Federico Jimenez Losantos ha afirmado (el subrayado es mío): "Puesto que es el fin del terror lo que se busca y el camino es necesariamente, como en la canción de Georges Harrison, largo y sinuoso, convendría no apresurarse en los trámites y contar con los inevitables retrocesos y tiempos muertos de lo que de una u otra forma será negociación, aunque se salven los principios éticos y democráticos que un Gobierno de un país respetuoso de sí mismo nunca debe perder de vista [...] Si hay algo que en estos contactos y los que vengan tampoco se puede perder es, precisamente, el tacto, el cuidado, la precaución de no enajenarse el apoyo de los partidos políticos democráticos [...] Que el Gobierno español debe dirigir el proceso de pacificación es evidente. Que no entienda que tal dirección implica la permanente atención informativa y la eventual consulta al resto de partidos democráticos es una posibilidad preocupante. En la opinión pública, el consenso visible de los grandes partidos nacionales es un elemento fundamental".
Aunque este escrito data de 1998 y se refiere a las negociaciones del gobierno del PP con "el denominado MNLV", esto es cierto ahora y entonces. Por eso se hace sangrante la actual situación en la que el terrorismo "se haya convertido en el elemento central de discrepancia", como dice Garzón. Los grupos políticos de la cámara están para apoyar la política del gobierno, y deben exigir un diálogo intenso con éste.
Es obvio que todos los partidos, aunque discrepen en los medios empleados, persiguen el mismo objetivo: la desaparición del terrorismo. Por tanto, a cada gobierno le toca desplegar sus fichas antiterroristas. La estrategia de ETA es clara: ha decidido no matar (¿dos años? ¿tres años?), pero no el resto de sus actividades, como la extorsión o los 'sustos-bomba'. Es bastante absurdo que en esta situación los partidos políticos pierdan su tiempo discutiendo sobre definiciones de grupo terrorista, en lugar de pedir al unisón mayores concesiones por parte de los terroristas antes de iniciar una negociación, como entrega parcial de armas, reposicionamientos públicos antiviolencia de la rama política o similares. En ese punto, la negociación será segura para la democracia, y por tanto, posible. Antes no.
3 comentarios:
complementando el cinismo, más sobre Aznar. :-).
Es el artículo que cito. :)
¿Han visto ustedes las actas de la "no negociación"?. Pues aquí las pueden leer.
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