lunes, marzo 06, 2006

Para ser tan tolerantes...

Algunos políticos de nueva hornada son capaces de contradecirse desde el primer titular. Hablando de crear un partido tolerante, creando una sociedad abierta y plural en la Cataluña presúntamente totalitaria que dicen ver, dicen asumir el "reto" de "la expulsión del nacionalismo del espacio público".

No sé si estos guerreros liberales se han parado a contar cabezas, pero según los últimos resultados electorales, están hablando de como mínimo de un 46% del electorado, y eso siendo restrictivos. Uno puede ser nacionalista o no (vaya por delante, no lo soy), pero no es de recibo acusar de excluyente y querer expulsar una ideología dentro del mismo programa. Mal que les pese, en Cataluña un porcentaje considerable de la población (más o menos estable desde tiempo inmemorial) tiene la manía de apoyar partidos catalanistas. A uno puede parecerle la idea del nacionalismo una tontería, pero ir por el mundo clamando que debe ser vaporizado es mostrar una absoluta falta de respeto por las ideas de otros.

Dicho sea de paso, como dice Franklin Foer, el nacionalismo catalán tiene de siempre una sólida convicción que uno es catalán por que quiere, no porque nace en el principado. Sea uno andaluz o búlgaro, mientras aprenda catalán, se haga del Barça y se queje que en Madrid no le entienden uno es aceptado en el club de inmediato. Que le pregunten a Stoichkov, Núñez o Beguiristain, vamos. Acusar de excluyente un partido que tiene como mantra de su fundador eso que "es catalán quien vive y trabaja en Cataluña" es cargar contra molinos de viento.

No creo en derechos históricos, ni creo que el elemento definitorio de un partido deba ser la defensa de una identidad o un territorio. Pero hablar del nacionalismo catalán como una organización maligna que niega la entrada a su tribu a los impuros es una soberana tonteria.

Claro, siempre hay un par de minorías con ganas de excluir a los que se portan mal, eso ya se sabe. Quizás por eso votan juntos cuando se trata de ser incluyente.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

El nacionalismo catalán otorga el carnet de catalán, efectivamente, no a quien nace allí, sino a quien es nacionalista catalán. Para esa gentuza, por ejemplo, Girauta no es catalán porque no es nacionalista, pese a no haber vivido en su vida en otro lugar que no sea Barcelona.

Por otro lado, me gustaría saber en qué parte del partido de izquierdas Ciudadanos de Cataluña se dice que son liberales. Por saber.

R. Senserrich dijo...

Soy tan poco nacionalista como Girauta, y nadie en Barcelona me ha negado nunca mi catalanidad. En todo caso me dirán que estoy equivocado, pero no me dirán que no soy catalán.
(soy culé profundo y hablo bien el idioma, y creo que el Real Madrid es el mal, eso sí.).

Los de CdC son aplaudidos a rabiar por Red Liberal en pleno, y Arcadi Espada o Boadadella se han definido como liberales a menudo. Me parece que basta.

Augie March dijo...

Jajajaja, ¡¡que vienen los liberales!! ¿Y ese miedo? Tranquilidad, que ni en el PP llegan al 10% (y hablo de los votantes, que de los militantes debe haber 10 pero en total).

Una de las máximas del liberalismo es no destruir al adversario, sino dejar que ocupe su lugar. La transición fue esencialmente liberal en ese sentido. ¡Incluso Carrillo transitó liberalmente! El PP ha mordido el anzuelo, ha ganado el frentismo. Tengo muy claro quién provocó eso, otra vez, desde antes del 11M, el nefando que aun llora por su abuelo. Muchas veces te he leído análisis en clave electoralista, de todas formas. A la política se puede jugar de dos maneras distintas.

Lo que me parece sorprendente es la que estás montando por Ciudadanos de Cataluña. La pérdida de afiliados del PSC demuestra que hay un espacio que ocupar. Pero tendrás que buscar más para denigrar a un partido que nace con los objetivos tan claros. Supongo que pronto dirá Pepiño que son catalanes franquistas.

Anónimo dijo...

Vaya por delante que no me entra en la cabeza el nacionalismo de ningún tipo, y el concepto "patria" es algo que se me escapa, especialmente cuando se trata de excluir al prójimo.

