación de todas las autonomías equivaldría a extender el sistema de cupo a todo el país.

A mí me parece estupendo (y forzaría a vascos y navarros a pagar lo que les toca de una puñetera vez), pero estoy bastante seguro que eso no es lo que pretenden con los CPPPYFLD.

Otra de las perlas es la propuesta de ley electoral. La idea recogida en las CPPPYFLD complicada, barroca y patéticamente absurda; la propuesta pretende de forma bien poco disimulada hacer que en el congreso haya dos partidos y medio, echando a los nacionalistas de cualquier relevancia. Lo patético es que insisten con el absurdo mito de la "sobrerrepresentación" de los nacionalistas, cuando de hecho los partidos que sacan más escaños de lo que les tocan son PP y PSOE.

El problema del Mundo es el clásico de la derecha: no entienden que en el sistema parlamentario uno gobierna cuando forma mayorías, no cuando gana elecciones. Tristemente, la derecha española está a un nivel que no puede aliarse con nadie (aunque ahora lloren), así que no parece dispuesta a consentir que otros puedan pactar.

Otro de los clásicos en cualquier lista de la compra de reformas es tratar de arreglar los partidos políticos. En eso, andamos en lo de siempre; los partidos no se organizan internamente de un modo u otro porque sean malvados, sino porque quieren ganar elecciones de forma eficiente. Se puede hablar de democracia interna (condición que por cierto ya está en la constitución) todo lo que se quiera, que si a los partidos les sale a cuenta ser una estructura disciplinada estricta, actuarán de ese modo.

Algo parecido ocurre con la financiación de los partidos; por mucho que se legisle sobre el tema, los partidos siguen incentivos, no leyes. Hacer los donativos privados totalmente transparentes no es una receta para evitar corrupción (de hecho, es probable que sea lo contrario), y dar subvenciones lo es todavía menos; por no decir que las tentaciones habituales seguirán sobre la mesa. Por añadido, no hay nada neutral en primar el dinero privado sobre el público como rezan las CPPPYFLD; la derecha sale obviamente beneficiada a largo plazo. En financiación de los partidos no hay soluciones sencillas ni mágicas; desde luego, el recurrir a trucos ya gastados y caducos no aporta nada.

Hablando tanto de corrupción, parece que el dar más poder y autosuficiencia al nivel de la administración pública más corrupto del estado (los municipios) es de traca. Más poder en todo menos en lo de las banderas, claro está. España se rompe y todo eso.

Evidentemente, no todo son malas ideas. Reformar el senado, retocar las comisiones de investigación, forzar a que los altos cargos comparezcan en el congreso antes de ser nombrados (para dar a la oposición la oportunidad de señalar los casos de patronazgo más descarados) y la reforma de la función pública (que es menos mala de lo que se dice, pero necesita cambios) no son ideas malas. Aún así demasiado a menudo El Mundo prefiere anteponer las tradicionales paranoias de la derecha o los grandes conceptos cien veces sobados a un estudio mínimamente racional de los problemas y soluciones.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Respecto a lo que dices del Estado autonómico, estoy de acuerdo en que cerrar el modelo de forma que sea inamovible es absurdo pero ¿no crees que se debería buscar alguna manera de acabar con los privilegios históricos (más que derechos históricos) de los ciudadanos de unas comunidades autónomas frente a los de otras?

Supongo que lo quieres decir es que El Mundo solo pretende atacar al PSOE con el tema y que no es una propuesta seria. No lo sé. Pero reconocerás que El Mundo, a pesar de su línea editorial, es más independiente respecto al PP que El País respecto al PSOE. Hoy mismo habla de las tensiones internas en PP (por Gallardón) e IU (en su Ejecutiva) pero de las PSOE casi nunca dice nada, o entra a saco a favor de una de las partes (como ocurrió en Valencia).

Creo que en el poco probable caso de que el PP ganase las elecciones acabará pactando con los nacionalistas. Es cierto que los nacionalistas no están sobrerrepresentados respecto al PSOE o el PP, pero sí lo están respecto a IU.

En este sentido, yo diría que es España sufrimos un bipartidismo imperfecto: la mayoría de los votantes eligen entre el PP y el PSOE, pero en muchos casos el Gobierno acaba pendiente de apoyos que no obedecen a esa polaridad. No sé si ganará el PSOE o el PP, pero seguro que ganan los nacionalistas (¿o "nacidoslistos"?). Y en mi opinión esto no es bueno.

