Resulta que mientras Acebes y Zaplana andaban anteayer alegremente rebuznando una negativa nuclear, total y absoluta a ni siquiera mirar en dirección a Euskadi por miedo que eso fuera una concesión a ETA, Rajoy ha acabado saliendo a matizar a sus presuntos subordinados.
Con perdón, pero algo no cuadra. Si el líder de un partido tiene que recurrir a conversaciones informales con periodistas para hacerse el razonable, sin desautorizar en voz alta a dos tipos que figura son sus portavoces, aquí hay un problema. No puede ser que un partido sea histérico en público y pretenda actuar de forma lógica en privado, y aún más en un tema donde cualquier exceso teatral sobra.
A no ser que PP y PSOE estén de acuerdo en lo básico y jugando a poli bueno / poli malo en público, Rajoy debe empezar a plantearse qué hacer con este sector del partido emperrado en adelantarle por la derecha. Tenía entendido que el jefe era él, vamos. En fin, sigue con el problema de siempre, y parece que no se atreve a arreglarlo.
1 comentario:
No he interpretado lo mismo que tú en el artículo de "El País". Según entiendo, Rajoy dice que no le importa que haya contactos para verificar que ETA se haya disuelto, que no es lo mismo que diálogo. Entiendo que para él el diálogo es algo previo a la hipotética disolución de la banda, y él no se opone a unos contactos posteriores a una hipotética disolución.
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