Dicho esto, y hablando de la "liberalidad" hispana más que del CdC, creo que no es nada nuevo que detestan la discrepancia. Uno escucha la COPE o lee las bitácoras "liberales" y allí no se plantea nadie que alguien que opine diferente pueda ser una buena persona o estar en su sano juicio. Allí rezuma el odio al discrepante; se trata de un ser detestable contra el que hay que luchar hasta la extenuación porque es malo malísimo. Adios al individuo, ser humano racional, cuando se habla de los nacionalismos o de la izquierda.

Citoyen dijo...

Entiendo, y si no eres del barça, asumes que la capital del Estado tiene que estar en algún sitio y el catalán te parece una lengua ridícula no puedes entrar en el club? Es decir, que perteneces a un entidad (la comunidad autónoma) que milita en el signo contrario de tu personalidad? Eso como se come.

No soy liberal, vaya por delante, pero no me trago lo del estado pluri-identitario, es decir, no con tantas identidades como ciudadanos sino con tantas identidades como regiones históricas.

A mi me parece que reivindicar la exclusión de la confesionalidad cultural del ámbito del Estado no es una aberración ni una falta de respeto, es la protección legítima de los derechos individuales

R. Senserrich dijo...

A mi no me mires, que defiendo que no deben existir lenguas oficiales. :-).

Lo del Barça no es literal; es sencillamente un ejemplo de abrazar una de las tradiciones queridas de la tierra. Como si se quieren hacer Castellers o del Centro Excursionista de Cataluña, oye. La cuestión es que con apreciar el terruño, ya basta.

Anónimo dijo...

ridículos eran los judios para muchos...

Anónimo dijo...

En respuesta a Avelio, el concepto de nacionalismo no me gusta tampoco, pero llega un momento en que se tiene que decidir, quien es "prójimo" y quien no. Y si no, ya lo decidiran otros por tí, precisamente quien tenga mejor ejército. Para un castellano, un catalán es el prójimo y un portugués no (o no en el mismo grado, por muy europeista o "ciudadano del mundo" que te declares). Sabes cual es la única diferencia? Portugal ganó una guerra contra Castilla hace 4 siglos, y Cataluña la perdió. Y no me vengan con "de eso hace mucho" porque el derecho de conquista sigue vigente: aún en 2006 no se ha podido debatir un nuevo estatuto de autonomía sin ruido de sables.

Las naciones, y sus correspondientes identidades nacionales existen, guste o no. Y una de esas naciones es Cataluña, se quiera reconocer o no. Para ser parte de una nación hay dos condiciones:
1) quererlo tú
2) ser aceptado por el resto de connacionales
La primera condición normalmente se omite, alguien ya se hace cargo de decidir cual es tu nación y que pasaporte te toca, por la fuerza de las armas si es necesario. Esto también vale para las naciones "ilustradas" y de "ciudadanos iguales", como la muy ilustrada, ciudadana y jacobina república francesa. La segunda condición es más sutil: en teoria los franceses de los banlieu son igual de franceses que los mismos descendientes de los galos (tipo Astérix y compañía), pero no son aceptados, en la práctica, más que para desempeñar según qué trabajos por los franceses "auténticos".

El caso de Cataluña es diferente. No porque seamos mejores, sinó por ser una nación sin estado (esto es, sin ejército). Por eso la primera condición es determinante. Si no quieres, no eres catalán, hayas nacido o no aquí, hayas vivido muchos o pocos años aquí. Si quieres serlo, de acuerdo, pasamos a la segunda condición. Esta condición es difusa, porque no hay un estado que te dé o no el pasaporte. Tampoco hay ninguna étnia o religión identificable con Cataluña. Así que se convierte en un requisito cultural y sentimental poco definido, y por lo tanto compatible con sentirse español o de cualquier otra nación. Por poner un ejemplo, cualquier inmigrante que aprenda catalán ya es aceptado, venga de España o de Pakistán. Y no es un criterio excluyente, porque continua hablando su idioma (es asombrosa la incapacidad de entender, por parte de los monolingües, que el concepto de bilingüismo significa poder usar a discreción dos lenguas al 100%, no al 50% cada una!). Un pakistaní en Madrid acabará obteniendo el DNI español al cabo de cierto número de años, pero siempre será "un pakistaní".

Se puede ser (en el sentido de "vinculación nacional") catalán y español? Para la gran mayoría de catalanes sí, pero para un español la respuesta es otra. Y en eso coinciden tanto los de la "derecha" como los "progresistas". Como en Francia, la primera condición va implícita y no se puede hacer el opt-out ni compatibilizar la "nación española" con otras. Véase todo el discurso sobre "soberanía nacional", "decidimos entre todos", "consenso constitucional", etc. Toda esta palabrería se resume en la aplicación del derecho de conquista.
Pero es la aplicación de la segunda condición la que impide a los catalanes, de manera expresa, identificarnos con la nación española.