Un saludo y gracias.

Anónimo dijo...

Siguiendo los enlaces he llegado a su interesante disertación en cuatro actos sobre la financiación de los partidos, con la que coincido en muchos puntos.

Sin embargo, hay algunas cuestiones en las que me gustaría profundizar. Particularmente me ha llamado la atención lo siguiente:

Los votantes, con contadas excepciones (algún día tengo que hablar de ello) prefieren políticos honestos y receptivos a políticos pagando favores oscuros o viviendo alegremente de espaldas al mundo. Tampoco toleran la corrupción o las extorsiones.

No creo que ningún votante llegue a afirmar lo contrario, pero tengo la sensación de que la mayor parte de los votantes son tolerantes con la corrupción, lo que provoca que políticos corruptos sean reelegidos sistemáticamente en sus cargos.

Asumiendo que se prefiere un político honesto a uno corrupto, ¿acaso no hay una importante tolerancia a la corrupción por parte del electorado? En otras palabras, creo que los votantes tienen otras prioridades (¿qué hay de lo mío? siendo lo mío vivienda, transporte, etc) y asumen la corrupción como natural.

Es mucho más fácil para el electorado informarse y castigar a los corruptos en un sistema político sencillo, bipartidista, parlamentario y de listas cerradas como el británico que en un sistema barroco, multipartidista, presidencial y con listas abiertas al estilo brasileño.

Tenía entendido que en el Reino Unido las listas eran abiertas. En cualquier caso, no termino de entender por qué un sistema bipartidista de listas cerradas facilita el control de la corrupción por parte del electorado.

¿Se trata acaso de castigar al partido al cual pertenece el corrupto de turno? ¿Qué sucede entonces cuando los dos únicos partidos disponibles incorporan en sus listas cerradas a sus respectivos corruptos?

Saludos.

zarevitz dijo...

De acuerdo con todo (como casi siempre) excepto en lo de Navarra y País Vasco: no creo que haya ningún obstáculo para reformar o incluso abolir el régimen foral, más allá de lo que exige una reforma constitucional ordinaria (ni siquiera la especialmente agravada). Por eso son tan importantes la DA1 y DD2 para la teoría foral: porque son la base constitucional de esos derechos históricos; pero lo mismo que se aprobaron se pueden derogar.

No sé si el convenio económico es o no generalizable a toda España. Lo que sí me parece fatal es que las comunidades sean desiguales en competencias. No sé por qué se atribuyó un sentido negativo al "café para todos"; a mí me parece lo más justo.

R. Senserrich dijo...

Por partes.

Kerkus:

1. Acerca de los "privilegios" de algunas comunidades: no creo que la asimetría competencial sea tan mala. De hecho, cualquier comunidad puede reformar su estatuto y pedir al estado una igualación con las comunidades de "primera".

Lo absurdo, en todo caso, es cómo cada comunidad paga sus competencias. No hay ningún problema que Cataluña quiera gestionar cárceles; el problema es que para pagarse esta competencia no pide dinero a sus votantes, sino al estado central.

Mi ideal sería que cada uno haga lo que quiera con sus competencias; el parlamento tiene que votarlas igual. Lo que sí es crucial es que cada gobierno autonómico deba recaudar sus impuestos para pagarlas. Así evitamos que Valencia se "pida" tener médicos a domicilio y fuerce el estado a darle más dinero. Es absurdo.

2. Pactar con nacionalistas: hablamos de los nacionalistas como si fueran algo irrelevante, pero son un 15% del electorado. Si fueran un partido unificado, serían más de tres millones de votos; más que otros partidos bitácora comparables en Europa como el FPD alemán.

No son, por cierto, "habitantes" habituales en el apoyo al gobierno. De las ocho legislaturas, los nacionalistas sólo han tenido voz en tres. No es una constante, ni mucho menos.

Ruiberriz:

1. ¿Por qué digo que los votantes prefieren políticos honestos? Bueno, porque todas las encuestas y estudios señalan en esa dirección, con muy pocas excepciones (de las que hablaré otro día).

Curiosamente, por cierto, los votantes tienden a votar más según lo que ven en su alrededor (¿ha subido el paro? ¿qué dice el periódico del PIB?) que de lo suyo. Consistente en todos los estudios, con poquísimas excepciones.

