Hace un año, Mariano Rajoy decidió optar en su discurso en el debate sobre el estado de la nación por un tono agresivo, hosco e intransigente. Acuso al gobierno de estar trabajando por una tregua de ETA que no era más que una fantasía, habló de catástrofe inminente en la economía, el fin de la unidad de España y varias predicciones apocalípticas más.
El resultado fue que en todas las encuestas posteriores al debate la valoración del PP y Rajoy cayera en picado.
Parece que en vista del fracaso de la táctica precedente el PP había aprendido algo, pidiendo que el terrorismo no se debatiera hoy (dejándolos en evidencia), quizás pensando que el ser agresivo no era una buena idea. Algo parecen haber aprendido. Quién sabe, quizás iba a dejar de lado los espantajos habituales de la derecha...
Pues no. Hoy el PP ha hablado de los malvados nacionalistas, seguridad e inmigración, o en otras palabras, de lo que entusiasma a los militantes de un partido conservador. Rajoy no ha hablado hacia el electorado en general, ha hecho un discurso dirigido a sus bases. Lejos de tratar de lanzar una gran alternativa de gobierno, o de tratar de parecer un hombre de estado, se ha quedado en la vieja triada que excita al votante habitual del PP, pero no emociona demasiado al resto. Y de hecho, ha criticado al gobierno en algunas materias en que ambos partidos están bastante de acuerdo.
Inmigración es el ejemplo más claro. Como comentaba hace unos días, la política de los dos grandes partidos en la materia es en general muy parecida, y bastante acertada. Rajoy se ha lanzado de forma un tanto irresponsable al populismo, asociando inmigración y crimen como tanto gusta a ciertos sectores de la derecha, pero la política de fondo (regularizar, fronteras seguras, pragmatismo) es la misma para ambos. Los problemas de seguridad ciudadana son los mismos ahora que cuando él estaba en interior; pedir más policia y dureza penal es gratis. La variable que más afecta la criminalidad es el nivel de pobreza, no el origen geográfico, así que la discusión era de hecho un tanto espúrea.
El único tema donde las divergencias parecen más reales es en las reformas estatutarias, pero incluso en este punto el PP está más cerca de lo que pretende. Los barones autonómicos periféricos que presuntamente obedecen al jefe de la oposición llevan una larga temporada derivando hacia el "separatismo", sin ir más lejos. Unos y otros se dan cuenta que el sistema de financiación autonómica actual no funciona, y están todos tratando de arreglar el chiringuito con entusiasmo.
Si algo se le puede y debe reprochar a este gobierno es que no ha mostrado ninguna clase de liderazgo en la reforma del sistema de financiación. El resultado ha sido este festival de reformas (impulsadas por PP, PSOE y nacionalistas por igual, aquí todo el mundo juega) que llevan camino de ofuscar aún más un sistema notoriamente obtruso. Todos los partidos saben que hacen falta cambios; por desgracia la tentación de hacer electoralismo barato es demasiado fuerte.
¿En qué ha quedado, de hecho, el debate de hoy? Lo cierto es que en bien poca cosa, dado que Rajoy no ha acudido al debate. Se dice a menudo que no es la oposición quien gana elecciones, es el gobierno que las pierde, y me parece que el líder del PP sabía que hoy Zapatero no era demasiado vulnerable. La economía va bien, el terrorismo puede que esté en vías de solución, las reformas que ha pasado el gobierno han sido bien recibidas (o pactadas a la baja), y uno tiene que ser muy paranoíco para creerse según que conspiraciones.
La reacción de Rajoy ha sido lógica. En vista que hoy no tenía demasiado que ganar, el jefe de los populares ha decidido no meterse en jaleos extraños, decir cosas que pudieran usarse en su contra (empezando con el terrorismo), y contentar a su base, a ver si vive un poco más tranquilo. Su discurso de hoy no ha sido un salto hacia la presidencia del gobierno, sino un reforzar su puesto de líder de la oposición.