- ¿Se acepta la lengua catalana (o la vasca o la que sea) como española? No, sólo puede haber una, sea para tonterías como la canción de Eurovisión o cosas más serias como la administración del estado, la justícia, etc. ¿Que la Constitución dice que hay que proteger todas las lenguas y no sólo la castellana? Pues se hace caso omiso, y se busca debilitar el catalán distinguiendo artificialmente entre catalán y "valenciano" a pesar de las universidades, la RAE y las sentencias judiciales.

- ¿Se acepta que los catalanes tengan una mínima autonomía política (eso es lo que dice la Constitución, nada de "descentralización administrativa")? Pues no, se monta el 23-F, luego la LOAPA y lo que queda lo liquida el constitucional y el Estado con las leyes de bases, leyes de "cooperación", etc. Que vuelve a salir el tema al cabo de 25 años? Más amenazas por parte del ejército. Lo de la "solidaridad" con los recursos públicos es todavía peor.

- ¿Unidad de mercado? Se montan boicots a los productos catalanes sólo por ser catalanes. Primero fue el cava, por la negativa al transvase del Ebro (eso sí, ningún boicot a los productos aragoneses). Al año siguiente, la excusa fue unas declaraciones del líder de un partido catalán minoritario. Este boicot sí tuvo cierta repercusión. Al año siguiente, la excusa es una propuesta de estatuto. Ya no se limita al cava, y el soporte mediático es impresionante. Cual será la excusa del año que viene? Se aceptan apuestas.

- ¿Igualdad de los Españoles? Resulta que una empresa española quiere comprar otra. ¿Algún problema? Pues sí, porque tiene la sede en Cataluña. Si es o no monopolística, si beneficiará o no a los consumidores es secundario. Antes mejor que la compre una empresa alemana, o de dónde sea.

-Mas ejemplos de "todos somos igual de españoles": elecciones a la presidencia de la CEOE (Rossell, que no es precisamente de ERC, renunció a presentarse pocos dias antes de la votación por el clima político), presidencia de la Federación Española de Tenis (echaron al que consiguió la Copa Davis en Sevilla por ser catalán, pero el que hay ahora tendrá suerte si mantiene el equipo español en la 1a división mundial)

La mayoría de catalanes creen que esto puede cambiar. Por lo menos yo lo creía, pero cada vez somos más los que nos sentimos expulsados de España. Por un lado tenemos los reaccionarios del PP, el Opus, etc. pero sólo son una parte de los españoles (pongamos la mitad). La decepción ha venido de la otra mitad, los "progresistas", el PSOE que tenían que respetar el estatuto del parlamento catalán, de los abanderados de una supuesta "España Plural" que se carga RTVE en Cataluña y Radio 4 antes que dejar de tirar el dinero en fracasos como Pepe Navarro. El PSOE que ríe las gracias (por decirlo así) de Bono (la última, el castillo de Montjuïc). Comparad la diferencia de diputados entre PSOE y PP en Cataluña, y sus respectivas promesas electorales. Nos vendieron otra cosa, necesitábamos creer que otra España era posible después del horror de Aznar.

Lo que no entiendo es que si me identifico nacionalmente con Cataluña tenga que ser "nacionalista", aunque nunca he cantado el himno ni puesto la bandera, ni ganas. No me interesan los símbolos, ni las selecciones deportivas. En cambio, los que se identifican de manera excluyente con España y la Nación Única, o se emocionan con la selección rojigualda, se hacen llamar "no nacionalistas". Esto lo entiendo menos. Y hacer pasar por no nacionalista a Girauta o a cualquiera de los "Ciudadados de Cataluña", pues ya parece cachondeo.

Anónimo dijo...

En respuesta a Avelio, el concepto de nacionalismo no me gusta tampoco, pero llega un momento en que se tiene que decidir, quien es "prójimo" y quien no. Y si no, ya lo decidiran otros por tí, precisamente quien tenga mejor ejército. Para un castellano, un catalán es el prójimo y un portugués no (o no en el mismo grado, por muy europeista o "ciudadano del mundo" que te declares). Sabes cual es la única diferencia? Portugal ganó una guerra contra Castilla hace 4 siglos, y Cataluña la perdió. Y no me vengan con "de eso hace mucho" porque el derecho de conquista sigue vigente: aún en 2006 no se ha podido debatir un nuevo estatuto de autonomía sin ruido de sables.

