Un par de cosas que he escuchado en la radio estos últimos días que dejan muy claro que Estados Unidos es un mundo aparte. Primero, un anuncio en que se ofrecían cacharros y barreras para evitar que los ciervos se metan en tu jardín y se carguen las flores.
Sí, ciervos. En Connecticut los hay a patadas, de todos los tamaños y colores. Aún siendo una de las zonas más urbanizadas de Estados Unidos, al lado de Nueva York y Boston, los exuberantes bosques están llenos de vida salvaje campando a sus anchas. Los extensos suburbios no parecen asustar mucho a los ciervos, en especial cuando hay cierta sobrepoblación, así que la gente tiene que tomar medidas. No creais que son animales encantadores, más bien lo contrario. Tienen la absurda costumbre de cruzar carreteras sin avisar de noche, provocando accidentes a menudo. Y con lo que pesan los más grandes, te pueden dejar el coche hecho cisco.
Estos últimos días, sin embargo, la cosa fue aún más exagerada: osos. Resulta que un oso pardo estaba dándose a cazar y tocar las narices al norte del estado, comiéndose gatos y perros y habiendo atacado a una mujer. Noticias sobre osos no son nada habituales, la verdad, pero el mero hecho que haya osos en Connecticut la verdad me dejó de piedra.
Lo cierto es que la naturaleza en Nueva Inglaterra es especialmente generosa. Ríos, lagos, enormes bosques, grandes árboles, espectacular mal tiempo (no se puede tener todo). Si los americanos no tuvieran la espantosa manía de afear todo a base de aparcamientos al aire libre y gigantescos centros comerciales en forma de cubo, llenar las ciudades de edificios horribles, y ocupar todo el espacio posible con los malditos suburbios, Connecticut sería un lugar espectacular. Aún es relativamente vacio en muchas zonas, y bonito a ratos, pero hay tantos lugares espectaculares echados a perder que me pone de los nervios.
En fin, es cuestión de ir más al norte (New Hampshire, Maine, Vermont, norte de Nueva York) si se quiere ver algo de tierra virgen, no es que no tengan espacio, pero lo de tratar de adaptar el hombre al paisaje, como aún podemos ver en algunos sitios de Europa, aquí no lo entienden demasiado. Una lástima.
Lo cierto es que a veces entiendo el escepticismo de los americanos por lo que respecta al medio ambiente y su cuidado, de todos modos. La naturaleza es tan rotundamente espectacular en tantas zonas del país que no deben ver motivos para preocuparse. Las cosas están cambiando, poco a poco (el petroleo caro hace maravillas), pero aún queda camino por recorrer.
1 comentario:
Recuerdo yo estando en america, la policia cortaba una carretera entera al trafico para que una manada de ciervos pudiesen circular a sus anchas....
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