El debate de hoy no lo ha ganado nadie, porque de hecho no se ha celebrado. Zapatero ha hablado al electorado que le apoya (los que miran el crecimiento económico) y al que quiere conservar (jóvenes), reconociendo los problemas por solucionar de la economía (productividad, inflación) sin entrar en detalles. Rajoy se ha dirigido a las bases que le garantizan su suelo electoral, y su supervivencia como líder del PP. El día de los centristas y ganar elecciones vendrá más tarde, si el gobierno comete errores.
10 comentarios:
No estoy de acuerdo. Hoy si hubo un vencedor claro. Tan evidente es la victoria que al final Rajoy, consciente que el vencedor no era él, solicitaba otros debates. Quién lo ha visto y quién lo ve.
En la victoria fue suficiente con recordarle que él fue gobierno. En su soberbia, los del PP, suelen actuar como si nunca hubieran gobernado.
Y, más al final aún, cuando la derrota era absoluta montó un numerito sobre el tiempo. Las intervenciones están tasadas; desde antes de comenzar el debate se sabe que el Presidente goza de tiempo ilimitado y que los distintos portavoces tienen un tiempo fijado, previo acuerdo de la mesa del Congreso.
Esto es así y él, y ellos, lo saben. Sin embargo, la derrota nos volvió a mostrar el rostro de quienes no saben aceptar ninguna derrota. ¡Claro que hubo un vencedor!, tan claro como que alguien salió derrotado y él, y ellos -¡atención a ellos!- lo saben.
Saludos
Yo estoy viendo a josé luis. Está increíble macho, joder con bambi, quien lo ha visto y quien le ve. Ya no sonríe, tiene ojeras,, usa datos, habla de economía... ¡Parece un líder europeo!
Joder, tenéis carnet?
http://cgi.elmundo.es/perl/encuesta-pinta-votaciones.html?fichero_ini=2006/05/debate_de_la_nacion/configuracion.ini
Hombre, Augie-March...
Tu encuesta es casi, casi, tan fiable como la de El País, vamos...
http://www.elpais.es/comunes/2006/debate_nacion/termometro.html?voto
No hay como leer el periódico de tu cuerda. El que no se contenta es porque no quiere...
Saludos
:D
Nadie lee El País digital. Pido una comisión de investigación ahora mismo.
Dos trenes que se cruzan en la noche... El debate no ha tenido demasiado de discusión.
Júcaro, no sé, no me parece que Zapatero avasallara, en gran parte porque Rajoy estuvo más hablando mirando a los suyos que al gobierno. Como dice Lüzbel, estuvo haciendo de Acebes.
Lo que no sé es si Rajoy es mejor orador que Zapatero. El tipo empieza a ser un poco como Fernando Torres: todo el mundo dice que es muy bueno durante años, pero el chaval no acaba de ir a ningún sitio. No ha ganado nunca con claridad un debate todavía, y mira que ya le toca.
Mariano tiene retranca, y discurso solemne (cuando le apetece), un cierto tono altanero bien llevado porque no llega al despotismo, sino solo a la relevancia, lo cual esta muy bien... pero estoy totalmente de acuerdo con vosotros, ha pasado de la relevancia al catastrofismo, es decir "no es importante porque siempre es importante sino porque ahora se va a romper todo en mil pedazos"... si se limitara a explicar y a hacer pedagogia, podia hacerle mucho daño a Zapatero, pero se dedica a ser el oráculo de Delfos de la destrucción mundial y el Armageddon, y eso nos cansa mucho a todos .... hace mucho tiempo que viene el lobo, que viene el lobo, y el pobre lobo ya se ha muerto de viejo por el camino.
Aburre mucho, acaba siendo previsible ... es el primer año que no aguanto hasta el final el Debate sobre el Estado de la Nación.
Nota: Zapatero se enfadó, se noto cuando nombró a Baleares mirando a la bancada popular, tenia los ojos de cabreo, mirada de desquite, en ese momento tenía muy mala leche... acabó hasta las narices xDDD
Hace tiempo que no veía a Zapatero enfadado, pero se enfadó.
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