Las naciones, y sus correspondientes identidades nacionales existen, guste o no. Y una de esas naciones es Cataluña, se quiera reconocer o no. Para ser parte de una nación hay dos condiciones:
1) quererlo tú
2) ser aceptado por el resto de connacionales
La primera condición normalmente se omite, alguien ya se hace cargo de decidir cual es tu nación y que pasaporte te toca, por la fuerza de las armas si es necesario. Esto también vale para las naciones "ilustradas" y de "ciudadanos iguales", como la muy ilustrada, ciudadana y jacobina república francesa. La segunda condición es más sutil: en teoria los franceses de los banlieu son igual de franceses que los mismos descendientes de los galos (tipo Astérix y compañía), pero no son aceptados, en la práctica, más que para desempeñar según qué trabajos por los franceses "auténticos".

El caso de Cataluña es diferente. No porque seamos mejores, sinó por ser una nación sin estado (esto es, sin ejército). Por eso la primera condición es determinante. Si no quieres, no eres catalán, hayas nacido o no aquí, hayas vivido muchos o pocos años aquí. Si quieres serlo, de acuerdo, pasamos a la segunda condición. Esta condición es difusa, porque no hay un estado que te dé o no el pasaporte. Tampoco hay ninguna étnia o religión identificable con Cataluña. Así que se convierte en un requisito cultural y sentimental poco definido, y por lo tanto compatible con sentirse español o de cualquier otra nación. Por poner un ejemplo, cualquier inmigrante que aprenda catalán ya es aceptado, venga de España o de Pakistán. Y no es un criterio excluyente, porque continua hablando su idioma (es asombrosa la incapacidad de entender, por parte de los monolingües, que el concepto de bilingüismo significa poder usar a discreción dos lenguas al 100%, no al 50% cada una!). Un pakistaní en Madrid acabará obteniendo el DNI español al cabo de cierto número de años, pero siempre será "un pakistaní".

Se puede ser (en el sentido de "vinculación nacional") catalán y español? Para la gran mayoría de catalanes sí, pero para un español la respuesta es otra. Y en eso coinciden tanto los de la "derecha" como los "progresistas". Como en Francia, la primera condición va implícita y no se puede hacer el opt-out ni compatibilizar la "nación española" con otras. Véase todo el discurso sobre "soberanía nacional", "decidimos entre todos", "consenso constitucional", etc. Toda esta palabrería se resume en la aplicación del derecho de conquista.
Pero es la aplicación de la segunda condición la que impide a los catalanes, de manera expresa, identificarnos con la nación española.

- ¿Se acepta la lengua catalana (o la vasca o la que sea) como española? No, sólo puede haber una, sea para tonterías como la canción de Eurovisión o cosas más serias como la administración del estado, la justícia, etc. ¿Que la Constitución dice que hay que proteger todas las lenguas y no sólo la castellana? Pues se hace caso omiso, y se busca debilitar el catalán distinguiendo artificialmente entre catalán y "valenciano" a pesar de las universidades, la RAE y las sentencias judiciales.

- ¿Se acepta que los catalanes tengan una mínima autonomía política (eso es lo que dice la Constitución, nada de "descentralización administrativa")? Pues no, se monta el 23-F, luego la LOAPA y lo que queda lo liquida el constitucional y el Estado con las leyes de bases, leyes de "cooperación", etc. Que vuelve a salir el tema al cabo de 25 años? Más amenazas por parte del ejército. Lo de la "solidaridad" con los recursos públicos es todavía peor.

- ¿Unidad de mercado? Se montan boicots a los productos catalanes sólo por ser catalanes. Primero fue el cava, por la negativa al transvase del Ebro (eso sí, ningún boicot a los productos aragoneses). Al año siguiente, la excusa fue unas declaraciones del líder de un partido catalán minoritario. Este boicot sí tuvo cierta repercusión. Al año siguiente, la excusa es una propuesta de estatuto. Ya no se limita al cava, y el soporte mediático es impresionante. Cual será la excusa del año que viene? Se aceptan apuestas.

- ¿Igualdad de los Españoles? Resulta que una empresa española quiere comprar otra. ¿Algún problema? Pues sí, porque tiene la sede en Cataluña. Si es o no monopolística, si beneficiará o no a los consumidores es secundario. Antes mejor que la compre una empresa alemana, o de dónde sea.