2. El sistema británico es de circunscripciones uninominales a una vuelta, con los candidatos escogidos de forma muy consistente por la dirección del partido.

Para controlar a los políticos, el sistema es bastante práctico, ya que hay muy pocos actores que vigilar: dos partidos. Si uno se pasa, es castigado. El sistema británico es más o menos limpio como resultado.

Zarevitz: te contesto luego :-).

R. Senserrich dijo...

Zarevitz:

No sé si sería tan fácil reformar la constitución para abolir el sistema foral. Aparte de ser un imposible político (no hay nadie tan chalado ni para intentarlo) ambos estatutos forales detallan explícitamente que cualquier cambio competencial en los estatutos debe ser aprobado y votado en referéndum en las comunidades forales.

Sí, la constitución tiene primacia, pero es discutible que la tenga en este punto. El modelo actual blinda los estatutos de autonomía y los forales enormemente respecto al poder central (que no puede tocar nada de forma unilateral con ninguno) así que puede haber un argumento jurídico relativamente convincente a favor que las comunidades autónomas deban aprobar una reforma constitucional que les quite competencias.

Por supuesto, esto es política ficción. No hay nadie tan loco para hacerlo.

Sobre competencias desiguales, te remito a lo de arriba: no tiene nada de malo. Si Asturias por ejemplo quisiera hacer un sistema gratuito universal de guarderías públicas y Castilla León no, no veo por qué Asturias debe resignarse no hacerlo porque las otras 16 autonomías no le siguen. No tiene sentido.

Evidentemente, esto exige sistemas fiscales propios para que cada uno se pague sus caprichos, e impuestos distintos en cada comunidad hasta cierto punto. Nada extraño; en Estados Unidos llevan más de 200 años haciéndolo, y no pasa nada.

Aparte, es ridículo que Extremadura tenga competencias en política lingüística, torneos de cortolaris o reglamentación sobre castellers. No creo que les interese :-).

Citoyen dijo...

Sí, la constitución tiene primacia, pero es discutible que la tenga en este punto. El modelo actual blinda los estatutos de autonomía y los forales enormemente respecto al poder central (que no puede tocar nada de forma unilateral con ninguno) así que puede haber un argumento jurídico relativamente convincente a favor que las comunidades autónomas deban aprobar una reforma constitucional que les quite competencias.

Esto es lo que os explican en la pompeu :S? Como bien dices, esto es política ficción y el realista que hay en mi cree qeu mantener discusiones legales sobre problemas políticos es algo absurdo (aunque yo lo haya hecho varias veces, pero eso es otra historia).

Pero me permitiría apuntar que el poder de reforma (por cierto, no constituyente) no forma, jurídicamente (recuerda! es una discusión jurídica), parte del poder central. Las competencias son otorgadas (por la constitución) y no fruto de un hipótético derecho originario prejurídico (a pesar de lo de los derechos históricos). Reformar la constitución es legalmente suficiente para hacer cualquier cosa (por eso a los juristas nos excitan tanto los procesos constituyentes, porque dejamos de sentir el efecto de la ley de la gravedad).

Recuerda "el parlamento lo puede todo, salvo convertir a un hombre en mujer y a una mujer en hombre" Y ahora ni siquiera.

Anónimo dijo...

Me gustaría ver qué dice el Constitucional. Los estatutos están prácticamente igual de protegidos; de hecho pueden tumbar leyes orgánicas...

Citoyen dijo...

Pero lo que tumba una ley orgánica u ordinaria (tienen el mismo rango, por cierto) no es el principio de jerarquía formal, sino el de competencia material: el parlamento nacional (el organo que edicta una ley ordinaria u orgánica) es incompetente para entrar en el área de competencia de un estatuto. En el caso de la constitución es el principio de jerarquía formal.

zarevitz dijo...

egócrata: "Si Asturias por ejemplo quisiera hacer un sistema gratuito universal de guarderías públicas y Castilla León no, no veo por qué Asturias debe resignarse no hacerlo porque las otras 16 autonomías no le siguen. No tiene sentido."

Totalmente de acuerdo. Pero Castilla y León tendría el *derecho* de implantarlo. Esa es la clave: que todas las comunidades o todos los territorios federados tengas los mismos poderes.

Hay que tomar decisiones "constitucionales" (lo pongo entre comillas para que no suene rimbombante, pero creo que realmente lo es): la política lingüística —o cualquier otra competencia— debe ser competencia del Poder Central o debe ser competencia del Poder Teritorial.

