No hace demasiado hablaba sobre cómo alguien tenía que decirle a Billary Clinton en privado que se ha acabado la fiesta. Si no ocurre un cataclismo espantoso, no tienen absolutamente ninguna oportunidad de ganar estas primarias. Sin Florida y Michigan (que no votarán de nuevo), sin tener ni siquiera una probabilidad remota de ganar el voto popular, la cuenta de estados o en número de delegados, Hillary está literalmente en en plan buitre, a ver si Obama se estrella solo.
La semana pasada pareció, por un momento, que había una remota posibilidad que eso sucediera. El pastor de la iglesia de Obama, Jerome Wright, dijo algunas tonterías (relativas; sólo lo son en el hipersensible clima político americano) en algunos sermones, y los videos tuvieron amplia circulación. Un burdo intento de "crimen por asociación" que tanto gusta en la política americana. La cuestión es que Obama evitó y devolvió el ataque de forma espectacular, con un discurso extraordinario que ha sido abrumadoramente bien recibido.
Tenemos un candidato matemáticamente inalcanzable, que ha respondido a un ataque de todos los medios excepcionalmente bien, que atrae nuevos votantes, es visto de forma más positiva que Hillary y que encima es simplemente brillante. El otro día me lamentaba que los medios seguían con esa patética devoción a los Clinton y a vender guerra y conflicto donde no lo hay mientras el partido miraba; bien, parece que las cosas están cambiando.
Empezó, con cierta timidez, el New York Times, repitiendo cosas que la blogosfera discute desde hace tiempo: el camino de Hillary a la nominación es cada vez más estrecho. CNN y MSNBC finalmente empezaron a hablar de ello, y ya hay algunos comentaristas que hablan de la necesidad de un milagro. Ayer finalmente Politico hablaba abiertamente de la ridícula adoración de los medios a mantener esta carrera abierta hasta el final, y Andrew Sullivan (una de las bitácoras más influyentes y leídas por los medios, y que había apoyado a Hillary) ya habla de arrogancia y prácticamente traición de los Clinton al partido.
Más allá de los medios, parece que el partido poco a poco se está despertando: Bill Richardson, que trabajó para Bill Clinton durante los ocho años que estuvo en la Casa Blanca, declaraba su apoyo a Obama ayer (con algunos clintonistas llamándole Judas abiertamente) diciendo veladamente a Hillary que es hora de bajar del burro de una vez.
Los medios, que tanto han tragado y tanto le han dejado pasar a Hillary hasta ahora, parecen ya decididos a darle sólo una oportunidad más en Pennsylvania. El tono parece claro: o Hillary gana de forma aplastante (15 puntos o más; no creo que 10 le basten), o todo el mundo declarará su campaña muerta y enterrada (lleva casi un mes de este modo, pero vamos), y la presión para que se vaya a casa será definitiva.
Ya va siendo hora, la verdad. Tanto darse de tortas entre ellos, los demócratas están dejando que McCain gane una ventaja absurda. Es hora de cerrar estas primarias, y empezar a hablar de generales.
Citando al mejor anuncio visto en estas primarias (gracias, Mike):
4 comentarios:
Seguimos con el link spamming. Gah.
Oye, veo en la web de YouTube que el vídeo es genial y tal, pero... no lo cojo. :-\ ¿Qué tiene de bueno? ¿Qué es la piedra? ¿Es un homenaje a 2001? :-P
(lo último es broma, pero en serio que no lo entiendo.)
Esa es la gracia. Es el primer anuncio electoral dadaista de la historia. :-).
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