-Mas ejemplos de "todos somos igual de españoles": elecciones a la presidencia de la CEOE (Rossell, que no es precisamente de ERC, renunció a presentarse pocos dias antes de la votación por el clima político), presidencia de la Federación Española de Tenis (echaron al que consiguió la Copa Davis en Sevilla por ser catalán, pero el que hay ahora tendrá suerte si mantiene el equipo español en la 1a división mundial)

La mayoría de catalanes creen que esto puede cambiar. Por lo menos yo lo creía, pero cada vez somos más los que nos sentimos expulsados de España. Por un lado tenemos los reaccionarios del PP, el Opus, etc. pero sólo son una parte de los españoles (pongamos la mitad). La decepción ha venido de la otra mitad, los "progresistas", el PSOE que tenían que respetar el estatuto del parlamento catalán, de los abanderados de una supuesta "España Plural" que se carga RTVE en Cataluña y Radio 4 antes que dejar de tirar el dinero en fracasos como Pepe Navarro. El PSOE que ríe las gracias (por decirlo así) de Bono (la última, el castillo de Montjuïc). Comparad la diferencia de diputados entre PSOE y PP en Cataluña, y sus respectivas promesas electorales. Nos vendieron otra cosa, necesitábamos creer que otra España era posible después del horror de Aznar.

Lo que no entiendo es que si me identifico nacionalmente con Cataluña tenga que ser "nacionalista", aunque nunca he cantado el himno ni puesto la bandera, ni ganas. No me interesan los símbolos, ni las selecciones deportivas. En cambio, los que se identifican de manera excluyente con España y la Nación Única, o se emocionan con la selección rojigualda, se hacen llamar "no nacionalistas". Esto lo entiendo menos. Y hacer pasar por no nacionalista a Girauta o a cualquiera de los "Ciudadados de Cataluña", pues ya parece cachondeo.

RUFUS dijo...

Ciudadanos de Cataluña es más nacionalista que todos los demás partidos juntos. Punto pelota.
La última frase del post me parece lamentable y de un analfabetismo político mayúsculo (por no decir intransigente). A ver si ahora va a resultar que uno no puede votar en contra de una ley que piensa (en su legitimo parecer) que es mala. El País haciendo la distorsión interesada de siempre. Y que ERC y el PP coincidan (por motivos diametralmente opuestos) en un voto no tiene por que contaminar ninguno de los votos. Ah si nos ponemos a repasar las coincidencias del PSOE-PP, entonces nos darían las uvas y seguro que nos atragantamos.

Anónimo dijo...

http://actualidad.terra.es/nacional/articulo/freixenet_espana_vendio_botellas_cava_1226606.htm

Freixenet vendió 6% menos botellas cava España segundo año boicot

Freixenet ha vendido en España 33,8 millones de botellas de cava en su último ejercicio -cerrado el pasado 30 de abril-, el segundo consecutivo marcado por el boicot a ciertos productos catalanes impulsado desde algunos ámbitos políticos, lo que supone un descenso del 6% de las ventas

Anónimo dijo...

http://www.votoenblanco.com/index.php?action=article&numero=1706


Cataluña necesita una gigantesca operación de imagen



En vísperas de la Expo 92, en la década de los ochenta del pasado siglo, en una visita de Jordi Pujol a Sevilla, el entonces presidente de la Generalitat reconoció ante José Rodríguez de la Borbolla, por entonces presidente de la Junta de Andalucía, que Cataluña, con su imagen ya muy deteriorada, necesitaba desplegar una ofensiva de encanto en España e invertir muchos miles de millones de pesetas en una operación de imagen.

Aquella gran inversión que el President creía necesaria, nunca se hizo porque los sucesores de Don Jordi fueron más arrogantes y torpes y optaron por estimular un nacionalismo altivo e insolidario.

Hoy, Cataluña sigue necesitando una gigantesca operación de relaciones públicas que le permita mejorar su imagen en el resto del territorio de España, que es su principal mercado, donde su imagen está por lo menos seis o siete veces más deteriorada que en aquellos lejanos tiempos de la década de los ochenta del pasado siglo, cuando Cataluña ya empezaba a detectar el retroceso de su prestigio e imagen y la necesidad de potenciarla ante los consumidores para salvar su industria y comercio.