Que sea competencia del Poder Central no quiere decir necesariamente que sea uniforme en todo el país. Durante el Franquismo, la competencia legislativa estaba centralizada (no había otra) pero ello no impidió que se aprobaran las compilaciones civiles. Sin remontarnos tanto, podemos pensar que las Cortes Generales aprueben leyes específicas para un territorio, como la ley de costas.

Pero bueno, también podemos pensar que una competencia debe pertenecer al Poder Territorial. Pues que así sea. Seguramente muchas comunidades ejercerán la competencia de la misma manera (no hay como mirar algunas leyes autonómicas para ver que casi todas, por no decir todas, están hechas con fotocopiadora). Pero no pasa nada: permitimos —no obligamos— a la diversidad de políticas.

Quizá no tenga sentido que Extremadura tenga competencia sobre costas porque no existe tal cosa llamada "costas extremeñas", pero tampoco tiene sentido que la competencia sobre costas extremeñas la tenga el Estado.

Yo abogo por la uniformidad de competencias, que permita la diversidad de ejercicio de esas competencias. Lo que no puede ser (creo que lo he contado aquí más veces) es que las leyes sobre sucesiones que se aplican a los aragoneses sean votadas exclusivamente por los aragoneses (porque es competencia de su comunidad), mientras que las leyes de sucesiones que se aplican a los riojanos sean votadas por todos los españoles, incluidos los aragoneses, porque para ellos es una competencia estatal. West Lothian Question, que el sistema autonómico no es capaz de responder y que lo hace injusto.

Por supuesto, lo que digo es política ficción. Pero cuando Fernández de la Vega dijo, y mira que me gusta esa mujer, que las reformas de los estatutos no se harían con fotocopiadora, me dio gran pena.

La cuestión foral probablemente sea también materia de política ficción, o de política romántica, quién sabe.

geógrafo subjetivo dijo...

La comparecencia de los propuestos para altos cargos en las Cortes ya está en la Ley, que fue una de las primeras, si no la primera, aprobada por el gobierno de Zapatero.

http://www.boe.es/g/es/bases_datos/doc.php?coleccion=iberlex&id=2005/06561

R. Senserrich dijo...

El sistema autonómico ya responde a la Lothian Question. Si La Rioja quiere competencias sobre la ley de sucesiones, la iniciativa de reforma de los estatutos de autonomía siempre está en mano de los parlamentos autonómicos. Que pida la competencia y punto.

Si la gente de la Rioja quiere no tener voz en lo que hacen otros mientras que los otros votan sobre lo suyo... pues la verdad, es su problema.

De hecho los estatutos se han ido reformando todos en este sentido. Basta con mirar como casi todas las autonomías tienen lo mismo (dejando el sistema de financiación de lado) con muy pocas diferencias. Hay excepciones (sólo los catalanes tienen prisiones; no es una política popular de aplicar), pero en la base los estatutos se igualan.

O aún mejor, el estado fuerza a todas las autonomías a hacer algo a golpe de ley orgánica, caso de Aznar con la sanidad y la educación.

zarevitz dijo...

No es un problema de pedir la competencia. La Rioja puede considerar que la competencia sobre derecho de sucesiones tiene que ser estatal. No creo que debamos ver el reparto competencial desde una perspectiva de "reclamar" competencias.

Además, el argumento no es bueno porque La Rioja no tiene el poder de arrogarse la competencia: puede pedirla pero las Cortes Generales (incluidos los aragonses) pueden denegársela.

En cualquier caso, no es "su problema". Establecer un régimen en el que los ciudadanos de un territorio ven que, en el gobierno de algunas materias, tienen voz ciudadanos de otros territorios, mientras que ellos no tienen voz en el gobierno de esas mismas materias para esos otros territorios significa someter al territorio con menos competencias a un régimen semejante al mandato colonial. Por eso los ingleses podían gobernan cosas en la India, mientras que los indios no tenían derecho a decidir nada en Inglaterra; claro que los indios tenían algo de régimen local y claro que podían reclamar más competencias (y hacer así el sistema justo), pero mienras tanto el régimen era injusto. Y no da igual porque el derecho internacional prohíbe el establecimiento de regímenes de mandato colonial.

