jueves, noviembre 10, 2005

La disfuncional financiación de los partidos

Se está hablando mucho estos días de las deudas de los partidos políticos, siguiendo el informe del tribunal de cuentas sobre las finanzas de estos publicadas esta semana. Algunos han aprovechado las deudas del PSC con la Caixa y su renegociación para sacar teorías conspirativas varias sobre favores, OPAs hostiles y misterios varios, sin darse cuenta de algunos aspectos importantes que rodean este asunto.

El problema no es que la Caixa renegocie una deuda con el PSC. El problema es que estas renegociaciones son algo sistemático en los partidos políticos españoles.

Deudas las tienen todos los partidos, y los bancos renegocian y condonan estas a menudo. Algunos tienen menos, porque son beneficiarios de espléndidas cantidades de donaciones públicas y anónimas (el PP, CiU y PNV), pero todos han pasado en uno u otro momento por caja, y todos, bajo un nombre u otro, han recibido espléndidos perdones (la antigua AP era experta en ello). Sencillamente, bancos y cajas no tienen más remedio que aceptar y tragar. No se pueden permitir embargar un partido político (imaginad el pollo) y aún menos ponerse a la clase política en contra. A toda la clase política, no sólo sus morosos. La reacción de pánico e ira regulatoria contra el ingrato que tratara de cobrar con demasiado entusiasmo sería épica, no importa quién fuera la víctima. Los partidos protegen a los suyos. La renegociación de deudas con bancos y cajas, con los partidos siempre sobreviviendo, es una cuestión endémica al sistema, y que todos, todos los partidos hacen a menudo.

No hace demasiado hablaba de una de las características de los partidos políticos modernos, sus problemas de financiación, y su eterno caminar hacia más financiación pública. Lo que es seguro es que a la bancarrota no irán, no importa lo que suceda; lo paguen los bancos o los contribuyentes, los partidos se mantendrán a flote. Se debe ser consciente de este hecho antes de acusar de tratos de favor sin demasiado criterio.

¿Han influido estas cuestiones en la dichosa OPA de Gas Natural? Ni idea, aunque es probable que no sea así. Para la Caixa, perdonar deudas a los partidos catalanes es cosa de rutina. El sistema está roto, no funciona, y no creo que las alternativas sean aceptables para los que mandan. Lo que está claro es que no hay solución mágica.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Discrepo en eso de que las entidades financieras tiene que tragar, Nada más falso. si así fuera habrían cerrado el grifo de los créditos hace años y no es así.

Aparte de que un grupo del consejo de administración de las cajas está puesto a dedo por políticos, hubiera sido más sencillo decir que con esos créditos el poder financiero puede negociar ciertas compensaciones con los partidos (o mejor sus gobiernos de turno). Pero eso te lo dejo para que lo averigues otro día.

Alex Guerrero dijo...

Sí, es demasiado wiseful thinking eso de que "tienen que tragar". Sospecho que sabes algo que nosotros no, pero desde luego no es una respuesta de sentido común.

Anónimo dijo...

Tú pon el ventilador, que no te va a servir de nada.

Vuelve el PSOE, vuelve la corrupción.

Alex Guerrero dijo...

¿Corrupción? ¿uh?

Anónimo dijo...

Claro que "tienen que tragar". Si no son buenos chicos con los partidos, estos se pondrían a repasar a la entidad financiera cosa fina...

R. Senserrich dijo...

No es cuestión de poner el ventilador, es cuestión de darse cuenta que el sistema actual no funciona para nadie.

Tristemente.

Anónimo dijo...

¿Que no funciona para nadie?
A la Caixa le va de lujo: yo te perdono una deuda, tú me subes las tarifas, me allanas una OPA ....

Y el otro se pregunta ¿Corrupción? ...
Se nota que nunca ha tenido una deuda con un banco.

Alex Guerrero dijo...

Tellman... hablas porque tienes boca, pero no modales.

Y tanto que tengo deudas con el banco (400 euros cada mes, que suponen el 38% de mi salario mensual).

Vive tú en esa situación... Estoy tan cansado del politiqueo fácil, del lenguaje tertuliano, de la falta de deseo de discutir en serio...

Anónimo dijo...

Perdón, no sabía que había entrado en Versalles. Pues nada, tú dedícate a los debates políticos en serio y déjanos a los zafios tabernarios (¿o era tertulianos?) que nos planteemos los aspectos éticos de que una empresa con intereses en telecomunicaciones y energía, le regale dinero al partido del gobierno en la persona del ministro que controla las telecomunicaciones y la energía.
Y al final nos acabamos convenciendo que la mejor manera de que las empresas no les regalen dinero a los ministros que controlan los sectores económicos (aparte de la dureza facial de cada cual) es que no tengan motivos para ello, lo que efectivamente ocurriría si la poca intervención que pudiera tener el ministro no compensara el desembolso económico.
Pero lo de la Caixa es una operación segura, dicho sea con los mas exquisitos modales.