La imagen de Cataluña es hoy la peor de España, más deteriorada, incluso, que del País Vasco. Es la única comunidad española que padece un boicot sistemático y creciente a sus productos y, lo que es más grave, un boicot que es entendido por los ciudadanos como una práctica democrática de defensa cívica frente a abusos catalanes como los que han quedado plasmados en el Estatut recientemente aprobado, ley que ha hecho retroceder demasiados enteros la imagen de la Catuluña en España y de manera quizás irrecuperable.

Tengo un amigo catalán, que es experto en comunicación y dueño de una importante empresa del sector de la publicidad. Él calcula que el costo de la campaña de relaciones públicas que Cataluña necesita para neutralizar su pésima imagen en España sería tan alto que no podría ser asumida ni siquiera por la propia Generalitat. Y lo peor de todo es que los resultados de esa campaña gigante, si llegara a realizarse, siempre serían inciertos porque el deterioro de la imagen de Cataluña es demasiado profundo y bien incrustado el alma de los consumidores.

La campaña de imagen que Cataluña necesita requiere un gran esfuerzo técnico de imaginación y creatividad, además de inversiones masivas en publicidad, exposiciones, conferencias en foros cívicos, visitas de personajes, jornadas de estudio, conciertos, folletos, libros, produciones audiovisuales, gestos y declaraciones de amistad por parte de catalanes conocidos y otras muchas actuaciones.

La imagen de Cataluña es bastante peor que la que sufre el País Vasco, también deteriorada, a pesar de que en Euskadi hayan recurrido al terrorismo y a la violencia para dirimir sus disputas con España, y de que ETA haya sembrado de cadáveres todo el territorio español. Los consumidores, en el caso vasco, distinguen entre vascos buenos y vascos malos, entre terroristas y demócratas, mientras que el el caso de Cataluña la mala imagen y el rechazo es más profundo y generalizado, alcanzando con su onda expansiva a todo lo que significa Cataluña.

El País Vasco cuenta con personas queridas y valoradas en España, como Rosa Diez o Redondo Terreros, o con instituciones valoradas, como el Foro de Ermua, mientras que no existen en Cataluña.

"Nuestra imagen --afirma mi amigo catalán--, en parte merecida y también inmerecida, es consecuencia, sobre todo, de errores políticos. Es una imagen de nuevos ricos arrogantes, oportunistas, insolidarios y hasta racistas, que han roto la igualdad y la solidaridad, que quieren ser superiores a los demás y que han ofendido y despreciado gravemente a los ciudadanos del resto del Estado. Es una imagen que, probablemente, no tenga cura utilizando los médios profesionales y técnicos disponibles. Quizás haya que esperar dos o tres generaciones para que el antiguo aprecio y la admiración por lo catalán se restablezcan en España".

Anónimo dijo...

ERC, unas veces caras largas por la caida de ventas de productos catalanes (en el resto de España la gente compra cada vez más de su región para mejorar el nivel de desarrollo de su tierra, con lo que compra menos productos catalanes ) y otras veces, con prepotencia casi chulesca habla de DESCONEXION ECONÓMICA respecto al resto de España.

Una pregunta teórica:

esa noción de "desconexión económica" ¿incluye en alguna medida la "desconexión" de la VENTA de productos catalanes en el resto del mercado Español?

JUAJUAJUA

¿Y no será que cada vez que hacen una declaración de ese tipo es 1 producto -1 y otro y ...- catalán menos que se vende?
Con razón se rumoreaba que a Carod le iban a hacer un monumento en una región extremeña productora de cava
jejeje

Lo que no resulta de recibo es ir hablando de desconexión económica al resto de España y luego agarrarse un CABREO morrocotudo cuando en el resto, en previsión de la deriva separatista, la gente compra cada vez más de la tierra tal vez para que haya alguna base económica en las demás regiones y no quedarse con lo puesto ( con catalonia desarrollada industrialmente y el resto hecho un erial ) si se lanzan del todo hacia el separatismo


www.libertaddigital.com:6681/noticias/noticia_1276308336.html

El portavoz de ERC en el Parlamento catalán y futuro cabeza de lista en el Congreso, Joan Ridao, ha señalado este domingo que, ante el "fracaso" de la vía estatutaria, su partido estudia como alternativa un "plan de desconexión de España". "Nuestro plan b no es un pronunciamiento a corto plazo sobre la soberanía, sino el ir preparando esta desconexión".

En una entrevista con Efe, Joan Ridao apunta la posibilidad de establecer un "plan de desconexión", fundamentalmente económica, de España