La esencia del sistema es que las comunidades sean diferentes, cada uno con su propio estatus. El sistema ni siquiera requiere que haya comunidades en todo el territorio. Si solamente existiesen las comunidades vasca y catalana y el resto fuese territorio "estatal" (como ocurre en el Reino Unido con Inglaterra) el problema sería más evidente.

Pero la desigualdad existe, incluso en competencias menores como la publicidad. ¿Has leído las distintas redacciones que atribuyen los estatutos sobre esta materia? Se parecen, claro, pero (casi) todas son diferentes.

Esto, además, es poco práctico, porque el Estado no puede ejercer una competencia uniformemente y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre una competencia de una comunidad autónoma no es extrapolable a otras comunidades autónomas por la sencilla razón de que la redacción es diferente.

Qué nos queda: considerar que es sistema como si fuese federal y que las competencias del Estado son las del artículo 149.1. Pero eso no es el régimen autonómico de competencias atribuidas singularmente a cada comunidad, con cláusula residual en favor del Estado. Es una forma de reconducir el sistema, que probablemente tuvo sentido en el momento de la Transición, para hacerlo más o menos viable (con las disfunciones que he señalado) y mínimamente, pero muy mínimamente, justo desde un punto de vista del reparto del poder.

Una sola lista de competencias, sea para el Estado o para las comunidades autonómas, con cláusula residual en un sentido o en otro, es lo práctico y lo justo. Lo demás son apaños.

zarevitz dijo...

La igualación de competencias probablemente también ayude a la "accountability" de los políticos e instutciones: si el régimen de una competencia es el mismo en todas partes, todos podemos saber quién es el responsable y pedirle cuentas; si el régimen de una competencia es diferente según el lugar, los ciudadanos van a saber peor quién es el responsable en cada caso y, por consiguiente, va a ser más difícil pedir cuentas. En la España que vivimos, hay tal barullo que, en la práctica, para mucha gente todo es culpa del Estado.

Anónimo dijo...

"casi todas las autonomías tienen lo mismo (dejando el sistema de financiación de lado) con muy pocas diferencias."

Aaay. Pero el tema de la financiación es al final lo más importante y escandaloso.
Como por ejemplo, ese articulillo del Estatuto Catalán que blinda la posición de Cataluña en el ranking nacional de rentas per cápita.
Inaceptable, injusto e insolidario.

(Y perdóneme, Egócrata, por salirme un poco del tiesto)

R. Senserrich dijo...

Complica el sistema, pero no es algo que haga de España un país extraño. Hoy mismo el gobierno federal ha llevado a 14 estados a los tribunales por regular emisiones de polución de los coches, diciendo que eso es competencia federal.

Los estados que no han legislado sobre ello (digamos, Texas) ven como las emisiones de los coches que compran no las votan ellos; de hecho todos los fabricantes construyen para cumplir con las reglas del estado más estricto (California). ¿Es eso un problema?

No veo por qué. Si los votantes de un estado quieren ir más lejos que el resto del país en algo, ¿Tienen que esperar a que todos estén de acuerdo?. Forzar la simetria en un sistema federal (incluso en el más puro de los sistemas federales, EUA) es absurdo; equivale a dar derecho de veto a todo el que no quiere legislar sobre algo.

Anónimo dijo...

Quizá de eso se trate, egocrata, una uniformización sería a la baja, a lo que todas las CCAA estén dispuestas a asumir, que es más bien poco (apuesto a que, en caso de preguntárseles, abogarían por suprimir las autonomías). En cambio, los "privilegios" tienden a generalizarse: se ha comprobado en el mismo desarrollo estatutario.

No hay que olvidar que hubo una lista ordinaria de competencias, durante al menos cinco años, que no se expandió hasta 1991, con el Pacto Autonómico, y que el sistema del art. 151 era el excepcional. En todo caso, las leyes estatales incluyen siempre como fundamento las competencias del 149.1.

Además, el sistema favorece las ampliaciones a aquella comunidades cuyos partidos nacionalistas poseen representación en el Congreso, por lo que hay un componente de -falso- agravio territorial.

En realidad, el sistema autonómico quasi-simétrico responde a un estado de opinión dividido sobre la materia: Cataluña y Euskadi quieren mucho y las demás, nada.

Un dilema como el de la Lothian Question se resuelve también:

a) Descontando los gastos no atendidos, esto es, el cupo, y su consiguiente fijación parlamentaria. Catalanes y vascos ya no aparecerían, por tanto, en los gastos penitenciarios y algunos policiales.

b) Como en Canadá, contratando los servicios adicionales con el gobierno central. Extremeños y riojanos delegarían sus cárceles y policías en el Estado.

