Nunca he tenido una predilección especial por la política francesa ni sus políticos, pero el inútil que tienen ahora como presidente se lleva la palma.
Francia es un país notoriamente falto de líderes competentes, tanto en la izquierda como en la derecha, merced de un sistema de partidos extraordinariamente disfuncional y una ley electoral delirante. El último político vagamente presentable, Lionel Jospin, fue gloriosamente asesinado por sus compañeros de partido, en una muestra como tantas otras de la capacidad de la política francesa para minimizar el nivel de talento agregado de sus líderes. Con los disturbios de estos días, el ejemplo de la fatal incompetencia de la clase política vuelve a primera página, y lo hace de manera sangrante. ¿Cómo apagar el fuego? No es difícil, y no tienen falta de ejemplos históricos.
Siempre se ha dicho que las tres grandes aficiones francesas son la comida, el sexo y las revueltas. No tienen falta de ejemplos de ellas; están en la quinta república por algo. Ya he hablado de lo que a mí parecen las causas (y soluciones) del problema, hoy toca acabar de las soluciones a corto plazo. ¿Cómo acabar con los disturbios? Bien, a Chirac, tan aficionado a citar al General De Gaulle, no le vendría mal releer la biografía del gran hombre (y una de las causas de los males de Francia, pero eso es para otro día) y su talento y coraje político.
Mayo del 68. Muy bonito, muy romántico y muy poético (la verdad, incluso a mí me pone sentimental, a pesar de lo poco que cambió), pero un ejemplo de lo que un político valiente debe hacer: disolver el parlamento y convocar elecciones. Chirac debería hacer lo mismo. Ante un desastre como el actual, debe poner su honor y su gobierno ante los ciudadanos, y preguntarles si aún gozan de su confianza. Si ganan, los manifestantes están ante un gobierno con un sólido apoyo social. Si pierden, el nuevo gobierno se enfrenta a los disturbios con el apoyo de la población.
Lo que está claro es que sentarse, rezar y confiar en la policía no llevará a ninguna parte. Los dos pesos pesados del gobierno, Villepin (primer ministro) y Sarkozy (interior), están más preocupados en su futuro político como candidatos a la presidencia que otra cosa, y tras una larga serie de fracasos, su jefatura no es vista como una garantía. Chirac no es ni temido ni amado, y su poder se resiente. O toma el toro por los cuernos y se atreve a preguntar a Francia sobre su futuro, o la crisis se llevará el país por delante.
O Europa, si esto se extiende. La estupidez Chiraquiana nos puede acabar haciendo daño a todos.
Nota: en el sistema semipresidencial francés, la disolución de las cortes sólo provoca la caida de todo lo que está de primer ministro para abajo, no la del jefe del estado. Chirac seguiría en el cargo, lo que no deja de ser una mala noticia, pero no perdería su inmunidad presidencial. Y con la de casos por corrupción que tiene pendientes, eso a él le importa mucho....
7 comentarios:
No me parece tanta estupidez. Chirac, cada día más parecido a una nuez, no perderá su inmunidad así como así. Le esperan por las fechorías del ayuntamiento de París. Y se agarrará como sea al sillón.
De ahí la propia campaña (lamentable) contra Sarkozy. No creo que le tenga animadversión personal, siquiera.
¡Es un sistema presidencial!
Si disuelve el parlamento sólo se va el gobierno, el sigue siendo presidente. Claro, un mal resultado para la UMP (o como se llame la derecha Gaullista esta quincena) sería su muerte política, pero vamos...
No creo que darles a los revoltosos la victoria moral de haber cambiado el gobierno y el parlamento sea una buena idea. Podrían abandonar los cócteles molotov (para que continuar si han conseguido más de lo que esperaban), pero sería una invitación para que cada vez que haya una “ofensa” o gobiernos débiles volviesen a las andadas.
Tampoco tengo recetas o garantías de que, haga lo que haga el gobierno, no le habrán cogido el gusto a la primera plana informativa y volverán a armarla a menudo, pero darles una victoria fácil, no sé, no lo veo.
No sería una victoria; sería enfrentar su legitimidad con el bote a lo que digan los ciudadanos en las urnas.
Ahora mismo, ya han ganado... Promesas de dinero a espuertas, Sarkozy es un zombie político, y más cobertura mediática de la que pueden soñar.
"Sarkozy es un zombie político"
Según Financial Times, "In spite of the growing unrest, Mr Sarkozy's popularity has survived relatively unscathed. According to an opinion poll published this weekend for Le Parisien newspaper, 57 per cent of people had a positive image of Mr Sarkozy". Todavía puede dar guerra.
Qué extraño todo. No sé que pasa, entre los grupos de protesta en España por el tema gasóleo y las revueltas en Francia, es como una paranoia colectiva de 'otoño caliente'.
Ya ha llegado a Bélgica y Alemania, hace seis horas.
En el Reino Unido ya tiemblan.
Romano Prodi dice que "es cuestión de tiempo que los actos de vandalismo se trasladen a Italia". Incluso peores que en París.
En la UE toman nota y preparan contramedidas.
Y yo preocupado porque no he hecho la compra.
A ver si Sarkozy sobrevive. No es peor que Villepin, al menos...
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