R. Senserrich dijo...

Todas las provincias se apresuraron a autonomizarse, recuerdo. Con una excepción en Andalucia, todo Dios quiso gobierno regional.

Y buena suerte pidiéndole a nadie que lo disuelva.

geógrafo subjetivo dijo...

Técnicamente Almería votó mayoritariamente a favor de la autonomía, aunque no alcanzó la mayoría absoluta sobre el censo como pedía la ley de entonces. La única provincia que no se manifestó a favor de la autonomía, fue Segovia.

Anónimo dijo...

Si la supresión de los gobiernos regionales incluyera el vasco y el catalán, no pocos estarían de acuerdo: vuelta al modelo centralista, como Dios manda. ¿Qué es eso de normativas antitabaco o de urbanismo diferentes? No es que se sea autonomista: es que nadie quiere quedarse atrás.

zarevitz dijo...

egocrata: lo que has dicho de Texas v. California es una pequeña trampa porque son los fabricantes particulares los que se amoldan a la legislación que más les interesa. Cuando uno quiere vender en varios territorios, tiene que cumplir los requisitos más exigentes de cada uno. Esto no tiene nada que ver con el reparto federación-estados.

El problema federación-estados está en que hay que determinar si la competencia sobre las restricciones a la emisión de gases es una competencia federal o estatal. Pero si es estatal, lo es tanto de Texas como de Carolina.

Además, incluso se puede argumentar que, suponiendo que la competencia sea estatal, Texas sí la ha ejercitado: la ha ejercido no legislando, no imponiendo restricciones.

Pero no ejercitar una competencia o ejercitarla no legislando no conlleva que el territorio pierda la competencia en favor de la federación. Allí todos los estados siguen teniendo los mismos poderes.

R. Senserrich dijo...

Sucedió lo mismo en España con la ley de parejas de hecho, por ejemplo. No existía la competencia, algunos legislan, otros no. Y sí, hay derecho civil en algunas autonomías, pero algunas sin él legislaron.

La base es la misma; si el estado no ha legislado, las CCAA entran.

Anónimo dijo...

Hola a todos.

1. Sobre el reparto desigual de compentencias entre comunidades autónomas: estoy de acuerdo con Zarevit. No creo que con el argumento de que cada cual puede reclamar las compentencias que quiera se resuelva nada. Precisamente al contrario, si unos piden competencias sobre unas cosas y otros sobre otras, al final lo que se generan es más desigualdades y más caos.

2. Sobre que cada comunidad autónoma financie sus compentencias:
- Por un lado eso llevaría a que los habitantes de las comunidades más ricas tendrían más servicios que los de las comunidades más pobres.
- Por otro, implica que al ceder una compentencia se ceda también la gestión de un impuesto o parte de él. ¿Cómo se calcula con que porcentaje del IRPF se pagan las cárceles? Es un porcentaje variable año a año. El porcentaje fijado generaría, de nuevo, que o bien sale ganando una parte o la otra, pero nunca se daría con "el precio justo".
Total, más desigualdades.

Dos reflexiones al hilo de esto:
- Los impuestos no son las cuotas de la seguridad social: no pago X para recibir Y. Es más bien: como tengo o hago X, pago Y. Los impuestos sirven para financiar al Estado, las comunidades y los ayuntamientos. El que paga más no tiene derecho a más.
- Comparar EE.UU. con España no parece apropiado. Es lógico que desde Washington no se gestione la sanidad de California. Pero nuestros 17 gobiernos autonómicos, con sus parlamentos que los controlan, sus teles que les hacen propaganda, sus redes clientelares que los corrompen, etc... es un despilfarro de nuevo rico. No conozco el grado de descentralización de dentro los estados de EE.UU. Esa es lo comparación que me interesaría respecto a España.

R. Senserrich dijo...

Un par de cosas (con retraso):

-Que cada uno se pague lo suyo: eso sería hacerlo -de nuevo- a la americana. Yo aquí pago dos impuestos de renta: uno federal, y uno estatal.

-Los estados y su descentralización: varía enormemente. Cada estado hace lo que quiere; en NY las ciudades pueden subir el impuesto de ventas al consumo, por ejemplo; en Connecticut no. En California es por condados. La variedad es ENORME.